HETERODOXIA
(1953)
(Texto escogido)
LAS ASTUCIAS DEL
LENGUAJE
... El lenguaje de la
vida y de la literatura no obedece a leyes rígidas, porque su objetivo
no es decir verdades sino lograr victorias. Se cambian a cada instante
las modalidades del juego, como en el póker, para tomar desprevenido
al adversario, para engañarlo con recursos
inesperados.
... El lenguaje de la ciencia es
el lenguaje de la verdad. El de la vida y de la literatura es el
lenguaje de la mentira.
... Como aquellos oficiales de
carrera de Cesar and Cleopatra que se irritaban porque los
chacareros italianos les ganaban batallas contra todas las leyes del
arte militar, los gramáticos se fastidian cuando ven a escritores que
se imponen sin la menor responsabilidad gramatical.
¿LAPIDA PARA
PASCAL O LAPIDA PARA VALÉRY?
... "Et qui, ayant changé sa
neuve lampe contre une vieille, se perd à coudre des papiers dans ses
poches, quand c´etait l´heure de donner à la France la gloire du
calcul de l´infini..."
(Valéry)
MARXISMO
...
Benedetto Croce se pregunta en qué sentido es verdadero el enunciado
general de que la historia es lucha de clases. Responde:
1º Cuando
existen clases.
2º Cuando tienen intereses antagónicos.
3º
Cuando tienen conciencia de este antagonismo.
... O
sea que la historia es lucha de clases sólo cuando es lucha de
clases.
NUESTRAS OPINIONES
CAMBIAN
... Croce era en 1898
un marxista convencido y terminó siendo un idealista del extremo
opuesto.
...
Quizá el espíritu de cada uno realiza
aceleradamente el proceso espiritual de la humanidad entera. Quizá se
deba pasar -también en lo que a las ideas se refiere- por los estadios
de ameba, batracio y mamífero. Desde luego, esta evolución no es fatal
ni compulsiva: muchos permanecen toda la vida, orgullosamente, en la
categoría de ameba o batracio. Acusando de inconsecuentes a los
mamíferos que los observan en su mesa de disección.
ESCRIBIR LO
NECESARIO
... No es que me
repugne lo extenso: me repugna lo extendido, que no es lo
mismo.
DE LEIBNIZ
A POE
... Para Leibniz no
existen en el Universo hechos brutos ni casualidades: todo tiene su
raison d´être, y si muchas veces no la alcanzamos es porque
nos parecemos a Dios pero no lo suficiente. De todos modos, el ideal
del conocimiento humano es el de ir reduciendo la masa caótica de las
verdades de hecho al orden divino de las verdades de razón. Los
físicos, que encajan el tumultuoso movimiento de una catarata en una
fórmula matemática, realizan en la tierra ese ideal leibniziano; el
día en que los hombres puedan calcular un odio o deducir un crimen,
Leibniz por fin respirará tranquilo. Mientras tanto, algunos
escritores policiales tratan de calmarlo.
...
Edgar Poe, aficionado a las ciencias físico-matemáticas, inventó de
golpe y en toda su perfección el género policial estricto. Procede
así: mediante una hipótesis, trata de hacer coherentes un conjunto
enigmático de hechos: un guante ensangrentado, un cadáver, una
impresión digital, un cigarrillo a medio fumar, una sonrisa; esa
hipótesis debe explicar el crimen mediante los hechos restantes, del
mismo modo como un físico explica el estallido de una estrella merced
a las presiones, temperaturas y masas. Ese ejercicio es estrictamente
racional y aseado. Como corresponde a un temperamento platónico, el
caballero Auguste Dupin no es propenso a andar por los tejados, ni a
disfrazarse, ni a manejar el revólver: simplemente construye cadenas
de silogismos. Su criminal podría -y tal vez debería- ser designado
por el símbolo 22akM-gamma.
¿NOVELAS
POLICIALES?
...
Solamente en el caso en que el acento esté colocado sobre el
juego, el artificio, el pasatiempo. Hace
bien Graham Greene en calificar a sus novelas policiales de
entertainments. Pero no veo razón -fuera de razones
comerciales- para que se califiquen de policiales a novelas como
El cartero llama dos veces. En tal caso, ¿por qué no
calificar también de policial a Crimen y castigo?
SOBRE LA PRESUNTA
JERARQUÏA DEL GÉNERO POLICIAL
... En general, nadie lo toma en
serio: ni el literato que lo fabrica -por algo se pone seudónimo- ni
el editor que lo industrializa, ni el lector que lo consume. Con razón
esta literatura la leen los negociantes cansados que viajan en
avión.
... En la novela corriente, el acento está colocado
sobre la verdad, sobre el drama, sobre lo humano; en la narración
policial (estricta), está puesto sobre el juego, sobre el artificio.
La investigación del enigma es un pasatiempo, y tiene ni más ni menos
jerarquía que un problema de ajedrez o una ingeniosa charada. Por eso
no hay en este tipo de literatura drama auténtico, aunque abunde lo
más dramático de la vida, que es la muerte. Los personajes parecen
disfrazados o actores que, en cuanto terminen con su trabajo del día,
irán juntos -criminales y detectives- a tomar una copa al bar más
cercano.
... Ahora bien: muchos autores
se resisten a admitir esta jerarquía subalterna y entonces nos señalan
la riqueza psicológica de tal novela o la excelente descripción de un
poniente en tal otra.
... Ninguna de esas
instituciones académicas que cuidan la pureza del género tolera la
inclusión de un elemento que al final no tenga su exacta posición en
el rompecabezas; destinada a confundir al lector, sería condenado como
un deshonesto recurso. Así, ningún autor respetable incluirá un guante
con manchs de sangre o un hermoso paisaje que no tengan que ver con el
crimen. Es cierto que el guante ensangrentado es más grosero y que ni
siquiera tiene el merito literario del paisaje. Pero lógicamente,
ambos constituyen elementos ajenos, y ¿por qué ha de ser repudiable un
guante gratuito y no lo ha de ser un paisaje igualmente gratuito,
aunque sea hermoso? ¿Estamos tratando de descubrir un crimen o de
extasiarnos ante la belleza universal? A menos que ese poniente tenga
su raison d`être -en el sentido leibniziano de la expresión-,
no hay argumento alguno que permita tolerar semejante contingencia.
Aparte de que una buena descripción de la naturaleza puede ser tan
despistadora para el lector como un guante ensangrentado, en cuyo caso
es de una deshonestidad ya directamente vergonzosa. En una narración
policial estricta todos y cada uno de los elementos que aparecen deben
tener una rigurosa y determinada relación con el enigma que se
investiga: desde la forma de una carpeta de mesa hasta un bello
poniente. Como este grandioso programa es utópico, toda novela
policial es fatalmente imperfecta.
... De acuerdo. Pero
al menos que sus autores no nos vengan a invocar sus imperfecciones
como muestra de su jerarquía literaria. Qué diablos.
ACERCA DE LOS
BRILLANTES DETECTIVES
... El
género policial estricto, desde sus orígenes, busco la originalidad y
la sorpresa. Una de las paradojas que inauguró fue la de prescindir de
la policía; quiero decir, la de reemplazar un cuerpo profesional
atacado de perenne idiotez por brillantes aficionados que descubren
los enigmas más intrincados entre dos estudios de arte chino o dos
partidas de bridge. Así comenzaron a desfilar maîtres retirados, como
Hermes Theocopullos; rentistas melómanos y einstenianos, como Philo
Vance; caballeros geniales, como Sherlock Holmes. Que yo sepa, la
reducción al absurdo de esta raza fue lograda por dos escritores
argentinos -Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares-, al inventar a
don Isidro Parodi, detective aficionado que resuelve las charadas
criminales encerrado en su celda de la Penitenciaría Nacional. Parodi
resulta así la réplica exacta del astrónomo puro Leverrier, que
enclaustrado en su cuarto de matemático, mediante el razonamiento
puro, descubre un nuevo planeta.
... La raíz de este
fenómeno debe buscarse en la esencia racionalista y leibniziana del
género policial estricto. No habría sido verosímil encomendar los
complicados procesos lógicos a un cuerpo tan reconocidamente tonto
como el cuerpo policial, que si bien ha producido campeones de box no
ha dado jamás un filósofo de cierto renombre. na da impide, en cambio,
que esos sagaces detectives se encuentren fuera, entre rentistas
refinados o profesores de ciencias. Estos aficionados deben estar
dotados de una genial lucidez, apta para distinguir la trama racional
debajo del confuso caos de la realidad, las vérites de raison
debajo de las vérites de fait. De modo que hasta don Isidro,
con su matecito azul y su cucheta, resulta un modesto simulacro de
Dios leibniziano: encerrado entre las cuatro paredes de su celda,
realiza una discreta y suburbana versión de la characteristica
universalis.
...
Pero el género nació de la noble
necesidad de racionalizar y asombrar, lo que lo impulsa a una
constante renovación de recetas. Y así como al comienzo el criminal
era el individuo menos sospechoso y luego fue menester abandonar esa
ingenua variante porque no puede asombrar más que una sola vez; del
mismo modo se trató de inyectar una curiosa originalidad haciendo que
los crímenes los descubra la policía: el bondadoso comisario Maigret,
de Simenon, o el inspector Buhle, de Peyrou. Claro que ya no es el
torpe funcionario de antes sino un policía que sólo es concebible
después del género policial, después de este viaje de ida y vuelta
hasta el reino de la logística. Este detective de Peyrou no golpea ni
tortura: es tranquilo y eficaz; y ha traído del amateurismo esa
singular propensión a la cultura filosófica que llega
significativamente hasta la admiración por Leibniz.
... De
este modo, al final de su excéntrico periplo, la narración policial se
acerca a la realidad, ya que, al fin de cuentas, nunca se ha visto que
un crimen verdadero haya sido descubierto por un golfista o un crítico
de arte; mal o bien -generalmente mal, generalmente no en forma
científica como quería Poe, generalmente con una mezcla de
razonamientos y tumefacciones que acercan el género más a la física
que a la matemática pura- es siempre la policía quien descubre los
crímenes. No me parece malo que de vez en cuando también los
novelistas policiales reconozcan este moderado hecho.
QUÉ ES EL LENGUAJE
POÉTICO
... Mairena en su
clase de Retórica y Poética:
...-Señor Pérez, salga usted a
la pizarra y escriba: "Los eventos consuetudinarios que acontecen en
la rúa".
... El alumno escribe lo que se
le dicta.
...-Vaya usted poniendo eso en
lenguaje poético.
... El alumno, después de
meditar, escribe: "Lo que pasa en la calle".
...
Mairena:
...-No está mal.
RIQUEZA DE
VOCABULARIO
...Un
poema del señor Domenchina:
... Mi corporeidad -mínima y
acicular- es apta. Su tensión esotérica a la adiaforia capta, a la
emoción impulsa y al entusiasmo rapta.
EXPRESIONES DE LAS
QUE USTED, JOVEN ESCRITOR, DEBE HUIR COMO DE LA PESTE.
... La alegría reinaba
en su rostro, el dolor estaba pintado en su cara, el rubor
coloreaba sus mejillas, su boca era encantadora, respiraba
honradez.
...
La tea de la discordia, la voz del
honor, la hidra de la anarquía, el Sol del Progreso, el campo de las
conjeturas, el arsenal de las leyes, la balanza de la justicia, la
aurora de las libertades, las tinieblas de la ignorancia, la espada de
la Ley, la tiranía de las pasiones, la moderna Babilonia, una
verdadera Torre de Babel, la pérfida Albión, el Oso Moscovita, el Tío
Sam.
... Redoblar sus transportes, abrir su corazón, sentir
un nudo en la garganta, parársele los pelos de punta, aspirar
embelesado, impresionar gratamente, sembrar cizaña.
... La
madre naturaleza, el rey de los astros, el astro rey, la luna
plateada, los pétalos aterciopelados, el vistoso colorido, el jardín
engalanado.
...
El conflicto bélico, el carro de Marte,
la nueva tesitura internacional.
... Un fino
ensayista, un fino poeta, un espíritu ático.
EL ARTISTA Y LA
FEMINIDAD REPRIMIDA
...
Según Jung llevamos en nuestro inconsciente, más o menos reprimido, el
sexo contrario. Si esta teoría es cierta, las creaciones más
vinculadas a la inconsciencia, como la poesía y el arte, serían
expresión de su feminidad. Y, en efecto, ¿qué más femenino que el
arte, aunque (o porque) sea realizado por hombres? El artista
sería así una combinación de la conciencia y razón del hombre con la
inconsciencia y la intuición de la mujer.
... Si
en esa combinación predomina la inconsciencia el arte es romántico. Si
predomina la conciencia, es clásico.
... Lo romántico es
así lo femenino, lo irracional, lo ondulado y misterioso. Lo clásico
es, e cambio, lo masculino, lo racional, lo rectilíneo, lo
explicable.
ESCISIÓN MASCULINA
DE LA REALIDAD
... En
el hombre el sexo es un apéndice, no sólo desde el punto de vista
anatómico sino también fisiológica y psicológicamente: está hacia
fuera, hacia el mundo, es centrífugo. En la mujer está hacia dentro,
hacia el seno mismo de la especie, hacia el misterio primordial. En el
hombre el semen sale, es proyectado hacia fuera, como su pensamiento
hacia el Universo; en la mujer, entra. Esa proyección masculina
implica separación, escisión, desvinculación del hombre respecto de su
simiente. En la mujer, al contrario, implica unión,
fusión.
... Cuando el acto carnal
termina para el hombre, para la hembra comienza. En cierto modo, la
mujer es toda sexo.
... Por eso, tal vez, y como lo
sostiene Jung, a pesar de ser la mujer una criatura esencialmente
erótica, para ella la relación sexual tiene menos importancia que la
anímica; en tanto que los hombres tienden a confundir eros
con sexualidad y creen poseer a la mujer cuando la poseen
sexualmente, siendo que en ningún momento la poseen menos, pues para
ella sólo importa de veras la posesión erótica, es decir anímica,
sentimental. Eros es, en suma, "relación entre almas" y es el
principio supremo de la mujer, así como el logos, "interés
por las cosas", es el principio supremo de la
masculinidad.
...
Como consecuencia de su caracterología
sexual, centrífuga, el hombre tiende a crear otra realidad,
que se añade a la natural: la realidad cultural, con su técnica y sus
ideas, con su ciencia y su filosofía, con su arte y su literatura. En
tanto que la mujer tenderá a reunificar la realidad escindida por el
macho, volviendo lo cultural al seno materno, es decir, al seno de la
naturaleza primordial y eterna, humanizando y animizando las cosas
inertes, la técnica y los productos del arte y de la ciencia,
psicologizando todo. Para la mujer las ideas puras no existen
y no tienen sentido, son casi un juego descabellado, prolongación de
la insensatez infantil. Y si las tolera, si las escucha y hasya si las
admira es en virtud de su maternal ternura por los seres (los hombres)
que quiere y que es capaz de admirar hasta en sus actos de
demencia.
... Excepto cuando advierte que
esos misteriosos sistemas de ideas confieren un misterioso poder a los
hombres. Pues entonces actuán sobre ella las dos fuerzas, siempre
admiradas, del misterio y del poder. En esos instantes cumbres se
suele ver a las mujeres, perplejas, extáticas como ante un ídolo,
boquiabiertas, musitando frases como: "Y yo que lo creía un loco..."
Es, tal vez, la frase que ha de haber pronunciado la señora de
Cristóbal Colón.
DEFECTOS DE LA
MUJER
... Dice La
Rochefoucald que los defectos nacen de la exageración de las virtudes.
Las virtudes de la mujer son su altruismo por la especie, su capacidad
de sacrificio personal por los hijos y los hombres bajo su cuidado.
Por eso mismo su mundo es concreto y pequeño, personal, vital. Pero de
ahí a las pequeñeces y, lo que es peor, a la pequeñez, hay un paso; y
al egoísmo de hormiga, al comadreo, al chismorreo pequeño, a los celos
viscerales.
... El hombre también se
equivoca, pero al menos se equivoca haciendo una guerra mundial o un
sistema filosófico.
SEXO Y
DOMINIO
... Adler y Freud no
son tan independientes como ellos mismos pretenden, ni como podría
parecer a primer vista. No es una casualidad que Adler haya sido
engendrado por Freud: sexo y dominio son el anverso y el reverso de la
misma realidad.
... Cuando un hombre entra en
una mujer, lo hace como un conquistador en un país enemigo y exclama
"eres mía"; así como el conquistador clava -con una simbología
freudiana- una pica o una espada en el territorio que caba de invadir.
Esta bivalencia es constante y podría construírse toda una doctrina
erótica de la conquista territorial, así como la posesión física de la
mujer podría ser vista como una posesión territorial de ese animal
sediento de poder que es el macho. Ha habido individuos en los que el
sexo se transmutó casi íntegramente en ansia de poderío geográfico,
como Napoleón. Y tanto en el coronel Lawrence como en Malraux, el
combate militar y polítco está vinculado a una especie de
parasexualismo. En toda la novelística de Malraux, la posesión carnal
aparece unida al combate físico. Muchos críticos han señalado (cf. G.
Picon, C. Mauriac) la preeminencia que en él tiene el amor físico en
relación con la violencia, la tortura, la angustia metafísica y a la
muerte. Buena parte de sus personajes viven obsesionados por la
impotencia. El orgullo del sexo no es únicamente la manifestación de
su masculinidad personal sino el de la especie entera, que habla por
él. Para Malraux, Les liaisons dangereuses es "una mitología
de la voluntad" y sus personajes no tiene sino cartas de dos colores:
vanidad y deseo; una "mezcla permanente de voluntad y sexo es su más
poderoso medio de acción".
SOLEDAD Y
COMUNICACIÓN
... El
Yo aspira a comunicarse con otro Yo, con alguien igualmente libre, con
una conciencia similar a la suya. Sólo de esa manera puede escapar a
la soledad y a la locura.
... De todos los intentos, el
más poderoso es el del amor. Pero es inútil que lo haga con un robot,
o con una prostituta que convierte el amor en sexo mecánico, o con una
mujer que obedezca a poderes magnéticos: en cualquiera de esos casos
sólo logrará satisfacer sus necesidades sexuales. El cuerpo de los
demás es un objeto y mientras el contacto se realice con el
solo cuerpo no existirá sino una forma del onanismo. Solamente
mediante la plena relación con un sujeto (cuerpo y alma),
podremos salir de nosotros mismos, trascender nuestra soledad y lograr
la comunicación. Por eso el sexo puro es triste, ya que nos deja en la
soledad inicial, con el agravante del intento frustrado. Berdiaeff
sostiene que el instinto sexual tiene un elemento demoníaco y
destructivo, pues nos arroja en el mundo puramente objetivo, donde la
comunicación no es posible y la soledad definitiva. De ahí que el
erotismo exclusivamente sexual aparezca tan frecuentemente unido a la
violencia, al sadismo y a la muerte. No pudiendo llegar a la otra
subjetividad, no pudiendo satisfacer su ansia de comunión espiritual,
el hombre se venga inconscientemente, desgarrando y
odiando.
...
Se llega a sí a la paradoja de que la
única forma de escapar a la subjetividad total es mediante lo más
extremadamente subjetivo que existe: no la razón (que es objetiva)
sino la emoción; no mediante la ciencia y las ideas puras sino
mediante el amor y el arte. Así se alcanzan esos universales
concretos que establecen puentes entre los sujetos.
TRASCENDENCIA E
INMANENCIA
... En
la mujer se entra, todo converge hacia ella, hacia su misterios
interior, pasivo y terrestre. El sexo es casi su esencia, pues no sólo
abarca un desmesurado espacio sino que su tiempo vivo tiene o tendría
-en condiciones biológicas normales- que estar ocupado casi
íntegramente por el sexo y sus consecuencias. En tanto que en el macho
el sexo casi no tiene importancia y únicamente la adquiere, aunque en
intenso grado, en momentos de su existencia. De manera que cuando para
el hombre termina el acto, para la mujer empieza. Apenas consumado, el
hombre es libre, mientras que la mujer queda encadenada al acto que
acaba de realizar, primero de una serie misteriosa y profunda que han
de sobrevenirle; para los cuales se recoge en sí misma, se vuelve
hacia el centro de su útero, que también es el centro de su
existencia, busca la calma y la serenidad, la conservación de lo suyo,
de su hogar -materialización externa de la matriz-, como lo prueban
hasta los más oscuros símbolos oníricos. Y así, mientras ella se
encierra en su casa, el macho se lanza a la aventura, a la conquista
de otras realidades físicas o espirituales. El hombre se trasciende
constantemente, en tanto que la mujer se encierra en su
inmanencia.
...
Podemos pensar el mismo problema desde
otra perspectiva: el hombre tiende al dinamismo, la mujer al
estatismo. Siendo el espacio la dimensión estática y el tiempo la
dimensión dinámica, podríamos afirmar que la mujer es espacial y el
hombre temporal. No es asombroso, por lo tanto, que en todas las
tradiciones y mitos la tierra, espacio por antonomasia, represente a
la mujer: para los indios, la Tierra -Prithivia- es la madre
del género humano; Démeter es a la vez la diosa madre y la
personificación de la Tierra; en casi todas las mitologías se habla de
"la madre Tierra". En la tierra acontece la reproducción de la vida en
sus formas más primitivas y la simbología arcaica vincula siempre la
fecundidad terrestre a la fecundidad a la fecundidad de la hembra, así
como vincula el arado al hombre que rasga a la mujer y la abre para la
maternidad: arar la tierra es símbolo de cópula en los sueños y en los
mitos.
LA OBSESIÓN DE LA
MUERTE
... Las religiones
son algo así como sueños metafísicos y, por lo tanto, revelan las
ansiedades más hondas del ser humano.
... Del hecho de que
las religiones prometen la vida de ultratumba debemos inferir, pues,
que la obsesión de la muerte es la más profunda.
MUERTE Y
CÓPULA
... No debe
atribuirse a un simple sentimiento de irresponsabilidad ni desenfreno
la locura sexual que acomete a hombres y mujeres durante las
catástrofes, terremotos y guerras. También es significativo que el
número de nacimientos aumente durante y después de los grandes
cataclismos destructivos.
ACERCA DE LA
IMPOSIBILIDAD DE TRADUCIR
... No hay traducciones sino una
teratológica multitud de inmigrantes, cuyos rostros, cuyos acentos,
mantienen todavía el aire original, pero cuya manera de vestir y de
hablar imita grotescamente la manera del país que los recibió. Tal
como ese Raskólnikov que sabíamos leer hace muchos años en las
versiones de Maucci, que parecía deambular -mejor dicho, discurrir-
por la Puerta del Sol, rodeado de golfillos y señoritingos, murmurando
palabras tan increíbles como psicolabis y tentempié.
... Lo
que es inevitable, porque la lengua viva de un pueblo está
entrañablemente enlazada a su historia, a sus montañas, a sus árboles,
a su tierra y a su cielo. Y las palabras tienen el color y el olor de
la tierra en que se formaron. Raskólnikov toma té con olor a
chocolate. El lenguaje de la vida, equívoco, oblicuo e insinuante,
está adherido al paisaje como una sonrisa al rostro que la sostiene.
Trasladar un texto literario a otro idioma es empresa tan
melancólicamente ineficaz como la de esos millonarios americanos que
imaginan poder traerse los viejos fantasmas de un castillo escocés
reconstruyendo el castillo en Wisconsin.
... Las únicas
traducciones rigurosamente posibles son las de la ciencia, porque sus
expresiones son lógicas y sus palabras unívocas. La proposición "el
calor dilata los cuerpos" puede ser trasladada a cualquier idioma sin
que su espíritu pierda un ápice de su sentido.
... En
cambio, las traducciones literarias son una temblorosa tentativa de
interpretar un mensaje de signos equívocos mediante otro conjunto de
signos equívocos.
... Así como una misma nota
musical cobra distinto timbre en diferentes instrumentos, la misma
palabra producirá distintas resonancias al pasar de una lengua a otra.
Decimos vaso en francés, y al pronunciar verre ya
está sonando su primera armónica: vidrio y, como
consecuencia, ya nos llegan lejanas resonancias de
fragilidad, de transparencia, de sonoridad.
Ninguna de estas armónicas superiores subsiste en castellano, mientras
aparecen otras que confieren diferente timbre a la palabra traducida.
La fidelidad a la nota fundamental habrá implicado así infidelidad a
las resonancias, y a los sutiles estremecimientos que un buen escritor
logra provocar con esas resonancias.
... Esas armónicas
pueden tener origen en la etimología, en la historia de un pueblo, en
sus clásicos, en la psicología de sus gentes, en sus leyendas, en sus
sangrientas luchas fratricidas: todo único e intransferible. La
palabra ceibo no tiene las mismas sugerencias para un francés
que para nosotros.
...
Más que nacional, el lenguaje es en
última instancia individual. El formidable y casi desesperanzado
problema del artista es el de trascender su subjetividad mediante sus
voces, sus desesperados murmullos, sus equívocos signos. Y lo
increíble es que lo logra.
ORLANDO TRADUCIDO
POR BORGES
... "El
padre de Orlando, o quizá su abuelo, la había cercenado de los hombros
de un vasto infiel." Y más adelante: "Se volvió a Orlando y acto
continuo le infirió el borrador de cierto memorable verso". Este
"infirió" me suena a Borges. Busco el trozo correspondiente en inglés
y leo, en efecto:
"He turned to Orlando and presented her
instantly with the rough draught of a certain famous line", Sí:
vasto infiel, infirió el borrador, memorable verso, todo eso es
borgiano. Pero ¿habría sido deseable evitar el ingrediente borgiano en
la traducción? Si para eludirlo se hubiese recurrido a un mediocre
escritor, sólo se habrían reemplazado los acentos personales de valor
por mediocres acentos de valor. Y no se comprende por qué habría de
preferirse un sello individual a otro por el solo mérito de ser chato
e insignificante.
... La verdad es que la única
versión fiel de Virginia Woolf podría ser realizada por Virginia
Woolf. Del inglés al inglés.
GENEALOGÍA DE LA
ETERNIDAD
... Egipcios
(hieratismo, geometrismo, abstracción de su arte) ---> Pitágoras
(viajó por Egipto) ---> Platón (recibió la herencia pitagórica y
órfica, eternidad = geometría = Ideas) ---> Cristianismo (a través
de los platónicos).
LITERATOS
... "La
profesión de escritor tiene su lado penoso, que consiste en que el
trabajo lo obliga a uno a mezclarse con una serie de literatos. Para
guardar las apariencias, una o dos veces al año, hay que concurrir a
una reunión y pasar varias horas en compañía de críticos, autores
radiales y gente que lee libros. Todos ellos hablan una jerga que sólo
pueden entender los literatos. Unicamente después de proceder a una
purificación de fondo puede uno recobrarse y caminar con la cabeza en
alto, como un ser humano." (E. Caldwell.)
...
"Dios os libre, lectores, de chocar con un literato, con un genuino y
estricto literato, con un profesional de las letras, con un ebanista
de prosa barnizada. Será una de las mayores desgracias que pueda
sobreveniros" (Unamuno).
SOBRE EL
TÚNEL
... Mientras escribía
esta novela arrastrado por sentimientos confusos e impulsos
inconscientes, muchas veces me detenía perplejo a juzgar lo que estaba
saliendo, tan distinto de lo que había previsto. Y, sobre todo, me
intrigaba la creceinte importancia que iban tomando los celos y el
problema de la posesión físisca. Mi ideal inicial era escribir un
cuento, el relato de un pintor que se volvía loco al no poder
comunicarse con nadie, ni siquiera con la mujer que parecía haberlo
entendido a través de su pintura. Pero al seguir al personaje, me
encontré con que se desviaba considerablemente de este tema metafísico
para "descender" a problemas casi triviales de sexo, celos y crímenes.
Esa derivación ne me agradó nada y repetidas veces pensé abandonar un
relato que se apartaba tan decididamente de lo que me había propuesto.
Más tarde comprendí la raíz del fenómeno. Es que los seres de carne y
hueso no pueden nunca representar las angustias metafísicas al estado
de ideas puras: lo hacen siempre encarnando esas ideas,
oscureciéndolas de sentimientos y pasiones. Los seres carnales son
esencialmente misteriosos y se mueven a impulsos imprevisibles, aun
para el mismo escritor que sirve de intermediario entre ese
extraño mundo irreal pero verdadero de la ficción y el lector que
sigue sus dramas. Las ideas metafísicas se convierten así en problemas
psicológicos, la soledad metafísica se transforma en el aislamiento de
un hombre concreto en una ciudad concreta, la desesperación metafísica
se transforma en celos, y el cuento que parecía destinado a ilustrar
un problema metafísico se convierte en una novela de pasión y de
crimen. Castel trata de apoderarse de la realidad-mujer mediante el
sexo. ¡Pero es tan vano ese empeño! Adopté la narración en primera
persona, después de muchos ensayos, porque era la única técnica que me
permitía dar la sensación de la realidad externa tal como la vemos
cotidianamente, desde un corazón y una cabeza, desde una
subjetividad total. De manera que el mundo externo apareciera al
lector como al existente: como una imprecisa fantasmagoría que se
escapa de entre nuestros dedos y razonamientos. (Y hay críticos que me
han reprochado cierta imprecisión fantasmagórica en el mundo exterior
a Castel.) Por fin, cuando el protagonista mata a su amante, realiza
un último intento de apoderarse de ella, de fijarla para toda la
eternidad.
SOBRE LA VIOLENCIA
Y LA DISONANCIA
...
Cuando se comparan las últimas partituras de Mozart con las primeras,
comprendemos el valor de la disonancia, su poder de perforación a
través de los estratos de mera belleza para alcanzar la región
metafísica. Es lo que, en mayor escala, ha pasado con la literatura de
nuestro tiempo: Baudelaire, Rimbaud, Dostoievsky,
Faulkner.
...El buen gusto prescinde de la
violencia, de la disonancia, del terror. Es lo menos que debe exigirse
a los escritores mediocres (el buen gusto)
de
HETERODOXIA
Ernesto Sabato
Seix Barral - Colección Biblioteca Breve
Edición
Conmemorativa del 80ª aniversario de E. Sabato
1991.
Ernesto Sabato HETERODOXIA
Ernesto Sabato dio
alguna vez la definición más acertada que existe sobre su obra
ensayística: dijo que se trataba de la reflexión inevitable de
un hombre de nuestro tiempo sobre el caos que lo rodea, y que
sólo pretendía que sus páginas fueran tomadas como una suerte
de autobiografía espiritual. Resulta hoy difícil deslindar
al genial hombre de letras en que se convertiría Sabato de
aquel humanista furioso y desencantado de la ciencia que tomó
la palabra para denunciar los falsos progresos técnicos y la
creciente preeminencia de la máquina y el sistema sobre el
hombre en la sociedad
contemporánea. Heterodoxia fue publicado
originalmente en 1953 y compone, junto con Uno y el
Universo (1945), Hombres y
engranajes (1951) y El escritor y sus
fantasmas (1964) algo así como un "diccionario del
hombre en crisis", que se fue constituyendo a lo largo de los
años, dejando en evidencia la firme coherencia de Sabato en el
terreno de las ideas. Sus página apelan tanto a la ironía como
al lirismo para retratar las esperanzas y las angustias del
hombre contemporáneo. Su título refleja no sólo la variedad de
temas sino el enfoque, tan original como no ortodoxo, en que
son tratados el sexo, los grandes ideales, el marxismo, el
arte, el caos, la patria, las palabras, el alma y su relación
con el cuerpo.
de la
contratapa
|