Los hombres de
nuestros días, nuestros semejantes, constantemente exclaman: "Esto no
es verdad, esto no es cierto", o dicen, "esto es verdad".
..... Para que el hombre pueda asegurar este
sencillo gesto, tiene que producirse en su espíritu un acto de
comparación.
..... El concepto verdad y
el concepto mentira están negando con su existencia solamente la
"relatividad de la verdad". Puesto que para el hombre pueda afirmar
algo superior o inferior a un segundo ser necesita comparar con un
patrón ideal, absoluto en su existir, definitivo.
..... Si el hombre afirma que "esto es falso" es
porque existe la verdad y sólo en función de una comparación con ella
puede afirmarlo. Objetar que esta verdad es relativa en el tiempo no
modifica en nada el problema, puesto que no por eso deja de ser
verdad. El mismo concepto "relativo" existe por función de
comparación con una noción de "absoluto".
..... Es así como la verdad es la verdad y el
problema de su relatividad en el tiempo, un absurdo.
..... Existe una noción de perfección, de bondad
y de totalidad con la visión de la cual trabajamos y juzgamos en este
mundo. Es también lo que durante tanto tiempo se ha llamado
verdad.
..... Ella se aplica en este
mundo, ella nos sirve para medir.
.....
No modifica para nada la cuestión que Nietzche diga que bueno es lo
que aumenta la potencia y la voluntad de potencia, solamente, o que la
pauta para medir y ordenar valores desee colocarse en fisiología,
regulándose por sensaciones placenteras o de displacer, puesto que
para afirmar, en el espíritu, el dolor como nocivo, se hace necesaria
una primaria comprensión de los valores. Además, querer resolver o
anular un problema racional como es éste por vías antiespirituales o
antiespirituracionales, como son las sensoriales, es sencillamente un
gran error, un absurdo.
..... El hombre
tiene una noción de lo perfecto, de lo "que está bien", que en el
conocimiento equivale a un a priori, que es en definitiva lo que hace
posible eso que nosotros llamamos el "conocimiento" mismo.
..... Ya Platón, tratando de reunír el
racionalismo socrático con los misterios religiosos, más exactamente,
con la doctrina pitagórica de la reencarnación del alma, arribó en su
pensamiento a un sistema de ideas generales existiendo infinitamente
en un alma individual.
..... Platón
también lo supo, digamos mejor, casi lo supo; puesto que,
presentándosele el problema siguiente, equivocó toda la visión, tanto
en explicación como en doctrina.
.....
El problema que se le presentó a Platón es el mismo que se nos
presenta a nosotros en seguida, como a todo hombre que, experimentando
el sonido obscuro "de lo que fué", trate de dar una
explicación.
..... Existe una noción de
ideal que el hombre aprehende, noción que está fuera de nosotros y que
es perfecta. Residiendo fuera de nosotros y siendo perfecta tiene que
residir en un mundo externo, lejano y perfecto.
..... Esta es la conclusión, tanto en Platón como
en los filósofos actuales adeptos a la Teoría de los Valores, que
ubican un mundo ideal de valores, existiendo allende el hombre
mismo.
..... Para Platón, por ejemplo,
fué el mundo reluciente de las ideas, por lo general, en donde el alma
residió en un tiempo y a donde retorna. Mundo lejano en ambos casos,
mucho más allá de esta tierra imperfecta, que se condena decidida o
veladamente.
..... Este, solamente este
es el gran error.
..... ¿Por qué pensar
que esa noción-verdad nos viene desde afuera? Y si nos viene desde
adentro de nosotros mismos ¿por qué creer que se debe a un "recuerdo"
de una existencia ultraterrena, que se agita cotra el existir
terrestre para maldecirlo, para negarlo?
..... Este sentimeinto de perfección, que es lo
que hoy se denomina verdad, es un recuerdo en nosotros de nuestra
pasada perfección; pero en la vida, aquí, en esta tierra. Un recuerdo
que suena de tiempo en tiempo, obscuro y constante, de un esplendor y
una salud absoluta, que fué en el hombre y en la vida sobre la tierra,
que el hombre perdió, por un suceso nada religioso o místico,
descendiendo de inmediato entonces al individuo de hoy, que ansía
reconquistarse.
..... Este recuerdo de
la vida y del hombre sobre la tierra es lo que en nuestro tiempo puede
llamarse verdad, que es la vida.
.....
La misma palabra verdad tiene sentido hoy solamente; en la vida no
existe, pueto que es. La verdad, como la vida, con
mayúscula, existe para el hombre, mientras no es en su vida. "Antes" y
"después" se es.
..... La
palabra verdad puede reemplazarse así por la palabra vida. Mas en este
escrito la seguiremos anotando por costumbre.
* * * * * * *
.....
En el mundo de nuestra historia sólo se dan aspectos de la verdad. La
verdad se "revela", han dicho los filósofos, cambiado de aspecto, de
perfil, de lenguaje, de apariencia. Trasladado esto a un plano
superior en vitaldad expresiva, se dice que cada época o tiempo
expresa una distinta y única instancia de la vida.
.....
Así en "nuestra historia" (en nuestro mundo, han dicho los
"filósofos") no se da la verdad enteramente expresada, toda, absoluta,
de una vez. De esta visión parte ese "intríngulis", ese galimatías del
"relativismo".
..... No se da la verdad
entera, porque no se da la vida entera. No hay vida, cuando el hombre
está un tanto enfermo.
..... Hemos
partido de la premisa de la enfermedad del mundo de nuestra historia,
substituyendo por este concepto más real y más optimista el antiguo de
"imperfección terrestre", puesto que enfermedad presupone el instante
anterior de la salud, un momento en que se contrajo y una posibilidad
de convalecencia y de salud.
..... Es
por esto que hoy no hay verdad ni salud en un sentido absoluto,
existiendo solamente un hombre menos enfermo que otro o más verdadero
que un segundo. Más o menos enfermo, o sano, si se quiere,
solamente.
..... Y sabemos que un hombre
es más o es menos sano por una comparación con el valor ideal de la
verdad, es decir, por una comparación con el recuerdo del
hombre que fué y que se nos da en el sentir obscuro y en el
ansia de reconquista de la totalidad que significa.
..... Por esto el camino de la ética es el camino
hacia la reconquista de la vida, por deseo de ser cada vez más sano,
menos enfermo, cada vez más verdadero.
* * * * * * *
.....
Al afirmar estas cosas no hacemos nada más que reafirmar el
pensamiento racional del hombre, que va cayendo en desprestigio debido
al "pensamiento" dialéctico. Y al atacar la dialéctica, para retornar
al pensar racional, no hacemos más que afirmar con la actitud lo
establecido de que el hombre debe intentar caminar desde un mayor
error a uno menor. En este caso, desde ese gran error en el que
estamos a punto de hundirnos como en un pozo negro y desconocido: la
dialéctica.
..... El pensamiento
racional no es, ciertamente, la actividad verdaderamente sana del
espíritu, por que quizá no es el "pensar" su actividad funcional; pero
sí es infinitamente más cercano a la verdad que la actitud dialéctica,
porque en la verdadera vida las cosas suceden de una manera mucho más
parecida, de seguro, al movimiento en categorías racionales que al
evolucionar dialéctico. Las categorías definitivas, los contrarios, se
encuentran en la vida, porque se encuentran por siempre en el
espíritu, con la sola diferencia de que en la vida verdadera el
espíritu no les piensa.
.....
Ahora bien, para iniciar una definición de lo racional y lo
dialéctico, siendo ésta una cuestión casi de conocimiento, tenemos que
rehabilitar la vieja fórmula de Protágoras, de que el hombre es la
medida de todas las cosas, porque, en buenas cuentas, es el hombre el
que las mide y el que las averigua. Así, es solamente del hombre desde
donde hay que partir y desde su tiempo de vida, que es el que se
mueve, desde su tiempo humano.
.....
Desde aquí solamente podemos hablar de las cosas del mundo, de la
dialéctica, hoy, y constatar su enfermedad y su anormalidad, por el
hecho mismo de querer que el hombre averigüe las cosas de este mundo
y, aun, que se averigüe a sí mismo, desde más allá de él y de su
tiempo vital.
..... La cuestión se
reduce a dos términos: tiempo humano y tiempo inhumano. El tiempo
humano es el tiempo del hombre; mas como hoy el hombre no es
absolutamente hombre, es justo que el tiempo inhumano se haya metido
en nuestra vida.
..... Así la dialéctica
al edificarse sobre la apreciación única del tiempo inhumano es como
si lo hiciera sobre la enfermedad sola, predicando la anulación total
del hombre.
..... Es porque las cosas
hoy se construyen sobre el ansia de salud o sobre la derrota.
..... Cuando el hombre era de verdad o cuando no
existía eso que hoy se llama a veces eternidad, tiempo cósmico, había
solamente "su tiempo", el tiempo de "su vida". Al enfermarse, al
sufrir la derrota, se introduce el tiempo inhumano o cósmico, en que
el movimiento se realiza de modo totalmente opuesto al nuestro, cabe
decir, dialéctico, por un sistema inhumano de triadas, si se quiere, o
de superación de antítesis qe se fusionan, en que todo es y no es. No
así en el "movimiento humano", o en el tiempo de la vida, que se
realiza por aparición de contrarios o categorías
opuestas.
..... El pensamiento racional
-como nos lo ha dado en llamar- se edifica sobre la apreciación de
este movimiento en el tiempo humano, el pensamiento dialéctico
respetará sólo el movimiento del tiempo inhumano.
..... Para saber, entonces, cual de estos dos
pensamientos es más sano o más verdadero que el otro (que es lo que en
último instancia podemos averigüar de las cosas del mundo actual)
tenemos que aplicar el metro o la pauta de un valor absoluto, de la
verdad absoluta, de la verdad, es decir, del sentimiento de la vida
que fué, o del obscuro sentimiento que tenemos de cómo fué la
vida.
..... Comparar.
..... Sabemos que la vida es vida del
hombre, es decir, de su tiempo y su presente.
..... Hemos visto que el pensamiento racional en
categorías inconfundibles, infusionables, se hace respetando el tiempo
de la vida humana y su suceso.
..... Por
el contrario, la dialéctica fusiona los opuestos, las antítesis, hace
que todo sea y no sea, que "devenga", que pase como en el cosmos
más allá del hombre, es decir, quiere pensar desde afuera del
hombre, quiere anular definitivamente al hombre.
..... Podemos comprobar esto en los pensadores
representativos de esta tendencia exógena.
..... Bergson, sin ser dialéctico, en el sentido
de los marxistas de hoy, es el gran apreciador de lo inhumano, a
través de eso que él denomina intuición y que no es nada más
que la derrota o la enfermedad existente en el hombre de hoy, o sea,
este mismo tiempo inhumano que hay que expulsar de nuestra vida.
Bergson pensaba que para poder lograr la perfección en la comunicación
de lo inhumano, se hace necesario dejar de ser "homo locuax", es
decir, de ser hombre. Estaba el filósofo dentro de un gran caos,
porque él mismo, después de todo, era, por algún lado, un hombre.
Dándose cuenta de este caos magnífico se derrumba de pronto. Y ¿qué
otra cosa pueda hacer sino convertirse al catolicismo cristiano como
un buen judío fracasado?
..... Ahora
aquí, entre nosotros, tenemos al profesor Nicolai, que recibiendo en
su sensibilidad, por osmosis, el impulso americano hacia la salud,
niega la dialéctica. Pero ¿no se encuentra también el profesor dentro
de una confusión, cuando supera al hombre, al prolongarlo
darwinistamente en un nuevo ser que advendrá con los dos hemisferios
del cerebro funcionando? ¿Cree acaso él, ingenuamente, que así
aprehenderá una verdad más verdadera? Se confunde el doctor Nicolai,
porque para negar la dialéctica, aritméticamente se entiende,
solamente se realiza afirmando al hombre. Y viceversa, al negar al
hombre se es dialéctico. Todo nuevo ser distinto al actual, que no sea
el hombre que existió antes sobre la tierra, no es un
hombre, es un superhombre, un semidiós o una máquina con piezas de
acero en vez de órganos vivos y calientes.
..... La ciencia transformista actual anula
también al ser humano, cayendo en el mareo terrible del cosmos
infinito e indeterminable, no sabiendo ya si el mundo es un átomo o el
átomo es todo un mundo.
..... En la
concepción dialéctica aplicándose a la ciencia transformista el hombre
desciende constantemente de otras cosas, lo orgánico de lo inorgánico
y todo es una misma substancia que se modifica a sí misma. Es un
panteísmo, un pansubstancialismo. Ya en un tiempo el mismo sistema de
Hegel ha sido denominado panloguismo.
.....
En el panteísmo, lo sabemos bien, el hombre se muere. Por eso
se afirma un dualismo definitivo, un homocentrismo.
..... Podemos confirmar, con toda seguridad, que
por ahora es absolutamente necesario un retorno al pensar racional,
una negación apasionada y aritmética de la dialéctica, que es, pues,
la grande apología de la enfermedad y la anulación del hombre, que se
edifica no sobre el ansia de salud existente en la criatura, sino
sobre la enfermedad y la derrota que hoy cobija.
..... La dialéctica es la anulación quizás total
del hombre, su intento de deshumanización definitiva, su muerte.
Debemos, por todos los medios, detenernos en su umbral, debemos
retornar con bastante esfuerzo a la salud definitiva de la vida,
caminando para ello, como ya hemos explicado, el camino inverso: de
menor en menor enfermedad, o en grados mayores de salud.
..... Retornar a la verdad.
* * *
* * * *
.....
Hoy existe mentira y verdad en la vida, es decir, existe enfermedad;
la vida es un poco no vida, porque el hombre es un tanto inhumano.
Retornar al hombre significa humanizarse. Retornar al hombre y a la
vida, o sea, a lo que en palabras corrientes es la apreciada verdad
Absoluta. Destruyendo, entonces, totalmente la mentira.
..... Esto es la vida.
..... Y con ello desaparece también la verdad.
Desaparece para siempre como la Mentira, puesto que sólo en definición
de ella existe. Desaparece la verdad, porque ha desaparecido la
mentira y la verdad sólo existe para destruir a la mentira. La mentira
desaparecerá, cuando la verdad se haya hecho carne; entonces deja de
existir, pues es. La verdad es la vida, el hombre
vivirá.
* * *
* * * *
..... ¿Por qué no puede decirse
todo esto de esta otra manera? Allá, en el origen de los tiempos, el
hombre, que era feliz, se perdió a sí mismo, en una derrota, por
ejemplo, con el mundo distinto. Y su historia es una historia de
dolor.
..... El nuevo hombre que aparece
en las nuevas épocas sabe que debe recuperarse. Eso sabemos hoy aquí
en América del Sur, continente determinado por otro factor o instancia
de la vida que el occidente, sabemos que hay que recuperar al hombre,
humanizándolo; al hombre, que es totalidad cuerpo y espíritu.
Recuperarnos, humanizando al individuo, atacando para ello lo inhumano
que hoy se erige grande altar en la actitud dialéctica. Reteniendo a
tiempo, por eso, el más peligroso deslizamiento histórico hacia la
aniquilación del hombre.
..... Cosas tan
peligrosas sólo se pueden combatir con una actitud verdadera hacia la
vida.
en
revista ATENEA
Universidad de Concepción (Chile)
Enero de
1939