EL
ENCUENTRO
Me fui
Pero no para siempre.
Volveremos a encontrarnos
Un
día oscuro, con niebla
Entre cadáveres y ruinas.
Estaremos
descalzos y fríos
Viejos, solos
Cubiertos de tierra
Nos encontraremos...
No
me reconocerás
Estaremos desechos y podridos
Te acordarás
de los días que pasaste conmigo
Y te arrepentirás de no haber
sido feliz.
EL
ROJO AMANECER DE LAS VIDAS
Somos generación de almas sin vida.
................. ........... . Hijos no deseados
De
Dios.
Ni siquiera tuvimos olor a leche
Nacimos siendo obreros
Con el
color del cansancio en la boca.
Pobres vástagos
Buscando lo imbuscable.
Lo
escondido en la escoria
Del sentimiento paterno.
Porque hubo que ser
padres,
y tuvimos que ser hijos.
SOY
LA ESPÚPIDA...
Soy la estúpida enamorada
de la estatua
hermafrodita
la que huye de sus ojos blancos
con miedo putrefacto
Sueño
con ella
imagino su sexo puro
y su lengua tibia en mi boca,
piernas arácnidas,
el
enorme placer
de sentir derramándome
en su abdomen.
La vida
es ácida
parecida a gritos
de hombres normales
quemados en sus
camas.
Grabaré en su espalda
que el amor desaparece,
felizmente.
PECADO
COMUNAL
Del trazo ajeno de mi mano
te escribo, San Bernardo.
Jamás
probé las amargas calles
De tu pasado fértil
.....
.. .. .. .. .. ... . (Eras ciudad apartada,
.....
.. .. .. .. .. ... . Gritabas el silencio urbano)
Ni he contado las
hojas
De los árboles agonizantes
En la ventana torcida.
No bailé
los días
De Maestranza
Al ritmo metalizado de sus máquinas.
Hubiera
querido dormir en tus llanos
Apartados del Paraíso Terrenal,
Pero
las golondrinas y las moscas
Una y otra vez
Desviaban mi sueño.
San
Bernardo, nada hice
Digno de agradecer
Pero lloró contigo
Todas
las horas de tu eterna noche.
FLACA
Ahí
viene la flaca
Con su espina dorsal erguida
La cara morena, su pelo anochecido.
Camina
arrasante la flaca
Como avalancha de risa y piel.
Hace años que conozco
sus dedos
largos,
La vida entera
Y nunca he sentido
El vacío
de su ausencia.
Si no es el cuerpo es la sombra
Si no es el grito es el
soplido
Pero siempre soporta
Mis delirios crónicos
Con paciencia
de monja
No me alcanza el lápiz
Para escribirle un poema.
PÁJAROS
Y LA NOCHE
Me mataré, inútilmente,
antes de que
me asesines
cualquier noche en tu cama.
Soy el hombre más tocado
por
tus manos sudorosas,
el más prostituido en los labios azules
que
decoran tu rostro infernal.
Me incendié
entre tus piernas
-las
mejores piernas del podrido universo-.
Si hubieses intentado amarme
con
el fervor morboso que yo te amé
no estarías tratando de olvidar
al
único hombre
que te vio como mujer.
SÁBADO
Qué
triste es sentir los pies como estropajos
Recién a los diecisiete
Ver
mis piernas astilladas
Mis manos sin dedos.
Se me fue desgarrando el
alma
Y me duele el pecho profundo.
Estoy suspendida en el tiempo
Seca
Tengo
una placa de aluminio endeble
Con números encima.
LAS
TARDES NO PERDONAN
Fuimos felices
de la manera más limpia
bajo
las olas de Albatros
que arrastran monstruos marinos
y botellas no retornables.
El
verano exquisito
entre arena fina
que aún llevamos pegada en los
ojos
cuando queremos llorar.
VEINTICUATRO
Nací
una madrugada de otoño
con las rosas póstumas
del jardín;
fría
oscuridad de tumba.
Los muertos
del cementerio cercano agradecen
estar
bajo tierra.