Aquí tiene mi
pañuelo
Aquí tiene mi
pañuelo,
señora, seque su llanto,
no hay en el mundo
quebranto
que no tenga su consuelo,
saque la vista del
suelo
y míreme frente a frente,
que sufre toda la
gente,
l'olvidaba por egoísmo,
eso conduce al abismo,
le
digo primeramente.
No ha visto en
los hospitales,
están sobrando las urnas,
porque las niñas
nocturnas
se duermen como animales,
confunden los
materiales
del moribundo paciente,
y al despertar de
repente
jeringan a Juan Salgado
en vez de Juan Maldonado,
y
echan a dos por el puente.
Hay diferencia
en los bancos
por no sé cuántos trillones,
los ministerios
mayores
también van diferenciando,
los funcionarios
chupando
la teta ya mucho rato,
hay jefes que son
retrato
del mismito Lucifer,
en esto sí que la ley
puede
bramar garabatos.
Aquí le muestro
un legajo
de sello, tinta y papel,
éste sí que es
cascabel
que suena con desparpajo,
diez mil quinientos
carajos
pueblan las casas legales,
y allí están los tal por
cuales
en un sillón silloneado
y a fines de mes
arreando
billetes muy especiales.
El rey de las
oficinas
tramita qu'es un portento,
no deja por un
momento
su puro y su gabardina,
teléfono y pluma
fina,
ventana al Santa Lucía,
cocteles ord'en del día
y por
la noche de frac,
p'al puestecito es un crac,
qué le parece mi
amiga.
Engaño de punt'a
cabo
en este mundo tan cruel,
engaño hast'en el
plantel
d'estudios muy encumbra'os,
siete años
amordaza'os
de pies y mano' arquitectos,
tratando bellos
proyectos
de mil colores y formas,
cuando más tarde es la
norma
de hacer cajones de muertos.
El médico en
juramento
El médico en
juramento
de servir l'humanidad,
con gran
religiosidad
recibe un documento;
olvid'el primer
momento,
le da por matrimoniarse,
en auto quiere
pasearse,
ya no le incumb'el paciente,
si no es un rico
pudiente;
el pobre vaya'enterrarse.
El abogado tan
grave
delante de un
garrapata
..................................*
s'encierra como
con llave,
le dice que nada sabe,
le nombra otro
consultorio;
en un blanco lavatorio
se lava como
Pilato,
después de bailar un rato
la danza de los
demonios.
Y eso es poco,
en esta fiebre
miremos al comerciante,
con su sonrisa
galante
los pasan gatos por liebres,
aunque los cielos se
quiebren.
Hay que decir la verdad
de tanta calamidad
por la
que estamos pasando;
váyase, pues, consolando
con tanta
mariconá'.
Nadie se ha
muerto de amor
ni por cariño fingido,
ni por vivir sin
marido,
ni por supuesta traición;
el mundo es una
estación
con trenes de sinsabores,
con faltas muy
superiores;
su pleito no es una queja,
gran pleito es quien
despelleja
sin lástima a nuestros pobres.
Señora, yo la
condeno
a l'alto de una patagua,
cinco días a pan y
agua
durante todas sus horas;
las lágrimas que me llora
no
tienen explicación,
denuncie con su furor
la farsa
politicante,
no los suspiros galantes
ni las razones de
amor.
* falta en el
original
Engaños en Concepción
Entré al
clavel del amor
cegada por sus colores,
me ataron los
resplandores
de tan preferida flor;
ufano de mi pasión
dejó
sangrando una herida
que lloro muy conmovida
en el huerto del
olvido,
clavel no ha correspondido,
qué lágrimas tan
perdidas.
Fui dueña del
clavel rojo,
creí en su correspondencia,
después me dio la
sentencia:
no es grano sino gorgojo,
fue por cumplir un
antojo,
me dice la flor del mal,
yo soy un hondo
raudal
d´espumas muy apacibles
y el remolino temible
abajo
empieza a girar.
Este clavel
lisonjero
me causa tal confusión
que deja mi corazón
a mil
grados bajo cero,
quisiera que un relojero
me acompasara el
latido
y me componga el sentido,
que es tanta mi
oscuridad
por una loca maldad
d´este clavel
ofensivo.
Un lirio me da
consejos,
me dice de qu´el clavel
en l´alma de la
mujer
siempre ha rondado muy lejos,
mi sentimiento
perplejo
se confundió de camino,
un pájaro con su trino
me
dijo: parte de aquí,
y a mi Santiago volví
para cambiar mi
destino.
Un año crucé las
calles
gimiendo muy dolorosa,
y a trabajar afanosa
me fui
por montes y valles,
no quieron entrar en detalles
ni remover
las cenizas,
lo malo m´escandaliza,
quiebra nervios y
huesos;
el viento voló sus besos,
la mar lavó sus
caricias.
Publican de
qu´el clavel
se fue a un jardín del Oriente,
yo fui leyendo
sonriente
lo que decía el papel,
la vida es un carrusel
que
va girando, girando,
ella me fue demostrando
que con el tiempo
se cura
hasta la peor desventura
causada por un
ingrato.
Con mi litigio de amor
Con mi litigio
de amor
llegué donde el señor juez,
por remediar de una
vez
la causa de mi aflicción;
le digo que en
Concepción
sufrí muy grande amargura
que a punto de la
locura
me tuvo el desasosiego
y al señor juez yo le
ruego:
senténcieme con premura.
Mi caso tan
complica'o
es éste, Su Señoría,
se me perdió l'alegría
sin
saber cómo ni cuándo,
aquí me ve usted llorando
con la mirada
en el suelo,
la vida me da recelo,
m'espanta su
indiferencia,
la mano de la inclemencia
me ha echa'o este nudo
ciego.
Ya ve mi cara,
señor,
más pálida que la muerte,
escuche cómo de
fuerte
palpita mi corazón,
mi pobre caparazón
tirita como
en invierno,
mis venas son un infierno
que arden con fuego
mortal,
castígueme el tribunal
si acaso culpa yo
tengo.
Es increíble y
penoso
lo que yo estoy padeciendo,
que se me van
escondiendo
las ansias de hallar reposo,
motivo muy
doloroso
el sueño me ha prohibido,
la fuerza me ha
consumido
y me ha atormentado el alma
p'a mí lo que llaman
calma
es vocablo sin sentido.
Si el día se me
hace largo,
la noche el doble, señor;
con amapolas en
flor
consigo entrar en letargo;
mi cautiverio es
amargo,
sus yerros aborrecibles,
que ya se me hace
insufrible
la luna del alto cielo,
y la Virgen del
Carmelo
no está p'a mí disponible.
Me fui por un
senderito
Me fui por un
senderito
sembrado por blancos yuyos
y en árboles en
capullo,
cantaban los chincolitos,
en el estero
infinito
les contestaban las aguas;
la sombra de la
patagua
me recibió con cariño,
las lágrimas, del
corpiño
cayeron hasta mi enagua.
Detrás de las
alamedas
reinaban los animales,
perfuman los cereales
las
trémulas sementeras,
las hojas por vez postrera
me brindan una
sonrisa,
y me refresca la brisa
con sus esponjas la
frente,
respiro serenamente,
ya nada me
martiriza.
Semana que mis
rosales
estaban ya florecidos,
yo con mi malo sentido
vi
sólo sus espinales
las nubes primaverales
parecen una
pintura,
los campos con su verdura
me han descorrido el
telon,
mis ojos bailan al son
del viento por la
llanura.
Ya no me clava
la estrella,
ya no me amarga la luna;
la vida es una
fortuna
vistosa, próspera y bella;
sus lluvias y sus
centellas
nos engalanan los aires
nos brinda como una
maire
su aliento renovadero,
yo siento qu'el mundo
entero
está de canto y baile.
Nunca he subido
al tribuno
jamás hablé con el juez,
solita me confesé
en
mis terribles apuros,
miré más allá del muro
que me apartaba
de todo,
y veo en su claro modo
que cada ser en su
abismo
habita con egoísmo
bebiendo su propio
yodo.
A los dos años
cumplidos
A los dos años
cumplidos,
curada ya de mi mal,
tropiezo en un animal
de
misteriosos aullidos.
Violeta, me has conmovido
los huesos
hasta la médula
y hasta la última célula
que tejen mi cuerpo
humano,
deja tomarte la mano
muy limpia tengo mi
cédula.
Yo que ando por
este mundo
más triste que un' alma en pena
me retumbaron las
venas
de verlo tan iracundo,
después tan meditabundo
que
pienso que no m'engaña,
pero esta maldit' araña
al mes de su
juramento
me niega su sentimiento
dejando brillar sus
mañas.
Cómo es posible,
me digo,
que siendo yo tan pequeña
se me descarguen las
peñas
y siempre me quede al frío;
qué tienes, amigo mío,
en
contra de mi esqueleto,
entre sollozos lo reto
y le hago ver
su mudanza,
le digo sin más tardanza:
no sabes lo qu'es
respeto.
Empieza de
nuevamente
mi corazón la batalla,
el hombre es una
muralla
de piedras omnipotente;
¿por qué tu cuerpo
consiente
los golpes de tal martillo?
Quien lo maneja es un
pillo
criado en los callejones,
palabras de maricones
y
sangre de vinagrillo.
Vergüenza tengo,
lectorio,
delante de mis pecados
que no tendrán los
malvados
vergüenza de su velorio,
no saben de qu'el
demonio
está preparando el fuego
porque son tantos los
pliegos
que justifican sus daños;
al horno como
rebaño
s'está chupando los dedos.