ADIOS
A STELLA DIAZ VARIN (1926-2006)
Para su hijo Rodrigo y sus nietos, para Claudia Donoso, Elvira Hernández,
Leonora Vicuña, Nadia Prado, Andrés Morales y Roberto
Contreras
Por
Aristóteles España
Partió al País de Nunca Jamás, la Reina de los
Sirlos como la llamó Virginia Vidal, la musa de la Mandrágora,
la Princesa del célebre grupo literario "El Zócalo
de las Brujas". Se fue como parte una gaviota hacia el horizonte
o como una estrella que vuelve a una lejana constelación donde
alguna vez vivió.
Una de las grandes escritoras de Chile y Latinoamérica, construyó
una escritura en los límites del lenguaje y la vida, nos propuso
una estética de la cotidianidad con la fuerza de las grandes
artistas, sus
palabras estaban llenas de orillas e imágenes de pájaros
que inundaban el mundo con sus graznidos de ausencia. Así era
ella, transformaba la realidad para hacerla más digna de ser
gozada.
Alone la comparó con Vicente Huidobro; Enrique Lihn decía
que era una de las pocas artistas con voz propia en nuestro país;
Pablo de Rohka consideraba que era la Estrella (como su nombre) de
la literatura chilena después de la mitad del siglo XX. Compartió
la bohemia de los años 50 en Il Bosco, y otros espacios de
la época, en recitales memorables en el Parque Forestal junto
a Pablo Neruda, Francisco Coloane, Carlos Droguet, el mítico
Chico Molina, Luis Oyarzún, Humberto Díaz Casanueva,
Nicanor Parra, Teófilo Cid, Alberto Romero, Diego Muñoz,
Andrés Sabella, Volodia Teitelboim, Alejandro Jodorosky Jorge
Millas, Martín Cerda, Luis Sánchez Latorre, Mario Ferrero,
Mario Rojas Lobos, Cecilia Casanova, Eliana Navarrro, José
Miguel Vicuña, María Elena Gertner y muchos otros colegas.
Por nuestra parte, la conocimos a fines de los años 70 en casa
de la poeta y fotógrafa Leonora Vicuña. Celebramos el
cumpleaños de alguien. Estaba Jorge Teillier, Germán
Arestizábal, José María Memet, Ramón Díaz
Eterovic, Alvaro Ruiz, Verónica Poblete, Bárbara Martinoiya,
Rolando Cárdenas, y otros fantasmas amigos de la época.
Allí nos contó de su vida en Santiago, de cómo
a los 16 años le escribió un poema al Traidor González
Videla, al igual que Neruda. "A los 16 años uno se equivoca,
me dijo", mientras bailábamos una polka y brindamos por
una amistad que se prolongó hasta el día de su muerte.
Habíamos leído "Razón de mi ser"( 1949);
"Sinfonía del hombre fósil"(1953); "Tiempo,
medida imaginaria" (1959), libros fundamentales pero absolutamente
desconocidos.
Le gustaba recitar "Los motivos del lobo", de Rubén
Darío, ciertos versos de "Las Flores del Mal" de
Baudelaire y solía inventar poemas de autores inexistentes
con los cuales se burlaba de sus auditorios. Dura Stella, le decíamos
y ella se reía como una niña grande que hace maldades.
Nos propuso una estética de la fuerza contra la adversidad.
Nadie como ella la vivió en carne propia. Ignorada por su partido,
el Partido Socialista, por academias y círculos literarios
fue, sin duda, la más grande de todas. Admirada, hermosa, arrogante,
estuvo ajena al poder y la gloria. Pudo haber sido Agregada Cultural
de nuestro país en cualquier rincón de la tierra, pero
su actitud crítica, mordaz, llena de entusiasmo y sabiduría
le impidieron muchos honores de parte de las instituciones del Estado
de su propio país. Sin embargo, fue reconocida por sus pares,
y este jueves 15 de junio fue homenajeada por los artistas chilenos.
Nunca habíamos visto a tanto poeta junto nos dijo una escritora
amiga. Discursos de la Sociedad de Escritores de Chile, lecturas de
amigas y amigos, actores, músicos, titiriteros, niños
poetas, cineastas, escritores de la más diversa animalidad
y especie se dieron cita para darle la despedida final. Su legado
será eterno. Habrá que solicitarle a las autoridades
construír una plaza con su nombre o tal vez un parque donde
puedan llegar los jóvenes -quienes más la lloraron-
a leer sus versos, a enamorarse en primavera con sus textos de "Los
dones previsibles" donde habla de la nostalgia como ríos
azules que se dibujan en los ojos del cielo. Los autores cubanos la
incluyeron en su Colección de Clásicos de nuestra poesía
universal junto a Mallarmé y Dylan Thomas; publicada en Argentina,
EEUU, Perú, Colombia, aquí en nuestra Patria Feliz del
Edén, recibió, como todos los grandes artistas, como
Gabriela Mistral, el Pago de Chile. Su obra se encuentra en el portal
de "www. google.com".
ADIOS COLORINA, MAGA Y DIOSA, TE QUEREMOS, DESCANSA EN PAZ.