Raúl Zurita: Respuesta a Nelson Villagra
Nelson Villagra, en una carta aparecida el 19 de octubre,
se refiere a la lectura de poesía que se realizó en la Escuela Militar.
Por el respeto que tanto él como parte de sus argumentos me merecen quiero
brevemente explicitarle un par de cosas. Es esto: descreo absolutamente
de la palabra reconciliación y me repugna el uso narcotizante con que ha
sido usada en los últimos 16 años en Chile. A los asesinados y
desaparecidos lo que se les negó, y de un modo radical y para siempre,
fue precisamente el derecho a ejercer esa palabra. Yo no he salido de allí.
He escrito desde ese silencio incolmable sabiendo que mis poemas nunca
serán las palabras que miles y miles no alcanzaron a decirse. La única
trascendencia, el único gran poema que hubiera deseado escribir es no haber
tenido nunca que escribir esos poemas porque ello significaría que jamás
en Chile ocurrió el crimen y la abyección. En septiembre del 2003, a
treinta años del bombardeo de La Moneda, solicité se me dejara leer allí,
en ese lugar, algunos poemas del "Canto a su amor desaparecido" y de "INRI".
La petición me fue negada drásticamente. Entiendo entonces mi participación
en la lectura de la Escuela Militar como la permanencia y la militancia en
el dolor. En la marca del dolor. No por un futuro, sino por lo irremediable
del pasado. Precisamente allí y en todos los lugares en que se ejerció el
exterminio y la muerte. En el origen mismo del silencio de tantos y
tantos. Allí quiero que estén esas precarias palabras. Alguien se pregunta
si también se llegarían leer poemas en el buque escuela Esmeralda que fue
usado como campo de concentración y de torturas. Fui apresado el 11 de
septiembre de 1973 y como miles, golpeado, torturado, humillado hasta la
extenuación en el carguero Maipo de la Compañía Sudamericana de Vapores.
Ignoro si ese barco aún existe, pero en todo caso mi respuesta es sí, es
absolutamente sí, es sí para siempre.
Raúl Zurita
23 de octubre, 1973