DESAFIANDO AL RITO
            (Una reflexión 
            sobre Rito de paso, la novela futurista de Víctor 
            Coral que conmociona Lima)
          Por 
            Max Palacios
            
          
          
           Desde épocas remotas, filósofos y escritores han intentado 
            plasmar en sus escritos la visión de la sociedad en tiempos 
            futuros. Pensadores como Platón y Tomás Moro plantearon 
            en sus textos -La República y Utopía, 
            respectivamente- la construcción de una sociedad perfecta, 
            en donde los  intereses 
            de los individuos se encuentran subordinados a los de la sociedad 
            como conjunto. Posteriormente, ya en el plano de la narrativa, escritores 
            como Julio Verne, con Viaje al centro de la tierra (1864), 
            y H.G. Wells, con La máquina del tiempo (1895), iniciaron 
            un género al que se vino a denominar ciencia ficción, 
            género que parte de las ideas científicas para narrar 
            una historia sobre sociedades futuras.
intereses 
            de los individuos se encuentran subordinados a los de la sociedad 
            como conjunto. Posteriormente, ya en el plano de la narrativa, escritores 
            como Julio Verne, con Viaje al centro de la tierra (1864), 
            y H.G. Wells, con La máquina del tiempo (1895), iniciaron 
            un género al que se vino a denominar ciencia ficción, 
            género que parte de las ideas científicas para narrar 
            una historia sobre sociedades futuras. 
            
            Iniciado el siglo XX, algunos escritores no solamente presentan historias 
            apoyadas en la ciencia ficción sino que además intentan 
            ofrecernos una visión del funcionamiento de la sociedad del 
            futuro, surgiendo así una corriente que se diferencia de la 
            ciencia ficción, la novela futurista. Dentro de este género 
            destacan especialmente las obras de Aldous Huxley, Un mundo feliz 
            (1932) y George Orwell, 1984 (1949). Ambas novelas presentan 
            utopías negativas (o "distopias") que describen una 
            sociedad terrorífica, asfixiante y deshumanizada, sometida 
            a la tiranía de la ciencia y la política. 
            
            En esta variante, se ubica Rito de paso, la última entrega 
            de Víctor Coral (Lima, 1968), novela ambientada en una 
            Lima del futuro, en donde "no hay cabida para el amor y las libertadas 
            personales" como reza la contraportada del libro. 
            
            Víctor Coral forma parte de la generación poética 
            de la década del 90 y ha publicado Luz de limbo (2001) 
            y Cielo estrellado (2004), dos propuestas poéticas postmodernas 
            y sugerentes dentro de la poesía peruana contemporánea. 
            En su primer libro, Luz de limbo, se podía apreciar 
            un afán experimental y trasgresor a través de una poesía 
            cargada de símbolos y hermetismo. En su segunda entrega, desde 
            el título se anuncia el carácter lúdico de la 
            misma: Cielo estrellado (léase cielo poblado de estrellas 
            o un cielo que se ha estrellado contra un muro o el pavimento). Ambos 
            poemarios revelaron a un poeta conciente del lenguaje y del oficio 
            poético y lo ubicaron dentro de las más destacadas voces 
            de su generación.
            
            En esta última publicación, Víctor Coral incursiona 
            en el género narrativo y nos ofrece una novela de corte futurista, 
            ambientada en una Lima desolada y deshumanizada. Cabe señalar 
            que dentro de la novela futurista podemos distinguir dos especies: 
            la novela utópica positiva o tradicional (Utopía de 
            Tomás Moro, por ejemplo), donde se propone una alternativa 
            mejorada al mundo actual; y la anti-utopía o distopía, 
            que constituye una visión negativa del futuro a partir de la 
            proyección de las condiciones actuales de la sociedad. 
            
            Rito de paso se ubica dentro de esta segunda categoría. 
            A través de la historia de un triangulo amoroso (Aníbal-César-Divinne), 
            el autor presenta a nuestra ciudad unos siglos después, en 
            un ambiente totalmente asfixiante y decadente: "Las calles del 
            centro, semiderruidas, sumergidas en el humo, la niebla y el hollín, 
            dejaban vagar siluetas errantes buscando un hole o una sociedad secreta 
            adonde arrimar sus vidas. De rato en rato, si podías darte 
            maña para caminar sin ser abordado o asaltado por los locos, 
            podías ver jaurías de perros hambrientos persiguiendo 
            a un chiquillo o a dos, o -vulgar simetría- una caterva aún 
            más peligrosa de niños que cazaban ratas o desollaban 
            canes en medio de las calles".
            
            Narrada con una prosa impecable y precisa, Rito de paso nos 
            narra la historia amor entre Aníbal, César y Divinne, 
            teniendo como contexto a una Lima totalmente oprimida y subyugada 
            por la maquinaria de El Complejo, suerte de engranaje social que se 
            encarga de controlar la vida pública y privada de los protagonistas. 
            Un acierto de la novela es la construcción de los personajes, 
            seres que viven asfixiados y controlados por la maquinaria social 
            y que buscan a través de las drogas livianas y el alcohol salir 
            de la pesadilla que son sus vidas. 
            
            El personajes que más llama la atención es César, 
            una suerte de joven nihilista que muestra ciertos aires de perturbación 
            y que a pesar de su espíritu escéptico quiere encontrar 
            en el amor o la religión una forma de mantenerse atado a la 
            vida, y, como no lo consigue, termina entregándose a la dulce 
            tentación del suicidio, que en su caso aparece como la única 
            puerta de salvación a esa sociedad deshumanizada que se retrata 
            en la obra. 
            
            Otro aspecto destacable es la creación de la atmósfera 
            señalada que caracteriza a Lima: una ciudad totalmente maquinizada 
            y desolada, con un engranaje social que lo controla todo. Desde aspectos 
            de la vida personal de los protagonista hasta sus condiciones de trabajo. 
            Todo ello narrado con una prosa bien cuidada, ágil y fluida. 
            Con respecto a esto último, podemos señalar que en la 
            tradición literaria peruana existen casos de poetas que incursionaron 
            en la narrativa produciendo novelas y relatos de alta calidad literaria, 
            es el caso de Martín Adán con La casa de cartón 
            y Jorge Eduardo Eielson con El cuerpo de Giuliano, por nombrar 
            dos ejemplos. 
            
            Víctor Coral se inscribe en esta tradición y nos ofrece 
            una novela que, gracias a su oficio poético, alcanza los niveles 
            de una prosa poética bastante lograda y construida, y que contribuye 
            a dotarle a la historia de interés y fluidez.
           
          
           
          Blog de Víctor Coral: www.luzdelimbo.blogspot.com