El poeta publica dos libros y revisa los episodios más dolorosos de su vida
Zurita, ¿por qué te rompes?
Por Octavio Gallardo
La Nación,
Domingo 30 de marzo de 2008
Luego de “Los países muertos”, el Premio Nacional presenta dos entregas más del megaproyecto de 700 páginas llamado “Zurita”, que incluirá “Las ciudades de agua”, editado en México, e “In memoriam”, donde se sumerge en la tortura, la muerte de su padre, la soledad, el amor roto con sus mujeres y el abandono a sus hijos.
¿Pero qué pretendes, Zurita? Es lo primero que se le puede ocurrir a un lector luego de leer "In memoriam" (Ediciones Tácitas). Pero cuando abre las puertas de su casa para esta entrevista su rostro demuestra que ha recibido los golpes de frases como "¿sabías que yo también dejé a mis hijos, papá?".
El padre muerto que deja a su hijo Raúl con dos años en el cuerpo y el Zurita de esa mañana: "Ya lo dije, cuando dejé a/ mi mujer y los dos chicos. Me operé de ellos. Así/ de simple". Las preguntas son transcritas sin piedad en un libro que además se pasea por todos los registros que ha tenido el poeta a lo largo de su obra, desde el hermetismo de "Purgatorio" y "Anteparaíso" hasta la lucidez narrativa y el lenguaje callejero de "Los países muertos".
Por su parte, "Las ciudades de agua", libro que sólo ha sido publicado en México por Ediciones Era, posee, según el mismo Zurita, una condición mucho más narrativa que "In memoriam". Sin embargo, "son libros hermanos" porque comparten la intención autobiográfica y contienen poemas que en "Las ciudades" se extienden. "Además, en ese libro el recuerdo del padre se transforma en el asunto central", asegura.
"He pensado mucho en ‘Purgatorio’, el primero de mis libros, es un gran tour el que me pegué para llegar más o menos a los mismos lugares y a las mismas conclusiones", ratifica Zurita, quien ha vuelto al origen de su literatura, porque "el rumbo que tomó Chile me tenía bastante angustiado; además, mi relación con la oficialidad está completamente rota", afirma.
¿VANIDAD EXAGERADA?
En adelante hacemos el ejercicio de leer frente al autor sus propias desvergüenzas, más algunas preguntas de cajón y ciertas reflexiones. Sus nuevas publicaciones son una biografía a quemarropa, Zurita con el cuerpo desnudo parece que señala las partes íntimas de su vida sin pudor. "De qué otra cosa puedo partir si no es del dato básico de mi experiencia, eso está desde el comienzo en lo que yo he hecho, el encefalograma que incluí en ‘Purgatorio’ y la frase ‘oye, Zurita me dijo , sácate de la cabeza esos malos pensamientos’, que abre ‘Anteparaíso’, son ejemplos radicales de eso", dice.
Y está bien, es así de claro, su obra es un registro evidente de la tensiones sociales y personales, y se ha poblado de gestos desde sí mismo, extremando el texto hasta salir de ahí, de la página, y rayar el cielo de New York, por ejemplo, quemarse la cara, hacer acciones de arte o escribir un poema final en los acantilados, tal y como pretende.
¿Pero en qué momento y por qué Zurita pasa a ser el centro, y la vida misma de Zurita pasa a ser el centro? ¿Vanidad exagerada? "No porque mi vida sea más importante que otras, sino porque es un dato básico, nunca he podido entender un arte, una poesía que no tuviera una relación con la vida propia. Pienso que este libro forma parte de otra razón más grande, es que la literatura te permite darle a los hechos la piedad y la compasión que los asuntos en sí jamás tienen. ‘Qué te suceda algo; hoy murió mi papá’, todos esos hechos son brutales, son secos, solamente la literatura puede darle a eso su hondura, su emoción", responde.
- ¿Se trata de volver a los hechos para redimirlos o algo así?
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-Volver a los hechos corrige tu experiencia. Pero tampoco sé si es una vuelta o no es una vuelta. Es como despertar de un sueño, la acción que tú hiciste al despertar es como la ordenación del sueño, de algo que es inexpresable, inenarrable, que es la experiencia radical de tu vida. La poesía te permite hacer el esfuerzo mayor por recuperarlo, aunque sabes que finalmente estás condenado a la derrota.
"¿QUÉ CHUCHA TE CREES?"
La frase tiene nombre y apellido, según el poema "In memoriam: tu nevada mejilla", la habría emitido Diamela Eltit, su ex esposa. En el mismo texto cita a su tercera mujer, Amparo Mardones diciendo: "¿Crees, autista de mierda, que te amo?".
Una ventana abierta a las heridas de la separación, por cierto. Varias veces, Zurita recuerda en "In memoriam" esos episodios en que el amor se rompe. En el poema "1979" describe: "Llegué después del toque/ de queda. Estaba encerrada en la pieza y no la vi/ hasta el día siguiente. Era una carnicería. Se había/ cortado entera con un gillete y quemado las/ piernas y los brazos con una plancha".
Zurita dispara: "Yo creo en una poesía y en un arte que se juega al máximo, que asume todos sus riesgos posibles; no creo en una poesía de buenos modales, amononadita", y sigue: "Son ellas y no son ellas, o son ellas pasadas por la escritura y pasadas por una determinada visión. Se han retratado recuerdos; a mí me importaba mucho que en alguna parte la realidad esté, los personajes tenían que estar en alguna parte, tenían que tener un cuerpo concreto".
"Es un fraude, una vergüenza, darle el Nacional a ese lameculo que le escribió un poema al Presidente". La frase es del poeta Hernán Montealegre y se cita así en el poema "Los ríos del dolor". Zurita se hace llamar Zura y se hace llamar peruana en el poema "Sí" de "In memoriam". "Es que no ves/ cómo nos insultan, peruana, es que no ves cómo/ nos apartan, peruana, es qué no ves las burlas que/ nos hacen, peruana".
Ha recibido insultos la peruana, aunque se niegue a ser llamada peruana, y quiera que la llamen Zura. Y la peruana responde: "De la recepción hace mucho tiempo que no espero nada. Y no pretendo hacerme el indiferente, sino que a veces con dolor me he dado cuenta que no puedo cifrar ninguna esperanza en algo que no depende de mí, que uno, buena o malamente, lo que puede hacer es escribirlo; soy responsable de lo que escribo, pero no soy responsable de lo que los otros leen", dice.
En una parte del libro apunta: "¿Te gustan mis poemas, papá?". Zurita se refleja en el rostro de su padre muerto, espejea sus propias acciones y abandonos; ese padre que es la figura más determinante en el libro "Las ciudades de agua", en "In memoriam" es una mancha que reaparece a trazos.
¿Qué es lo próximo que abandonará Zurita? ¿La escritura, por ejemplo, hasta dónde, qué es lo que viene ahora? Cuando llegamos escribía solo en medio de la sala de su casa en Pedro de Valdivia Norte, frente a un patio frondoso, el Parkinson anudado en él. Son las diez de la mañana y ya hay medio poema lanzado al centro de la pantalla.
Ya ha escrito más de 600 páginas, reconoce, de esa obra total con la que pretende cerrar el ciclo que inició con "Purgatorio". "Estoy publicando fragmentos de un libro de 700 páginas que se llama ‘Zurita’; pretendo, eso sí, que sean autónomos, coherentes en sí mismos, pero si alguna vez se termina ese libro, si alguna vez sale, no tendrá el orden de las publicaciones, el libro es otro y sólo se entenderá en ese momento".