.....Los cuentos que componen el
último libro de Luis Sepúlveda fueron publicados originalmente por
entrega en los suplementos veraniegos de los diarios españoles El
Mundo (1996) y El País (1997). Esta información es
necesaria para que el lector no se sienta defraudado en exceso por sus
estructuras superficiales o sus argumentos ingenuos. Son dos ágiles
historias policiales que se leen con soltura y rapidez porque no
exhiben mayor variedad ni en el manejo de los personajes ni en la
secuencia de los acontecimientos ni mucho menos en la elaboración del
discurso.
..... Ningún narrador de este
libro pretende acceder al éxito retórico. Hablan por el contrario,
echando mano del repertorio de fórmula lingüístias estereotipadas en
relatos de este género. Las peripecias se desenvuelven con velocidad y
efectismo para que el lector no alcance a captar las inverosimilitudes
que narraciones escritas para entretener ocultan insidiosamente en sus
pliegues (y que el autor, por supuesto, sabe que están
ahí).
..... El espíritu de ambos
relatos podría estar en párrafos paradigmáticos como éste: "Llego,
mato y me voy. Eso es lo que he hecho en los últimos 15 años, y en
esta profesión se aprenden cosas sin que uno se dé cuenta. Una de
ellas es oler a tiempo el tufillo de lo que no encaja". Su lectura no
deja lugar a dudas: Luis Sepulveda escribió los dos cuentos del
volumen sin perder nunca de vista que serían leídos por semidesnudos
bañistas españoles en las playas mediterráneas.
..... Diario de un killer
sentimental constituye un señuelo desde su mismo título. El
oximorón vocea el interés del autor para provocar una sorprendente
vuelta de tuerca: la transformación de una figura literaria
arquetípica. Se puede ser asesino a sueldo o se puede ser sentimental,
pero es difícil ser ambos a la vez: un asesino a sueldo enamorado
recibe el encargo de matar a un curioso traficante mexicano de drogas.
El amor, primera transgresión a su código profesional, será la causa
de sucesivos errores que lo conducirán a una jubilación temprana y a
la definitiva destrucción de su comprometido corazón.
..... la novedad que quiere
ofrecer "Yacaré", en cambio, no es la transformación de la
sicología de un personajes típico, sino la conjunción de la trama
policial con las preocupaciones ecológicas que siempre han marcado la
narrativa de Sepúlveda. Los dueños de una famosa industria peletera
italiana descubren la posibilidad de bajar sus costos mediante la
utilización ilegal de cueros de pequeños caimanes del Mato Grosso,
propósito que además de fraudulento choca con las creencias de los
anaré, indígenas que protegen a esos reptiles venerándolos como
principio y fin de la vida. Una serie de muertes enigmáticas conduce a
una investigación donde participa un exiliado chileno que trabaja como
agente de una compañía aseguradora suiza. Aparte de las víctimas y de
los verdugos, el narrador hace ingresar en la historia a una simpática
pareja de policías italianos y a la hija de uno de los acaudalados
peleteros. Ornella Brunni, cuyas actitudes no pueden menos que
recordar a las del personaje de Sharon Stone en Bajos
instintos.
..... El único objetivo que tuvo
Luis Sepúlveda para publicar estos relatos fue entretener. Y lo
consigue. Por lo mismo, se les perdonan la superficilidad, el manejo
de clichés y las inverosimilitudes. Se leen con la misma semi sonrisa
que debe haber tenido su autor cuando la escribía, mientras seguimos
esperando la anunciada novela que prepara con lentitud.
en
Revista HOY Nº 1.099, 17 de agosto de 1998.