Poesía de Thomas Harris
Lobo y hombre
La Tercera Cultura, viernes 12 de Octubre de 2007
Por un burgo posmedieval, en la era del preludio a la nada, un lobo se oculta en la multitud escapando de los cazadores del Deseo y sus balas de plata. Fue bautizado por un sacerdote negro, aprendió a leer y ahora anda en busca de carne fresca. Es Lobo, el protagonista que da título al último libro del poeta
Thomas Harris: un viaje iniciático -y regado de sangre- de un lobo por el mundo de los humanos y los pliegues de su moral. La partida y el regreso a "la boca del lobo".
Como en Cipango (1992), Los 7 Náufragos (1995) y Tridente (2006), por nombrar algunos títulos, Harris se enfrenta en Lobo a la poesía desde un ángulo inequívocamente narrativo. Plagado, claro, de alegorías, metáforas y artilugios lingüísticos que sitúan al lector en un terreno ligeramente inestable y apocalíptico.
Lobo, un hermano apócrifo de Rómulo y Remo, transita por una zona sin tiempo, casi de ciencia ficción, y se somete a las tribulaciones humanas: la reflexión, la religión y la ética. Pero va y vuelve: es un animal salvaje, un cazador estepario que no puede -ni quiere- detener su impulso asesino.
En el epílogo, Harris dice haber "intentado una lícantropía al revés, donde la humanidad bestializa a la bestia haciéndola bestia de sí misma, de su propia naturaleza mancillada por una Fe de otra especie". Pero es una explicación innecesaria. Harris es transparente: Lobo, un relato en clave gótica, cristaliza una vieja labor de la sociedad judeo-crístiana: controlar las pulsiones destructivas y salvajes.