Por Hernán del Solar
..........Este es un poeta chileno que
ha publicado cinco libros. El segundo --"Cortejo y Epinicio"-- fue
premiado por el Sindicato de Escritores. Le siguió el Premio Municipal
de Literatura por "Los surcos inundados". Quedan tres libros: "El
adolescente" --el primero de la lista-- y, los dos últimos: "La
enredadera del júbilo", y "Cuadernos de
poesía", Infortunadamente, sólo conocemos "Cortejo y Epinicio", obra que
nos hubiera servido de introducción a la lectura de "Los despojos del
Sol", que edita espléndidamente Esteoeste, de Buenos Aires. Lamentamos
de veras no tener a mano "Cortejo y Epinicio", que nos dejó el recuerdo
de hallarnos ante un poeta digno de leerse.
..........En el que ahora aparece en
Argentina vamos de sorpresa en sorpresa. El libro está dedicado a Joyce,
prueba evidente de una sincera admiración. ¿Ha querido, además,
emularlo? Si así lo creemos, se trata de una ambición que le enaltece,
sobre todo por sus dificultades.
..........Llegamos luego a dos juicios
acerca de "Cortejo y Epinicio, publicados en las solapas de la obra,
refugio habitual de pareceres favorables. Uno de ellos lo firma Francis
de Moimandre, novelista francés que en 1908 obtuvo el Premio Goncourt
por su novela "Escrito en el agua". Moimandre fue un buen conocedor dela
literatura hispanoamerican, tradujo un bello libro de Salvador Reyes,
algunos cuentos de Carlos Droguett, y estuvo siempre atento a los buenos
escritores de nuestra lengua. Dice de "Cortejo y Epinicio". "Su autor
posee una calidad y un acento totalmente excepcionales. No veo a nadie,
ni aún entre nosotros que se atreva a abordar la expresión poética con
tan desgarradora violencia. El dolor de vivir, la desesperación y la
amargura de las experiencias cotidianas, la vanidad de todos los
impulsos de amor hacia la creación, la obsesión, la muerte, inspiran,
línea a línea, este lirismo desbordante de ardor y abatido peregrinaje.
Es preciso anotar la participación de un humor y una fantasía casi
dlirantes".
..........Después de transcribir el
juicio del autor de "La vaca rabiosa", pasamos al del más grande de
nuestros críticos, Alone. Manifiesta su sorpresa, escribiendo: "¿Un
precursor, uno capaz de sacudir la rutinaria férula no ya de veinte o
treinta años atrás, sino de ayer, de anteayer?".
..........Quedamos anonadados. Nuestro
comentario se ve amenazado por una terrible asechanza, que no sabemos
cómo alejar. ¿Es posible que seamos uno de esos críticos que, a través
del tiempo, quedaron marcados por su estrafalaria opinión acerca de un
genio? No nos gustaría. Trataremos, ahora y siempre, de evitarlo en lo
posible.
..........La duda se agranda cuando
--nuevamente en las solapas-- leemos respirando con dificultad: "Cuándo
un ser humano es ser ?. David Rosenmann Taub concibe el vivir
habitual como un estar afuera --un paseo sin regreso--: un vivir y un
morir "sin enterarse". Los Despojos Del Sol comienzan en el
relámpago de la ruptura: la conciencia se hace presente: el hombre se
sabe. Por tanto, si lo experimentado antes de saberse era
existir, lo ahora experimentado es no existir. El autor va
revelándolo con dramática precisión. Arte : Verdad. Un ejemplo: comemos
algo que saboreamos. Pero ¿cuál es la situación real ? ¿Quién
devora? ¿Es el manjar el que goza de nuestro sabor? ¿Todo es devorado?
¿Aprendemos a conocer la actitud del ser con respecto al
ser?"
..........Si lo leído no nos ha
desorientado más de la cuenta, sospechamos tal vez que existe una
entrada al no ser por la que hemos de colarnos. Dejamos de existir,
pasamos poéticamente a la nada. Los dioses nos amparen en tan indecible
oscuridad.
..........Pero hagamos un paréntesis y
penetremos en la primera parte del libro, titulada "Diario de un
guijarro". Ya todos sabemos que el guijarro es la perfecta mudez.
Llueva, truene, relampaguee o arda el sol se está calladito. Ejemplo de
poesía hermética.
..........Leamos ahora:
.........."Salí, por fidelidad. ¿A quién? Ya estoy
de regreso, bajo el mismo cansancio rojo. Si pudiera, como cuándo niño,
hacia...: "Espérame": Palpé la puerta de calle, la abrí, la cerré, con
desenfreno --para que se enteraran (si no, ¿que pasaría?)-- inmóvil
capturé la esquina donde gira el Emporio del Todo.
..........Palparme, abrirme, ahora,
cerrarme, con diáfano sigilo ( si no; ¿qué pasaría? ), estrechando la
gavilla que me purifica desde que sé que no existo".
..........Prosigamos la lectura. Ya no
se estrecha, por el hecho de no existir, gavilla alguna. Cambiamos de
lugar: "Entre el ropero y el lecho, Dios me mira. Debo callar". Hay una
página en blanco ( XIII , dl "Diario de un guijarro" ) y acaso sea la
que más se aproxima a la experiencia de "no existir". Luego nos desvían
otros versos: "La abuela, contrarrosa / compele al testarudo. Los
veranos / prefieren murmurar, se van con él / "Y poquito después:
"Contrajazmín, la abuela / llora en su delantal los platos vastos / (
Nos perderemos... ) y se va con él )".
..........La poesía llamada hermética,
lo hemos comprobado muy a menudo, se abre una vez que la forzamos, y nos
habla, entonces, con toda claridad, soplando sobre sus tinieblas. Esta
que tenemos delante no es poesía hermética; tiene palabras, muchas
palabras, pero nos resulta inefable. Y por eso, tal vez no la
entendemos. Nos es imposible entrar en el no existir.
..........Pero hay una repentina llave:
Bajo el título de "Los despojos del sol" Hay un subtítulo: Ananda
primera. De pronto recordamos que Ananda es el nombre del discípulo
predilecto de Buda. ¿Podremos entrar con él en la nada, en la no
existencia? Ananda parece desanimarnos. Con sigilosa comunicación nos
enseña que al Nirvana se entra muy costosamente, se está más allá del
espacio y el tiempo, si algo existe es la irrealidad del mundo, no hay
más que la realidad del silencio. Esto es lo inefable: no poder decir
cosa alguna y sólo es preciso callar
..........Ante este libro inefable,
callamos, como corresponde. Lo hacemos con temor: ¿No hablamos de una
manera irreverente, incomprensiva, de una obra que acaso sea genial? No
lo sabemos. Que los viejos dioses de distintos tiempos amparen con una
poesía accesible al espíritu que ante esta obra --contra toda
posibilidad-- se nos encabrita.