LA ESTRUCTURA Y LA
PROBLEMATICA EXISTENCIAL
DE EL TUNEL DE ERNESTO
SABATO
por Marcelo
Coddou
La estructura de El túnel
es la propia de la novela contemporánea. Según han observado
teóricos e historiadores de la literatura, a las variaciones de la
sensibilidad corresponden necesariamente mutaciones en la estructura
de los géneros y cada cambio tiene el sentido de una crisis que altera
contenido y continente y no significa desaparición de uno u otro
aspecto.
..... No puede, por ello,
hablarse ni de decadencia ni de término de la
novela, como lo han hecho T. S. Eliot y Ortega. Tampoco es posible
sostener que la narrativa actual carezca de `forma´, ya que en toda
obra tendrá que haber necesariamente cuidadosos procedimientos
constructivos; como dice Anderson Imbert "la novela cambia de formas,
pero no las pierde". Básicamente es el mismo pensamiento de Kayser,
para quien la novela seguirá existiendo bajo una "forma renovada".
Análogo es el enfoque que Barquero Goyanes ofrece en un excelente
ensayo suyo, Proceso de la novela actual.
...... Kayser y Castellet, entre otros muchos teóricos, han aclarado
esta idea de que las alteraciones del sistema preferencial de la
sensibilidad y la idea del hombre, se manifiestan necesariamente en la
producción literaria: variando la concepción del mundo y del hombre,
varía también la imagen que lo representa y por ello se ha de adoptar
nuevos procedimientos expresivos. Sólo desde un criterio histórico
pueden explicarse las características que individualizan la narrativa
de nuestros días, que no son sino el resultado del complejo cuadro de
circunstancias culturales y sociales en que la literatura se enmarca.
En efecto: una concepción burguesa de la vida que, como Sartre, se
define por poseer un espíritu analítico, determinó que en la novela
del siglo XIX el punto de vista narrativo -una de las tantas formas de
que se reviste el género- fuese siempre el del autor, considerado como
ser superior que domina en forma absoluta su material (personajes,
acción). En cambio, cuando el mundo burgués se quiebra, el creador
literario adoptará necesariamente un enfoque narrativo diverso:
impedido de mantener una posición absolutista y autoritaria, va
progresivamente autoeliminándose. Así, según la tesis de Castellet, en
la actualidad se está produciendo una eliminación radical de la
presencia del autor en sus obras, hasta el punto de poder afirmarse
que la presente es "la hora del lector".
..... Este fenómeno
ha determinado, por otra parte, el predominio en la narrativa de los
últimos años de técnicas hasta entonces inexistentes o escasamente
cultivadas: todas muestran los cambios de posición del narrador frente
al mundo que crea. Se señala entre esas técnicas `el relato en primera
persona´, el `monólogo interior´y `las narraciones
objetivas´.
.....
Nos parece realmente válida la
observación de que la novela decimonónica posee un carácter analítico
y que está dominada en absoluto por el autor debido a los postulados
básicos en que descansa la concepción burguesa de la existencia. Es
por ello que el autor podía realizar excelentes disecciones y
reconstrucciones psicológicas de los personajes. Así nos podemos
explicar que comente y dirija la lectura, pues se ubica en un plano de
neta superioridad. Es justamente esta falsa `superioridad´ la que va a
quebrarse y con ella quedará limitada la capacidad cognoscitiva del
narrador, lo que determinará -según lo señala agudamente Kayser-
variantes estructurales de la novela que significan pasar de la
narrativa tradicional a la contemporánea: se rompen los modos
naturales de relación entre narrador-narración-lector-mundo. El autor
no domina ya con su personalidad el mundo narrativo que presenta, deja
de ejercer imperio absoluto sobre él y el modo narrativo se hace
presentativo y, en casos extremos, estrictamente objetivo,
como en los experimentos emprendidos por la escuela de Allain
Robbe-Grillet que da plena autonomía a los objetos y suprime toda
psicología. La novela contemporánea por eso ya no comenta ni explica,
sino que, como `arte de elipsis´, se limita a mostrar, presentar y
construir.
.....
Ortega en sus "Ideas sobre la novela"
señaló ya en 1925 este proceso de objetivación del género, al decir
que "de narrativo o indirecto se ha ido haciendo descriptivo o
directo. Fuera mejor decir presentativo".
..... Abandonada toda posibilidad analítica, el novelista describe
desde fuera las situaciones, sin comentar, juzgar ni recomponer la
conducta de sus personajes; no prevé ni adelanta hechos y sólo
presenta `al desnudo´. Sartre desea llegar a crear una novela en la
que el lector jamás sea guiado por el novelista.
.....
Por lo anotado hasta aquí podemos ver que llegaremos a captar el
sentido cabal de la novela actual si analzamos los diversos `puntos de
vista narrativos´que ella ofrece. Roman Ingarden fue quien centró las
preocupaciones críticas en consideraciones sobre el `punto de vista´.
Este concepto abarca una multiplicidad de matices: el de la
`perspectiva pictórica´, como en Homero; el de una clara `intención
vitalizadora de la curiosidad´, como en Las Mil y Una Noches;
el de la `omnisciencia épica´según puede notarse en la novela
tradicional; el del `relato múltiple´ como lo ofrecen Faulkner y otros
neorrealistas norteamericanos, etc.
..... Entre las
técnicas del manejo del punto de vista que hoy alcanzan mayor vigencia
y divulgación están `los relatos en primera persona´, `el monólogo
interior´ y `las narraciones objetivas´, indica Castellet. Todas estas
formas son cultivadas actualmente por los narradores de
Hispanoamérica, y a veces con gran maestría. Basta recordar unos pocos
ejemplos ilustres: monólogo interior aparece en obras de tanta
significación como son El Señor Presidente de Asturias,
La región más transparente de Carlos Fuentes, Al filo del
agua de Agustín Yáñez, La tierra pródiga del mismo Yáñez
y Sobre héroes y tumbas de Sábato.
..... El modelo indudable de todas estas obras es el Ulyses
joyceano que termina con la inmensa frase que va reanudándose sin
acabar jamás: el interminable monólogo que se cuenta a sí misma Marión
Bloom -la mujer de Leopold Bloom- entre el momento en que su marido la
ha despertado y aquel en que se vuelve a dormir: su discurso no está
puntuado ni formulado y apenas articulado. Es un esfuerzo admirable de
descripción de la corriente de la conciencia. Conocido es el partido
que Faulkner supo sacar de semejante procedimiento en El sonido y
la furia.
.....
No estará de más que, a modo de
paréntesis y como respaldo para enjuiciar su empleo por Sábato en
Sobre héroes y tumbas, anotemos que con este procedimiento el
novelista dispone de un instrumento de asombrosa variedad que explora
ágilmente uno tras otro todos los niveles de sus personajes; es una
real conquista destinada a lograr, con una fidelidad de la que el
siglo XIX nada sabe, íntimas aproximaciones a las raíces más secretas
de los personajes, superando así la mayor hondura que pudo conocer la
novela psicológica tradicional. Si autores de América como los citados
han podido emplear el procedimiento con notable logro artístico, nos
parece que mal puede hablarse, como lo ha hecho Manuel Pedro González,
de una "proyección infecunda de Joyce". Loveluck, en un estudio suyo
en que analiza tres ejemplos de la nueva gran novela americana del
período tan rotundamente negado por el cubano -los tres últimos
lustros-, destaca cómo, "junto a renovaciones de contenido, ellas son
portadoras de valiosas experimentaciones factuales, que no merecen
nuestro, a veces, desdeñoso desconocimiento". La postura del ensayista
chileno, análoga a la de Fernando Alegría y otros, es la aceptable
-nos parece- y concuerda con la que hemos sostenido líneas atrás de
que a realidades diferentes corresponden diversas formas de relato.
Como dice Miguel Butor:
el mundo en el cual vivimos se trasforma
con gran rapidez. Las técnicas tradicionales del relato son
incapaces de incorporarse todas las nuevas aportaciones así
originadas. (Sobre literatura).
..... Con un pensamiento muy semejante al de Sábato, Butor
sostiene que la búsqueda de nuevas formas novelescas que logran un
mayor poder de concentración tiene una triple función: la de
`denuncia´, `exploración´ y `adaptación´ en relación con la conciencia
que tenemos de la realidad y, por eso,
la invención formal de la novela, lejos
de oponerse al realismo como imagina demasiado a menudo una crítica
miope, es la condición sine qua non de un realismo más a fondo.
(Id).
Y este tipo de realismo es el
pretendido por la novela actual, tanto de Europa, los Estados Unidos
como de Hispanoamérica.
..... Lo que naturalmente con
criterio estético no podemos aceptar es la novela "de laboratorio",
aquella realizada casi matemáticamente, donde el hombre y su accionar
constituye mero pretexto y no causa. Barquero Goyanes ve en este
tipo una novela deshumanizada, "aquella en que el narrador se ha
servido de unos lances y de unos seres, no por sí mismos, sinó sólo en
función del virtuosismo técnico que le permiten manejar". El estudioso
español sostiene: "la técnica podrá ser todo lo compleja y refinada
que se quiera, pero nunca podrá perder su carácter funcional, bajo
pena de rebajar o de escamotear totalmente la calidad `hermética´ de
la novela.
..... Además del empleo de la
técnica del monólogo interior -ausente en El túnel, pero
utilizada con real maestría en Sobre héroes y tumbas- el
autor puede echar mano, según decíamos, a otras como el de las
`narraciones objetivas´ y las del `relato en primera
persona´.
..... Sábato niega el
`objetivismo extremo´ cuando se le emplea como método único, pues al
utilizarlo así "se sacrifican la verdad y la profundidad". Para no
extendernos en sintetizar lo que nuestro autor piensa sobre
Robbe-Grillet y su escuela, nos limitamos a remitir al lector
interesado a los ensayos de Sábato al respecto, contenidos en su libro
El escritor y sus fantasmas, de 1963.
..... En lo referente al empleo de la técnica del punto de vista,
quisiéramos detenernos y hacer algunas consideraciones. La visión del
mundo -subjetivo y objetivo- ofrecida por Sábato es, evidentemente, su
propia visión que, como quedará demostrado, corresponde a la de un
existencialista. Enfrentado al problema de objetivar esta visión se
resolvió el autor por emplear la de "diario íntimo" en cuanto a la
presentación externa. En lo que respecta a la forma interior utiliza
predominantemente la perspectiva del "narrador-protagonista",
rechazando otras posibilidades como las de un "narrador-omnisciente",
un "narrador-observador", o un "narrador-testigo", por mencionar las
señaladas por Anderson Imbert (1). El novelista Sábato cede la
palabra al protagonista Juan Pablo Castel, quien nos narra sucesos
importantes de su existir a modo de una extensa introspección
recordatoria.
.....
Consultado Sábato sobre la elección de
este `punto de vista´ confesó haber llegado a él después de una serie
de intentos fallidos,
hasta que tuve la sensación (...) de que
el proceso delirante que llevaría al crimen tendría más eficacia
si estaba descrito por el propio protagonista, haciendo
sufrir al lector un poco sus propias ansiedades y dudas,
arrastrándolo finalmente con la `lógica´ de su propio delirio hasta
el asesinato de la mujer.
..... Muy clara está la motivación del empleo de ese
punto de vista: nace del deseo del autor de dar una mayor "eficacia" a
su narración. Que el mundo externo -objetos y otros seres- al ser
contemplado desde el protagonista se haga, como la mente de
éste, ambiguo, impreciso, es un logro y no un defecto que pueda
achacársele a la palabra: Borello aporta el dato que David Viñas -el
autor de Los dueños de la Tierra- ha acusado a Sábato de ser
el creador de personajes y ambientes ambiguos. Sábato sostiene que los
hijos de la imaginación son tan ambiguos, incomprensibles y
contradictorios como los seres reales. Es interesante meditar hasta
qué punto contribuye ello para que El Túnel logre un mayor
carácter `hermético´, ya que exige una capacidad de aprehensión grande
por parte del lector.
..... Si partimos de las
conclusiones a que nos llevara la interpretación de la
novela(2), tendremos otro fundamento que justifique el empleo del punto
de vista del "narrador-protagonista" elegido por nuestro autor. En
efecto, si la pretensión del autor era penetrar hasta el reducto
último de su personaje, ahondando en la condición humana,
desentrañando sus limitaciones y sus absurdos; si ha querido mostrar
los angustiosos anhelos de comunicación de los existentes que viven en
un básico estado de solipsismo, nos explicamos que coloque a sus
lectores en un yo que refiere su existencia y que desciende
hacia sí mismo; la presentación del hombre, de la intimidad última del
hombre, sólo es factible cuando nos adentramos en él.
..... Adoptada esta perspectiva llegamos a conocer mejor al
protagonista, pues nos enteramos no sólo de su accionar externo y de
lo que manifiesta a otros que con él dialogan, sino que también
llegamos a saber lo que piensa y siente. Logra así esta novela cumplir
con el `imperativo de autopsia´ que señala para el género Ortega:
"nada de referirnos lo que personaje es: hace falta que lo veamos con
nuestros propios ojos".
..... Partiendo desde el punto
de vista de un "narrador-protagonista", la novela alcanza una
`estructura personal´ y, por ello, se narran preferentemente los
hechos del puro acontecer interior, los hechos de conciencia,
descritos así con una morosidad que produce el ensanchamiento
temporal. El autor selecciona sus preferencias y hace, muy al pasar y
sólo con un sentido funcional, consideraciones ambientales, para
abandonarse a una reiterada presentación de las instancias
significativas de la intimidad de la conciencia del protagonista cuyos
sucesos internos y desgarrados expone.
..... Piénsense en
las diferencias que separan esta novela de las consideradas
tradicionalmente como las típicamente representativas de la narrativa
hispanoamericana. El contenido cósmico captado por éstas -las
superregionalistas, las obras de la naturaleza-, es opuesto al de
El Túnel y por ello, se oponen también las formas con que ha
sido captado.
..... Repitámoslo: el mundo
expuesto en la novela que nos ocupa tiene como soporte el existir
personal de un hombre que se vuelve reflexivamente sobre sí mismo. Los
motivos que constituyen y configuran la perspectiva personal de su
existencia son las modificaciones del temple de ánimo, los elementos
hostiles de la realidad vital, las apetencias metafísicas y las
frustraciones; básicamente, el anhelo de comunicación, el ansia por
superar su esencial soledad.
..... Y esto viene a significar
que todos los sucesos que se narran acontecen en función del existir
personal de Juan Pablo Castel, de ese su existir angustiado y
auténtico: "la interioridad del personaje es el estrato que funda la
estructura cerrada del mundo narrativo" de El Túnel,
análogamente a lo que sucede en La Última Niebla de la
Bombal, según ha visto Goic.
..... Si consideramos que en
novelas como ésta, de estructura personal, los momentos se van a ir
articulando como aspectos de la existencia del protagonista, como
elementos que componen su mundo personal, fácilmente nos podemos
explicar que se actúe libremente en "cortes temporales y espaciales"
de la secuencia. Ya no sucede como en la novela decimonónica, donde
hay un modo de disponer los motivos en un orden abstracto: si la
linearidad caracteriza toda novela representativamente tradicional, de
tal modo que los acontecimientos se suceden en estricto orden
cronológico, la novela contemporánea no respeta esa sucesión racional
del tiempo. caso típico el de Faulkner.
..... Y nos
enfrentamos así a la consideración de otra de las formas de que se
reviste la novela: la `secuencia narrativa´. También a este aspecto
Anderson Imbert ha dedicado atención preferente en su ensayo citado:
Hay una gran diferencia entre el proceso
natural del mundo, tal como lo comprendemos con nuestra
inteligencia, y el proceso narrativo que nos impone el novelista. Al
proceso natural lo captamos con ciertas categorías lógicas: situamos
las cosas en el espacio, disponemos los acontecimientos en un tiempo
abstracto, establecemos relaciones necesarias entre una causa y su
efecto, etc. Pero la novela no tiene por qué contar su asunto en
ese orden racional. El novelista, en un acto arbitrario de su
imaginación, elige el principio y el fin del relato, y entre uno y
otro arregla libremente los episodios (...). La novela puede
entrecruzar planos anacrónicos, interrumpirse con retrospecciones,
invertir la sucesión temporal y hasta obliterar el
tiempo.
..... En El Túnel hay una especial manera de
alterar la secuencia narrativa. Desde el primer instante se nos da a
conocer el final de la trama, el asesinato de una mujer, y todo el
relato irá desenvolviéndose hacia la explicación de las razones que
llevaron al protagonista a realizar ese asesinato. La `historia
interna´ de ese crimen es la novela y como para relatar esa historia
el protagonista se sumerge en su propio "yo", el tiempo va a
`subjetivarse´, rompiendo el estrcito orden lógico de la presentación.
Cumple así El Túnel con otra de las características que para
la novela contemporánea señala su autor en su ensayo ya
citado:
... Al
sumergirse en el yo, el escritor debe abandonar el tiempo
cosmológico, el de los relojes y almanaques, pues el yo no está en
el espacio sino que se despliega en el tiempo anímico que corre por
sus venas y que no se mide en horas ni minutos sino en esperas
angustiosas, en lapsos de felicidad, de dolor, de extásis (...) Este
hecho es consecuencia de la rigurosa necesidad de verdad que acosa
al novelista de hoy; el hombre y sólo el hombre es centro de su
creación, y el exámen y descripción de su realidad no pueden ser
hechos sin grave falsificación, en un tiempo que no es humano
sino astronómico. (El
escritor...)
Y si se habla de tiempo `humano´
necesariamente se llega a un aparente desorden en la
cronología de los hechos narrados. El ser humano -y las criaturas
literarias tienen que alcanzar ese grado de plenitud-, puede llegar a
tener conciencia de la doble temporalidad posible: Juan Pablo Castel
cuando decide el último encuentro con María y la espera,
reflexiona:
... No
sé cuánto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y
universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a
nuestros destinos, a la formación o derrumbe de un amor, a la espera
de una muerte.
A ese tiempo opone otro, el
subjetivo:
... Pero de mi propio tiempo fue una cantidad inmensa y
complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y
tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil
y perpetuo (p. 151).
..... Lo que ahora nos importaba destacar era como Sábato
-gracias a los saltos en el tiempo a los que se ve conducido por su
consideración de la temporalidad humana-, logra captar mejor la
tensión del lector, a quien hace titubear en su camino, pues ofrece la
acción en toda su vital fluidez, muchas veces caótica, oscura. Los
rompimientos temporales, eso sí, nunca llegan en El Túnel
hasta el punto de lo conseguido por Sábato en su segunda novela y
quedan, por supuesto, muy lejos de lo llevado a cabo por Faulkner en
este terreno.
..... Entre los muchos ejemplos
concretos que podemos entresacar de la novela, sírvenos muy bien el
que a continuación comentamos brevemente. Al final del capítulo III se
nos ha indicado que la muchacha con la cual el protagonista ha creído
encontrarse identificado(3) desaparece "perdida entre los millones de
habitantes anónimos de Buenos Aires". El protagonista dice que en los
meses siguientes sólo pensó en ella y en volverla a encontrar. Al
comienzo del capítulo IV anota: "una tarde, por fin, la vi en la
calle". Ante esto podríamos esperar que nos refiriese cómo fue ese
encuentro, continuando así con el desarrollo recurrente de la acción,
pero lo que hace es totalmente diverso: ocupará largas páginas en
contarnos lo que en su interioridad había sucedido en ese tiempo en
que no la vio. Esto es, interrumpe el relato -que reanudará sólo en el
capítulo siguiente, ocho páginas más adelante- llevado por la
necesidad de referirnos algo para él mucho más importante y que es lo
que ha acontecido en su interior durante los meses que dejó de verla.
La secuencia narrativa no es continua porque lo exige así la
`estructura personal de la novela´. Importando lo relativo al
personaje, a ello dedica con morosidad un largo tratamiento,
produciéndose así un ensanche temporal en los hechos del puro
acontecer subjetivo. Para el narrador era esencial mostrarnos en qué
estado se debatía su protagonista cuando angustiadamente esperaba el
reencuentro con la mujer que le posibilitaría el logro de la
comunicación y por ello quiebra la secuencia cronológica y utiliza el
`raconto´.
..... Acciones breves pero
intensas; acción interior preferida a la exterior. La morosidad que
destacamos como presente en pasajes significativos y la velocidad en
lo que es accesorio con respecto a la finalidad última, determina la
mayor intensidad lograda en la novela. Se cumple así en El
Túnel con lo señalado por Ortega en sus Ideas sobre la
novela:
es un error creer que ésta (i. e. la
`intensidad´ ) se obtiene contando muchos sucesos. Todo lo
contrario: pocos y sumamente detallados, es decir, realizados. Como
en tantas otras cosas, rige aquí también el `non multa, sed multum´.
La densidad se obtiene, no por yuxtaposición de aventura a aventura,
sino por dilatación de cada una mediante prolija presencia de sus
menudos componentes.
Y eso es lo que hace Sábato:
detenerse en los instantes para él fundamentales, y reiterarlos
intensificando; avanza, por el contrario, con rapidez en lo secundario
al propósito central.
..... Como lo dejáramos
afirmando, el tratamiento del tiempo en la novela es uno de los tantos
aspectos que pueden ser considerados en el análisis de la "actitud
narrativa" en lo que se refiere a la relación del narrador con la
materia de su objeto. Otro fenómeno que necesita ser considerado es el
de la `anticipación´ y que está estrechamente ligado al recientemente
analizado por nosotros. Que El Túnel no es una simple novela
de celos y crimen es fácilmente demostrable y creemos poder hacerlo
con cierto detenimiento en el capítulo siguiente del presente trabajo;
pero aun podemos llegar a determinarlo partiendo de la estructura
externa.
..... La novela policiaca
-señala Kayser- perdería interés si al principio indicara el
desenlace.
... Pero el interés del arte narrativo no es de naturaleza tan
grosera y material como para sufrir por una indicación sumaria del
desenlace. Un examen más minucioso de la técnica de la anticipación
manifiesta que generalmente no se hace más que levantar un poco el
velo, y sólo por un lado.
Así en el caso que analizamos:
"sabemos -dice el narrador-protagonista- que he dado muerte a alguien,
pero lo esencial será llegar a determinar las circunstancias que me
condujeron a ese crimen: cómo concocí a la mujer, cuáles fueron
realmente las relaciones con ella establecidas y qué me determinó a
obrar como lo hice" (no citamos textualmente). En la `anticipación´
del desenlace de la novela vemos un medio empleado por el autor para
tener plena certeza de que nosotros como lectores veremos recompensada
nuestra plena adhesión a los personajes y acontecimientos. Desde el
primer instante somos llamados los lectores a adentrarnos en la
psiquis del protagonista y del deutoagonista, se nos exige
compenetrarnos con la motivación de sus respectivos comportamientos y
que ahondemos en el sistema de relaciones habido entre
ellos.
.....
Con los aspectos que hemos ido
observando analíticamente tenemos una base cierta para considerar que
la novela en su conjunto alcanza un `diseño´ especial, de cuyo valor
estético nos damos cuenta cabal cuando rehacemos su materia,
prescindiendo de los artificios de la técnica empleada y observando
cuál sería el orden lógico, racional de los acontecimientos. "Para
ello yuxtaponemos los segmentos de la acción uno tras otro, en un
tiempo abstracto: en ese tiempo físico, universal y falso que se mide
con calendarios y relojes"(4): reducido el desarrollo de
la acción a su máxima sencillez se obtiene la fábula de la
obra, que es el nombre científico dado a ese esquema puro, lo que
Aristóteles llamaba el `mythos´. La fábula de El Túnel es
extraordinariamente simple, pero, además del profundo sentido que
tiene la obra como intento de adentramiento en la hominidad,
interesaba ver cómo con ella se ha diseñado una cabal creación
artística, en que la distribución de las formas narrativas, al
desviarse de la exposición meramente lógica del proceso, proporciona
el valor estético de la novela.
..... No es el suyo
un diseño tan complejo como el de Sobre Héroes y Tumbas, de
cuyo análisis se sirve la profesora Angela B. Dellepiane para
demostrar
... La
profundidad y riqueza de la novela, construida con las más modernas
técnicas narrativas y reforzar con esta demostración la tesis de que
la novelística hispanoamericana no siempre ha de ser específicamente
regionalista, americanista, no necesita ser `telúrica´, ni
`exótica´, ni recurrir a los gauchos ni a los indios para ser una
gran literatura, madura, adulta, plenamente desarrollada, que puede
hombrearse sin desmedro con sus hermanas `ricas´, la novelística
europea -principalmente francesa e inglesa- y la norteamericana.
(Revista Interamericana de Bibliografía, vol. xv,
1965).
..... Aunque el juicio de la ensayista nos parece
exagerado cuando concluye que El Túnel es "clásico" y
Sobre Héroes y Tumbas es obra "barroca" (en temas y
estructuras), no podemos dejar de reconocer que es evidente la mayor
simplicidad del diseño de la novela de 1948 comparada con el de la
última, de 1961.
II
El
Túnel: una novela existencial.
..... Esta consideración de que El Túnel es una
novela existencial, y que se nos impusiera desde el primer momento de
lectura de la obra, de ningún modo es absolutamente original. Ha sido
señalada por la crítica que se ha preocupado de la narrativa de
Sábato, aunque jamás -que sepamos-, con el suficientemente
detenimiento probatorio de la especial modalidad que
adquiere.
..... Edmundo Concha, Nelly
Cortés y otros ensayistas han formulado afirmaciones muy válidas al
respecto, pero estimamos que se hace necesario adentrarse un poco más
en la obra para constatar hasta qué punto pueden sus juicios
sostenerse como seguros enfoques interpretativos.
..... De los ensayos que hemos podido consultar (5), es el del
Profesor Borello el que nos parece más certero:
.....
El Túnel es la novela de la soledad del
hombre actual, expresada en la imposibilidad de comunicación y en la
vaciedad del amor. Construida con gran economía de medios, ya eran
visibles en ella algunas notas que en la última (i. e. Sobre
Héroes y Tumbas), se han desarrollado y enajenado totalmente.
Su personaje mostraba una oscura ambigüedad, que luego sería la
característica central de su concepción de los personajes novelescos
(6).
..... Ha visto bien el profesor de la Universidad de Cuyo
cuál es el motivo central de la obra, pero nosotros queremos ir más
allá y observarlo en su dinámica composición, estudiar su
`motivación´.
..... Partimos de esas
observaciones y de otras tan válidas como ésta de Iris J.
Ludmer:
Sábato testimonia a Sábato; su pretensión
de mostrar lo que sucede o sucedió resulta en la realidad sólo
mostración de su concepción del mundo, de lo que le
sucede (7).
..... Creemos, con el Profesor Borello, que el `motivo´
central o dominante en El Túnel es la soledad e
incomunicabilidad básica del hombre, elementos centrales de la
cosmovisión de Sábato plasmada literalmente en la
novela.
..... El motivo de la
soledad, desamparo e incomunicabilidad del hombre ya
frecuentemente cultivado en la narrativa contemporánea y que aparece
con notable persistencia en todas las manifestaciones humanas
(filosóficas, literarias, artísticas) de nuestro tiempo, alcanza su
desarrollo en una `composición´ tal que permite juzgar a El
Túnel como una de las novelas más representativas de la
actualidad (8).
..... Welleck y Warren aclaran
este concepto de `composición´:
Lo que en inglés se llama la
`composición´ de la novela es lo que los alemanes y rusos llaman su
`motivación´. El término bien pudiera adoptarse en inglés por ser
valioso precisamente por su doble referencia a la composición
estructural y narrativa y a la estructura interna de teoría
psicológica, social o filosófica de por qué los hombres se comportan
como se comportan, o sea, en último término, una teoría de la
causalidad. (Teoría Literaria).
..... Es en este segundo aspecto en que
insistiremos aquí: una observación del comportamiento de los
personajes de El Túnel, para desentrañar la razón última de
ese obrar.
..... Motivación evidentemente
existencialista, de raíz sartreana, es la que encontramos en el
comportamiento de Juan Pablo Castel, protagonista -y narrador- de la
obra. Su afán de dominio y posesión absoluta del ser amado y la
destrucción por muerte de ésta, sólo se explica desde esa perspectiva.
El amor que siente por María Iribarne presenta todos los rasgos que
para ese sentimiento señala el autor de La
Naúsea.
..... Sabido es que el tema de
`el otro´- descubierto para la literatura sólo en nuestro tiempo,
según lo ha señalado Sábato- es una de las conquistas básicas de la
filosofía existencial que lo hizo centro de sus preocupaciones. La
pasión por `el otro´ atormenta enormemente a Jasper y a Scheller, por
ejemplo. El existencialismo atendió con profundidad a la naturaleza de
las relaciones que unen una existencia con otra; consideró los
peligros de la enajenación que amenaza al existente cuando toma en
cuenta sus relaciones con los otros hombres sólo en el plano de la
organización; vio el impacto que provoca en uno el contacto con el
otro cuando este contacto es solamente de contenidos exteriores y no
de las esencias de los seres que se relacionan. El existencialismo
llega a concluir que entre los existentes hay abismos de soledad e
incomprensión. Para los cristianos -Gabriel Marcel, por ejemplo-
existe la promesa de una reconciliación; para los ateos, ese lazo de
unión es conflictivo o de servidumbre y por ello consideran que la
existencia auténtica sólo puede llegar a obtenerse partiendo del
desamparo total.
..... Sartre ha sido quien ha
llevado a cabo un análisis más detenido de la mala fortuna de la
comunicación y su pensamiento pareciera ser el que respalda como idea
la imagen que Sábato ha creado en El Túnel. Según Sartre, el
esencial estado de solipsismo sólo puede evitarse en la existencia
humana gracias al logro de una relación de ser a ser, de sujeto a
sujeto. Y esto es justamente lo que intentará el personaje de la obra
que ocupa nuestra atención: Juan Pablo Castel -un cabal `existente´
según tendremos ocasión de comprobarlo- pretende lograr salir de su
soledad básica entrando en contacto con María, un ser tan existente
como él. Su ansia de ser entendido es absoluta, hay en él un afán
imperioso de obtener una real comunicación.
.....
El motivo que lleva a Juan Pablo Castel a escribir su historia es "la
débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA
UNA SOLA PERSONA". Grito angustiado que revela en el protagonista ese
afán de comunicación a que aludíamos, su anhelo de ser comprendido,
anhelo que persiste en él, aun después de dar muerta a aquella con
quien estuvo más cerca de "comunicarse": conserva una esperanza,
aunque sea débil.
..... María había
aparecido en su vida cuando el pintor presenta en una exposición suya
el cuadro llamado "Maternidad". Los críticos de arte observan los
méritos que según ellos caracterízan la obra del artista; sin embargo,
ninguno vio un pequeño detalle enormemente sugestivo según
Castel:
... Pero arriba, a la izquierda, a través de
una ventanita, se veía una escena pequeña y remota: una playa
solitaria y una mujer que miraba el mar. Era una mujer que miraba
esperando algo, quizá algún lamado apagado y distante. La escena
sugería, en mi opinión, una soledad ansiosa y
absoluta.
.....
Para el pintor, el cuadro era portador de un mensaje, levemente
esbozado, pero lleno de sugestión: la esencial soledad del hombre y su
lucha ansiosa por lograr superarla. El cuadro era como una
concretización artística de la visión de la existencia de Juan Pablo
Castel. La escena a que alude no era, pues, ni secundaria ni
decorativa. Sin embargo, hubo una sola persona que comprendió la
esencialidad de ese aparente "detalle".
..... Se trata de una muchacha desconocida que
mira concentradamente lo que para el pintor tenía tanta importancia:
mientras tanto "él la observó todo el tiempo con ansiedad" (p 17).
Primer paso de las relaciones: lo que en ella le atrae es la
posibilidad de encontrar lo que siempre ha anhelado, alguien que lo
`entienda´, alguien con quien llegar a la completa
"comunicación". Por eso, después que la muchacha desaparece, Castel
queda vacilando "entre un miedo invencible y un angustioso deseo de
llamarla" (p. 17). El miedo nace del hecho que la mujer se le presenta
como la única escapatoria posible a su soledad vital. En simple imagen
lo expresa:
algo así como
miedo de jugar todo el dinero que se dispone en la vida a un
sólo número.
en que "el sólo número" es la
única persona que podía comprenderlo y la fortuna puesta en juego es
su posibilidad del encuentro total.
..... Desde el instante en que la vio, "sólo
pintó para ella", lo que en Castel viene a significar que la muchacha
se constituyó en el soporte de su existir. Por eso hará todo lo
posible por encontrarla y, cuando lo logra -despué de desesperantes
semanas- ella necesariamente despertará en Castel un amor, pues se le
aparece como un "sujeto" con el que la relación es posible. Pero ese
amor tendrá características muy especiales, aquellas a las que
aludíamos líneas atrás: es un amor de índole existencial.
..... En efecto, dada la posibilidad de salida
del estado de solipsismo por el camino de la comunicación establecida
entre sujeto y sujeto, está el peligro que uno avasalle al otro
transformándolo en "objeto". La salida radica en impedir esto
venciando en la brega o llegando con el otro al amor, que no es
posesión sólo del cuerpo. Lo que se pretende, en una concepción
existencialista, es poseer "una libertad": e amor nace, pues, del
deseo del otro sujeto, del afán por que la libertad del otro quede
como cautiva. Así pide Castel con respecto a María una vez que la ha
encontrado -encuentro fortuito y fuhaz el primero-; los sentimientos
se mezclan en Juan Pablo; al pensar que ella le había dicho que
recordaba constantemente su cuadro, Castel afirma:
mi
corazón latía con violencia y sentí que se me abría una oscura pero
vasta y poderosa perspectiva: intuí que una gran fuerza, hasta ese
momento dormida, se desencadenaría en mí (p.
41).
..... Ve a la mujer como una
perspectiva, poderosa y vasta, de realización: sólo ella le
brinda la posibilidad de dar salida a la enorme fuerza que latía en
él. Más aún: notando que el reencuantro es imprescindible, se
dice varias veces en voz alta: "eso es necesario, eso es necesario".Al
día siguiente vuelve a encontrarla y por intuir lo que la muchacha
podría significar en su vida, supera toda timidez e indecisión y
obra con enrgía y entereza. Le dice, gritándole casi brutalmente, que
la necesita, sin saber responderle con claridad por qué: "hasta
ese momento no me había hecho la pregunta y más bien había obedecido a
una especie de instinto" (pp. 44-45). Le declara: "siento que usted
será algo esencial para lo que tengo que hacer, aunque todavía no me
doy cuenta de la razón" (p. 46). Cree que hay una esencial identidad
entre ambos: "no sé lo que piensa y también sé lo que pienso yo, pero
sé que piensa como yo". Antes le había manifestado "mejor podría
decirle que usted siente como yo" (p. 47). Y eso es lo que él
anda buscando ansiosa, desesperadamente: la persona que adopte ante la
existencia una postura análoga a la suya, lo cual le significará
seguridad ante el caos, posible entendimiento y superación de la
soledad básica. Deseando ese encuentro absoluto, todo lo que venga a
postergarlo o a impedirlo definitivamente provoca en él estados de
desesperación; y todo detalle que en cierta forma le indicara su
entrega lo llena de felicidad. Así, por ejemplo, la primera carta que
recibe de ella, está firmada simplemente "María", por lo que Juan
Pablo piensa: "esa simplicidad me daba una vaga idea de pertenencia,
una vaga idea de que la muchacha estaba ya en mi vida y de que, en
cierto modo, me pertenecía" (p 62). Nótese los términos a que
alude su relación con ella: "pertenencia". Este afán de posesión lo
conduce a someter a María a enormes y complicados interrogatorios,
pensando en hipotéticos engaños: le pregunta sobre sus silencios, sus
miradas, sus palabras perdidas, sus viajes, sus antiguos amores,
etc.
.....
En algunos momentos él
cree haber logrado esa ansiada posesión, lo que le permitía salir de
la soledad. Pues bien, él no pudo resignarse jamás a tenerla
incompleta y menos por breves instantes. Por eso dirá:
ahora que puedo analizar mis sentimientos con tranquilidad
siento que, en cierto modo, estoy pagando la insensatez de no
haberme conformado con la parte de María que me salvó
(momentaneamente) de la soledad (p. 155
)
En realidad esto
no lo habría conformado nunca, ya que lo que él deseaba era la
salvación definitiva, posible sólo en la comunicación total. De
allí ese deseo suyo creciente de "posesión exclusiva" a que alude el
mismo Castel.
..... Esta rápida
revisión de momentos significativos de la obra nos hace ver la índole
del amor de Castel por María. Comprenderemos mejor su indudable raíz
existencialista con una cita de Mounier que resume el pensamiento de
Sartre respecto al amor:
...
El otro-objeto no es suficiente para despertar el amor; el amor sólo
puede nacer del deseo del otro-sujeto (María en la novela). Es
preciso, (para obtener el triunfo) que la libertad del otro no sólo
sea encontrada, sino que se convierte en mi cautiva (...). Yo deseo,
en efecto, que el otro venga a quedar englutido en mi libertad y que
lo haga libremente, puesto que quiero poseerle como libertad. Yo le
pido, pues, ser objeto queriéndole a la vez sujeto. Además, para
aprehenderlo como sujeto es preciso que yo sea objeto como él e
incluso objeto fascinador. Pero instantáneamente yo (sujeto) dejo de
aprehenderla como proyectaba. La rabia de esta impotencia puede
llevarme a tratarme furiosamente como objeto, como un niño que se da
manotazos o como el hombre que se injuria y se hunde en el fracaso;
tal es la significación del masoquismo
(9).
..... Lo que acontece al protagonista de
El Túnel es justamente esto: su intento frustrado de posesión
absoluta de María (el otro-objeto que tiene también carácter de
`sujeto´ en la terminología existencialista), lo lleva a la
desesperación total, al "sentimiento de impotencia" y al
"fracaso".
.....
Vista la imposibilidad de
comunicación anímica, viene el intento de comunión de los cuerpos.
Aquí el enlace con Sartre alcanza evidencia máxima. Sábato ve como
característica de la novela contemporánea el "sentido sagrado del
cuerpo":
como
el "yo" no existe en estado puro sino fatalmente encarnado, la
comunicación entre las almas es intento híbrido y por lo general
catastrófico entre espíritus encarnados. Con lo que el sexo por
primera vez en la historia de las letras, adquiere una dimensión
metafísica. El derrumbe del orden establecido y la consecuente
crisis del optimismo, ese famoso optimismo de la
LOCOMOTORA y de la ELECTRICIDAD, agudiza este problema y
convierte el tema de la soledad en el más tremendo de la literatura
contemporánea. El amor, supremo y desgarrado intento de
comunión, se lleva a cabo mediante la carne; y así a diferencia de
lo que ocurría en la vieja novela, en que el amor era sentimental,
mundano o pornográfico, ahora asume un carácter sagrado. (El
escritor y sus fantasmas).
..... Este pensamiento teórico, Sábato lo
lleva a una plasmación literaria en su novela.
..... ¿Qué entiende Juan Pablo Castel por "verdadero
amor"? Él mismo no lo sabe explicar:
¿Qué
quería decir? ¿Un amor que incluyera la posesión física? Jamás me
preocupó excesivamente. Quizá lo buscaba en mi desesperación
por comunicarme más firmemente con María (p.
77)
La unión física
como probable medio de encuentro de dos personas que intentan
comunicarse.
..... Esta es la
concepción de Sartre:para el filósofo francés, una vez producida la
frustración de aprehender la libertad esencial del otro "como tal
libertad", nace el deseo de adherirla a su propia corporeidad y así
atraparla. Para el exsistencialismo sartreano
la
sexualidad no e una función contingente de mi cuerpo, sino una
estructura necesaria de mi ser, un proyecto fundamental de mi tipo
de existencia (Mounier, ob. cit., p. 107).
..... Pero esa tentativa también conduce al
fracaso: sólo se posee unos despojos y no al otro. "En su
florescencia, la carne del otro me patentiza al otro como
inaccesible". Esto es justamente lo que acontece a Castel con respecto
a María:
...
Yo tenía la certeza de que, en ciertas ocasiones, lográbamos
comunicarnos, pero en forma tan sutil, tan pasajera, tan tenue que
luego quedaba más desesperadamente solo que antes, con esa imprecisa
satisfacción que experimentamos al querer reconstruir ciertos amores
de un sueño (pp. 77-78).
..... Si antes ha podido alcanzar la unión,
ha sido sólo brevemente:
...
Sé que, de
pronto, mirando un parque en la tarde o la salida de un carguero de
nombre remoto, lográbamos algunos momentos de comunión (p.
78).
..... Pero esas sensaciones se acompañaban
de melancolía, pues
ella
está seguramente cansada por la esencial incomunicabilidad de esas
fugaces bellezas (p. 78).
..... Insiste reiteradamente en la fgacidad
de esos instantes de comunión; Castel desespera "por consolidar esa
fusión" y la fuerza a la unión corporal. Pero
sólo
lográbamos confirmar la imposibilidad de prolongarla o consolidarla
mediante un acto material (p. 78).
..... Inténtase pues, según hemos ido
observando, lo que podríamos llamar dos modos de acceso al "otro"; el
anímico o espiritual y el físico. Ambos son avasalladores y posesivos.
¿Cómo explicarnos esta pretensión de Juan Pablo Castel? Creemos que se
nos aclara desde una perspectiva existencialista.
..... Sartre se niega a concebir el ser-para-el otro de
otra forma que no sea la usurpación, el apoderamiento del bien y el
avasallamiento de la persona (léese en La Náusea: "Nadie, para
nadie Antonio Roquentin existe"). El mal que impide la comunicación de
los existentes estará suscitando desde el propio "yo" que se encuentra
ocupado consigo mismo, pues la angustia de ver sus haberes abandonados
al tiempo, lo repliega celosamente sobre ellos; el que éstos puedan
ser dilapidados o agotados al yo lo torna avaro de sí mismo; y es allí
donde surgirá una cosmovisión acaparadora,
"avarienta".
.... Por ello
creemos que está en lo cierto Iris J. Ludmer al hablar de "el fracaso
del amor" en la narrativa de Sábato. La ensayista ve como análogas la
concepción de la mujer y la visión trágica y pesimista del amor en las
dos novelas del autor. Dice Iris Ludmer:
...
Los amores
que crea Sábato no sólo son imposibles, tan ficticios y
extraordinarios, que están condenados desde su nacimiento mismo
(extraordinario también), sino que revelan una concepción del mundo
sin esperanza, una soledad sin salidas (ob. cit., p.
94).
..... Una "concepción existencialista
negativa", agregaríamos nosotros.
..... Yendo un poco más al fondo, a la raíz misma del comportamiento
de Castel, tratemos de explicar qué motiva su ansia de comunicación.
La razón también la encontramos aquí claramente expuesta por la
filosofía existencial.
..... El existente
encuentra plenitud solamente cuando logra la comunicación con otro
existente; el lazo establecido con objetividad, en un plano de
relaciones meramente que constituyen un paso hacia el encuentro de
formas más elevadas. Asegurada la existencia personal y sabida la
existencia del otro, nace el posible diálogo pleno y auténtico.
Heidegger es de los existencialistas quien con más claridad afirma la
comunión: según él, el ser humano es un `Mitsein´, un `ser-con´
y no solamente un `ser-para´ como los objetos. Ahora, el estado de
`Mitsein´ no es ni permanente ni dado y sólo es posible obtenerlo en
la vida auténtica. En la vida inauténtica las asociaciones sólo son de
interés y de preocupaciones.
..... ¿Cómo llegar
al `Mitsein´ ? Sólo con posteridad a la afirmación del desamparo y
soledad absoluta de los seres que pretenden ese estado. María y Juan
Pablo intentan alcanzar esa comunión, pero parten, necesariamente, de
su solisismo. Castel, después de las rupturas, queda con la sensación
de soledad absoluta y en torno a ella hace una serie de
consideraciones:
...
Generalmente, esa sensación de estar solo en el mundo aparece
mezclada a un orgulloso sentimiento de superioridad: desprecio a los
hombres, los veo sucios, feos, incapaces, ávidos, groseros,
mezquinos; mi soledad no me asusta, es casi olímpica (p.
94).
Párrafo muy
significativo, pues indica cómo en ese estado se considera más
auténtico y valioso.
..... María
también se afirma en su básica soledad. La primera vez que fue Castel
a la hacienda de la mujer, oportunidad en que ella le lleva hasta un
monte desde donde divisaron el mar y el cielo que dice haber soñado
siempre compartir con Juan Pablo, María hace que él pueda
pensar:
sentí que eras como yo y que también buscabas ciegamente a
alguien, una especie de interlocutor mundo.
Son múltiples los
pasajes análogos que se podrían traer a colación y que no habían sino
confirmar aún más lo que sostenemos: ambos seres viven en un desamparo
total.
..... Pues bien,
en la soledad ontológica, la comunicación directa anhelada es
decididamente imposible; un real encuentro, un efectivo intercambio
traerían como consecuencia el cese de la soledad fundamental. Eso es
lo que sucede antre ambos personaje de la novela. Es Sartre quien ha
concluido que este `ser-con´ del que habla Heidegger se niega por su
generalidad misma: ésta dificulta toda relación concreta de dos seres
personales concretos. Por ello la ontología sartreana no llega a
fundar una comunicación de sujeto a sujeto; para el existencialista
francés existe la mera posibilidad de un "nosotros-objeto" y no la de
un "nosotros-sujeto". En otras palabras, la unión de una multitud, por
ejemplo, pero no de individuos. En El Ser y la Nada sostiene
"las subjetividades están fuera del alcance y radicalmente separadas"
y más adelante, "la esencia de las relaciones entre conciencias no es
el Mitsein, es el conflicto". Con ello afirma una básica "extrañeza"
entre los hombres: la solidaridad es de condenados, donde cada uno es
extraño a cada uno de los demás como a sí mismo.
..... Es entonces, por razones metafísicas, que el
encuentro absoluto entre los personajes de El Túnel se
imposibilita; no basta aquí la explicación psicológica; no se trata
que entre ambos haya una esencial diversidad. Por el contrario, la
analogía es tan profunda que llega a la identidad, de la cual Juan
Pablo Castel tiene plena conciencia, pues afirma: "sentí lo que muchas
veces había sentido desde aquel momento del salón: que era un ser
semejante a mí" (p. 65). Si no pueden llegar a la comunión es porque
"las subjetividades (...) están radicalmente separadas", como dice
Sartre.
..... Allí está
entonces la explicación de lo que va sucediendo en el desarrollo de
las relaciones entre Castel y María Iribarne. De la segunda vez que se
encuentran, cuando analizan la escena del cuadro y concluyen que es un
mensaje de desesperanza y de la conversación brota la posibilidad de
entendimiento, Juan Pablo recuerda:
quizá sintió mi ansiedad, mi necesidad de comunicación,
porque en un instante su mirada se ablandó y pareció ofrecerme un
puente, pero sentí que era un puente transitorio y frágil colgado
sobre un abismo (p. 50).
Juan Pablo
comienza, desde el primer momento en que está estableciéndose el
anhelado contacto, a dudar de su perdurabilidad. Pocos días después de
iniciadas las relaciones, ella sale de la ciudad sin avisarle, no
acudiendo por ende a la cita de la cual Juan Pablo mucho esperaba.
Entonces comienza a germinar y manifestarse las dudas que le acuciarán
durante todas sus relaciones con la muchacha, las que aumentan cuando
llega a darse cuenta de que ella es casada. A él le desesperan los
silencios de María y sus actos sin explicación lógica posible,
sus contradicciones.
..... Los
encuentros del primer mes le aparecerán a Juan Pablo "maravillosos y
horribles". Pronto escasearán los momentos de ternura:
mis
dudas y mis interrogatorios -confiesa Castel- fueron envolviéndolo
todo, como una liana que fue enredando y ahogando los árboles de un
parque en una mostruosa trama (p. 80).
Estos crueles
interrogatorios llegarán a su extremo cuando al preguntarle sobre sus
relaciones con su marido ciego, Pablo le dice -"vulgar y torpemente"
según reconocerá-:
¡Engañando a un ciego...! (p. 91).
María ante ello
levanta "el puente levadizo que a veces tendía entre nuestras almas "y
pasa a ser" la mirada dura de unos ojos impenetrables" (p. 92), cosa
que acontece con frecuencia ante el comportamiento de Castel. Vanas
serán las humillaciones de éste y sus angustiosos llamados: "Algo se
había roto entre nosotros", concluye Juan Pablo (p.
93).
..... Ante esa ruptura él vuelve a casa
"con la sensación de una absoluta soledad" (p. 94): no pudo
establecerse, pues, el contacto definitivo, la comunicación anhelada.
De poco servirá que, ante los ruegos de él, vuelvan a unirse, pues los
encuentros serán siempre de duración extremadamente limitada. Y Juan
Pablo lo sabe. A veces con claridad absoluta. En cierta ocasión
recuerda que ella le había dicho que no tenían derecho a pensar en
ellos solos, y que la felicidad está rodeada de dolor:
en
aquel instante -recuerda Castel- más que nunca sentí que jamás
llegaría a unirme con ella en forma total y que debía resignarme
a frágiles momentos de comunión tan melancólicamente inasibles como
el recuerdo de ciertos sueños, o como la felicidad de algunos
pasajes musicales (p. 116).
Cuando crea estar
seguro que ella es amante de Hunter, la asesinará, alegando como
razón: "Tengo que matarte, María. Me has dejado
solo".
.....
Hemos ido viendo los
diversos momentos de las relaciones entre Juan Pablo y María, notando
cómo la incomunicabilidad básica de ambos seres no pudo ser superada
sino por fugaces instantes, de modo que el desamparo preside sus
vidas. Y hemos encontrado que la explicación es la proporcionada por
la concepción existencialista que tiene el autor de El
Túnel.
.....
Podemos seguir analizando
otros aspectos de la obra que también nos conducirán a interpretarla
como novela existencial.
..... Piénsese,
por ejemplo, en el rechazo que el protagonista hace de las formas
superficiales del vivir -actitud ética propiamente existencialista.
Anhelando modos auténticos de existencia, se considera que el hombre
debe huir de todo refugio que pueda servir para cobijarse de los
problemas que le ahogan: el sistema, los usos, y costumbres
cotidianas, lo que Kierkegaard llama el universo de "lo inmediato", ya
que todo esto sirve para vivir tranquilos, para eliminar la angustia
que emana de manera inexorable de las profundidades inquietas del ser.
Según el pensamiento de Heidegger, Jaspers, etc., cuando los hombres
se entregan a las ficciones de tranquilidad, hacen dejación de su ser
de existentes. De allí que el primer paso de la filosofía ha de
consistir -según los existencialistas- en hacer volver al hombre con
violencia de las seducciones mundanas o íntimas, a su calidad de
existentes, de seres que tropiezan con misterios interiores y que se
embarazan en ellos. Ahora bien, la conversión existencial está
constantemente comprometida por la caída en el mundo objetivo o en el
vacío subjetivo; de allí que Jasper hable de "tensión" incesante; es
el suyo un concepto militante de la existencia.
..... Del mundo objetivo el existente rechaza sus
organizaciones sistemáticas, que ahogan la angustia que eleva
(10). Juan Pablo Castel dirá:
detesto los grupos, las sectas, las cofradías, los gremios y
en general esos conjuntos de bichos que se reúnen por razones de
profesión, de gusto o de manía semejante (p.
20).
¿Y qué e lo que
detesta de ellos? El que sean `conglomerados´, esto es,
organizaciones donde no hay contacto personal, auténtica compañía y
entendimiento mutuo entre los individuos concretos que componen el
conjunto, o donde es imposible la soledad conducente a la
autenticidad. Al existencialismo le interesa el hombre particular, de
carne y hueso, único. En cambio los reunidos en esas organizaciones
tienen los grotescos atributos de "la repetición del tipo", "la
jerga", y "la vanidad de creerse superiores al resto de los hombres":
son los términos con que califica Castel (p. 20).
..... Insistentemente el pintor se referirá a su modo de
concebir esos grupos: "siempre he mirado con antipatía y hasta con
asco a la gente, sobre todo a la gente amontonada" (p.
53).
..... Junto al peligro de la entrega a ese
mundo objeto sistemáticamente organizado y al que por el hecho de
pertenecer el hombre arriesga su existencia auténtica, está el posible
abandono a la citidianeidad pequeña burguesa en la que el hombre se
instala confiadamente, entre objetos tranquilizadores que le ocultan
su esencial desamparo. Los existencialistas se preocupan básicamente
por evitar el olvido de la muerte y de todas las situaciones
angustiosas, las situaciones-límites a las que alude Jaspers
(11). Por eso que la vida elevada es vida
estrecha limitada por todos lados.
..... Entre estos límites, el primero radica en la condición misma
del hombre y las otras se experimentan en la muerte, el sufrimiento,
el combate y la falta. Según los existencialistas, el ser empírico que
hay en todo hombre, el ser que acumula saber, sensaciones y ansias de
vivir, intenta escapar a esas situaciones-límites, pero siente una
sorda inquietud.
..... La
existencia corre peligro, entonces, de perderse. A la `existencia
perdida´ han dedicado muchas páginas los filósofos existencialistas,
partiendo generalmente de las reflexiones pascalianas sobre la
diversión, lugar de las `indiferencias´ no del `mal´.
Heidegger, por ejemplo dice que el existente está siempre en la
posibilidad de optar entre dos modos de vida: la auténtica y la
inauténtica, que es cotidianeidad que acapara. El hombre de existencia
inauténtica vive en el mundo del `se´ o del `impersonal´: culto de la
medianía, de la moda, de la irreponsabilidad. De ello logra quietud
espiritual. Es un enajenarse en las cosas exteriores. Ahora, hay
posibilidad de pasar a la existencia auténtica, y para ello es
necesario que el existente se recupere y se arranque de la disposición
del `se´. Se vive entonces en ese estado de `tensión´ del que habla
Jaspers.
.....
El protagonista de El
Túnel vive tensamente. Él también está muchas veces tentado a
entregarse a lo cotidiano, al `se´. En muchas ocasiones ahoga la
angustia provocada por su estado de total desamparo en los aspectos
bajos de la existencia y acude al alcohol y las prostitutas, como en
esos días que precedieron a la muerte de María (véase pp. 127-128).
Pero la lucha, el combate es constante. Juan Pablo sabe que en el
mundo hay dos modos posibles de existencia -Gabriel Marcel ha dicho:
Hay una cosa que se llama vivir y hay una cosa que se llama existir:
yo he elegido existir"-; Castel conoce la acción de dos fuerzas que se
oponen, una que conduce a la pérdida de la existencia y otra que sin
fatiga llama a la reconciliación del hombre consigo mismo; sabe que el
mundo está separado en dos partes muy diversas, una de las cuales
pertenece a los que viven en una anchura sin límites y otra en la que
viven los hombres como en túneles. Los segundos son los
auténticos existentes; los primeros llevan existencia inauténtica.
Juan Pablo ha creído encontrar en María un ser idéntico a él, de
existencia tan auténtica como la suya y con la cual lograría el
encuentro:
era
como si los dos hubiéramos estado viviendo en psadizos o túneles
paralelos, sin saber que íbamos uno al lado del otro, como almas
semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos
pasadizos delante de una escena pintada por mí, como clave destinada
a ella sola, como un secreto anuncio de que yo estaba allí y que los
pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había
llegado (p. 152).
Pero después
considerará que ese encuentro y esa unión no han sido sino "una
estúpida ilusión", pues los pasadizos seguían como antes "aunque el
muro fuera de vidrio" o a veces de "piedra negra". Hasta llegó a
concluir "que toda la historia de los pasadizos era una ridícula
invención o creencia mía y que en todo caso había un sólo túnel,
oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi
infancia, mi juventud, toda mi vida" (p. 153). Y ese túnel en
el cual siempre ha vivido es el de su insalvable soledad. Frente a los
que viven en el ancho mundo, y que llevan "una vida normal, agitada
(...), curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y
frivolidad" (id), está él como existente auténtico, replegado sobre
sí, angustiado por las paredes que lo limitan.
..... Por ello la concepción de la existencia humana que
tiene Juan Pablo Castel es dramática. Su posición es la de un
existencialista ateo, ya que ve en la contingencia, en el límite, pura
irracionalidad y brutal absurdidad. El hombre es un hecho desnudo,
ciego. Está ahí, sin razón alguna. Es lo que Heidegger y Sartre llaman
la `facticidad´ del hombre. Es como si lo hubiesen arrojado por
nada.
..... El cuadro
"Maternidad" y específicamente la escena de la ventana, que ha pintado
Castel, según María, tiene que ver con la Humanidad en
general:
...
Es un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de
años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos
enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y
otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil (p.
48).
Castel, como
María, reconoce que éste no es un mensaje elogiable. "pero lo que
importa -dice- es la verdad y esa escena es verdadera" (p. 49). De
este mundo inútil y sin sentido y despreciable, Castel sabe que forma
parte y cuando en ocasiones toma conciencia plena de ello, lo invade
"una furia de aniquilación" y se deja "acariciar por la idea del
suicidio, se emborracha y busca a las prostitutas" (p. 94): las falsas
salidas a la angustia provocada por la situación-límite de la soledad
a las que aludíamos líneas atrás.
..... Frecuentemente Castel medita sobre la posibilidad del suicidio;
la muerte como liberación de la pesadilla que es el vivir; la muerte
como una especie de despertar. Pero, ¿despertar a qué?
...
Esa
irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido
en todos los proyectos de suicidio. A pesar de todo, el hombre tiene
tanto apego a lo que existe, que prefiere finalmente soportar su
imperfección y el dolor que causa su fealdad, antes que aniquilar la
fantasmagoría con un acto de propia voluntad (p.
95).
Pero si no llega
al suicidio, realiza en él una verdadera "castración": a eso equivale
el asesinato que comete el pintor, como ha observado agudamente la
ensayista Iris J. Ludmer.
..... La de Castel
es una filosofía del hombre herido, desesperado. Y el existencialismo,
que asume como postura vital, no es un "quietismo de la desdicha",
sino, por el contrario, un arrojar al hombre a esa su realidad,
posición netamente antagónica al epicureísmo. Para Jaspers, el hombre
tiende hacia un más allá de la existencia humana para Heidegger sólo
existe el mundo del hombre, que es lo que resuelve ser, que se
autodetermina en un actividad conducente de su ser de `existente
bruto´ (Seinde) a un `proyecto´.
.....
Ahora, según Sartre y el mismo Heidegger, este movimiento del ser no
es efecto de una plenitud -según lo ha aclarado Mounier, ob.cit.
passim- sino de una impotencia: la plenitud la tendría el `existente
bruto´, la existencia en lo que tiene de contingente y de
absurdo. Pues bien, esa plenitud es muerta, es una `plenitud de
muerte´. De allí entonces que la existencia toda sea
primordialmente precaria, y que nada adquiera en forma definitiva
(12). La existencia así
continuamente puesta en juego, haciéndose y rehaciéndose. Por un lado,
fragilidad; por otro energía. Las antinomias, las oposiciones,
presiden la vida espiritual del existente y por ello en él domina la
angustia, que para Heidegger es el signo que indica la autenticidad;
brota cuando apercibimos nuestro desamparo de ser -en el- mundo y
nuestra marcha inexorable hacia la muerte: cuando creemos que somos
"seres -para- la muerte" (Heidegger).
..... Contra la aceptación de ese hecho protesta
Sartre.
..... Según el
autor de El ser y la Nada, los esfuerzos que se hagan para
integrar la muerte en el ser mismo de la vida -la muerte como
compañera de cada instante del vivir- son también un esfuerzo
inauténtico para reponer la muerte en lo humano y atenuar así su
radical contingencia. Sartre dice:
..... "Es un absurdo que hayamos nacido y es absurdo
que
muramos", y por eso
la historia de una vida, sea cual
fuera,
es la historia de un fracaso.
el fracaso es una
realidad sin remedio ni recurso (13). Es clarísimo
que este pensamiento alienta tras las concepciones y las acciones de
los personajes de El Túnel. María reconoce estar "atraída por
la muerte o la nada": a la muerte la sabe integrada en su vivir y por
eso la tendencia hacia ella; pero -como Sartre-, rechaza esta actitud
de aceptación resignada como válida: es algo contra lo cual según ella
hay que luchar:
pero
creo que uno no debe entregarse pasivamente a esos sentimientos (p.
85)
le declara a Juan
Pablo.
..... La
existencia tiene una soledad original, congénita. La angustia puede
nacer no sólo ante la situación-límite de la muerte; más aún, el
sufrimiento principal del existente es la incapacidad de la existencia
para comunicarse, lo que sólo es posible, según hemos anotado páginas
atrás, para el hombre que vive en lo relaivo. En la perspectiva
heideggeriana y sartreana la soledad se hace absoluta. Todo esto lo
hemos observado con la extensión requerida; ahora lo que nos interesa
destacar es que nunca antes como en la época actual la filosofía se
había planteado estas condiciones limitativas del hombre con tanto
dramatismo y urgencia, condición, sintetizada por Rilke en conocida
`fórmula poética´: "Nosotros, infintamente expuestos". Estas
consideraciones de la filosofía existencialista son las que aparecen
plasmadas literariamente en novelas que asumen así un carácter de
verdaderos "esquemas existenciales", que ayudan a la comprensión de
las reales situaciones humanas.
..... Ensayistas hispanoamericanos como Mallea y Borges -citamos a
los de nuestra América porque nos ayudan a demostrar la validez de un
aspecto de la tesis aquí planteada - se han referido a esta
"literatura de las situaciones extremas". Según Mallea, la fase actual
por la que atraviesa la novela es "la de la tragedia y la del
conocimiento", "la de los mejores entre los modernos, la fase de
Unamuno, la de Kafka". Sostiene el escritor argentino en
Notas de un novelista que "la novela está por fin
directamente enfrentada con el problema del destino humano" y que
deberá necesariamente llegar "a la expresión fundamental, completa,
mística, expuesta en su pleno relieve, de una criatura viviente,
sufriente, preocupada, pensante (atención, por primera vez, ante
todo PREOCUPADA y PENSANTE) cuyo dolor, peligro, hallazgos e
incertidumbre le han hecho grande en un mundo amenazadoramente
empequeñecido". La referencia a esta criatura con tales rasgos
distintivos es la que aparece, entonces, en la literatura que se
ha llamado "de las situaciones límites", término acuñado, como sabemos
por Jaspers. Y esta literatura tenía que surgir necesariamente sólo
ahora, en nuestra época, en que las situaciones-extremas de la muerte,
la soledad, el desamparo, la temporalidad, etc., aparecen como
constituyentes del existir mismo, no como meros aditamentos externos y
extraños. Sábato, el ensayista, ha escrito:
...
El hombre
de hoy vive a alta presión, ante el peligro de la aniquilación y de
la muerte, de la tortura y de la soledad. Es un hombre de
situaciones extremas, ha llegado o está frente a los límites últimos
de su existencia. La literatura que lo describe e indaga no puede
ser, pues sino una literatura de situaciones excepcionales. Es
el caso de Camus, Greene, Lagerkvist, Kafka, y cualquiera de los
grandes escritores de nuestros tiempos (El escritor y sus
fantasmas).
... Y es el caso de sus propios
personajes también. Creemos haber llegado a demostrar que El Túnel
es una de esas novelas que se estructuran sobre la base de las
situaciones-límites, vía por la cual el autor intenta llegar a los
estratos últimos del hombre, los que hacen de éste "una
persona".
NOTAS
1.-
Anderson Imbert: "Formas de la novela contemporánea " En : Crítica
Interna. Madrid: Taurus, 1960.
2. Vid. lo que al respecto
afirmamos más adelante.
3. Recordemos que la ha visto observar
atentamente la importante escena del cuadro "Maternidad" en que
Castel ha puesto toda su visión de la existencia.
4.
Anderson Imbert, ob. cit.
5. Gracias a la generosidad de los
investigadores del Instituto de Literatura Comparada hemos podido
tener acceso al completísimo fichero que sobre el autor de
Heterodoxias han ido conformando en estos últimos
años.
6. Borello Antonio R.: "Sobre Héroes y Tumbas",
reseña en Boletín Cultural, Madrid, copia s. a. en el Centro de
Investigaciones de Literatura Comparada de la Universidad de
Chile.
7. Ludmer, Iris Josefina: "Ernesto Sábato y un testimonio
del fracaso". En: Boletín de Literatura Hispánicas, Nº 5,
Universidad Nacional del Litoral, Rosario, 1963. p 84.
8. Estudio
altamente interesante y que trata este punto con notable acierto es
el de Norman Cortes "Hijo de Ladrón; una novela existencial",
en Revista del Pacífico, año I Nº1 Instituto Pedagógico, U. de
Chile, Valparaíso, 1964, pp. 35-50.
9. Mounier, Emmanuel:
Introducción a los existencialistas. Madrid. Revista de
Occidente, 1951, 2ª edición. p. 106.
10. Kierkegaard ha
dicho: "Quien, por el contrario, ha aprendido a angustiarse bien, ha
aprendido lo más alto (...) y cuanto más profundamente se angustia,
tanto más grande es el hombre".
11. "En tanto que existencia
empírica no podemos hacer más que eludir las situaciones límites
cerrando los ojos ante ellas. Queremos conservar nuestra existencia
empírica en el mundo, dilatándola; nos referimos a ella sin
preguntar, dominándola y gozándola o bien sufriéndola y sucumbiendo
en ella, pero no queda al fin nada más que resignarnos. Ante las
situaciones límites no reaccionamos, por tanto, inteligentemente,
mediante planes y cálculos para superarlas, sino por una actividad
completamente distinta, llegando a ser posible la existencia que hay
en nosotros; llegamos a ser nosotros mismos entrando en las
situaciones límites con los ojos bien abiertos. Éstos sólo son
cognoscibles externamente para el saber; cmo realidades sólo pueden
ser sentidas por la existencia. Experimentar las situaciones límites
y "existir" son una misma cosa", Karl Jaspers: Filosofía, II,
Madrid: Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, Revista de
Occidente, 1959, p. 67.
12. Como hemos visto que acontece, por
ejemplo con la posesión del ser amado transformado en objeto.
13.
También del pensamiento de Jaspers despréndese que el fracaso es el
término necesario de todo proyecto humano. Para Sartre la vida es
empresa frustrada. Estas consideraciones existencialistas son las
que viven y se entrevén en la producción narrativa de Kafka: imagen
alucinante del fracaso es la que aparece en El Castillo y en El
Proceso, donde se marcha de una manera inagotable y agotadora hacia
un objetivo del que cada vez nos alejamos más.
en Revista
ATENEA
Revista trimestral de Ciencias, Letras y Artes . U de
Concepción. Chile
Año XLIII Tomo CLXII Nº 412 abril junio de
1966.