La función
o transformación de los poetas
Salomón Valderrama
Cruz
La flor amarga que
es figura esbelta
Está pariendo a su hijo el esperpento
Aquel que erigirá en el propio llanto
La flor que será la materia muerta
De Las flores negras
¿Existe algún papel para los poetas en la actualidad?
Me refiero, no a la acción de escribir y exponer un mundo íntimo
en la hoja en blanco o en el ordenador vacío, sino al papel
de cambiar y ordenar la realidad, la nueva realidad, la posible realidad.
La que indefectiblemente nos sumerge o conduce a la
reducción de recursos necesarios para sostener la vida (todas
las variantes posibles de las plantas) como la conocemos y concebimos:
nuestra vida. O, en paralelo, para sostener el equilibrio vital (el
ciclo de interrelaciones), se encarga, la naturaleza sabia tiene que
extinguir alguna forma viva (especie cuyos recursos carecen de espacio,
de espaciotiempo) para que radicalmente no se extingan cuatro o dos
o tres. La misma realidad (realidad = naturaleza) que asume el rol
de transformar los organismos (evolución = adaptación
= mutación) para los nuevos ambientes (biotopos) más
hostiles, más inhóspitos para las otras especies no
partícipes de la transformación; a veces radical (una
gran explosión) o a mejor cuantía y adaptabilidad, proceso
paulatino y lacerado (deseo o función eutanasia). Pero, claro,
es algo que no es nuevo sino que viene copulado a nosotros desde la
primera vez que un hombre definió o remarcó el espacio
o territorio que podía habitar, tal o, esa especie. El principio
de los, aparentemente, inofensivos corrales. Corral para las vacas,
las ovejas, corral para los cerdos... corral, reserva natural o parques
ecológicos, corral o prisión para los criminales, corral
u hoguera para los herejes; corral, bloqueo económico o exilio
para los opositores; corral, medios de comunicación (paneles,
revistas, periódicos, radio, televisión, teléfono,
internet...) o bombardeo constante de estupidez mecanicoreflejo o
reflejomecánico (condicionamiento = necesidad repetida y asumida
verdadera). Entonces, ¿cuál es la función de
los poetas? ¿Asumir lo inevitable y proseguir la senda de los
microprocesadores, de las ingentes metrópolis automatizadas,
del futuro y ya deducido mundo que prosigue: biotopos = biorobots
(ínfimos, pequeños, grandes, ingentes naves estelares
donde se vivirá y vivirán las futuras sociedades), humanoides
(entes, cosas que asumirán funciones de preparación
y reparación de los contextos o mundos donde está o
irá el nuevo hombre...) Es que está todo evidente: la
manera como en estado y estatus desesperado se consumen y crean los
nuevos medios y formas de alimentación. Sólo haciendo
una analogía de primaria se puede comprender qué va
a suceder cuando el planeta azul esté como China o India; pienso
que así como ellos, desesperados, por que lo están,
sino porqué tan barato la mano de obra, y su producción
en sí (a pesar de la calidad). La deducción de esto
es que el hombre, por algo, está realizando investigaciones
en otros planetas. Claro, no es secreto que en un futuro, no tan lejano,
únicamente podrán gobernar aquellos que controlen los
medios vitales (agua, vegetales, animales, energía solar o
semejante en celdas de retroalimentación...), los agentes naturales
que permiten la vida y a su vez son los que más peligro corren
de contaminarse, de volverse simple y ordinaria tierra (estéril
= muerta). Esta es la razón por la cual empresas del mundo
entero están en la pugna por lo último en tecnología
genética (sincrónica y diacrónica). Acelerar
el proceso de producción (un crecimiento óptimo en el
menor tiempo posible) y mejorar la calidad del producto (hacerlo inmune
a los agentes patológicos y abarcar lo más posible en
volumen y beneficio). Es que las poblaciones así lo exigen;
parece ser que, a pesar de todo (guerras, epidemias y catástrofes
naturales), más son los que nacen que los que mueren. Sino
cómo nos explicamos el, monstruo, total de la población
mundial (en algunos lugares más densa que en otros). Así
tenemos cebollas y papas que superan el kilogramo, manzanas y plátanos
que ya no se malogran, lana y algodón de color rojo o verde
(naturales o, mejor dicho, modificados)... Aves que crecen en 45,
30, veinte días solamente (dos kilogramos y a la mesa y al
estómago y a la sangre y al ciclo alterado); y se está
investigando para que este espaciotiempo, todavía extenso,
se reduzca a su mínima expresión. No me extrañaría
que en un tiempo, no previsto, se conciban aves en un instante (como
si atravesaran puertas, en el tiempo, de su normal desarrollo y estabilidad).
Todo por propulsión genética (los motores del presentefuturo).
Pero no es todo y solamente la necesidad de alimentar más rápido
sino que está la, un poco olvidada y vital, necesidad (implícita)
de poder morir más rápido. Por supuesto, es lo más
lógico; un ente viviente al que se le altera su ciclo vital
(natural) de desarrollo óptimo, también se le modifica
su ciclo de muerte óptima. ¿Qué arrastrará
esto? ya lo sabremos, o ya lo sabrán los especialistas en alteración
y aliteración genética (si es que no lo saben ya, los
filosofobiólogos o biofilósofos). Yo, puede proponer,
que en un ciclo de óptimo desarrollo, implica, un consumo de
una cadena de desarrollos, también, óptimos (aclarando
que, en realidad, con el matematismo de la genética nunca se
sabe). Pero, qué pasa con un consumo de una cadena alterada
(crecimiento forzado y raudo), acaso, no será posible, también,
asumir en la cadena más grande (el que aproveche ese alimento)
una alteración irreversible en su óptimo desarrollo;
algo así como que, paulatinamente, su aprovechamiento y crecimiento,
también, sean más rápidos y así una vida
más corta. Lo que estaría, directamente, afectándonos
a nivel genético y masivamente, desapercibido, hasta que será
tarde. Es, singularmente, una hipótesis que puedo elaborar
de tan gigantesco y muy complejo mundo. Al mismo nivel y con igual
particularidad, me pregunto y cavilo sobre este mundo enigmático
de las computadotas y el internet (universointernet); siempre me sorprende
la posibilidad de almacenar y trasladar tanta información junta
de un lugar a otro (a veces me parece infinita). Pero pienso y veo
que no es cierto, sino que todo radica en la contrariedad, paradoja,
de que (un posible), en un instante la capacidad binaria del símbolo
se pierda o simplemente cambie por sí misma (en el lenguaje
de las computadoras) a otro código; a una especie de lenguaje,
todavía, no viable de interpretar. Para ser directos, la posibilidad
de esta red cerrada o cíclica de conjugar un virus de tal manera
que ningún programa de traducción funcionara. ¿Qué
sería del hombre moderno? Sólo de pensar me causa pánico,
ya que, si bien, yo no soy o no sería el afectado directamente,
sí lo sería en vía indirecta; ya que estoy tan
acostumbrado como cualquier hombre moderno. Aunque hay algo que me
salva o nos salva; ese callado, fiel y verdadera puerta de lo infinito
que es el libro. Sí, el libro que se vuelve joya cuando las
explosiones llegan y expanden su poder electromagnético. El
libro en todas sus posibilidades y formas: el libro conjugado en un
papiro o pared egipcia, el libro depositado en tocapus o quipus incas,
el libro o semiótica de los tatuajes o simple y hermoso libro
de la Biblioteca del Congreso de Washington. Aunque en la realidad,
o modo de vida diaria, en el año 2005 todos, o casi todos,
consumimos alimentos modificados genéticamente en vías
directas (por los genes) o indirectas (por los agentes que se usan
para cultivarlos). Además, todo esto surgió de una de
tantas charlas con mi hermano, quien propone: El asunto de las guerras,
no obstante parezca descabellado, es algo que tiene que ver con la
naturaleza. Sí, me refiero a que la sabia, madre, naturaleza
crea estas guerras para controlar la población mundial; y no
como dicen por ahí, para vender armas y aniquilar al enemigo.
Bueno, cierro así por que éste es un artículo
poético, aunque desborden los límites absurdos o no
tanto; esto, creo, más discutible que todo lo anterior, ya
que se opondría a pensadores tan geniales como Schopenhauer
o Nietzsche, a ya saber, esto es para otro artículo.
Salomón Valderrama Cruz
Poeta peruano
40436983
Chorrillos, Lima, Perú
Diagnosis poética
:
Salomón Valderrama Cruz
nace en abril de 1979 en Chilia, departamento de La Libertad (Perú).
Realiza estudios en la Universidad Nacional Federico Villarreal y
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Aparece su primer libro
de poemas Encrucijada (entre el amor y otras pasiones, primera
parte) el año 2002 y, en el 2003, Anemómetro
(entre el amor y otras pasiones, segunda parte). Ha sido publicado
en las revistas: El Hablador (Perú), Almiar (España),
Letras Salvajes (Puerto Rico), Ariadna-rc (España), Cultopía
(Perú), Malabia (Argentina), Revista Voces (España),
Escáner Cultural (Chile), La Teta del Sapo (Perú), Prometeo
Digital (España), Al margen (México), Paradoja (Estados
Unidos), Café Berlín (Alemania), Deriva (España),
Conexión Mutante (Chile), Los Noveles (Perú), Red y
Acción (Estados Unidos), Fuegos del Sur (Argentina), Máquina
do Mundo (Brasil), Bitácora del Quijote (España), El
Búho (Perú), Blocos (Brasil), Liceus (España),
El gato con botas (El Salvador), La Siega (España) y en otras
revistas y medios de difusión literaria.