Latinos V/S
Anglosajones
Las dos lecturas de H.
Hesse
por Miguel Serrano
Fragmento de la
charla dictada por el chileno Miguel Serrano sobre el escritor alemán,
en la aldea suiza de Montagnola, en agosto de 1972.
..... En el verano europeo de
1972, los americanos del norte inauguraron un seminario sobre
Hermann Hesse y C. G. Jung, en Montagnola, pequeña aldea
de montañas en la Suiza italiana, donde Hesse viviera la mayor parte
de su vida. Me ofrecieron la dirección del seminario, que duraría tres
meses. En aviones especiales transportaron más de doscientos
estudiantes, hombres y mujeres, profesores de las principales
universidades americanas, yogas, cabalistas, escritores, directores de
teatro, de cine, televisión, etc. En un estilo muy americano,
arrendaron una vieja villa del Renacimiento italiano y bautizaron el
Seminario con el nombre de "Castalia", la ciudad de "El Juego de
Abalorios".
..... No acepté la dirección
del seminario y decidí dar una sola charla.
DESCONOCIDO ENTRE PARES
..... Estamos en las tierras de
Hermann Hesse, donde transcurrió la más creadora parte de su vida.
¡Cuántas cosas han pasado desde que él llegara aquí por primera vez,
hace más de cincuenta años! ¡Cuántos
cambios! La atmósfera de Montagnola ya no es la misma que él
conociera, ni siquiera es la Montagnola que yo viera hace veintiún
años, cuando aquí vine por primera vez a visitar al escritor, con un
saco andino sobre los hombros y uno de mis primeros libros en la mano.
La casa roja que él habitara sobre una colina ya no es más roja y ha
sido vendida a un hombre que ni siquiera sabe quién fue Hermann Hesse.
Cuando vine aquí, en 1951, Hesse era un desconocido para los lectores
del mundo anglosajón. En mi libro, El círculo hermético, cuento
que debí buscar por días un ejemplar de alguna obra del escritor, en
Londres y en Nueva York, para regalarla a un amigo inglés o americano,
que nada sabía de Hesse. Lo mismo sucedía en la India y en todo
Oriente. Muy pocos, casi nadie, conocía a Hesse. En cambio, en la
América Latina, en México, en Argentina, en Brasil y en Chile, mi
país, Hermann Hesse era leído y estudiado como un maestro de caminos
secretos y esenciales. De este modo, cuando visité a Hesse por primera
vez, vine a ver aquí a un guía de la vida espiritual.
..... Los años han pasado y la situación ha
variado totalmente. En la América del Sur, en el mundo latino en
general, Hermann Hesse ha sido olvidado un tanto. La verdad es que
nunca allí llegó a ser un escritor de masas, de ediciones en masa. En
los Estados Unidos todo se transforma en producción en masa, en
producto de consumo. En la América Latina, la importancia de Hesse fue
la de un escritor secreto, de selección, de búsqueda interior, nunca
ha sido de mayorías. En una minoría, Hermann Hesse se mantendrá
siempre entre nosotros, perdurará.
.....
Quizás el fenómeno tenga su causa en la diferencia existente en las
dos ramas de una misma religión, como son la católica y la
protestante. La atmósfera católica del mundo latino no ha producido
las tensiones y represiones del puritanismo. De este modo, Hesse, con
su dios Abraxas, dios del bien y el mal, no significa una revelación,
ni precipita una explosión en el mundo católico latinoamericano, ni
entre aquellos que, de un modo u otro, fueron tocados por los símbolos
y mitos de la filosofía alemana. En mi país y en los tiempos de mi
juventud los mitos del Romanticismo alemán, que tienen raíces
legendarias en el Rig Veda, en las filosofías Vedanta y en la dualista
Samkhya del hinduismo, en el zoroastrismo, en el maniqueísmo y en el
druidismo, alcanzaron a toda una generación latinoamericana y
española, educada en la lectura de la "Revista de Occidente", en la
divulgación de Ortega y Gasset y en los libros y conferencias del
conde de Keyserling.
..... Por todo
esto, aun pasando a ser Hermann Hesse un guía y un maestro del camino
de la realización interior, nunca ha dejado de ser para nosotros los
hispanos, los latinoamericanos, el escritor alemán de esencia y
substancia, que continúa en una línea de escritores excelsos, que
representan la más alta espiritualidad de la cultura germánica. Esto
fue y quiso ser Hermann Hesse: un continuador de Novalis, de
Hölderlin, de Kleist, de Nietzsche, de Jean Paul. Sabemos que Hesse
trabajó durante casi toda su vida en una Antología de románticos
alemanes. Esta Antología fue terminada - nos lo dice su biógrafo
Bernhard Zeller- pero nunca editada. ¿Dónde se encuentra el manuscrito
hoy? Hesse fue la más grande autoridad del Romanticismo alemán, del
que es su último brote, junto con el "Simbolismo" de Stephen George.
El Romanticismo alemán, en la poesía y en la filosofía, se entronca
naturalmente con la India. Además se genera en el pietismo y el
protestantismo. Es por esto último que Hermann Hesse también llega a
producir tan gran explosión en el alma del mundo protestante
anglosajón, cuando los valores de este mundo entran en
crisis.
..... La crisis se hace visible
en Inglaterra cuando las energías de ese país - con la pérdida del
Imperio- tórnanse del exterior al interior y toda una generación
empieza a buscar en su propia alma. Con el derrumbe del Imperio se
desmoronan también los últimos valores del puritanismo. La represión
victoriana, que fuera dirigida a la formación de una casta dirigente y
de una clase gobernante colonial, con una disciplina ascética, se
desintegra. Y el dios Abraxas de Hesse (y también de Jung) se apodera
de un mundo desorientado y en caos creador. En ese caos colectivo, en
ese mar, hacen irrupción los arquetipos, encontrando nuevos ropajes
los legendarios del Soma, de la Ambrosía, del Hongo Primordial. Su
nueva encarnación es la droga, el LSD, la mescalina, la marihuana. Y
todo esto contribuye a la transformación del verdadero Hesse en
Norteamérica, en algo completamente distinto, en algo que él no es,
pero que, de algún modo, también es.
EL
PRODUCTO "HESSE"
..... En los Estados Unidos, la
explosión del mundo puritano anglosajón y el derrumbe de sus valores
tiene, además, otra característica: la rebelión de las juventudes
contra el mecanicismo, la supertécnica, la mecanización creciente de
la vida. Las nuevas generaciones se sienten ajenas y sin
responsabilidad directa en el proceso, al mismo tiempo que trituradas,
destruidas por la máquina. Descubren también en Hesse esta rebelión
contra la técnica, rebelión que en él tiene, de nuevo, sus bases en la
filosofía y poesía romántica alemana y en el orientalismo. Pero esto
es ignorado por esas juventudes que se empeñan en querer ver en Hesse
un fenómeno aislado. Mejor dicho, así se lo presentan las editoriales,
los periódicos, las revistas, la producción en masa, el producto de
consumo, la superficialidad del ambiente y el comerciante que sólo
está interesado en vender el "producto" Hesse. Y el "producto" dejará
de venderse un día, cuando la moda pase y deba ser reemplazado por
otro.
..... Al señalar este peligro,
este aspecto negativo en la difusión comercializada y estandarizada de
un escritor tan sutil, tan profundo, no hago más que repetir la
crítica que los sudamericanos y los europeos hacen a la civilización y
producción en masa de la América del Norte. Allí todo corre el peligro
de transformarse en algo superficial. Este peligro también fue visto y
temido por Hesse. Sabemos bien que se opuso siempre a que sus obras
fueran llevadas al cine. En mi última entrevista con su esposa, Ninón,
me contó que se había negado a que El lobo estepario fuera
llevado a la televisión canadiense.
..... ¿Por qué se oponía Hesse a que sus obras
fueran filmadas? Creo entenderlo. Voy a tratar de explicarlo aquí
dentro de la terminología norteamericana actual. La literatura
pertenece a la "Galaxia de Gutenberg"; el cine, a la "Galaxia
Electrónica". El cine trabaja con la luz. La luz, en esta tierra de la
"materia dura", tiene un tránsito veloz, va de paso, viene como un
ladrón, se lo roba todo, se roba las imágenes y se escapa, se va.
Trabajar con la luz aquí significa no perdurar, significa trabajar
para la vida efímera, para la muerte. No hay nada del cine que pueda
perdurar. No soy enemigo del cine ni de la "Galaxia
Electrónica".
..... Por el contrario,
aprecio las obras de arte del cinema como cualquier obra de arte de
verdad. Pero creo que no es posible transportar el arte de una
"Galaxia" a la otra, porque cada cual se rige por leyes propias.
Ninguna obra de arte literaria puede ser llevada al cine sin que
pierda, se falsee y se destruya su espíritu y su interna belleza. Ahí
está el ejemplo reciente de La Muerte en Venecia de Tomás Mann
y de El Proceso, de Kafka. La obra de arte del cine deberá ser
"totalmente cine" y escrita directamente para el cine. Sólo las malas
obras literarias vienen a constituir buenas piezas cinematográficas,
nunca las buenas. Además, una gran obra del cine, una verdadera obra
del arte, está siempre regida por el signo de la transitoriedad, por
la carrera vertiginosa de la luz. Ninguna película resiste el tiempo
terrestre (veamos de nuevo "El ciudadano Kane"). Cada obra de esta
Galaxia impresiona dentro de la transitoriedad, marca y es marcada por
lo instantáneo. No creo, además, que con la aparición de la "Galaxia
Electrónica", la "Galaxia de Gutenberg" deba desaparecer. Creo que
ambas existirán simultáneamente, paralelamente, pero a condición de
que no se mezclen y que estas paralelas tampoco se junten en el
infinito.
en El
Mercurio
25 de
Enero de 2003