Harold Durand
“Abriendo
las Puertas”
Por Santiago
Bonhomme
La Discusión
de Chillán. Domingo 25 de Septiembre de 2005
“En el momento de dejar la patria,
la poesía se había puesto el delantal de médico
sin fronteras, pues había que atender el alma herida y moribunda
de Chile”
El miércoles 28 en la feria
del libro de Chillán, el poeta Harold Durand, quien lleva más
de veinte años radicado en Estocolmo, Suecia, presenta su nuevo
libro “Tres Puertas”, un trabajo que viene a saldar una deuda con
Chillán, con el de la infancia incrustada en su memoria, en
lo que quizás es una forma de volver poco a poco a estas calles
que a cada paso lo
reconocen, eso sí, todavía en silencio.
- Porque te fuiste de Chile
-Salgo de Chile porque mi libertad y mi vida estaban amenazados. Yo
militaba en un partido político considerado por la dictadura
como "terrorista". Tal vez hoy asombre a algunos amigos
pues por razones de seguridad y por no comprometerlos, mantuve esta
condición en estricto secreto. Para sosegar a los suspicaces,
he decir que mi actividad entonces se limitaba a lo sindical y a la
difusión de información que la prensa, por censura o
autocensura, no entregaba. Lo visible de mi condición de ciudadano
disidente y resistente, era la presidencia provincial que yo ocupaba
en la Agrupación Gremial de Profesores de Chile y el puesto
de director nacional de la misma, algo que no pasó inadvertido
en la CNI, según el soplo recibido por un compañero
sindicalista de parte de un informante de la CNI. Hoy, al repasar
estos hechos, pienso que tuve más de una elección. Podía
haberme calmado, o haberme sumergido en la clandestinidad, pero no
lo hice, preferí irme al exilio (llorando de los ojos). Probablemente
porque estaba cansado síquicamente. Yo había estado
preso y había sido cruelmente torturado. O porque estimé
que para político hay que tener sangre de horchata y tozudez
de Sísifo, cualidades que brillan por su ausencia en mi persona.
Ahora si hice bien, no lo sé, y no creo que lo sepa nunca,
pero duele, eso sí que lo tengo claro.
- El estado de la poesía antes de salir de
Chile y con que te encontraste al primer retorno.
- En el momento de dejar la patria, la poesía se había
puesto el delantal de médico sin fronteras, pues había
que atender el alma herida y moribunda de Chile, por lo que además
era perentorio arrojar mensajes a los cuatros vientos para alertar
al mundo de esta emergencia. Este delantal era la poesía panfletaria,
constestataria o simplemente testimonial, labor que a mi juicio duró
demasiado, pues provocó una fractura en la tradición
lírica de la poesía chilena. De ahí que el modus
operandi de Parra no deja de notarse en muchos de los textos de
poetas adultos en el Chile de hoy. De ahí que los jóvenes
de la generación de 20 a 27 años de edad, parecieran
ocupados en desarmar el lenguaje o en aporrearlo como una lámpara
tonta porque no logran sacarlo de su condición de artefacto,
de repetido y fastidioso cachureo en que ha sido reducido.
- La poesía sueca en tu poesía.
-La poesía sueca influye en cuanto es llana, serena como la
vida en el campo, necesario sosiego para un ánimo "que
huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido". Pero también
influye la literatura celta que de alguna manera está presente
en las sagas escandinavas. Lecturas que ayudan a curar en parte las
heridas del alma (esta antigualla) y a darme paz interior, así
como a desprenderme de la presunción y la vanidad que me contraían,
cambiando, en cosencuencia, mi actitud en el oficio, es decir, que
de aguador, derivé en manantial.
- Por tu parte hay un seguimiento a la poesía
chilena desde el exilio.
- Apenas llego a Suecia fundo revistas de poesía. Una es La
Espuma de la Ola (la poesía no hace la revolución
pero es la espuma de la ola), la otra, Cruz del Sur Literaria
(los ojos siempre vueltos al sur), ambas dedicadas a la poesía
de resistencia y de exilio. Esta actividad dura hasta el año
1987, año en que enfermo de depresión y decido olvidar
a Chile. La dictadura le había dado muy duro a mi familia (tengo
un hermano que está en lista de los desaparecidos en la Operación
Colombo) y le había dado muy duro a mis amigos (asesinan a
Manuel Guerreros y a Patricio Sobarzo). Y lo peor, la gente guardaba
silencio. Es por estas razones que dejo de mirar hacia Chile, entre
otras cosas, de leer su poesía, lo que lamento profundamente,
pero que trataré de reparar, leyéndola con mucha atención.
- Háblame acerca de tu nuevo libro “Tres Puertas”.
-Tres Puertas son textos que tienen más de 10 años.
En ellos trato de rescatar el Chillán de mi infancia. Yo no
puedo decir como nuestro querido poeta Sergio Hernández Romero
"Me persigue Chillán... ", Al fin y al cabo, es el
mismo canto de amor a la pequeña patria. Yo más bien
persigo a la ciudad materna que se me escapa, aun cuando lo único
logrado en este libro es un amasijo de restos de memoria y elementos
de la ciudad adoptiva, Högdalen, un hermoso pueblito de Suecia.
- Planes para el retorno definitivo.
-Sí, estoy preparando mi segunda residencia. Dicen que segundas
partes nunca son tan buenas; no importa, acepto.