Eyaculación
volatilígena de los ángeles del abismo para sepultar a los gusanos
infames que asolan el sagrado plumaje de la poeiesis.
Lelis Xoledad / Kastillo Fan / Jodsán /
Verano
tórrido y borrascoso de dos mil novecientos noventa y nueve
Vamos
deshilvanando el fragor subterráneo de las calles en esta encrucijada donde
la vida nos va tensando sus emociones más profundas. Como esas adolescentes
(tiernas hierbas que se asoman a nuestros ojos) que inventan con sus sonrisas
un encuentro lucígeno con la naturaleza y, de repente, en la distancia
nos convocan un incendio supremo de palabras. Y en la distancia nos reconocemos
como seres inconformes, insubordinados, en medio de la hediondez, la tiranía
y el espanto. Seres que auscultan el reino de la solemnidad telúrica, de
la redención mayor, de las alusiones a la comunión de todos los
mártires, de todos los engendros encendidos que disparan
sus pasos alrededor de las significaciones mayores. Así nos vamos deificando
en un molde que nunca sabrá nuestra dimensión. Pues somos una herencia
de fuego que ha encendido su propio cauce. Porque hay que salvar la Poesía.
Hay que salvar el Arte. Hay que salvar la Literatura. Hay que hacer de ellas la
nave astral que recorra todas las pieles y todos los laberintos de la náusea
y el detritus. No podemos permitir que los sátrapas de la mediocridad y
los farsantes de siempre mancillen la pureza y el rostro etéreo de las
musas subterráneas. De las náyades de nuestros terrenales y locos
corazones. Por eso con nuestras trenzas de viento atravesamos senderos y laberintos
siderales. Secuestrando siempre los colores ignotos. Porque el Sol nos envuelve
con sus latigazos de fuego y sus latigazos de ternura. Y por eso nuestra poesía
y nuestra imaginación está hecha para la más centelleante
de las cabalgatas. Y de las aventuras inmarcesibles que nadie podrá sojuzgar.
Porque somos el disparo de la luz entre los meandros. Entre los labios de las
chicas. Entre las faldas de las novias. Y entre el extravío de los chiquillos
almibarados. Porque somos ese designio tungsténico atravesando las brumas
de tu mente. Somos los hijos legítimos de la Poeisis registrados en el
ayuntamiento solar. Y de ahí que las ruedas de esta máquina de hacer
gladiolos tipo Charlie nos va llevando a todos los territorios donde la Literatura
cobra su verdadera identidad y su verdadero plumaje. Igual que las aves nocturnas
que dominan tus sentidos. Algo así como si de repente los ojos de Luzmar
se asilaran en las riberas de tu sueño. Como esas partituras que se transmutan
con el olor de las violetas y de las aguas silvestres venidas del centro ígneo
de este planeta. Lugar del universo que nos fue prodigado para ser los poetas
azules. Los Poetik's. Los ángeles del abismo. Los que reinarán con
sus diademas de granizo y rocío. Con sus ojos de polvo y de leche fresca.
Como seres atravesados por la inflorescencia de todos los campos salvajes e indómitos.
Por eso hemos saltado las siete notas para tejer otras pieles. Otras escamas sobre
los oráculos de esta cobra incandescente. Porque esta es la hora azul de
la vindicación suprema de la poesía. Donde sepultaremos todos esos
garabatos protozoarios y hediondos escritos por el mongolismo y la infamia. Por
eso esta trinidad flamígera eyacula sobre tus latidos estos engendros cocidos
en el abismo logarítmico de nuestros ojos internos. Porque la mutación
epidérmica de la Poeisis nos fue asignada en el último sínodo
de las pasiones ignotas. De las fiebres indevelables. Aquí estamos. Como
un pene en erección eterna. Lejanos del pestilente gruñido de los
plagiadores. De los poetastros que publican adefesios literarios damnificando
los cerebros. Porque cada gota de nuestros cabellos es la humedad que alimenta
la ontología de estas cartas y de estos textos que son como los clavos
de una madrugada en nuestras interminables libaciones. Por eso hemos sido elegidos
para ser tripulantes de esta nave astral. Y de la metamorfosis de la literatura
y de todo el arte sublime. Pues aquí la Poeisis tiene sus vástagos
contados. Y esos son los Ángeles del abismo. Todos los Ángeles del
abismo que tienen sus alas purpurizadas en el fragor de las iras benditas y supremas.
Los
Ángeles del abismo: el fuego creativo.
Ricardo
Musse Carrasco
Procedemos del fuego. Constituye el
contenido eterno de nuestras intuiciones. El arrebato del espíritu impulsa
hacia las entrañas de lo existente. Se dirige en busca de su consanguinidad,
hacia las esencias. Su vinculación viene determinada por el anhelo compulsivo
de endoscopiar la realidad.
El arte fidedigno se sostiene sobre lo imperceptible.
Demanda desprendernos de la habitualidad, asumir el estoico devenir de su naturaleza.
Porque el arte se despliega en arreglo a su infinitud. No es inherente a su trascendente
configuración cesar su ardiente desenvolvimiento. La plenitud artística
se soporta sobre la obstinación por explorar, utopizar aquello compatible
con nuestra condición llameante. Porque el espíritu nuestro es un
incontenible arder vital. Es una térmica sensibilidad flamígera.
Colapso/redención. Caos callejero/armonía óntica. Conciliación
de los extremos. Revelación plasmática de nuestros impulsos. Incandescencia
vital. Sacrificio-redención de insondables honduras heredadas. Permanencia
de los sueños edénicos. Inconmensurabilidad para extraer de la palabra
la vibradora esencia de su intimidad.
El arte en su búsqueda obedece
su innata disposición de retornar a su originador. El encuentro procrea
la incendiaria intensidad de la obra artística. En ella se halla impresa
lo que de nuestro interior se ha libertado. Hemos volcado lo que energiza la actitud
etérea nuestra. Cada verso, por eso, enciende nuestra epidermis, nuestra
conciencia y nuestra nutritiva intuición. Es palpable que en cada obra
angelabísmica hallarán los rezagos de un abismarse eterno, la potencial
cuerda suicida, la eclosión auroral de la esencia, el intento vano de disipar
gemidos fuertemente adheridos, el postulado de mirar fijamente el Sol debajo de
los almendros, la sensibilidad extraña y hasta huraña al sentido
común, las aberraciones del mediodía, el silencio que emerge desde
lo inédito, la alegoría de la vida, las regiones astrales infinitas
del cielo y la mierda callejera de pájaros marginales.
El fondearse
dentro de la radicalidad vital supone intemporalizar el obrar creador. El nutrimento
del artista lo constituyen las fervorosas experiencias, los alaridos cotidianos,
las fugaces albricias y las patológicas certidumbres de la existencia.
Al fraguar su obra el artista queda transitoriamente descolmado. ¿Qué
debe hacer entonces? Su innatismo lo empuja hacia sus fuentes nutritivas. Ahondándose
dentro de las entrañas de la realidad. Colmándose mediante su insaciable
dieta vivencial. Precisamente en esta disposición se fundamenta la vitalidad
artística.
Nuestra estirpe generacional "Ángeles del
abismo" edifica sobre el cimiento de principios vitales su templo poético.
El batallar de una visión dialéctica en el espíritu, el concebir
un arte que destituye la debilidad y la cobardía y la inconformidad destructiva
de acometer nuevos paraísos forman su esencia concepcional. Los destellos
erupcionados por el espíritu artístico conspiran, de modo reivindicativo,
contra tronos y falsos pedestales.
Exacto: Procedemos del fuego. A él
ritualizamos. Nuestra escritura contiene su genotipo. Escritura evolutiva. Escritura
respiratoria. Nuestras ariscas convicciones constituyen el idioma de su naturaleza.
Es verdad: El fuego epocal nos engendró: A la estirpe generacional. Inmersos
de eternidad, los Ángeles del abismo llamearán por siempre -como
dice el filósofo José Díaz Sánchez- el fuego creativo
en transmutación ascendente.
Los
ángeles del abismo: El vanguardismo en la región Piura
Jorge
Castillo Fan
Si hay algo que nos permite trascender
en el tiempo y en el espacio, como poetas, es el acto de atesorar la originalidad.
Originalidad que es el efecto de la intuición, la sensibilidad y la experimentación.
Y el vanguardismo se conceptualiza como una constante del espíritu que,
en un proceso dialéctico en ascenso progresivo, va añadiendo nuevos
plumajes a la poesía. Bajo este perfil, tal como dijera Joan Perucho: "La
palabra crece a la medida del hombre". Y crece en la medida que el hombre,
como ser sui géneris de la creación, siente las bases de un nuevo
sistema acorde con sus sueños. Sueños que deben abandonar su naturaleza
incorpórea para tangibilizarse en entes acariciables y eternos. Y es este
principio uterino lo que nos seduce a engendrar nuevas propuestas que nos permitan
ser partícipes de una generación vanguardista. Una generación
que nada tiene que ver con la coetaneidad, sino con las propuestas estéticas
innovadoras. De esta manera, Lelis Rebolledo Herrera, José Díaz
Sánchez, Ricardo Musse Carrasco, Jorge Castillo Fan, entre otros subterráneos,
rebeldes e inconformes; traspasan las fronteras para hurgar otros horizontes.
Pilares de fuego
(1)
Lelis Rebolledo Herrera
Estamos seguros que Lelis es un poeta original.
Su literatura se nutre de la cotidianeidad (incorporando vocablos de uso corriente
entre la "masa ordinaria" -como diría Ortega y Gasset- y asimilando
la terminología jerguística), de sus constantes buceos metafísicos
y su alto voltaje intuitivo que le permiten engendrar figuras insólitas
pero de una textura estética muy singular. Degustemos estos versos lelisianos
donde, además de lo expuesto, se evidencia su alta sensibilidad:
"Entonces los perros viringos nos concederán una mirada….".
"El largo redoble de los peces en el viento…".
"Nosotros no
podemos ser los cómplices en esta farsa montada por los asesinos del alba…".
"Porque te quiero linda como un cebiche con bastante ají…".
"Caminando de fresa y alfonso…".
(2) Ricardo Musse Carrasco
Es un espíritu rebelde, telúrico y desdeificante. Su postulado vanguardista
consiste en hacer explosionar el lenguaje para, de dichos fragmentos, edificar
su templo poético; engendrando neologismos y absorbiendo el vocabulario
que revolotea en la atmósfera secular. Musse es un ávido explorador
que ha rebautizado términos con el óleo poético incorporándolos
a su vehículo expresivo:
"Despiojando de prostitutas el amor…".
"Yo gorjeo sin tú lo palpes delante de tus ojos panamsat…".
"Mis ojos desporan a la esacabrosa Giovanna…".
"La empresa
estatal de tus aguadañados besos…".
"Holliwoodmente enguitarrado
de ti…".
(3) Jorge Castillo Fan
Es tal vez el que más
ha experimentado en el manejo del lenguaje (incorporando novedosos términos,
la escala musical y donde matematiquiza la poesía). En la experimentación
estructural ha creado la copulación vocabular, "eclipsa -sentencia
Ricardo Musse- la significación por un momento, obligando a las palabras
copularse para compartirse sentido semántico, esto es, solamente quitándole
de su naturaleza configurativa una mínima porción significativa,
se suscita el enriquecimiento semántico. La estructuración de los
versos es la encarnación superlativa de los flujos y reflujos del espíritu
vanguardista. En suma, esta estructuración vocabular es la metáfora
pictórica del ímpetu de escalar nuevos horizontes poéticos":
"En
i
n
g
u
n
aurora
.......
.m
....... .esos
............
.i
............ .l
............
.e
............ .n
............
.c
............ .i
............
.o
............ .suyos…".
"Lo soñado que se hace líquido en tus manos
y se abraza
con el líquido triste de tus ojos
la distancia que se hace sólida
en tu espalda
y abrasa el témpano de azufre de tu pecho
el adiós
que es sólo el humo
de tu cuerpo con mi cuerpo
y termina en rastro
gaseoso de tu alma:
un perfecto espejo".
"Tu corazón
herencia de la lluvia
o ese destino de los ojos imposibles
sabe de memoria
este jardín de sueños
este rayo de silencio
y todo lo que
no se apaga
más allá de la ceniza
hiriendo nuestro espejo".
(4)
José Díaz Sánchez (Jodsan)
Es un poeta solemne y
filosófico. Su poesía grafica un mar apacible pero en cuyas profundidades
se encrespan agitaciones bien definidas. Jodsan reduce su posición vanguardista
en fusionar coherentemente la poesía con la filosofía (como Rilke
o Gibran), pero dándole a su literatura un matiz social y tratando de experimentar
en el trabajo estructural. Bebamos esta agua jodsianas:
"El lugar
que uno elige para la muerte
crece en proporción inversa a tu sombra,
y traza un precipicio sin fondo
.....para los
días venideros.
Ausculta en silencio el origen de tus pasos
......Y
se refleja casi siempre
por el lado opuesto de tus sueños.
.......No
tiene nombre,
o tal vez lo tiene,
y está oculto dentro del tuyo".
"Aquí yace la hora que nos hace más ausentes
El destierro
que nos va frotando la sangre con el imán de las sublevaciones.
Porque
es mejor la NADA que nos lleva al suicidio para amar el TODO
Que el TODO tejiendo
los desgarros por algo que siempre nos será AJENO".
Estos
poetas representan genuinamente toda una propuesta vanguardista que traspasará
al próximo milenio.