Publican libro de entrevistas que se adentra en el
mundo
del octogenario narrador argentino
Sabato, la rebelión de
un idealista
Medio Siglo con Sabato es un
volumen que recoge más de 40 conversaciones del autor de El Túnel con
periodistas y escritores. Un recorrido ordenado cronológicamente por
el pensamiento del autor, polémico y humanista, cuyo principio
intransable ha sido la libertad.
por Andrés Gómez
... Hace más de medio siglo,
en 1946, Ernesto Sabato (24 de junio de 1911) daba su primera
entrevista. Un año antes había publicado Uno y el Universo,
"una suma de todas las antipatías a todas las escuelas, dogmatismos y
acaparadores de la Verdad". Se alejaba de las matemáticas, donde se
formó, para iniciar una contundente y esencial trayectoria literaria,
cuyos alcances se extenderían mucho más allá de la
literatura.
... En esa primera nota
periodística, publicada en el vespertino Noticias Gráficas, de
Buenos Aires, en plena posguerra, advertía ya sobre temas que se le
volverían recurrente preocupación: "Y no hay que predicar odio, sino
justicia. La historia de la humanidad es una imponente lista de
estupideces y maldades. Sin embargo, creo que el deber principal es
luchar, a pesar de todo, contra la estupidez y la
maldad".
... Esa entrevista es una de
las 47 que recoge Medio Siglo con Sabato, un volumen preparado
por la periodista Julia Constenla, autora de la biografía Sabato,
el Hombre. El libro, publicado por Javier Vergara Editor, hace un
recorrido cronológico por el pensamiento del autor de El Túnel,
que permite observar el desarrollo de sus opiniones, de sus certezas y
dudas, y a su vez da cuenta de cómo cambia la percepción social
respecto de él. "Con admiración o con recelo se lo encara al principio
como un científico deslizándose hacia otros temas, luego como un
escritor comprometiéndose con la literatura y con su tiempo, un ser
inquieto que desembarca en la pintura, un hombre siempre asediado por
angustias a las que enfrenta con lucidez y desmesuradas esperanzas",
afirma la recopiladora, quien seleccionó el material del archivo
personal del escritor.
... En estas entrevistas, la
literatura comparte con la filosofía, con la política, la historia, la
religión y el arte. Si hay un elemento que atraviesa todo el libro es
la certeza de Sabato de estar asistiendo a una crisis profunda de la
civilización occidental, donde la sola razón no basta para comprender
al hombre, reducido por la ciencia y la técnica. Una crisis que exige
replantear las instituciones y los valores y donde el intelectual
también cumple una tarea. "¿Qué es un intelectual para mí? Un hombre
de ideas y de libros. ¿Para qué sirve? Entre otras cosas, como se ha
visto, para convulsionar el mundo (como lo prueban dos libros: El
Evangelio y el Manifiesto Comunista) y para levantar a las
masas con alpargatas. ¿Qué papel debe desempeñar el día que se arme?
Luchar por las ideas que se defendió antes en el papel", decía un
entusiasmado Sabato en 1961.
... Si bien siempre adherirá a
los procesos revolucionarios, se mantendrá expectante, atento a
cualquier asomo de totalitarismo. Para Sabato hay dos principios
intransables: "Sin libertad no vale la pena vivir, todo se corrompe y
degrada, los seres humanos se convierten en abominables esclavos. Sin
justicia social no hay futuro posible en el mundo, y el que no vea
esto no entiende nada de lo que pasa". Por ello levantará la voz cada
vez que observe un atropello y de igual modo criticará a los
socialismos reales como al capitalismo norteamericano. Con ello, se
ganará también detractores: "hice un negocio redondo: los
reaccionarios me siguieron llamándome comunista y los comunistas,
reaccionario y traidor. Desde entonces retomé mi ideal anarquista,
que, en mi caso, es una especie de anarco-cristianismo, como había
sido el de Tolstoi, el de Emerson y el de tantos idealistas de nuestro
tiempo, como Camus y Herbert Read", explicaría en
1995.
... Criticado por reunirse con
el general Videla cuando asumió la dictadura argentina, Sabato sin
embargo fue crítico del régimen y sobre todo de las violaciones a los
derechos humanos cometidas en ese período. "No hay malas o buenas
violaciones, aunque sean cometidas en nombre de grandes ideales, Dios
o el socialismo, la patria o la justicia social, y sobre todo si se
cometen en nombre de grandes ideales", declaraba en 1978. Su actitud
le sería reconocida más tarde por el Presidente Alfonsín,quien lo
pondría a la cabeza de la comisión que investigó los delitos contra
los derechos humanos. Un proceso que acabó en una ley de punto final.
"En ese momento escribí un documento que salió en todos los diarios,
lamentando esa decisión", responde.
TESTIGO IMPLACABLE
... Ex comunista, ex
matemático y ex surrealista, define su vocación literaria como una
indagación "a fondo en la condición del hombre en un momento y en
lugar determinados de su existencia. En este caso, la condición humana
del único hombre que conozco a fondo: el del Río de la Plata". La
literatura, para él, es un ejercicio profundo, que no ha de estar en
función de causas de ninguna especie: "Considero que un escritor
verdadero es un testigo implacable de su tiempo y no debe hacer
ninguna concesión a sus ideas políticas o filosóficas: es algo más
hondo y más misterioso que el mundo de las ideas políticas, sociales o
científicas. No piensen en casos discutibles como el mío; piensen en
ejemplos enormes como el de Dostoievski. Durante toda la época de
Stalin fue proscrito por 'malsanó, 'putrefactó, 'contrarrevolucionarió
y 'destructivó, mientras escritores mediocres hacían su agosto con
productos que tenían que ver tanto con la literatura como un afiche de
propaganda con la pintura. Y sin embargo, ese Dostoievski es uno de
los testimonios más terribles y verdaderos de su tiempo", comentaba
antes de la aparición de Sobre Héroes y Tumbas, en
1962.
... Piensa que por esta
actitud independiente y polémica, lo mantuvieron alejado del boom
latinoamericano: "El boom se organizó seriamente, como una empresa, y
alguien que por delicadeza no voy a nombrar avaló el libro de un tal
Haars, que se hizo traducir a las lenguas más importantes, en el que
ni siquiera figuraba mi nombre entre los escritores latinoamericanos,
excepto con una frase irónica. El único que se portó notablemente
conmigo fue Pablo Neruda, cuando le otorgaron el Premio Nobel". Sin
embargo, la obra de Sabato ha sido ampliamente reconocida. Traducida
al francés por sugerencia de Albert Camus y al inglés por
recomendación de Graham Green, su narrativa fue coronada con el Premio
Cervantes en 1984. Indagador de la existencia, angustiado por las
preguntas sobre el tiempo,la soledad, la libertad, reivindicador del
sueño y la pasión, después de haber sido testigo de un siglo convulso
y cruel, reflexiona: "De haberse escuchado a aquellos utópicos del
anarquismo, el mundo sería hoy otra cosa: todavía tendríamos seres
humanos, no seres robotizados. Es difícil,muy difícil, que ahora
logremos volver atrás, pero no es imposible si hay una rebelión de la
juventud y de los locos como yo mismo".
La Tercera
28
de mayo de 2000