"Escribir es
como ser Basurero"
"Los trenes se
van al purgatorio" se llama la cuarta novela que Hernán Rivera
Letelier acaba de presentar y que ya amenaza con replicar el éxito de
"La reina Isabel cantaba rancheras".
Con la sencillez brotándole
por los poros, este autodidacta de las letras nos relata su intensa y
tropezada vida. Una que partió bajo el sol achicharrante de las
salitreras, lo llevó a vender diarios, a dormir a la intemperie para
conocer el mundo y lo devolvió a las estrecheces de la pampa antes de
convertirlo en contador de historias y best seller.
por Mónica Cuevas Urízar
Durante
esta semana Hernán Rivera Letelier ha debido acostumbrarse una vez más
a los flashes y las cámaras, y terminar de acomodarse a eso de que le
llamen "escritor".
..... El lanzamiento
de "Los trenes se van al purgatorio", su cuarta
novela , lo ha tenido en el centro de la noticia, no sólo porque los
ávidos lectores de sus éxitos previos -"La reina Isabel cantaba
rancheras", "Himno del ángel parado en una pata" y "Fatamorgana"-
agotaron en un santiamén la primera hornada de ejemplares, sino porque
la vida misma de este autodidacta de las letras es tan sabrosa como
sus relatos.
..... Sabrosa aunque teñida de
rigores. Hernán Rivera vio la luz hace medio siglo, en medio del
infortunio de un padre originalmente campesino que emigró al desierto
para probar suerte en el "oro blanco". La oficina salitrera Algorta
fue el escenario para la vida de esa familia de nueve hijos y para la
posterior inspiración del entonces pequeño Hernán.
..... -Eramos pobres como ratas, pero fue una infancia muy feliz; la
pasé a `pata pelá' en la pampa, persiguiendo lagartos y remolinos de
arena y haciendo la cimarra para ir a la estación a ver partir y
llegar los trenes...
..... "Teníamos nuestra casa, si se puede llamar
casa a esos barracones que nos daban para vivir; eran de calamina, sin
piso, y estaban divididos en comedor, cocina y dormitorio. Ahí
vivíamos; en verano hacía un calor terrible y las calaminas ardían y
crepitaban con el sol, y en invierno se congelaban y era un frío
tremendo también. Pero así y todo lo pasé bien porque mis padres eran
gente buena, gente del sur".
..... A los rigores de la pampa
se sumaba la disciplina de un hogar evangélico en el que la radio, las
fiestas y las salidas al cine u otras diversiones estaban vedadas. Tal
vez por eso Hernán era un niño ensimismado y tímido, aunque en su
corazón anidaba una rebeldía que, años más tarde, lo haría desafiar al
mundo, pero que por ese entonces asomaba en pequeños
detalles.
..... -Un día, cuando estaba en segundo básico, nos
preguntaron qué sueños teníamos. Todos mis compañeros querían ser
pilotos de guerra, ingenieros, doctores y arquitectos. Yo, para ir
contra la corriente, dije "yo quiero ser basurero"... Y ahora pienso
que esto de escribir es un poco eso: recoger recuerdos, visiones y
restos de historias, reciclarlos y convertirlos en arte.
CON CAÑA DE
PESCAR
.....
-Yo aprendí a leer en el libro "Lea". Recuerdo que había dos páginas
que me fascinaban y las leía y releía solo, en voz alta. No sabía que
era poesía. Hace un tiempo me compré un ejemplar del libro y vi que
eran extractos de un poema de Rabindranath Tagore, que se llama "La
Playa", y algunas estrofas de "El Tren"; y yo me acuerdo que leía
tratando de darle ritmo de tren.
.....
"Soy un convencido de que Dios, la Divina Providencia o lo que sea le
entrega a uno un don que tenemos que descubrir. No nos da un pescado,
sino una caña de pescar, y para pescar hay que aprender, sacrificarse,
hacerse oficio, mojarse las patitas. Eso es el talento y hay que
trabajarlo con constancia, fe en uno mismo, queriendo pulirse. Ahí
viene el oficio y la técnica", reflexiona.
..... Pero pasaron varios años antes de que
Rivera pudiese dar rienda suelta a su talento. Cuando bordeaba los
once, la oficina Algorta terminó sus faenas, cerró, y dejó a la
familia de brazos cruzados. El padre decidió que partirían a
Antofagasta, pero a los 15 días del arribo su mujer murió
repentinamente, víctima de una araña de rincón.
..... Los hermanos menores de Hernán se fueron
con las hermanas casadas de vuelta a una salitrera, pero el "tímido
rebelde o rebelde tímido" -según su propia definición- se negó a
partir y decidió quedarse solo en la ciudad, viviendo en una suerte de
ruca instalada en el patio de una iglesia evangélica. El padre, que
trabajaba en una mina y regresaba cada 15 días, lo comprendió y dejó
que buscara su rumbo.
..... De motu
proprio el niño se transformó en vendedor de diarios. "Pero a veces me
encontraba con una exposición de pintura o de escultura y me olvidaba
de vender", recuerda casi sorprendido por esa omnipresencia de la
sensibilidad artística en su vida.
.....
Con lo que ganaba de los diarios comía en el centro y hasta se las
arreglaba para entrar al cine. "Como en Algorta no me dejaban ir, aquí
me hice un cinéfilo crónico. Los miércoles daban las rotativas:
entraba a las dos de la tarde y no salía hasta la una de la mañana
para ver tres veces las tres películas. Como a las seis hablaba con el
portero, salía a comprar pan y mortadela y me metía de nuevo al
cine".
..... Tres años estuvo en la
Antofagasta dormida, hasta que la pampa lo llamó de vuelta. Esta vez
para trabajar, en María Elena, como mensajero para la empresa Anglo
Lautaro (hoy Soquimich). De ahí, al cumplir los 18, entró a un taller
eléctrico. "En eso estaba cuando una tarde, pensando, me doy cuenta de
que no conozco nada más en el mundo que la pampa y Antofagasta, y que
el país se me oscurecía para el norte y para el sur".
..... Las ansias de aventura lo consumían y
partió a caminar sin rumbo. "Anduve tres años aventurando. Hacía dedo
para un lado y si no me llevaban, hacía dedo para el otro. Daba lo
mismo".
..... Así recorrió Chile de
punta a cabo tres veces y se paseó por Bolivia, Perú, Ecuador y
Argentina. "Cuando llegaba a una ciudad o a un pueblo no sabía dónde
iba a dormir, a quien iba a conocer o si iba a comer o no, y no me
importaba. Era joven, el mundo era mío y yo era inmortal".
..... Sobrevivía con invitaciones. Eran los
últimos años de la década del 60 y los mochileros debutaban en caminos
y carreteras.
..... "Ser uno de ellos
era la sensación. Llégabamos a un pueblo y la gente nos iba a buscar
para invitarnos. Las muchachas se enamoraban de nosotros como de los
marinos. Hasta que empezaron a mochilear personas no muy honradas y el
asunto se maleó", recuerda.
..... -Como
era joven, bello e inmortal, si quería fumar y no tenía, me acercaba a
cualquier mujer en la plaza y con mi mejor sonrisa le decía: "¿no se
me habrán quedado mis cigarrillos en tu cartera?"..., ¡no fallaba
nunca! Y cuando el hambre arreciaba, me iba a un restaurante y le
ofrecía a la dueña limpiar los vidrios por un plato de
comida.
..... Estando en Arica conoció a
un compañero de ruta que tenía la mala costumbre de amistarse con lo
ajeno y se había robado una radio en una feria. En la noche, esperando
a Morfeo en la playa, escucharon la voz estereofónica del programa
"Sólo para Románticos", que invitaba a los auditores a mandar poemas.
Los mejores se premiarían al final de la semana.
..... Más preocupados por las tripas y el cigarro
que por el programa radial, no le dieron mayor importancia al asunto
hasta que escucharon que el primer lugar sería galardonado con una
cena para dos personas en el hotel "El Morro".
..... -Cuando escuché la palabra comida me
bajaron las musas y dije "yo puedo hacer un poema". Nunca había
escrito nada ni había tenido un libro de poesía en mis manos (salvo
los versos de los libros del colegio), pero tuve la convicción
absoluta de que podía hacer un poema y que me iba a ganar esa
cena.
..... En la mochila guardaba un
cuaderno donde pegaba fotos y postales, "lo agarré y me senté ahí
mismo a escribir mi primer poema, inspirado en una pololita que había
dejado en la pampa. Me salieron cuatro páginas; al día siguiente lo
fuimos a dejar a la radio".
.....
Esperaron con la oreja atenta el resultado del concurso. "Cuando el
locutor comenzó a leer mi poema como ganador del primer premio, con mi
amigo nos abrazábamos y hasta nos fuimos a meter al agua con ropa. Lo
tragicómico fue al día siguiente, porque con la pinta de hippies que
teníamos no nos dejaban entrar al hotel, que era elegantísimo, con
puros tipos de terno y corbata y señoras de largo con peinados
englobados. Tuvimos que llamar a la radio para que nos ayudaran y, a
regañadientes, nos dejaron entrar".
..... Ese primer encuentro con la pluma lo
atraparía y no lo dejaría en paz durante el resto del viaje. Ni de la
vida.
A PRUEBA DE
BALAS
.....
Estas andanzas en las que Hernán Rivera descubrió su don por las
palabras duraron hasta mayo del ´73, cuando volvió a Antofagasta y
encontró a su padre muy cerca de la muerte. "El viejo me pidió que
sentara cabeza, que me dejara de andar por ahí. Me ofreció conseguirme
pega en Mantos Blancos, donde él trabajaba. Yo vi que se moría pronto,
así es que acepté, volví a la pampa y me casé con una niña de 17 años;
yo tenía 24".
..... Pronto partió a
Pedro de Valdivia, donde estaban "los rudos" del salitre.
..... -Entrábamos a trabajar a las seis de la
mañana, pero como salíamos a las dos teníamos toda la tarde libre. Mis
amigos se iban a la fonda, a jugar rayuela... yo me dediqué a
escribir, pero me di cuenta de que iba a sacrificarme mucho porque no
tenía educación.
..... Se matriculó en
la escuela nocturna y sacó séptimo y octavo básico y después, en
Inacap, obtuvo su licencia de enseñanza media. Paralelamente descubrió
una biblioteca en Pedro de Valdivia y se puso a leer como un loco.
Teniendo como inspirador a Nicanor Parra escribió poesía durante casi
15 años y ganó 26 concursos.
.....
Desarrolló una capacidad de concenración a prueba de balas cuando la
escasez de viviendas en la salitrera lo obligó a vivir en la estrechez
de una pieza en la que sus hijos veían tele, su esposa cocinaba, y él,
al medio, escribía apoyado sobre una pequeña mesa.
..... En 1988 editó artesanalmente "Poemas y
Pomadas" y comenzó a darse cuenta de que sus versos resultaban
anecdóticos y con finales de cuento; entonces se largó a llenar
páginas de margen a margen.
..... Una
tarde se sentó por primera vez a escribir algo sobre la pampa,
calculando que el tema le daría para unas 15 o 20 páginas. "Pasé la
20, la 30, la 40 y dije "tate: esto va a ser una novela". Y después de
cuatro años salió `La reina Isabel...' "
..... Ese mismo año -1994- la envió al concurso
del Consejo Nacional del Libro y la Lectura; ganó, firmó contrato con
Editorial Planeta y el escrito salió a la venta el 23 de
diciembre.
..... "Desde ese día, la vida
me dio una vuelta de carnero. Me he convertido en el hombre más feliz
del mundo; hago lo que me gusta, vivo de eso y lo gozo. No he cambiado
mi forma de vivir ni mis amigos, pero me siento más seguro de mí
mismo, ya no tengo que preocuparme de que no voy a tener pan para mis
hijos mañana".
..... Vive en Antofagasta
junto a su señora -"que me mima, me cuida y me soporta" -disfrutando
más que nunca a sus cuatro hijos y a su "nieta y media".
..... "Soy la persona más antimetódica que hay.
Despierto en la mañana y no sé lo que voy a hacer; escribo a la hora
que se me para el lápiz", dice con una risa socarrona.
..... -Tengo dos records: 14 horas y media
escribiendo sin levantarme del computador, y el otro, a la inversa, un
día en que lo único que hice fue encenderlo, buscar el capítulo, la
frase, agregar la coma que faltaba y apagarlo.
..... Pese a su asumida indisciplina, sus relatos
del desierto se han transformado en un verdadero fenómeno literario. Y
aunque "Los trenes se van al purgatorio" amenaza con seguir varias
semanas entre los best sellers, Hernán Rivera todavía se sonroja un
poco cuando lo llaman "escritor".
.....
"Yo soy un contador de historias, un tipo que no sabe nada de teoría.
Escribir es como hacer el amor. Yo no sé nada sobre el amor,
simplemente lo hago, y no sé nada de literatura tampoco, simplemente
la hago".
en El
Mercurio
Sábado 22 de julio de
2000
Dibujo: Jimmy
Scott