Alberto Rubio comenta a David Rosenmann
LOS
DESPOJOS DEL SOL
David Rosenmann Taub
...
Antes que dirigirse a lectores, el poeta no sólo procura decirse
algo, sino construirse ante sí mismo con la palabra -si cabe expresarlo
así-; por eso el lenguaje en él se alejará mucho de los significados
comunes. A menudo la auténtica poesía presente resistencia al lector.
Hasta brotan en ella nuevos vocablos: así, el que nomina las
agrupaciones básicas de "Los Despojos del Sol", de David Rosenmann Taub,
obra aparecida recientemente con el sello "esteoeste" (Argentina), en su
"Ananda Primera". El vocablo irá revelando su sentido ordenador
con la anunciada publicación de la "Ananda
Segunda".
...¿La naturaleza, la actividad,
los acontecimientos o la mera conciencia crean la realidad de la persona
en toda su singularidad? En los hechos de la vida, en nuestros actos, en
los sucesos que nos afectan, en el mundo exterior, ¿nos reconocemos, o
acaso nos sirven para "ser"? ¿O acaso logramos esa singularidad sólo
mediante la íntima, profunda percepción de nosotros mismos?
...A mi parecer, entre tales interrogantes maduran las vivencias del
"Diario de un Guijarro" y de otros poemas del libro, expresión de un
dramático divorcio en el hombre entre la conciencia de sí mismo y su
existencia.
...Sin duda, se es persona en cuanto se tiene conciencia de sí; pero
el entregarse uno a existir es como perder esta conciencia: es decir, al
darse a los actos y reacciones habituales. Resultado paradójico: no se
es persona en cuanto se existe. Si se percibe uno en puro acto de
conciencia, se aprehende hecho casi de vacío. ¿Qué es este vacío? ¿Dónde
está la realidad de uno mismo? Desde otro punto de vista, no es posible
el conocimiento pleno de sí: se vive aprisionado irremisiblemente en la
existencia o en la conciencia, mundos incomunicables.
..."Salí, por fidelidad. ¿A quién?", dice el poema I. Uno sale para
existir y demostrarse su propia existencia --digámoslo así--, para
encontrarse consigo mismo; pero no se encuentra, ya que deja de
percibirse, de reconocerse en los actos comunes. Esto equivale, por otra
parte, a no haber salido, a no haber existido plenamente, ya que la
existencia plena requiere la conciencia:
"Palparme, abrirme, ahora cerrarme, con diáfano sigilo (si no,
¿qué pasaría?), estrechando la gavilla que me purifica desde que sé que
no existo".
...Esto significa, a su vez, negar el movimiento o demostrar su
ineficacia: "Inmóvil, capturé la esquina donde gira el Emporio de
Todo".
...Tampoco la naturaleza alimenta la realidad de la persona.
"Convoqué alamedas para servírmelas". Pero las alamedas "dormitan
desequidas". No se disfrutan. No nos reflejamos en el espejo, sino el
espejo se refleja en nosotros. El espejo vacante no refleja nada; a lo
sumo, "casi refleja", y "apenas", "la forma de lo informe" ( Poema III
). Si queremos servirnos de la naturaleza, ella se sirve de nosotros; si
queremos asimilarla, ela misma nos devora. Así, dice de las achicorias
el comensal, en el poema "Manjar":
Dan comienzo
a la voracidad: gozan su modo
de
asumir mi saliva.
...No nos pertenece el cuerpo: hombros, párpados, manos; ni los
retratos nos reprsentan; son horizontes imposibles de asir,
"torrrenciales", "codiciosos" de nosotros mismos, que nos sorbieran y
desprendieran de nuestra propia identidad ( Poema VIII ). La Divinidad
no se halla fuera del encierro en que nos debatimos. Dios no está más
allá, sino aquí, "entre el ropero y la cama" ( Poema VII ). Guardamos
identidad con él antes que semejanza. Impone silencio y es el silencio.
No nos prsta ayuda para conocernos. Conocernos resulta más difícil que
conocer a Dios.
...Poseer es alejarse uno; es asentar la abeja el aguijón "a tomar
sed"; es el morir comprendiendo, y, por fin, el ceder a ese curso
natural de desprendimiento aún del terco afán de permanencia
representado por la abuela insistente con su almuerzo "que se enfría",
en el poema "La Posesión", cuyo misterioso hechizo rezuma esencias del
Sermón de la Montaña.
...Atrevidísima la visión del universo en "Rito". El cosmos
vagabundea "desvencijado", pero como en pañales, "alhorre aún", sin ni
siquiera enterarse de su propia orfandad y fragilidad, a oscuras y en
busca de más tiniebla, como si su más alto grado de evolución fuera el
buscar la conciencia del hombre aturdidamente, intuyendo que sólo en
ella, única luz, podrá alcanzar sentido su viaje. Gracias al contacto
con ese "yo" del poema, surgirá triunfante la belleza. Acto ritual,
rítmico del cosmos en pos de su madurez al fin:
Frágil, ilusionado,
sobre un bósforo de
tropezones
mustios, alhorre aún, desvencijado,
sin ni
siquiera oír getsemaní,
ciego tras más ceguera,
el lerdo
carromato estrepitoso
de las constelaciones
preguntará en la
casa venidera
confundido, por mí:
¡Maduro estiércol para
siempre hermoso!
...Releemos alguna página de Jean Rostand, el biólogo. La vida
habría aparecido quizá sólo en este planeta, y la conciencia sólo en el
hombre. Puro azar. La conciencia humana, única luz del universo: el
concebirlo resalta espeluznantemente nuestro sentimiento de orfandad y
aislamiento. "Yo no vería nada de imposible el que nuestro mundo tuviera
el trágico privilegio del cerebro humano y que él fuera el único lugar
del universo en donde el ciego juego de las moléculas hubiera terminado
en reflexión y tormento" ( El Hombre y la Vida, Fondo de Cultura
Económica, 1960, pág.46.)
...Con el paso de los años cobra mayor relieve en uno el apreciar la
conciencia como verdadero refugio en la vida --pese a esa senación de
aislamiento que pueda provocar-- actitud que debió de tener su origen en
Jesús de Galilea. Dicen las estrofas finales de un poema de Luis
Cernuda, "Tarde Oscura":
Por estos suburbios
sórdidos, sin norte
vas, como
el destino
inútil del hombre.
Y en el pensamiento,
luz o fe ahora
buscas, mientras
vence
afuera la
sombra.
...A nuestro parecer, David Rosenmann, en alucinante visión, con
mucho de extraño humorismo, exalta la conciencia y la voluntad creadora
en su poema transcrito y en otros del libro. Nos deja algo así como
cósmicamente desolados, pero a la vez nos conforta con esa tranquilidad
que sobreviene tras la presencia o la experiencia de un drama seguido
del logro de una verdad.
...Valdría la pena detenerse más en estos poemas. Quizás "El
Eclesistés", Pascal, el pensamiento existencialista, traería puntos de
referencia y comparación. Y "El Cementerio Marino". De algún modo se
siente que la fecha de Zenón que hiriera a Valery hiere también a
Rosenmann.
...Ojalá que esta versión breve de una experiencia en la más
inmediata lectura d un libro exigente no violente demasiado a sus
lectores ni a su propio autor. Quizás en estas líneas se interpreta o
divaga más que se valoriza; pero conste, al menos, esa experiencia,
frente a un notable texto de poesía recientemente aparecido, no dedicado
a James Joyce, como se ha supuesto --dicho sea de paso-- sino a una
amiga del poeta. La solidaridad del oficio une al autor de este
comentario con el autor del libro. Por eso, pero por mucho más: en aras
de la vida de las letras en el país da este breve paso escrito, en vista
de que la crítica literaria habitual ha guardado más bien silencio.
Juzgo recomendable, no tanto reivindicar una atención que se merece el
autor de los poemas, como que la atención sea puesta en él --en su
libro-- ya que le es debida.
.................................................................................................ALBERTO
RUBIO
..........................................................................................Santiago,
julio de 1977.
.............................................en
Las Ultimas Noticias , Domingo 31 de julio de 1977
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Sol , por Alberto Rubio
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