"Inventario
provisorio", poesía de Víctor Sáez
Inventario
para una cita a ciegas
Víctor Hugo Díaz
Julio
2006
Entre el primero y el último poema de
Inventario provisorio no existe desplazamiento, constituyen un único
momento, el actual punto final de una larga trayectoria, pero es esa trayectoria
el movimiento realizado por el hablante de este libro y esta su virtud estructural:
el recorrido de una vida, un paso a paso sorpresivo y no lineal partiendo de un
punto quieto y terminando donde mismo. Una carrera de ida pero en reversa.
Comienza:
Hablaremos
sin prisa
para nombrar lo ya sabido
el aire,
...
.... . el papel,
... ....... .... .... . . la
puerta...
(Profecía menor)
Y termina:
A
maltraer, en este viernes por la noche
no hay más que un par de ojos
intentando
subsistir.
(Señor)
El título
en sí es sugerente en tanto se presenta a lo esperado como un registro,
una contabilidad cuantificada, un "inventario" de lo sucedido, de lo
vivido por el sujeto poético, pero en términos inconclusos: lo "provisorio",
lo modificable que nunca se sabe cuando
terminará (sólo cuando lo termine), un espacio significativo abierto
a lo posible e inesperado.
Así también en su polisemia o
al menos en su doble lectura, por qué no decirlo en ese "doble sentido"
propio del discurso chileno, propone un punto transitorio en la escritura del
autor, una selección de elementos, una materia prima simbólica en
proceso y desarrollo, una puerta creativa abierta, donde la salida o el destino
final aún están por determinarse.
La voz poética que
atraviesa este libro se encarna en un personaje, en un viejo que nos recuerda
a "Un anciano" de Kavafis, (escribe Sáez: Probablemente sería
esta la ocasión/ para lamentar no haber sido/ un poco más heroicos/
al momento de zarpar) ese que relee su vida zigzagueando entre la niñez
y la senectud, cito: "Hablábamos del futuro/ con una nostalgia recién
estrenada", "Todo a paso lento/ Y nosotros como siempre/ sin tiempo/
que perder en esas cosas." o " cuando todavía sabíamos
olvidar". Y en contrapunto al otro extremo "Soy apenas el fantasma/
de mi mismo,/ carnada de nostalgia,/ oculto en el desván,/ descalzo de
un solo pie/ y pronto para dormir". Aquí, el anciano se desenmascara
y nos hace visible y concreta esta especie de monólogo del solitario, cito:
"Junto a la ventana/ un viejo,/ espanta a bastonazos/ el asfalto de la
tarde/ y luego,/murmura algo/ en su propio oído." o "Algún
día, seguramente/ me agradeceré en silencio/ tanta ausencia de mí
mismo./ Unica manera, hasta el momento/ de disimular el desencanto."
Se
podría hablar aquí de una "biografía-ficción"
donde tras lo vivido el hablante se enfrenta a la inminencia del final que no
se puede controlar, a "la penúltima puerta/ que sólo se
abre desde afuera", donde con impotencia, todo se escapa de las manos,
donde somos sólo "algo minúsculo/ si pensamos que el Oráculo
de Delfos/ ha cerrado por falta de clientes." Después de todo,
la única certeza es la muerte, intangible y desconocida para el sujeto
con que inevitablemente "tropieza la Negra Dama/ sonriente y ajena/ como
siempre."
En síntesis, el cuerpo o más bien la sangre
de Inventario provisorio de Sáez, se tangibiliza en un discurso
literario, en una tradición literaria y de ficción como un pretexto
para escribir; pero con el énfasis y la tensión poética centrada
en la vitalidad experiencial y la conciencia de lo efímero, casi travestida
de testimonio. Es decir no se desgasta en una búsqueda de orden retórico,
fónico o rítmico; aquí la materia-experiencia es la solidez
que prevalece. Inventario provisorio es un libro construido con ladrillos
de tiempo y cuyo diseño obedece a lo finito. Esto se resume con maestría
en la selección del epígrafe del poema Umbral (pág 36) "...vivir
es estar a solas con la muerte".
Inventario
provisorio
Víctor Sáez
Editorial Pentagrama
2005
37
pág