ERNESTO SABATO
Un hombre atormentado
El
famoso escritor argentino, autor de "Sobres Héroes y Tumbas" y de "El
Túnel" es un hombre perdido en su laberinto interior, un ángel-demonio
que no conoce la felicidad y que admira por sobre todas las cosas el
coraje y la lealtad.
Aunque siempre está rodeado de mujeres que lo
siguen boquiabiertas, niega ser un Don Juan, pero confiesa que ha
habido tres o cuatro mujeres fundamentales en su vida. Dice que
Alejandra, la inmortal heroína de su libro, es el personaje que mejor
lo representa a él mismo.
Sábato odia escribir, se ríe del "boom de
la literatura latinoamericana" y teme por sobre todo que sus ideas se
vulgaricen y se mal interpreten.
por
Isabel Allende
Para
cualquier periodista que viaja a Buenos Aires, es casi una obligación
procurar hacerle una entrevista a alguno de los jerarcas de la
literatura argentina, lo que no resulta fácil porque se defienden como pueden de los preguntones y los curiosos.
Creo que, por una vez, me sirvió de algo mi apellido (Allende) y
gracias a él conseguí que Sábato me recibiera en su casa, santuario
raras veces pisado por los que no llevan una muy buena
justificación.
-Yo
quiero mucho a Chile y algunas veces en mi vida he pensado irme para
allá- fue lo primero que me dijo Ernesto Sábato mientras me invitaba a
pasar.
... No sé por qué imaginaba su
casa totalmente diferente. Me encontré en un caserón hecho como de
parches, completamente loco, una casa-laberinto, con escalas inútiles,
piezas distribuidas en fantástica geografía y una rara vegetación de
árboles viejos y plantas apolilladas. Un frío casi glacial y una
chimenea encendida en un living tapizado de libros donde el teléfono
sonaba cada cuatro minutos, como en cualquier oficina pública. Todo
esto a una hora y media de Buenos Aires. Estaba solo y me imagno que
un poco triste, porque la entrevista, que debía durar 30 minutos, se
convirtió en una conversación de horas en la que se me olvidó el frío,
el tiempo y hasta el motivo por el cual estaba allí: un
reportaje.
NI YO MISMO
SE QUIEN SOY
...
Ernesto Sábato me exigió las preguntas escritas y luego contestó (por
escrito también) sólo algunas y en forma tan escueta que parecen
aforismos. Cuando empezó a hablar, recostado en un diván raído del
living de su casa, yo saqué papel y lápiz, pero me los arrebató de las
manos.
... -No quiero que publique nada
más que lo que le he dado escrito -dijo-. Me ha costado muchos años
llegar a ciertas conclusiones y he necesitado muchas páginas para
expresar mis ideas. No quiero que por resumirlas en tres líneas se
desvirtúen o vulgaricen. O escribo un ensayo que puede resultar tan
gordo como una enciclopedia, o mejor me callo y no digo
nada.
...
Sintiéndome frustrada como periodista, pero fascinada como mujer, abrí
entonces las orejas y los ojos mientras él hablaba y hablaba, haciendo
de cualquier pequeñez todo un monumento. (Entonces es cuando uno desea
tener uno de esos aparatitos a lo James Bond que se disimulan en un
prendedor y pueden grabar desde el vuelo de una mosca hasta el rugido
de un cohete y con mayor razón las ideas de un hombre como
Sábato).
... Desde las primeras frases
el escritor me dio la impresión de ser un hombre terriblemente
atormentado que busca incansablemente una realidad que se le escapa en
laberintos de sueños.
... -Usted me
pregunta quién soy... ¡Ojalá lo supiera!... Ignoro quién soy así como
todavía ignoro cuál es mi Dios.
...
Sábato es de los menores de una familia de ocho hermanos hombres. Y se
crió en un ambiente disciplinado, severo, masculino, al que le
atribuye su aspereza ante la vida tanto como su admiración por los
caracteres viriles, por la lealtad, la amistad entre hombres, el
coraje.
... En este momento se está
presentando en Buenos Aires una obra teatral de Sábato "Romance a
la Muerte de Juan Lavalle", que es un canto a la lealtad de 170
hombres que siguen a su general hasta que él encuentra la muerte
inevitable. Los soldados, entonces, unidos por el juramento de que el
enemigo no tendrá nunca la cabeza del general, huyen hacia la frontera
boliviana y durante días y noches, a pleno sol o al intenso frío,
galopan con el cadáver en descomposición, hasta que, finalmente,
deciden descarnarlo y llevarse con ellos solamente los huesos
envueltos en un poncho celeste y el corazón en un jarro con
aguardiente. Esa loca aventura, que 170 hombres realizan de puro
valientes y leales, inspiró a Ernesto Sábato y sobre eso habló mucho.
Explicó que para él nada es más conmovedor e impresionante que el
coraje y la amistad de los hombres. Piensa que no hay más puro que el
amor viril y cree que difícilmente eso puede conseguirse con una
mujer, porque siempre en el amor entre un hombre y una mujer entran a
jugar factores que ensucian las cosas, el tira y afloja de la
posesión, la lucha por demostrar quién es más poderoso, el sexo, el
amor propio y otras exigencias. Tampoco cree que las mujeres entre
ellas sean capaces de sentimientos tan nobles, aunque admite que hay
mujeres extraordinarias. Sin ser "machista" Sábato contesta sin
vacilaciones que lo que más le atrae en una mujer es que sea femenina.
Le causa espanto la mujer masculinizada y deplora que en la lucha por
igualdad de derechos se pierda la noción fundamental de que hombres y
mujeres son diferentes "¡y viva la diferencia!"
SOBRE HEROES
Y TUMBAS
...
Hablando sobre su obra, Sábato dice que considera que el libro más
logrado es "Sobre Héroes y Tumbas".
...
-Es la obra en que intento dar una versión total de mi realidad. De
toda mi realidad. Sobre héroes y tumbas, sobre esperanzas y
desesperanzas, sobre la vida y la muerte, sobre el bien y el
mal.
... A
pesar de que muchas partes del libro son bastantes oscuras y rebuscadas, se han editado 200.000 ejemplares. El autor
piensa que su mensaje ha llegado a todo el mundo.
... -Creo que el gran público puede entenderla,
aunque en diferentes planos y profundidades.
... Alejandra, la heroína del libro, que ya puede
considerarse un personaje clásico de la literatura, es un engendro de
la realidad y la fantasía. Sábato la copió de ninguna mujer en
especial y de todas en general.
...
-Ibsen decía que todos los personajes habían salido de su corazón.
Flaubert dijo "Madame de Bovary soy yo mismo". Todos los personajes
centrales de una novela son más caras de diversos fantasmas que viven
en lo más profundo de nuestro ser. El adolescente, el viejo, el
intelectual, el artista, el ángel, el demonio. Todo sale de allí.
También Alejandra. Sobre todo Alejandra. Es uno de los personajes que
quizás más me representa.
... -¿Y Bruno
y Fernando Vidal?
... -También, claro.
Pero Bruno es apenas el emanado de mis mejores sentimientos, que son
los menos.
... Sábato (que, sin embargo,
no me pareció un hombre falsamente modesto), confiesa tener muchos más
defectos que virtudes. Se reprocha especialmente tener un carácter
difícil, que hace desgraciados a los seres que lo rodean y a quienes
él quisiera darles felicidad. Pero es un hombre incapacitado para la
felicidad, permanentemente torturado y tironeado por los diversos
personajes que viven dentro de él mismo. Un hombre multifacético, que
aunque tiene un solo matrimonio, confiesa haber tenido varias mujeres
importantes en su vida y en su obra, que han satisfecho los diversos
aspectos de su personalidad. A pesar de todo, la dedicatoria de su
libro es muy decidora: "Dedico esta novela a la mujer que tenazmente
me alentó en los momentos de descreimiento, que son los más. Sin ella,
nunca habría tenido fuerzas para llevarla a cabo. Y aunque habría
merecido algo mejor, aun así, con todas sus imperfecciones, a ella le
pertenece". Esa mujer es su esposa.
ODIA SER
ESCRITOR
...
Ernesto Sábato no se considera encasillado dentro de una "escuela"
determinada.
... -No. Soy un
francotirador. Tengo con la literatura la misma relación que puede
tener un guerrilero con el ejército regular. No soy un escritor
profesional. Detesto la literatura y los literatos.
... Si no fuera escritor ¿qué le gustaría
ser?
... -No me gusta ser escritor. Me
gustaría ser arqueólogo, lingüísta. O tener un pequeño taller mecánico
en un barrio desconocido.
... Hablando
de política, de la realidad argentina y de la chilena, opina que no se
puede estar al margen de los procesos de cambio que tienen que
enfrentar los países subdesarrollados.
... -Ningún hombre lúcido, digno y generoso puede
apoyar la injusticia en ninguna de sus formas. Soy partidario de la
transformación social. Pero quiero justicia social con libertad. No
quiero que se reemplace la esclavitud economica por la esclavitud
política. Todas las esclavitudes me repugnan.
... -¿Cree en el hombre?
... -Sí, a pesar de ser el animal más siniestro
de la creación. Si no creyera en el hombre ¿cómo podría seguir
viviendo?
... Durante la conversación en
el living-escritorio de Sábato muchas veces noté el desprecio del
escritor por las vacas sagradas de la literatura latinoamericana, por
lo que considera una moda en la que hay muchos vivos que se han
inflado sin tener verdadero talento y en cambio hay otros, como Juan
Rulfo, que son verdaderos genios, pero que tienen mucho menos
renombre.
... -No creo en el "boom" de
la literatura latinoamericana. Las modas nada tienen que ver con la
historia profunda de una literatura. Kafka no formó pate de ningún
boom de literatura checa.
... -¿Qué
opina del lector?
... -Para él escribo,
responde lacónicamente.
... -¿Logró
expresar a través de su obra todo lo que quería?
... -Cada obra es un borrador de algo que uno
intenta decir. Las obras sucesivas se acercan o se deberían acercar,
cada vez más, a ese misterioso enigma de uno mismo. La preocupación
fundamental de mi obra soy yo mismo, es decir, el hombre. Decía
Kierkegaard que en la medida en que ahondamos en nuestro propio
corazón ahondamos en el corazón de los demás.
... Pero, para ahondar en el corazón de Sábato
tal vez el único camino sea tratar de desenredar su "Informe Sobre
Ciegos" que termina con esta frase simbólica: "La astucia, el
deseo de vivir, la desesperación, me han hecho imaginar mil fugas, mil
formas de escapar a la fatalidad. Pero ¿cómo puede nadie escapar a su
propia fatalidad?
en revista
Paula
Nº 90
Junio de 1971, pág.
92-95