Armando Uribe (a la izquierda) acompañado por
su amigo Carlos
Ruiz-Tagle. Año 1954 o 1955
(del archivo personal de Armando
Uribe)
Elogio de Ruiz-Tagle : humor y crueldad
(Discurso de incorporación del poeta Armando Uribe Arce a la
Academia
Chilena de la lengua ( 10 de mayo de 1993).
...
Preferiría que él estuviera diciendo estas palabras sobre mí. Sobre la
lápida. Honorable, pues se trata de la más antigua Academia chilena.
Honorable, mas, terrible, pues se funda en que el sucesor del antecesor
sea a veces un pobre desesperado de ser sobreviviente.
... ¿Cómo se habla de quien se conocío a los siete
años de edad?
... ¿Recurriré a Perrault
(traducido y trampeado por "Roxane")? ¿Al diccionario Petit
Larousse en castellano, que saqueábamos para lucirnos en las clases de
don Mario Góngora? ¿Mencionaré la calle tal o cual o Las Lilas? ¿O voy a
impostar la voz, a repetir el tono "cartesiano" de los diecisiete años en
París-Sorbonne, el destierro en que no vi no oí a Carlos Ruiz-Tagle
Gandarillas; haciéndome gárgaras "decentes" porque reemplazo aquí a mi
amigo de infancia?
... Pero estamos en
Chile. Hay que ser ponderado. "Este país está enfermo de ponderación", me
dijo un tío en 1943, el primer año de mi más grande amistad literaria con
Ruiz-Tagle. Se lo repetí. Lo ponderamos. Terminamos riéndonos.
... ¡Carlos! Yo nunca te dije Charlete. Quizá ni
Carlos siquiera. Ruiz-Tagle, sí.
... Hombre
de ruiseñor que se controla, no sin dudas acerca de la existencia de esos
pajarillos melodiosos en Chile. Tagle. Punto. Trabalenguas. "Nonsense" en
inglés. Lo más serio del mundo.
... Mira,
yo sé que eso de hablarnos de "tu" en estas circunstancias, es de una
siutiquería sin nombre, de la cual nos reíriamos, sin dejar (yo, seguro:
¿pero y tú?) de incurrir en literaturas. "No sean literatos en Chile,
niños". Tu padre y el mío.
... Ahora, lo
serio.
... Este asiento, más o menos
numerado, fue (bajo la fe de don Fidel Araneda Bravo) de:
...
... 1. D.
Ramón Sotomayor Valdés, no sólo gran escritor histórico de la Escuela de
don Andrés Bello, sino, además, observador inteligentísimo de lo que
pasaba ante sus ojos en tierras ajenas. El fue quien contó mejor que nadie
el cuento que no es cuento, sino la historia sangrienta de Melgarejo y
Belzú en La Paz. La leímos entonces con Ruiz-Tagle, y después la
encontramos en Neruda, utilizada en el Canto General, porque
Sotomayor hizo alta historia, alta literatura y -sí- alta poesía en prosa
llana.
...
2. D. Alberto del Solar, objeto de una leve amnesia literaria
chilena, autor de Los Rastacueros (parís, fines del XIX). Cien años
después sabemos cuán difícil es en esa ciudad secular el paso de meteco a
rastacuero. ¿Es necesario nombrar libros ulteriores de Blest Gana o de
Joaquín Edwards Bello, y aun de Alberto Rojas Jiménez, el que viene
volando? Y hay otros chilenos de París que cayeron al olvido.
...
3. D. Augusto Orrego Luco. Este gran caballero médico, con sus
Recuerdos de la Escuela (la de Medicina), su agudeza extra chilena en
cosas de psiquiatría, su inteligencia superior al medio, es el tercero que
conocimos, por él y hasta por obras de su señora Martina Barros de Orrego
y su hijo poeta. ¿Por qué no?
... 4. ¡D. Arturo Alessandri Palma! ¡Cuánto podríamos decir y
cuánto no sobre este don Arturo, el primero de todos los suyos! Sus
Recuerdos de 1891 y Memorias... Fuimos con Ruiz-Tagle a la inauguración
del monumento de don José Manuel Balmaceda a la cabeza de un parque cuyo
nombre ha cambiado muchas veces. Don Arturo fue subido arriba de una silla
y discurseó sobre como se había equivocado sesenta años antes. Un
emparentado descendiente de Balmaceda estaba parado en otra silla detrás
de la estatua, haciendo mofa, creía él, de don Arturo; sabíamos nosotros:
del trágico Balmaceda. Pasemos.
...
5. D. Luis Oyarzún Peña. ¡Luchito! Más allá de sus escritos y su
pensar (sobre lo cual disertó Ruiz-Tagle admirablemente al incorporarse a
esta Academia), ¿puedo mencionar dos o tres recuerdos? Hasta su muerte me
envió cartas a Pekín, con numerosos, divertidos y dramáticos recortes de
prensa chilensis. Eso no es nada. En las antípodas chinas encontré y
compré, en tienda "de viejo" un libro que le había pertenecido, con su
firma y notas al margen, en su nítida letra pequeñísima, del poeta ingles
John Keats, que se le había quedado por ahí, o del cual había querido
despojarse por si acaso alguien, ¡otro chileno!, lo encontraba.
...
6. D. Carlos Ruiz-Tagle...
......
Ahora hablaré de la obra de Carlos Ruiz-Tagle Gandarillas, antecesor y
amigo. No de su vida ni de su persona. Para el silencio, tres motivos. Los
prsentes la conocen, o creemos conocerla. Los ausentes, leyendo sus
libros, hallarán que cada uno constituye un fragmento de una extensa
autobiografía inconclusa. Y el que habla, amigo suyo desde la más remota
infancia, durante más de medio siglo, se pregunta: ¿lo conocí?. ¿cómo
era?, ¿qué hizo?, ¿qué no hizo? No se me ocurren las respuestas adecuadas;
a pesar del tiempo, los espacios, la memoria, estoy demasiado próximo a mi
prójimo, ¡no lo veo!
... ¿Y su
obra?
... Conocí la más inédita, cuando iba
siendo escrita, incluso la primera novela, si es que fue la inicial, ésa
que ya en su título reflejaba una actitud, una conducta, una moral: No
la lea por favor.
... No me lean, por
favor. No hablen de mí... o bien: "Que no le note nadie que le vea"
(Epístola moral a Fabio).
... Hasta las
páginas póstumas, algunas inéditas aún, notables.
... Páginas manuscritas, o pasadas a máquina,
tachadas con su gran letra, hojas enrolladas, con arrugas y orejas, o
impresas en distintos tamaños, en papel de diario u otro, cartas, notas,
recados, tarjetas. Conversación escrita.
... Tampoco
es el caso hacer su bibliografía. El se reía de las palabras
largas.
... "Y sin embargo sabemos (-dijo
Lewis Carrol hace 97 años-) que las palabras significan más de lo que
intentamos expresar cuando las usamos: así que un libro entero puede
significar bastante más de lo que el escritor quería" (Comentario
acerca The Hunting of de Snark; snark, intraducible).
... El total de la obra de Carlos Ruiz-Tagle
significa en Chile más de lo que sus lectores sabemos, incluyendo a su
primer lector, quien la escribió.
...
Después de lo cual debería quedarme callado.
... No, pues. Nuestro deber es dar a entender, con
algún ejemplo que cubra toda su obra conocida, de qué diablos acaba de
hablar, o, mejor, Lewis Carrol.
... Se ha
discurrido hasta el cansancio del humor de Ruiz-Tagle. Se le ha calificado
de "humorista". Clasificado. ¡A mí no me clasifica nadie -escribió una vez
Unamuno-: yo no soy un insecto!
...
Ruiz-Tagle tenía, más que humor, humores, y agregaría, apasionados, sin
excluir jamás la noble rabia ante la injusticia, rabia que dirigía a veces
(o con frecuencia) contra sí mismo. No es católico en vano. La palabra
pasión induce a malos pensamientos. ero la de Cristo fue su
Pasión.
... Ahora, bien o mal, quiero dejar
sentado que Ruiz-Tagle, de la manera más seria, dirigió en toda su obra el
humor contra la crueldad. Fue vigorosamente misericordioso, con nervio,
con todo el corazón. ¿Por qué creen ustedes que dedicó tiempo y esfuerzos
prolongados a tantos lugares de la zona central del país y en ciertos
casos al Norte Chico? Estoy hablando de obras, antologías o ficciones,
Mostazal, Colina, Ovalle, Graneros, Lonco... por amor a lo que algunos
desdeñan.
... ¿Y por qué a los niños y a los
adolescentes? Porque son débiles, y frágiles.
... ¿Por qué a los pobres, abandonados, a los
"sillies" o inocentes, en todos los sentidos de este último término? La
respuesta es obvia (Disgresión: a los nueve años, la señora Pilar nos
pidió en clase de castellano, deletrear la palabra más difícil que cada
uno conociera. Ruiz-Tagle le pasó a Vicuña las cinco letras de "obvio" en
un papel. Por su parte él dijo cualquiera. Vicuña fue justamente
felicitado. Ruiz-Tagle se rió para sus adentros).
... ¿Y por qué Los Antifrívolos?
...
Profundamente serio. Contra la estupidez de la crueldad; contra la
crueldad de la estupidez (Vamos a disgresiones: ¡Me habría criticado este
juego de palabras!)
... Con razón, con
pasión crítica y -más juego de palabras- compasivamente.
... Pues sabía jugar; y todos sus libros son juegos
de niños para grandes.
... Pues en lugar de
empequeñecer la realidad -que es a menudo el defecto de los "humoristas"-
Carlos Ruiz-Tagle Gandarillas, mi amigo, mi antecesor, engrandecería lo
pequeño. No sólo en su obra. En su vida.
... Que don Roque Esteban
Scarpa, director de esta Academia de la Lengua que me recibe, y de otra
enque nos recibió antes de que supiéramos lo que significaba el vocablo
"academia", me permita (ya sé que no es el uso) terminar con un poema que
uno y otro conocieron a su hora, hace hoy cuarenta años:
Carlos
Ruiz-Tagle
El Buen Amigo
Hablábamos de los muertos con gran piedad nos sacábamos
el sombrero al hablar de ellos. Hoy él es uno de ellos, y yo,
solemne, lo saludo en su nuevo estado.
Yo no quiero hablar puerilidades a propósito de su
muerte y por eso le pido su parecer a él. El me dice Habla
no más, Diles que mi muerte responde a mi vida.
Entonces yo digo que su muerte es humana, es un hombre
hecho y derecho. Yo le digo que como su muerte hay pocas, y
que me dé su muerte.
Y con gran seriedad, con el pelo partido por raya, y
vestido con toda decencia, soy yo hasta la médula de mis
huesos que es la mejor manera de imitarlo.
|
[ A PAGINA PRINCIPAL ] [ A ARCHIVO URIBE ]
letras.s5.com , proyecto patrimonio , Armando Uribe Arce: Elogio de
Ruiz-Tagle: humor y crueldad. Discurso
mail : oso301@hotmail.com