RIO DE
JANEIRO.- El realismo mágico, "gran embajador de la literatura
latinoamericana ante el mundo", está desgastado por el uso y el abuso,
por eso en el siglo XXI se impone el "realismo poético", que recree un
mundo impregnado de realismo, política e historia, consideró el escritor
chileno Antonio Skármeta.
"El realismo mágico es la identidad de
América Latina. Gracias a él, el imaginario de este continente entró en
el mundo occidental, pero muchos de sus hallazgos, a fuerza de
repetirse, se han agotado. Yo me veo más inclinado al realismo poético.
En el mundo de mis novelas, todo es real salvo la mirada que lo
observa", aseguró el escritor durante un seminario sobre literatura
celebrado esta semana en Río de Janeiro.
Autor de libros tan
conocidos como "El cartero y el poeta", sobre la relación de
Pablo Neruda con el hombre que le entregaba diariamente la
correspondencia, "La boda del poeta" o "No fue nada",
Skármeta, exiliado en Alemania después del golpe militar de Augusto
Pinochet en 1973, admite que su vida, las experiencias de sus amigos y
su familia o la historia de su país no pueden desaparecer de sus libros.
"Es misterioso cómo una novela crece dentro de un autor. Yo
trabajo con sentimientos y emociones que me inquietan y me desorganizan.
(...) No busco la política en mis libros, ella me provoca, me busca, me
saca de mi país, mata a mis mejores amigos y se cuela en la vida de mis
personajes sin pedir permiso", explicó el autor, que hoy es embajador de
Chile en Alemania.
Skármeta considera que se convirtió en
escritor profesional cuando, de niño, su abuela, que escuchaba fielmente
las telenovelas radiofónicas, apagó el transistor y le dijo, un buen
día, "Cuéntame tú esa historia".
Miles de páginas escritas,
cientos de historias y decenas de personajes tremendamente conflictivos,
tiernos y humanos separan a ese Skármeta niño del hombre de 60 años que
es hoy.
A lo largo de su vida de escritor, el novelista chileno
siempre defendió con fuerza el concepto de literatura latinoamericana.
"El lector europeo queda fascinado por América Latina leyendo la prosa
de Borges o los poemas de Neruda porque siente que tras esas letras hay
una épica latente, un sentimiento de pertenencia a un mundo más amplio,
cargado de futuro, de imprevisibilidad. Sólo eso legitima el concepto de
literatura latinoamericana", explicó.
Con la sonrisa tatuada en
el rostro y un permanente buen humor, Skármeta compartió con escritores
como el argentino Juan Gelman, la mexicana Elena Poniatovska o el
brasileño Joao Ubaldo Ribeiro el seminario "Maestros de la literatura
latinoamericana contemporánea" en Río de Janeiro.
Durante su
estancia en la ciudad, el escritor defendió la militancia política de
los escritores, habló sobre la presencia latente del gobierno de
Pinochet en la actual sociedad chilena y de la necesidad de que "América
Latina retome el camino de su liberación".
"Una dictadura tan
larga y cruel siempre deja secuelas. La sociedad chilena fue tan
ultrajada que hoy es más conservadora. La herencia de Pinochet sigue
presente en el país: en las familias de los desaparecidos, en nuestra
Constitución, que no es tan democrática, en los exiliados o en el juicio
pendiente de Pinochet, que no es un proceso rápido y la espera resulta a
veces insoportable", concluyó.
AFP . Sábado
23 de Junio de 2001