Rosabetty
Muñoz:
Ratada.
Santiago, LOM Ediciones,
2005, 77 p.
Leonardo
Piña Cabrera
[Emitido al aire en
Programa BELLO BARRIO, Radio Ciudadanía, 105.3, Julio 20
de 2005,
Universidad Bolivariana]
Séptima entrega de esta poeta del sur de Chile nacida en Chiloé,
el año 1960, Ratada se viene a agregar a los anteriores
Canto de una oveja del rebaño (1981), En lugar de
morir (1987), Hijos (1991), Baile de señoritas
(1994), La santa, historia de su elevación (1998) y
Sombras en El Rosselot (2002), retomando, en esta oportunidad
a través de una metafórica invasión de ratas,
su crítica visión del orden social y la falta de sentido
en que su rutina parece condenar a los seres humanos. Como
en Canto de una oveja del rebaño, el primero de todos
sus libros, donde la oposición lobo/oveja le permite referirse
a la injusticia e inmoralidad de una sociedad opresiva y autoritaria
como la chilena de entonces, en esta ocasión son las ratas
quienes, con su impávida presencia, le permiten hablar de la
falta de libertad de nuestra vida moderna, llena de ritmos enajenantes
y desquiciantes presentes hasta en las realidades más bucólicas
con que suele pintarse el paisaje rural de los pueblos del sur de
nuestro país donde ella misma reside. Con ello, Ratada
se constituye en un libro vital, construido en el día a día
de la experiencia cotidiana, y armado con la belleza y cercanía
de las palabras y nombres propios que ahí se dicen y escuchan.
Igualmente, su demanda por libertad ante las marcas de lo establecido
presente en los inicios de su escritura y también en éste,
puede leerse, de otra forma, como un reclamo frente a su exceso y
la ambigüedad de los espacios que dejan y no nos dejan
Profesora de castellano de la Universidad Austral de Chile y miembro,
en su momento, de los grupos literarios Chaicura e Indice, esta reconocida
poeta que el año 2000 recibió el Premio Pablo Neruda
por su aporte a la lírica chilena, o que en 2001 obtuvo el
Premio Consejo Nacional del Libro y la Lectura por su entonces inédito
libro Sombras en El Rosselot, es dueña de una escritura
precisa y asertiva cargada de imágenes que, verso tras verso,
se van acumulando y decantando en la mente de los lectores hasta hacerlos
explotar en la interrogación de sus propias vidas y experiencias
vitales, realizado, así, su confeso afán de que la poesía
sea, como ella misma señaló en 1989 en la Antología
Crítica Poetas Actuales del sur de Chile (Paginadura Ediciones,
Valdivia, 1993, p. 222), “como una revelación donde el papel
del que escribe es tan importante como el del que lee o escucha para
establecer ese terreno o territorio especial donde el encuentro trasciende
las palabras” (Mi escritura, junio de 1989).
De esta entrega, finalmente, quisiéramos destacar el poema
“(nada les ilumina más)”, donde la autora aborda la quietud
de un orden, excesivamente ordenado (o detenido), marcado por la falta
de sorpresa de situaciones que están, en su óptica,
en el límite ético de lo aceptable:
“Ningún movimiento en el follaje.
Ni pájaros baten alas
ni suena el río en su tajo.
Se diría un cristal enverdecido
esta tarde ardiente.
A orillas del mar
soldaditos montan
a las chicas del pueblo
mientras espían los hijos
de contingentes anteriores.
Son niños sin barcos
cruzándoles las pupilas.
Nada les ilumina más
que el hallazgo de una rata viva
a quien sacarle los ojos.”
Leonardo Piña
Cabrera
Antropólogo
Académico Universidad Bolivariana