OBERTURA
Poemario
de Úrsula Starke
Por
Alejandro Lavquén
Obertura
(Maipo Ediciones, 2000), primer libro publicado por Úrsula Starke,
a los diecisiete años. Se trata de un poemario que marca el inicio de un
discurso poético poseído por un mundo interior en permanente conflicto,
producto de situaciones que la poeta trata de resolver mediante la escritura,
muchas veces la poesía suele ser una especie de puerta que nos conduce
hacia la luz: "No habrá luz al final/ de ningún túnel",
nos dice, para luego agregar: "Pero la muerte es ley/ de vida",
entregando esa esperanza tan anhelada a través del verso, como una reacción
instintiva de sobrevivencia. La muerte siempre está presente en este volumen,
a veces como un deseo, otras como continuidad de vida, continuidad que en el fondo
es la luz a la cual nos referíamos.
El pesimismo inaugura el libro,
aunque también podría tratarse de una ironía: "Soy
la más mediocre/ de la poesía chilena". La ironía
suele ser, en algunos casos, una forma de autodefensa. Un necesario diálogo
interior ante las adversidades. Por otro lado, la poeta se nos presenta con una
actitud que se percibe como la búsqueda de su ser interior, explorando
paisajes que van desde situaciones románticas -pasando por la nostalgia-
hasta un erotismo enfocado desde distintos géneros y muy bien concebido.
El discurso romántico se manifiesta en versos como: "El deseo erróneo/
de tomar el camino difícil/ lo guardo con mucho amor". La nostalgia
surge en muchos textos relacionados sobre todo con lugares como su natal San Bernardo:
"... lloro contigo/ Todas las horas de tu eterna noche", o el
balneario de Quinteros: "Mis únicos veranos felices/ han pertenecido/
a esos rincones populares", por dar dos ejemplos. Lo erótico (o
sensual), es otro tema recurrente: "Quiero delinear con mi aliento/ tu
entorno gris" (...) "conquistar esa piel lúgubre/ y hacerla fértil
de fuegos y brasas" (...) "al ritmo de las llamas frías que rodean
tus ojos". El erotismo es otra manera de superar el dolor, los posibles
traumas de infancia o alguna enfermedad; es otra luz que combate a la muerte,
a la insensibilidad del cuerpo tras el deceso. Todo poeta supera sus pesares a
través del lenguaje, las imágenes y los sueños, en aquellos
mundos busca lo que muchas veces le es negado por el entorno que lo rodea. La
poesía lo obliga a vivir, y en el discurso de este poemario esto se ratifica.
En Obertura también existe la sensibilidad social, manifestada
en poemas como "La noche de las narices frías", donde se recuerda
la tragedia de Auschwitz: "El frío les congela la saliva/ pero
el calor de un horno/ alivia lo cuerpos azules", aquí la muerte
es una puerta de escape ante la maldad del hombre, un "alivio" de los
que no pueden escapar de las tenazas de la guerra. En otros textos su alma se
desgarra, va descubriendo sus mundos interiores poco a poco y los expulsa o los
sublima en sí misma: "Sombra propia no tuve,/ fuiste mi reflejo
en las cosas,/ brillo en los túneles,/ mano en las caídas,/ voz
en el silencio entumecido".
Obertura nos ofrece versos notables
para un primer libro escrito a tan temprana edad y dos poemas con méritos
para ser incluidos en cualquier antología exigente, como son "El rojo
atardecer de las vidas" y "El encuentro", Los que me permito transcribir
íntegros. Dice el primero: "Somos generación de almas sin
vida./ Hijos no deseados/ De Dios./ Ni siquiera tuvimos olor a leche/ Nacimos
siendo obreros/ Con el color del cansancio en la boca./ Pobres vástagos/
Buscando lo imbuscable./ Lo escondido en la escoria/ Del sentimiento paterno./
Porque hubo que ser padres,/ y tuvimos que ser hijos". El segundo expresa:
"Me fui/ Pero no para siempre./ Volveremos a encontrarnos/ Un día
oscuro, con niebla/ Entre cadáveres y ruinas./ Estaremos descalzos y fríos/
Viejos, solos/ Cubiertos de tierra/ Nos encontraremos.../ No me reconocerás/
Estaremos desechos y podridos/ Te acordarás de los días que pasaste
conmigo/ Y te arrepentirás de no haber sido feliz".
Úrsula
Starke profana los sentidos del poema concebido como la belleza convencional a
que estamos acostumbrados, y con esto nos enseña la belleza del dolor,
y a la vez la de la esperanza, aunque esta afirmación pueda parecer una
paradoja. Sería largo entrar en más detalles, es mejor que cada
lector se encuentre con los poemas y los haga volar en su imaginación.
La poeta ya ha emprendido su vuelo, acompañémosla.