.......... Cualquiera que lea "Día Quinto", de Manuel Silva
Acevedo (1942) podría imaginar que su autor vive en medio de la selva.
Pero como él mismo explica entre risas, "es la literatura, una gran mentira". Y confiesa que su
contacto con los animales lo realiza a través de Animal Planet y
cuando va al zoológico con su nieto.
.......... También puede suceder que quien lea
éste su más reciente libro, sienta el terror de pertenecer a la
especie que Silva Acevedo denomína "la bestia vestida y calzada". Pero
al mismo tiempo, desde las distintas perspectivas que ofrece el cambio
de hablantes y la variedad de tonos poéticos, podrá reír de la
tragedia.
-Este libro
debió implicar una investigación, se describen animales que ya no
existen.
... "Exacto. Hay dos ahí
que no existen: el tuco tuco y el zarapito. Simplemente se borraron
del mapa, de nuestro patrimonio natural. Cosas a las que a veces no se
les toma el peso, pero yo encuentro una tragedia que desaparezcan
especies y que nunca más.Y es criminal además, porque es como un
suicidio en cámara lenta".
-En uno de los
poemas habla de un manuscrito que la lluvia deslee y en otro de la
hebra de un tejido que podría destejerse. Todo se
deshace.
... "Bueno, eso es muy
patético en el mundo de la ciudad; todo se destruye a una velocidad
increíble. Estamos rodeados de desechos, de vertederos. En el mundo de
la naturaleza, del campo, es mucho menos duro ese fenómeno. Ahora, los
manuscritos que se desleen, es mi propia poesía, es mi propia
escritura que se deslee porque yo vivo en el mundo urbano, donde todo
termina por molerse, triturarse y desintegrarse".
-La poesía como
algo desechable.
... "No desechable
porque esté escrita con ese propósito, si no porque finalmente en
pocas décadas nadie se acordará de lo que uno escribió. De hecho,
cuáles son los poemas que recordamos. Son los más reiterados, pero hay
toda una suerte de napa, de poetas que no alcanzaron la cumbre de
Neruda, de Huidobro, de la Mistral, que son muy buenos además. La
gente no los lee, ya ni se editan tampoco. Pero integran este tejido
de la tradición poética chilena".
-Escribe: "Por
ahora peligra el Rayadito de Más Afuera / al igual que los últimos
poetas del suelo nacional, / con tanto cálculo costo beneficio / con
tan cara de palo macroeconomía". ¿El poeta es una especie en peligro
de extinción?
... "Sí, claro.
Hölderlin decía, para qué poetas en tiempos de miseria. Este es un
tiempo de miseria. Mientras más se habla de riqueza, porque nunca se
había hablado tanto de riqueza como en este tiempo, y de economía y de
crecimiento, y son los tiempos más miserables desde el punto de vista
del florecimiento de las cosas del espíritu. Entonces, el poeta
obviamente está en peligro de extinción, igual que estas especies
silvestres".
-A partir de
las especies chilenas extinguidas o en peligro de extinción, hace una
lectura en segundo plano del Chile globalizado y posmoderno con una
memoria muy frágil.
... "Un país muy
voluble, que se deja influenciar fácilmente por las tendencias y las
modas, por el manejo mediático que viene siempre de afuera. Grandes
monos menores, somos. Monos imitadores con muy poca autenticidad y la
poca que teníamos la hemos dejado ir, la hemos dilapidado. Los
narradores que había hasta los años cincuenta, me atrevo a decir, eran
recios, eran auténticos. Eran hombres que venían del mundo del trabajo
y del mundo popular. Hoy en día se ve mucho señorito escritor, y son
intelectuales que producen en el computador unos mundos imaginarios.
¿Dónde está la vida ahí? Se vive poco, además. No hay una vida de
viajar mucho, de recorrer el país, de conocer, de pasar por muchos
oficios. Estamos frente a un empobrecimiento".
-Llama la
atención el lenguaje utilizado, casi en desuso, así como los animales
extinguidos. Como si fuera una lengua que ya no se habla.
... "Obedece más bien a una necesidad de ponerse
serios. Estas cosas que eran compromisos solemnes se han roto, pero
hay que atenerse a sus consecuencias".
-Esa solemnidad
va cambiando, a la vez adquiere momentos risibles. Como el quirquincho
que dice que él se extinguirá pero los charangos seguirán
existiendo.
... "Es un guiño en
realidad. En el fondo ahí hay algo de la condición de poeta. El poeta
prefiere quemarse, prácticamente, inmolarse, para que su poesía
persevere. El quirquincho haría lo mismo. Se inmola para seguir
perviviendo en la música y de alguna manera no extinguirse. Es
paradójico".
en
Revista de Libros de El Mercurio
21 de septiembre de 2002