Había mucho ruido. Preocupación. En algunos medios
se publicaron acusaciones contra algunos directores. La mayoría
quería un cambio. Asunto no menor: la Sociedad de Escritores
de Chile ha sido dirigida los últimos años por literatos
ligados al partido comunista. Y este bastión se podía
perder, a la luz del malestar público que se escuchaba.
Sin embargo, las elecciones nacionales realizadas el 16 de abril,
fueron alegre, participativa y con un final sorprendente: la primera
mayoría la obtuvo el escritor, ex diplomático y académico
de la Diego Portales, Reinaldo E. Marchant - colaborador de Centro
Avance-, convirtiéndose en uno de los Presidente más
jóvenes en la historia junto a Ramón Díaz Eterovic.
Como Vicepresidente quedó la destacada poeta Paz Molina, en
la Secretaría General el poeta Reynaldo Lacámara, y
en cuarto lugar Amante Eledín Párraguez. Estos dos últimos
participaban por primera en la elección y sacaron una votación
extraordinaria. La llegada de nuevas personas había llegado
y el jolgorio de lo demás escritores resultó demasiado
expresivo al final del recuento.
Reinaldo Marchant señala que no tenía certeza de un
triunfo. Que este se dio de manera natural y por las buenas relaciones
que mantiene con el mundo cultural. Nos recibe en su casa, en la mítica
comuna de San Miguel. Ahí Marchant tiene "su refugio",
en una habitación a la manera de un taller de orfebre, tapizada
de diplomas, libros, zapatos y pelotas de fútbol, y fotografías
con pose de crack cuando jugaba en el Club Deportivo Aviación,
otras con autoridades y escritores de renombre universal: Mario Benedetti,
Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano...
Nos muestra saludos de Jorge Valdano, desde España; Antonio
Skármeta, en Estados Unidos, y otros de varios países,
donde la noticia ya circula.
PREGUNTA: ¿Esperaba ganar las elecciones?
RESPUESTA: Sinceramente no. Eso sí, pensaba que sacaría
una buena votación. Que iba a estar en los primeros cuatro
lugares, algo así. Pero ganar, nunca. Esto lo saben mis amigos.
P: Entonces lo sorprendió la votación tan abultada...
R: Seguro. Incluso, en un momento, aburrido por la tardanza de los
escrutinios, pensé en irme, pero un amigo me detuvo.
P: ¿A qué atribuye la alta votación que se inclinó
por usted?
R: Que se inclinó también por el poeta Reynaldo Lacámara,
Amante Eledín Párraguez y Paz Molina: ellos sacaron
una altísima votación. Me parece que nuestros socios
colegas han hecho una apuesta con gente nueva... Que confían
en nosotros.
P: ¿Entonces la votación fue una derrota del los dirigente
comunistas?
R: No lo entiendo así: de once directores, ellos sacaron nueve...
No me parece que sea una derrota.
P: ¿Y va a poder desarrollar sus planes con ellos?
R: Claro que sí. Tengo una alta estimación por Fernando
Quilodrán, Reynaldo Lacámara, Paz Molina... Por la mayoría
de ellos. Más todavía, a Fernando Quilodrán,
a quien reconozco como un caballero y gran intelectual, le expresé
públicamente mi aprecio: fue él quien me llevó
a la SECH hace unos años. Gané la elección porque
mucha gente como ellos me dieron su voto. Eso es obvio.
P: Qué se viene para adelante. Cuáles son los planes
inmediatos.
R: Ubicar a la Sociedad de Escritores en el corazón de la sociedad
cultural; hacerla parte activa de los grandes temas del libro y la
lectura: IVA a los libros, piratería, derechos de autor, seminarios,
modernización de nuestra sede, presencia física en los
grandes eventos, relaciones con las universidades, filiales, preocupación
solidaria de nuestros asociados, etc.
P: ¿Hay muchas expectativa de la gente?
R: Naturalmente que sí. Y esa expresión de adhesión
debe motivarnos para trabajar de manera honesta, transparente, y con
una tolerancia absoluta.
P: Llamó la atención la fluidez de las elecciones...
R: Es verdad. Se puede decir que en Simpson 7, lugar de nuestra sede,
salió humo blanco más rápido que el lento hollín
de la chimenea del Vaticano... - risas-.