A los 86 años, en
el segundo capítulo de su libro Antes del fin (1998) que Sabato
titula precisamente Primeros tiempos y grandes decisiones,
vuelve, una vez más, a las afligentes circunstancias de su nacimiento.
Que bien podríamos subtitular De cómo los primeros tiempos marcan las
grandes decisiones.
Allí expresa:
..... "Nunca tuve buena memoria, siempre
padecí esa desventaja; pero tal vez sea una forma de recordar
únicamente lo que debe ser, quizá lo más grande que nos ha sucedido en
la vida, lo que tiene algún significado profundo, lo que ha sido
decisivo -para bien o para mal- en este complejo, contradictorio e
inexplicable viaje hacia la muerte que es la vida de cualquiera."
(Antes del fin, p. 21)
.....
Embarcado en la significancia traumática de esa circunstancia quiso el
azar presentarme un hallazgo inesperado y valioso: un sitio de
Internet con la primera hoja original de ese segundo capítulo
conteniendo correcciones manuscritas -tachaduras y agregados- del
propio Sabato.
..... Se conocen las
fundantes observaciones de Freud sobre distintos tipos de lapsus y
fallidos como formaciones del inconsciente que posibilitan una
preciada vía de acceso a su conocimiento. De la misma manera, las
tachaduras se constituyen en núcleos inconscientes de significación.
Asociadas a los movimientos de represión, negación y/o desmentida,
trabajar sobre sus sentidos permite desentrañar los significados
secretos que pueden ocultarse bajo las formas pulidas de la prosa
final.
..... Lo dice muy bien el
escritor Augusto Roa Bastos:
..... Las tachaduras (...) ahora desaparecidas en el volumen
impreso, estuvieron integradas a la escritura. Continuan formando
parte de ella sólo que en otro espacio abolido, el del manuscrito; se
han convertido en una escritura secreta, en elementos de esa
prehistoria del manuscrito que nadie (o muy pocos) podrán leer,
interpretar y descifrar.
..... Las
tachaduras, esos coágulos o sedimentos de represión, representan, a su
modo, los tramos en los que la instancia consciente reflexiona sobre
sí misma y borra los balbuceos iniciales, surgidos de impulsos
inconscientes. (1)
.....
En el manuscrito original se lee:
.....
"Me llamo Ernesto, porque cuando nací, el 24 de juno de 1911, día del
nacimiento de San Juan Bautista, acababa de morir el otro Ernesto, el
que aún en su vejez, mi madre siguió llamando Ernestito, porque murió
siendo una criatura. Aquel niño era demasiado inteligente,
(primero tacha demasiado inteligente para poner en tinta
sensible, y después tacha todo) no era para este mundo.
Con lo cual en el borrador queda: era... no era para este
mundo. Y en la publicación final se lee Aquel niño no era para
este mundo.
..... Ser... o no ser
para este mundo, según decía la madre. Pero Sábato aclara que en
realidad, era lo que solía ocurrir en la tercera parte de los
chiquitos que morían, a falta de vacunas contra el tifus, la
escarlatina, y el sarampión. Todo este texto es tachado. Sin duda,
surgió espontáneamente para afirmar los verdaderos motivos de la
muerte de Ernestito. Como si Sabato quisiera decir: aquel Ernestito no
era nadie tan especial. No cabía en este mundo simplemente porque no
había vacunas. Él, que sí era alguien para este mundo, ¿debería
entonces no ser ni tan inteligente ni tan sensible para tener derecho
a la vida?
E.Sabato y Doña Juana, su
madre. |
..... "Creo que nunca la ví llorar -tan estoica y
valiente fue a lo largo de su vida- pero, quizá, (luego
tachado) seguramente, lo haya hecho a solas". Eliminar el
quizá, era borrar dudas de que Mamá hubiera sido siempre estoica.
..... "Y tenía noventa años cuando mencionó, por
última vez, a aquel chiquitito, (esto lo tacha y pone, con
tinta, Ernestito, lo que también luego elimina), con sus ojos
humedecidos, al remoto Ernestito (que agrega con tinta). Lo que prueba
que los años, las desdichas, las desilusiones, lejos de facilitar el
olvido, como se suele creer, en los hechos fundamentales y
dolorosos, (es tachado) tristemente lo refuerzan."
..... "Aquel nombre, aquella tumba, siempre
tuvieron para mí algo de nocturno, y tal vez haya sido la causa de esa
existencia tan dificultosa, al ser abrazado (esto tachado y
reemplazado en tinta por haber sido trastornado o transformado
según puede adivinarse por sobre tachaduras). En la versión definitiva
del libro escribe marcado. El juego de adjetivos abrazado,
trastornado, transformado, marcado es por demás
significativo.
..... ... ya que entonces
estaba en el vientre de mi madre; y así, en parte, (tachado)
motivaron quizá, (agregado) aquellos misteriosísimos pavores,
cuando no sabía si estaba durmiendo o sufriendo, (tachado). En la
versión definitiva: "pavores que sufrí de chico, las alucinaciones"...
"aquellas alucinaciones en las que de pronto alguien se me aproximaba
con una linterna, un ser (tachado y con tinta anciano)".
En la versión definitiva: "... Un hombre a quien me era
imposible evitar, aunque me escondiera temblando debajo de las
cobijas; o aquella otra y reiterada (tachado) pesadilla...".
..... Hasta aquí, la única hoja del
original que poseo.
..... La
continuación de esta primera hoja sigue en la versión definitiva de
Antes del fin:
..... "... o
aquella otra pesadilla en la que me sentía solo en una cósmica boveda,
tiritando ante algo o alguien -no puedo precisar- que vagamente me
recordaba a mi padre. Durante mucho tiempo padecí sonambulismo. Yo me
levantaba desde el último cuarto donde dormíamos con Arturo, mi
hermano menor y sin tropezar jamás ni despertarme, iba hasta el
dormitorio de mis padres, hablaba con mamá y luego, volvía a mi
cuarto. Me acostaba sin saber nada de lo que había pasado, sin la
menor conciencia. De modo que cuando a la mañana ella me decía, con
tristeza -¡tanto sufrió por mí!- con voz apenas audible: Anoche te
levantaste y me pediste agua, yo sentía un extraño temblor." (p.
25)
..... Y algo más adelante, agrega:
"Con tal desesperación mi madre se había aferrado a mí para
protegerme, sin desearlo, ya que su amor y su bondad eran infinitos,
que acabó aislándome del mundo. Convertido en un niño solo y asustado,
desde la ventana contemplaba el mundo de trompos y escondidas que me
había sido vedado.
..... De alguna
manera, nunca dejé de ser un niño solitario que se sintió abandonado,
por lo que he vivido en una angustia semejante a la de Pessoa: seré
simpre el que esperó que le abrieran la puerta, junto a un muro sin
puerta.
..... Y así, de una u otra
forma necesité compasión y cariño". (p. 26).
..... Una puerta, paso entre dos estados o dos
mundos: lo conocido y lo desconocido, las tinieblas y la luz. El
adentro y el afuera. Puerta cerrada de la falta de libertad, de la
ausencia y del miedo. ¿Ansiedad culposa de esa madre que había quedado
tremendamente dolorida y asustada con la pérdida de su hijo?
..... "Para mí, vivir era casi solamente mirar la
vida por la ventana..." (1)
..... "Creo
que Badelaurie dijo que la patria es la infancia. Y me parece difícil
escribir algo profundo que no esté unido de una manera abierta o
enmarañada a la infancia." (2)
.....
Mauricio Abadi (3) sugiere que el destino es la protoimagen de la
madre preñada envolviendo la criatura. Para Sabato ¿estará allí
esa región enigmática donde se hacen y deshacen los
destinos?.
..... En Abaddón,
Sabato le confiesa a Bruno, personaje de la novela y alter ego,
insistiendo obsesivamente en otros detalles de aquellas dramáticas
circunstancias de su nacimiento:
.....
"Mi madre estaba enferma cuando nací, y recién me inscribieron un 3 de
julio, como si no se decidieran. Nunca supe después con exactitud si
mi nacimiento se había producido el 23 o 24 de junio. Pero cuando un
día en que yo la acosaba me confesó que era el atardecer y que se
estaban encendiendo las fogatas de San Juan". (4)
..... La enfermedad de la madre es, presumimos,
una referencia al cuadro depresivo, que hubiese obligado a postergar
la gestión ante el Registro Civil. También, indirectamente, el indicio
de un padre muy ocupado y ausente.
.....
"-Pero entonces no hay duda: fue el 24, el día de San Juan- le
decía
..... -En algunas partes también
se encienden fogatas en la víspera.
..... Siempre me fastidió aquella incerteza,
incerteza que me había impedido tener un horóscopo preciso. Y más de
alguna vez volvía a interrogarla, porque tenía la sospecha de que me
ocultaba algo. ¿Cómo era posible que una madre no recuerde el día del
nacimiento de su hijo?
..... Le
escrutaba en los ojos, pero ella se limitaba a contestar de modo
dubitativo.
..... Pasaron algunos años
después de su muerte cuando leyendo uno de esos libros de ocultismo
supe que el 24 de junio era un día infausto porque es uno de
los días del año en que se reunen las brujas. Consciente o
inconscientemente mi madre trataba de negar esa fecha aunque no podía
negar lo del crepúsculo: hora temible.
.....
No fue el único hecho infausto vinculado a mi nacimiento.
Acababa de morir mi hermano inmediatamente mayor, de dos años de
edad.
..... ¡Me pusieron el mismo
nombre! Durante toda la vida me obsesionó la muerte de ese chico que
se llamaba como yo y que para colmo, se recordaba con sagrado
respeto, porque según mi madre y Doña Eulogia Carranza, amiga de mi
madre y allegada a Don Pancho Sierra, "ese chico no podía vivir". ¿Por
qué? Siempre se me respondió con vaguedades, se me hablaba de su
mirada, de su portentosa inteligencia. Al parecer venía marcado
con un signo aciago. Estaba bien, pero por qué entonces habían
cometido la etupidez de ponerme el mismo nombre? (p. 23) (lo remarcado
me pertenece).
TRAUMA DEL
NACER
.....
Sabato consigue plasmar en sus creaciones literarias, vivencias
arcaicas, catastróficas, ominosas que, conjeturamos fueron auscultadas
en parte, en los últimos días de su paso por ese hogar-útero de una
madre afligida, triste y lastimada por la pérdida sufrida.
..... Tanto desde el psicoanalisis como de otras
investigaciones, se aportan valiosos estudios relativos a la
importancia fundante de la relación madre-bebé en la estructuración
del psiquismo. No sólo a partir del nacimiento sino de las
experiencias y alternativas vivenciadas aún antes del parto.
(5)
..... Observaciones realizadas con
ultrasonido en mujeres embarazadas revelan, en el bebé, un espectro de
emociones que incluyen tristeza, cólera, miedo, que se manifistan como
taquicardia o aumento de movilidad. La activación neuronal se hace por
vía química y a través de la placenta.
..... La voz de la madre lllega al feto con una
leve distorsión. Incluso se pudo verificar la presencia de cierta
memoria y aprendizaje desde antes de nacer. (6)
..... Estudios clínicos-experimentales realizados
en niños cuyas madres sufrieron distintos grados de depresión durante
el embarazo, presentan al nacer síntomas depresivos en proporción a
los sufrido por sus madres.
..... Esto,
por mencionar solo algunos de los estudios y conclusiones.
..... Si a estos conocimientos agregamos la
conjunción de los problemas del psiquismo que en el período perinatal
se expresan normalmente como regresión en los padres, veremos que todo
nacimiento somete a una dura prueba al núcleo familiar y,
especialemnte, a la pareja madre-hijo.
..... En este sentido, la madre de Sabato -que
había sufrido la pérdida de su propia madre cuando tenía 8 años, con
sus secuelas de desamparo y culpa inconsciente- pierde a Ernestito, de
dos años, mientras transcurre un nuevo embarazo. No resulta difícil
conjeturar, entonces, que durante los últimos meses del mismo fuera
sacudida por fuertes sentimientos ambivalentes y confusionales,
propios de esa siniestra circunstancia. En esos momentos pueden
haberse reactivado movimientos pulsionales de angustia catastrófica y
de tiránica culpabilidad. Los vínculos con el recién nacido se
mantuvieron pero con gran sufrimiento. En función del duelo, el nuevo
hijo es identificado al nacer con el mismo nombre del que hacía poco
había fallecido. Ya no es otro el hijo que nace. Es el hijo que murió.
Una madre, así deprimida y en razón de la natural simbiosis inicial,
transforma al recién nacido en vector de sus propias ansiedades
sufrientes y persecutorias. Entre los transtornos funcionales más
frecuentes en los cuadros depresivos se encuentran los del dormir. Por
asociación semántica: dormir-partir- morir - huir.
..... El sonanbulismo y los pavores nocturnos,
sufridos y destacados muchas veces por el mismo Sabato, así parecen
evidenciarlo.
..... J. Guyotat, en una
valiosa obra -que sugestivamente para nuestro tema se titula Muerte
/ Nacimiento y Filiación-(7) ha estudiado en profundidad los
efectos desorganizadores de la coincidencia deceso - nacimiento. Y
destaca las secuelas de contrainvestidura de esta coincidencia: tanto
la confusión vida - muerte como la confusión de los afectos
correlativos. Guyotat advierte otra consecuencia significativa: la
concepción de la temporalidad. Quien ha padecido la presencia de una
madre deprimida tiende a consruir una interpretación según la cual no
transcurre tiempo alguno para él y para el otro, entre nacimiento y
muerte. El tiempo se precipita o se petrifica. Además, el contacto
a través de la mirada, la palabra o el gesto es evitado de manera
fóbica, como si fuese incestuoso. Es incestuoso apegarse y es mortal
separarse. Madre y bebé están atrapados en movimienos oscilatorios
reactivos, violentos e impredecibles, entre intrusión y desinterés, a
menos que las cosas se petrifiquen y que el niño se
totemice.
..... La madre, connotada
por el duelo reciente de un hijo, puede amamantar al recién nacido,
sintiendo la ambivalencia entre el placer de dar vida al muerto y la
pena y el dolor de que no lo sea realmente; entre el deseo de
contactar con el nuevo hijo y la culpa y el reproche por las fantasías
de sustitución.
..... Muerte, duelo,
depresión y consuelo. Resurrección, para la madre. Origen de
conflictos para el hijo.
LA
MIRADA AUSENTE Y EL COMPLEJO
DE LA MADRE
CIEGA
.....
En su libro El escritor y sus fantasmas, el autor
escribe:
..... "Debo confesar que siento
ante ellos (los ciegos) un extraño y antiguo sentimiento, como si
estuviera ante un abismo en medio de la oscuridad. Sí, siento algo en
la misma piel que no puedo precisar ni explicar (...) Felizmente, ya
los lectores y los críticos y los psicoanalistas han empezado a
explicármelo: la ceguera es una metáfora de las tinieblas, un descenso
a los infiernos o un descenso al tenebroso mundo del inconsciente, es
la vuelta a la madre o al útero, es la noche". (p.
18-19)
..... En el Talmud se lee que
las tres o cuatro personas que se parecen a los muertos son los
ciegos, los pobres, los estériles y los leprosos.
..... Están los ciegos por castigo divino:
Tiresias, por mirar a Atenea desnuda; Edipo, como castigo a su doble
crimen; Sansón, por faltarle a Yaveh.
..... En general, un ciego es considerado menos
un lisiado que un extranjero.
.....
Nuestra hipótesis: en Sabato, la ceguera evoca la imagen de la
madre que, en razón del momento dramático que acababa de vivir, cuando
miraba a Ernesto estaba mirando al otro, a Ernestito. Encerrada en
su dolorido mundo interior, aunque no fuese físicamente ciega, lo era
en realidad: era ciega para el recién nacido.
..... Además, en la línea de la extranjeridad, de
lo ajeno y extraño, ¿pudo Sabato sentirse como el no esperado, el
extranjero -ciego- a los ojos de sus padres?
.....
André Green nos habla, en estos casos del complejo de la madre
muerta. (8) Que en el contexto sabatiano, podríamos llamar de la
madre ciega o de la fuente muda. (Alusión a una de sus
primeras producciones literarias.)
..... Green aclara
con precisión: "no se trata (...) de la muerte real de la madre, sino
de una imagen constituída en la psique del hijo a consecuencia de una
depresión materna, que trasformó brutalmente el objeto vivo, fuente de
la vitalidad del hijo, en una figura lejana, átona, cuasi inanimada
(...) y que gravita sobre su destino libidinal, objetal y narcisista".
(Green p. 209). A la depresión por el duelo, se suma la figura de un
padre sólo preocupado por la madre y que no acude en auxilio del
bebé.
..... El niño se ve, entonces,
obligado a instrumentar sus propios mecanismos de defensa, que se
podrán expresar de distintas formas y con diferentes actitudes. Como
vivencias de angustia que lo llevan a padecer agitación, insomnio y
terrores nocturnos. Como desinvestidura del objeto materno,
identificación inconsciente con la madre muerta y desplazamiento de la
rivalidad edípica precoz en el padre, o en el objeto causal de la
depresión materna. Como odio secundario que moviliza deseos de
incorporación regresiva, o anal-expulsiva, teñida de sadismo maníaco,
para dominar al objeto, mancillarlo y así vengarse. Como excitación
autoerótica, placer de órgano puro, sin confluencia de goce
compartido. Y bloqueo del afecto amoroso por disociación entre cuerpo
y psique, entre sexualidad y ternura.
..... Nos interesa subrayar lo
que en el caso de Sabato se hace evidente: la posibilidad que el niño
se sienta constreñido a la búsqueda del (su) sentido perdido en el
fantasear y en el pensar. La unidad comprometida del yo, que ha
quedado agujereado, se realiza en el plano del fantasma, y entonces
da origen abiertamente a la creación artística: o en el plano del
conocimiento, y genera una intelectualización muy rica. Está claro
que asistimos a una tentativa de dominio de la situación
traumática. (Green p. 219). (Lo remarcado me
pertenece)
..... Tratamos de comprender así
algo de la vocación artística de Sabato y bastante de su fascinación
por la secta de los ciegos.
NOTAS
(1) Roa Bastos, La escritura secreta de
las tachaduras, Diario La Nación, 28/04/1991.
(2) J. Constenla,
Sabato, el hombre, p. 86
(3) E. Sabato, El escritor y
sus fantasmas, Buenos Aires, Aguilar, 1967, p. 54.
(4) M.
Abadi, Renacimiento de Edipo, Buenos Aires, Nova, 1960, p.
159.
(5) E. Sabato, Abaddón, el exterminador, Buenos Aires,
Sudamericana, 1975,. p. 22-23.
(6) A Raskovsky, El psiquismo
fetal, Buenos Aires, Paidós, 1960. Trabajo pionero en este
aspecto.
(7) D. Chamberlan, Life before birth, en Internet:
www.birthpsychology.com/lifebefore/early.html
(8) J. Guyotat,
Mort/naissance et filiation, Paris, Mason, 1980.
(9) A.
Green, Narcisismo de vida, narcisismo de muerte, Buenos Aires,
Amorrortu, 1986, p. 219.
en Revista
PROA
Mayo-Junio de 2001