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NOMBRE DE TORERO (texto escogido)
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Tierra del Fuego: el
último adiós
..... Griselda ocupaba
una silla cerca de la chimenea y a la derecha del muerto. Junto a ella
se sentaban el doctor Aguirre y su hijo Jacinto. Al otro lado del
cajón se ordenban: Mansur el de la pensión y su mujer Ana la mudita,
Santos Ledesma el capador, el sargento Gálvez y el carabinero Bryce,
policías que llegaron con la insólita misión de cuidar del orden
público. ..... Cada uno de los presentes
le había ofrecido sus sinceras condolencias, que Gabriela primero
escuchó avergonzada, pues ofrecían la confirmación a los infundados
rumores de concubinato que rodearon su relación con el viejo Franz y
que muy pronto fue aceptando como justas. Después de todo, la vida le
debía un velorio en forma, con un muerto suyo presidiendo la ceremonia
con su rostro cerúleo. A su difunto marido no pudo verle la cara antes
del entierro, porque tenía puesta la escafandra de buzo y media
tonelada de hielo lo separaba del mundo. ..... -No entiendo por qué lo hizo. Hace pocos
dias lo vi, cuando estaba cambiando el techo. Le ofrecí ayuda y me
respondió que hay asuntos que un hombre debe hacer solo. Se veía bien.
No lo entiendo, pero lo respeto -dijo Santos Ledesma. ..... -¿Estaba triste últimamente? -preguntó
Mansur. ..... -No. Estuve con él antes
de..., bueno. Quiso comer cabrito asado y se lo hice. Se tomó sus
vasitos de vino y escuchó la música que le gustaba. Hasta hizo bromas
antes de que lo dejara -sollozó Griselda. ..... -No es de cristianos volarse los sesos,
disculpe señora -opinó el carabinero Gálvez. ..... -¿Cambiamos de tema? -sugirió el doctor
Aguirre. ..... -Tiene razón, doctor.
Ven, mudita. ..... Llamó a Mansur y se
alejó con su mujer hasta la chimenea. Griselda quiso levantarse
también, pero Mansur la conminó con gentileza a permanecer
sentada. ..... La mudita juntó brasas,
puso sobre ellas una marmita con aceite y, cuando comprobó que estaba
a punto de hervir, fue tirando los pequenes que traían preparados. Uno
a uno se fueron dorando los pequenes, las empanadas sin carne, pura
cebolla, y que son complemento indispensable de los velorios
fueguinos. ..... Comieron con los
cuerpos inclinados para evitar que las gotas de espeso jugo los
mancharan. Mansur sirvió vino y la bandeja de los vasos pasó de mano
en mano. ..... -Usted sí que sabe hacer
pequenes, Mansur -dijo el sargento Gálvez. ..... -Yo hago el relleno. El arte está en la
masa y ése es trabajo de la mudita -contestó Mansur, palmoteando un
brazo de su compañera. ..... -Tiene mano
de monja, señora -piropeó el carabinero Bryce. ..... La mudita miró a Mansur con ojos
interrogantes. ..... -Dice que tienes
mano de monja. ..... La mudita sonrió y
se precipitó a seguir friendo pequenes. ..... -Por el difunto. Que en paz descanse
-brindó Griselda. ..... Todos asintieron
levantando los vasos en silencio. .....
Jacinto y el doctor Aguirre salieron al aire libre. El cielo se veia
intensamente azul y una bandada de avutardas volando hacia el norte
les hizo alzar las cabezas. Caminaron hasta una loma desde la que se
divisaba Bahía Inútil en toda su inmensidad. ..... El mar cambia de color. Un invierno más
-comentó el doctor. ..... -Oiga. ¿Cómo
es eso del testamento? No termino de entenderlo. ..... -Muy simple. El viejo nombró a tu madre
heredera universal de todos sus bienes. Casa, parcela, animales. Todo.
Pero el testamento tiene una cláusula bastante especial: tu madre no
puede ni vender ni hacer modificaciones en la casa. ..... -¿Durante cuánto tiempo? ..... -Nunca. Pero, si un día Griselda se nos va,
entonces todo será tuyo y podrás hacer lo que quieras. ..... -Que macana. Yo nunca quise al viejo,
doctor. Siempre lo consideré un impostor, alguien que trataba de
suplantar a mi padre. Y me fui a Punta Arenas porque no soporté las
habladurías que corrían respecto de mi madre y él. Esa herencia hace
de mi madre la viuda oficial del viejo. Si la quería tanto, ¿por qué
no se casó con ella? ..... -Eres muy
tonto, Jacinto. Entre tu madre y el viejo había algo muy intenso y
bello que se llama amistad. Amistad entre dos seres con mucha vida
detrás. Eso suele ser más interesante que el amor. ..... Cuando regresaron a la casa vieron un
tercer caballo atado junto a los de los carabineros. Era el matungo
del cura. Se veía como un enano peludo al lado de los briosos corceles
de los policías. ..... El cura saboreó
entre elogios un par de pequenes, se echó un vaso de vino al coleto,
se colgó la estola del cuello y se acercó al muerto. ..... -En nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Yo te absuelvo de todos tus pecados, hermano Franz.
Poco sabemos de ti, tal vez hay muchos detalles de tu vida que jamás
conoceremos, pero tal vez Dios ha dispuesto que esta inmensidad esté
llena de secretos. Has cometido el peor de los pecados, has quitado
con tus manos la vida que sólo el señor podía retirarte. Sin embargo
yo te absuelvo; Dios nunca mira para la Tierra del Fuego. Amén.
NOMBRE DE
TORERO Luis
Sepúlveda Tusquet Editores S.A. 1ª
edición, 1994
.....
Durante los años sombríos del nazismo, desaparecen un buen día
de un rincon secreto de la prisión de Spandau unas
valiosísimas monedas de oro. Casi cincuenta años después,
caído el muro de Berlín, dos personajes oscuros pero
poderosos, con un pasado político turbio, contratan cada uno
por su lado a dos "antiguos combatientes", Juan
Belmonte -el que tiene nombre de torero- y Frank
Galinsky, los dos "en paro" laboral e ideológico, para que
partan en busca del botín robado, que nadie se atreve en
realidad a reclamar oficialmente. Belmonte acepta el encargo
por amor a Veronica; Galinsky, por un viejo hábito de
obediencia militante cuyo ideal es ahora el de enriquecerse
"como todos los demás". Al mismo tiempo, al otro lado del
mundo, un viejo humilde y solitario recibe un misterioso
mensaje... ..... ¿Llegarán a enfrentarse Belmonte y Galinsky? ¿Existe
realmente el tesoro? En tiempos implacables como los que
vivimos, ¿vencerá el amor o la codicia?
de la
contratapa.
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