Destiempo
I
Se fue el día,
las escamas del sueño
giran.
Todo desciende,
la noche es el tedio.
En el
desierto, a oscuras,
temerosa del amor
la ostra llora a
solas.
Caen las lívidas hojas de tu frente,
Te alejas, negra
burbuja sin destino.
Se abren súbitamente mil
calles,
arrecifes en llamas retienen tu cuerpo
helado como
una lágrima,
nada te hiere,
el coral clava su garra en tu
sombra,
tu sangre se desliza,
inunda praderas,
salta de
las ventanas
como un rojo sonido
y todo esto no es sino el
otoño.
II
El rayo ha perfumado
ferozmente nuestra
casa.
Tenemos sed, tenemos prisa
por golpear con el
hueso
de una flor en la tiniebla.
Hay un árbol talado en
esta historia.
Contemplamos el cielo.
No hay señales.
Es
de día
Es de noche
Murió la araña que media el tiempo,
Sólo hay un viejo muro
y una nueva familia
De sombras.
Toda la palidez inexplicable
es el recuerdo.
Travesía de muralla a muralla,
El abismo es el párpado,
Allí naufraga el mundo
Arrasado por una
lágrima.
Despierto.
Primera isla de la conciencia:
un
árbol.
El temor inventa el vuelo.
El desierto familiar me
acoge.
Alguien me observa con indiferencia.
de "Ese puerto
existe"
LA LECCIÓN
Como una moneda
te
apretaré entre mis manos
y todas las puertas cederán
y lo
veré todo y la sorpresa
no quemará mi lengua
y comprenderé
entonces
el crecimiento de las plantas
y el cambio de
pelaje
en las pequeñas crías.
Hallaré la señal
y la caída
de los astros me probará
la existencia de otros caminos
y
que cada movimiento engendra dos criaturas,
una abatida y otra
triunfante,
y en cada mirada morirá la apariencia y
desnudo
y bello te arrojará la fábrica entre nosotros.