Reciéntemente, con ocasión de un encuentro de narradores
chilenos en Berlín, tuve la ocasión de comprobar la destacada
presencia del escritor Luis Sepúlveda en las librerías y lectores de
Europa. Junto a Isabel Allende es el autor más leído fuera de Chile y
la novela que da título a esta crónica ya ha sido traducida al inglés
y al francés. Sin duda, todo un fenómeno este autor que, por sobre
todas las cosas, refleja en sus libros el instinto nato de un autor
fascinado con la ventura de contar historias. Su más reciente novela,
"Nombre de Torero", se suma a sus dos anteriores
títulos: "Un viejo que leía novelas de amor" y
"El mundo del fin del mundo", ambas con amplia
difusión.
... Fiel a su
apego a la región que él denomina del fin del mundo -Magallanes- la
nueva historia de Luis Sepúlveda tiene su comienzo y su final ubicado
en un apartado rincón de la Isla Tierra del Fuego. Allí, en un puesto
ovejero vive un ex soldado nazi que participó en el robo de unas
valiosas piezas de oro en los inicios de la Segunda Guerra Mundial.
Escondido en ese lugar espera el retorno de su compañero de hurto,
hasta la mañana en que una breve carta le anuncia que su amigo ha sido
apresado y que, cincuenta años más tarde, se ha desatado la búsqueda
del codiciado tesoro. Agentes de una ampresa internacional de seguros,
ex policías alemanes y una serie de chilenos desarraigados por varias
partes del mundo intervienen en un relato que recorre la historia
política mundial de las últimas cinco décadas.
....."Nombre de Torero" tiene como
protagonista a Juan Belmonte, un chileno con nombre de matador, que
ejerce como matón de bar en un tugurio de Hamburgo, después de haber
entregado varios años de su existencia a acciones guerrilleras y
revolucionarias en América Latina. Contratado para recuperar las
piezas de oro, Belmonte emprende un peregrinar aventurero que de paso
le permitirá entregar su especial visión del mundo actual,
desencantado y aparentemente en poder de los poderosos de
siempre.
..... Como los buenos
anarradores, Luis Sepúlveda teje hábilmente la intriga de su historia,
atrapando al lector con claves que se van revelando paulatinamente, al
tiempo que conocemos el pasado de los protagonistas y se recrea una
amplia reflexión sobre la experiencia de esa especie de socialismo
derrotado con la caída del Muro de Berlín. Belmonte regresa a Chile en
la búsqueda del ya anciano soldado nazi que tiene en su poder las
piezas de oro, sin saber que tras él también viajan otros interesados
en lo mismo. La narración de la historia desde distintas perspectivas
contribuye al suspenso de la intriga, a la vez que sirve a Sepúlveda
para presentar a toda una galería de personajes marcados con el signo
de los perdedores. De aquéllos que lo han entregado todo en función de
un sueño, a despecho de los engaños de sus mismos dirigentes y que
conocen "la verdad de la vida" con total propiedad.
..... Con esta novela, Luis Sepúlveda da otra
muestra más de sus buenas dotes de narrador. Es un contador diestro de
historias. Lineal, concreto y directo. En su texto hay una notable
economía de recursos y un afán que apunta a un objetivo no siempre
fácil de lograr: contar una historia, dotarla de interés y reflejar a
través de ella problemas más profundos, como son en este caso la
situación política del mundo actual, el quiebre de las utopías y esa
necesidad inherente a todo hombre de querer sobrevivir a pesar de los
fracasos.
..... Al igual que en sus
anteriores novelas, "Nombre de Torero" atrae por el interés de
su historia en la que se entremezclan hechos de actual vigencia en el
mundo de hoy. El desencanto del hombre al término del segundo milenio
es una de sus líneas temáticas, lo que demuestra que más allá de
contar una anécdota, Sepúlveda es un autor preocupado en dar una
visión de las cosas, crítica y muchas veces ácida, sin complacencia.
Una novela que seguramente acrecentará el ya amplio circuito de sus
lectores, ratificando el éxito que ya evidencia en otros
países.
en revista Punto Final, Nº
331
Santiago, 11
de diciembre de 1994