Las
Primeras Filósofas
LA
HISTORIA IGNORADA
Por Silvia
Rodríguez
No todo está
dicho. Aún falta que lo ganado en 206 años aproximadamente, sea
asimilado y enseñado en las auras de todos los colegios para obtener mentes
sanas, respetuosas y conocedoras de la historia ignorada, que se ha mantenido
oculta hasta el momento. Las razones de este ocultamiento, lo más probable,
se debió a que el reconocimiento y validación se les otorgaba solamente
a los que usaban la fuerza para obtener dominio y respeto dentro de la sociedad.
No se puede pensar ni decir que la historia de las mujeres es un tema obsoleto,
pasado de moda y que nada sirve para los tiempos actuales, si fuera así
entonces estaría obsoleta las clases de historia en
cualquier colegio, la filosofía ya no debería de preocuparse por
conocer y estudiar a Platón con su mito de la caverna, como también
se debería restar importancia al dualismo cartesiano, en el que R. Descartes
dividió los entes en res cogitans, el alma como sustancia pensante
que no tiene extensión y en res extensa, la materia pensante. Esta
visión marca la tradición del pensamiento hasta hoy. Para que vamos
a mencionar a Friedrich Nietzsche, ni los estudios vertidos sobre su asesinato
de dios y otros temas.
La Historia de las Mujeres no se debe confundir con
feminismo, movimiento loable que ha aportado la descentralización de los
valores humanos, como también el reconocimiento del Otro. No porque sea
Historia de las Mujeres, significa Feminismo, si fuera así a la Historia
del Hombre tendríamos que relacionarla con el Machismo. La Historia de
las Mujeres no pasa por un tema de moda, no pertenece a la farándula, es
una realidad que tiene un contexto histórico importante y no debidamente
valorizado ni reconocido por la sociedad.
Como pienso que el párrafo
anterior desmotivó al lector varón, me dirijo a ti mi Querida Lectora
Virtual, para decirte que las primeras filósofas de Grecia fueron: Aspasia,
Teano, Perictione e Hipatia de Alejandría. En aquella época las
mujeres vivían completamente discriminadas, esta segregación era
abalada por la opinión pública que difundía Aristóteles
sobre la inferioridad del sexo femenino. Cansada de la situación (los esclavos
también se cansaron de su esclavitud, pero ese es otro tema), como decía,
cansada de la situación la astrónoma Aglaonice de Tesalia, autora
de Tratados y Profesora de Ciencias Naturales protagonizó una de las primeras
rebeliones femeninas. Además en los siglos V y IV a.c. en Atenas tuvo lugar
un pequeño movimiento de emancipación femenina, el cual quedó
escrito en "Medea" de Eurípides y en "La República"
de Platón.
Por el momento nos remitiremos a la filósofa Aspasia,
quien formó parte de los círculos intelectuales y políticos,
siendo una experta en retórica. Sus textos de ginecología y obstetricia
fueron de gran importancia hasta el surgimiento de la obra de Trótula en
el siglo XI. Se casó con el famoso ateniense orador y político Pericles,
a quien le escribía los discursos, enseñándole también
a hablar y desenvolverse en público. Fue maestra de Platón y Sócrates.
Platón la menciona en sus Diálogos, pero quedó oculto por
su condición, ya que la inteligencia no era apreciada como una virtud en
la mujer. Como si fuera poco, fue procesada y juzgada por impiedad y libertinaje,
pero gracias a la intervención de Pericles fue absuelta. Al morir su esposo
a causa de una epidemia, Aspasia contrae nuevas nupcias y su rastro se pierde
en la historia. Se le atribuyen los epitafios de Mexenen y Tucídides.
Como
se puede apreciar es una biografía corta, pues las propias mujeres tenían
que forjarse las circunstancias para desarrollarse como sujetos individuales y
cuando tenían formado un pequeño espacio propio, eran acusadas de
cualquier delito. Para la filósofa Teano la vida no fue muy diferente,
el matrimonio con el filósofo y matemático Pitágoras le aseguró
el acceso a estudios y conocimientos que le permitieron escribir tratados sobre
los poliedros regulares (que tienen varias caras, ángulos poliedros) y
una obra donde formuló teorías sobre la proporción. Además
en "Sobre la Piedad" hace una profunda reflexión sobre los números
de acuerdo a la concepción. Después de la muerte de Pitágoras
dirige a la comunidad, a pesar de que la escuela estaba destruida a causa rebelión
que existió contra el gobierno de Trotona. Con la ayuda de sus dos hijas
difundió los conocimientos filosóficos y matemáticos por
Grecia y Egipto.
Desafortunadamente nosotras pequeñas mortales, aún
no tenemos acceso a los contenidos de las obras mencionadas. Prometo que he buscado
y buscado pero no he podido dar con el contenido, por el momento nos deberemos
conformar con estas pequeñas pinceladas, hasta que un alma gentil y generosa
nos permita entrar a las páginas de nuestras ancestrales amigas. De Perictioni,
sólo se conserva un fragmento del libro titulado "Sobre la Sabiduría"
en el que habla sobre
las ciencias. Debe ser interesante sumergirse por unos momentos en el pensamiento
de estas mujeres, las cuales tenían un pensar puro, ingenuo, no contaminado
como el que nosotras hoy en día poseemos. Pero el habitat en el que vivían
no me atrae, demasiado frío y crueldad, volver a esa época sólo
pasa por un acto romántico. Ahora leeremos la historia de una importante
mujer, quien fue víctima de uno de los peores atentados contra la sofhia,
(sabiduría).
Hablo de Hipatia de Alejandría. Nacida en el
año 370 d.c en Alejandría, ciudad de Egipto, creció en el
culto ambiente alejandrino, donde otras científicas como las alquimistas
María "la hebrea" y Cleopatra habían dejado su marca.
De la madre de Hipatia no se tienen antecedentes, así que esta anónima
mujer estuvo casada con Teón de Alejandría, ilustre matemático
y filósofo, fue maestro de Hipatia, convirtiéndola en una gran mujer
de Ciencia y Filosofía, algo inusual para la época, ya que las mujeres
estaban destinadas solamente al hogar.
Teón tenía a cargo
el museo, lugar dedicado a la investigación y enseñanza, esta institución
había sido fundada por Tolomeo, emperador que sucedió a Alejandro
Magno, fundador de la ciudad de Alejandría. El museo tenía más
de cien profesores y alumnos que asistían periódicamente, Hipatia,
estudió aquí, y aunque viajó a Italia y Atenas para recibir
cursos de filosofía se formó como científica en el Museo,
permaneciendo en él hasta su cruel muerte. El Historiador del siglo V,
Sócrates Escolástico se refiere a ella diciendo "la belleza,
inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superó a
su padre en todos los campos del saber, especialmente en la observación
de los astros".
Enseñó e investigó durante
veinte años matemáticas, geometría, astronomía, lógica,
filosofía y mecánica. Fue oficialmente nombrada para explicar las
doctrinas de Platón y Aristóteles, además enseñó
geometría, astronomía y álgebra. Diseñó el
astrolabio plano, que se usaba para medir la posición de las estrellas,
planetas y sol. Escribió aproximadamente 44 libros e inventó aparatos
como el idómetro, el destilador de agua y el planisferio. Estudiantes de
Europa, Asia y África acudían a sus enseñanzas sobre "La
Aritmética de Diofanto". Su casa se vio convertida en un auténtico
centro intelectual.
Dejemos que nuevamente Sócrates Escolástico
la describa: "consiguió un grado tal de cultura que superó
con mucho a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela
neoplatónica de Plotinio, explicaba todas las ciencias filosóficas
a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente
iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba, pero a más de
saber filosofía era también una incansable trabajadora de las ciencias
matemáticas".
Fue heredera de un conocimiento que pocas
veces se vio tan engrandecido, pero los cristianos identificaban este conocimiento
con el paganismo por lo que quemaron y destruyeron todos los templos y centros
griegos, obligando a las personas a convertirse al cristianismo, quien no se convertía
era asesinado. Hipatia se negó varias veces a convertirse como también
a renunciar al conocimiento griego, a la filosofía y a la ciencia. Fue
en la cuaresma de marzo del año 415 que monjes encapuchados y vestidos
de negro la sacaron de su carruaje y la arrastraron de los cabellos hasta dentro
de una iglesia. Bajo el liderazgo de San Cirilo y su mano derecha Pedro el Lector,
la desnudaron y allí frente al altar y el crucifijo le arrancaron la carne
de sus huesos con pedazos de ostras afiladas. Después la despedazaron,
arrojando finalmente el cuerpo mutilado a las llamas.
De este cruel asesinato
en nombre de dios, Sócrates Escolástico escribe:
"Todos
los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente.
Por lo cual había gran rencor y envidia en su contra y porque conversaba
a menudo con Orestes y se contaba entre sus familiares, la gente la acusó
de ser la causa de que Orestes y el obispo no se habían hecho amigos. Para
decirlo en pocas palabras, algunos atolondrados, impetuosos y violentos cuyo capitán
y guía era Pedro, un lector de esa iglesia, vieron a esa mujer cuando regresaba
a su casa desde algún lado, la arrancaron de su carruaje, la arrastraron
a la iglesia llamada Cesárea, la dejaron totalmente desnuda, le tasajearon
la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó
su cuerpo, descuartizan su cuerpo, llevan los pedazos a un lugar llamado Cinaron
y los queman hasta convertirlos en cenizas".
Orestes informó
del asesinato y solicitó a Roma que se iniciara una investigación,
pero luego renunció a su puesto y huyó de Alejandría. La
investigación se posponía por falta de testigos y más tarde
San Cyrilo fue canonizado y elevado a la categoría de santo. Duele enterarse
que por un afán de dominio y fanatismo religioso, mueran personas de gran
inteligencia, que han aportado al desarrollo y evolución del pensamiento
y de la ciencia.
Con el asesinato de Hipatía en manos de los cristianos,
se termina la enseñanza platónica en Alejandría y en todo
el Imperio Romano, pero no mataron solamente a una persona, mataron a la primera
matemática y filósofa mujer de la historia, y a la más notable
intelectual de su época. Hipatía pagó con su vida el amor
a la sabiduría y a las ciencias, al no someter sus principios a una fe
que no respondía a sus ideales y conocimientos, además vivió
en un mundo en el que las mujeres no podían hablar en las asambleas ni
en los lugares de culto destinados exclusivamente a los hombres, aún así
trasgredió las normas, para entregar su gran aporte a la sociedad.