Francisco Huneeus,
de editorial Cuatro Vientos, y Marisol Vera, de Cuarto Propio,
analizaron a fondo con los conductores Vivian Lavín y Mario
Valdovinos la realidad del libro hoy en nuestro país. La ausencia
de una política sistemática de apoyo al libro -concordaron-
se ha traducido en la desaparición de las librerías
-eslabón básico de la cadena- en el alto precio de este
bien cultural y en su alejamiento de las personas, perdiendo el protagonismo
que debe jugar en toda cultura.
En le programa también
se entregó el premio al ganador del mes de abril del Concurso
Cuentos de Copas, Felipe Bennett.
La proliferación de las ferias del libro en Chile no significa
-aunque parezca lo contrario- bonanza cultural ni mayor acercamiento
al mundo del libro de parte de las personas comunes y corrientes.
Francisco Huneeus -editor de Cuatro Vientos- las responsabiliza -ni
más ni menos-, que de la desaparición de las librerías,
porque durante un tiempo muy corto concitan el interés y ponen
a disposición de la gente una atractiva oferta cultural. Todo
en un mismo lugar, y a precios más económicos.
Marisol Vera, gerente general de Editorial Cuarto Propio, cree que
el problema fue convertir en permanente un remedio temporal -que eso
fueron en su momento las ferias del libro, dice-, que se aplicó
a nuestro alicaído ambiente lector. La falta de librerías,
especialmente en regiones, distanciaba al libro de sus posibles lectores
y así nacieron estas ferias, como una posibilidad de paliar
el déficit libresco. "La librería de barrio es
la base del sistema", señala, adhiriendo al punto de vista
de Huneeus, con el cual, sin embargo, no comparte la dureza de la
acusación central.
Este último señala con su dedo acusador a una entidad
bien determinada: La Cámara Chilena del Libro. "Ha sido
bajo su tutela que se ha desmantelado todo el sistema de librerías",
dice, añadiendo que ellos no pudieron o no quisieron enfrentar
el problema y "sin querer queriendo" terminaron por paralizar
a las librerías. "Es la entidad que pudo haber salvado
la situación de desmedro del libro en Chile y, por omisión
o por las dificultades del tema, terminó con el eslabón
fundamental de esta cadena".
Marisol Vera pertenece a la Asociación de Editores Independientes
y también al directorio de la Cámara Chilena del Libro.
"Siento que la Cámara ha tenido problemas para asumir
el liderazgo", dice, enfatizando la falta de una política
sistemática -a nivel país- de apoyo al libro.
"El libro es un bien cultural indispensable, es mucho más
que un bien comercial", dice, señalando que hay esfuerzos
y acciones -como el Fondo del Libro, por ejemplo-, que finalmente
se pierden debido a esta ausencia de visión sistemática
que trate al libro como un todo y que apoye a la cadena del libro
de principio a fin, haciendo posible su acercamiento a la gente.
UN SISTEMA ANTILIBRO
Francisco Huneeus sigue el análisis hacia el fondo del asunto.
"La industria editorial no está manejada por los grandes
industriales de la derecha; los libros en Chile son editados por gente
independiente que arriesga su plata en esto", señala,
agregando que Chile no sería lo mismo sin los aportes realizados
por Alejandra Matus, Patricia Politzer, Patricia Verdugo y Sonia Montecino,
a quienes naturalmente no podría haber financiado la Papelera,
por ejemplo. "La televisión, las revistas, los diarios,
dependen del poder económico", dice.
Marisol Vera complementa señalando que "si hay una visión
de cultura, si se cree que los libros son importantes, tienen que
existir políticas al respecto". Hay un canal estatal y
canales universitarios, añade, en los que rige la lógica
del raiting, con la cual los libros parecen incompatibles y no hay
intentos serios por acercarlos a la gente. Sin embargo, dice, aunque
la televisión no es el medio de formación por excelencia,
se pueden idear maneras de hacer programas entretenidos y que aporten
en el diálogo cultural. Y también iniciativas diferentes,
como las encabezadas por la misma editorial Cuarto Porpio, con libros
muy baratos que se vendieron un tiempo en los kioskos. Pero, como
enfatiza, estas experiencias -y muchas otras- naufragan en un medio
sin visión sistemática del tema.
Francisco Huneeus aporta su visión de neurofisiólogo
para seguir profundizando este análisis. "La cultura se
ha ido mucho a lo visual y el pensamiento es texto; la imagen es sólo
un aditivo", explica, recordando la época en que el ex
Jorge Alessandri incluso se opuso al establecimiento de la televisión
en color. "La imagen crea deseos y la industria publicitaria
invierte millones para crear necesidades que sólo algunos podrán
satisfacer", dice, añadiendo que nuestros países
han ido cambiando su estilo y ahora miramos a la cultura estadounidense
y no a Europa, como antes.
Huneeus señala que leer es difícil. Para leer hay que
esforzarse, hay que trabajar, hay que imaginar; si uno se da el trabajo
de leer, añade, puede conectar su vida a distintos temas y
modificar y enriquecer el pensamiento.
Tanto Huneeus como Vera han estudiado por años el tema, viajando
a otros países y mirando de cerca experiencias como la de Francia,
donde "hay una librería en cada esquina". Nosotros
no sólo debemos echar de menos una librería en cada
esquina, sino soportar altos precios y en general la inaccesibilidad
de los libros. El precio único, como sucede con los diarios,
es también una aspiración de los editores independientes.
"A los kioskos les va muy bien con este sistema", dice Huneeus.
Para este editor es una vergüenza que seamos el primer consumidor
de cosméticos y perfumes de la región, el segundo consumidor
de Coca Cola y el cuarto de shampú. "Es el resultado de
la publicidad visual", señala. Su dedo acusador se dirige
nuevamente a la Cámara del Libro y, también, a las empresas
que ejercen el monopolio de los libros escolares en Chile, los que
son adquiridos directamente por el Estado y entregados a las escuelas.
"Ellos y las ferias del libro han liquidado el sistema de librerías
en nuestro país", enfatiza.
Marisol Vera hace hincapié en que los libros producidos en
Chile son más baratos que los que vienen de afuera, a los que
se les aplica una selección de contenidos que apunta al gusto
masivo. Producir poesía, ensayo, narrativa en el país,
sale más barato y muchos de los libros que hoy se importan
podrían elaborarse y editarse acá, explica.
Huneeus, al responder a las críticas que se realiza a los editores
que les cierran las puertas en las narices a los autores noveles -como
la crítica que hizo en una nota en el programa el periodista
y heroico editor de sus propios textos, Rodrigo Beraud- señala
que si bien el editor finalmente es un comerciante, que necesita vender,
cada uno de ellos aporta con temas específicos. Es difícil
apostar por un autor y por temas determinados, pero se hace, dice.
"Nosotros publicamos libros por pasión, apuntamos a un
tema y lo introducimos". Dice que, por esto mismo, "he quedado
'acachado' con muchos libros, que no se venden, pero no porque sean
malos, sino por la falta de librerías, de difusión y
de marketing", concluye este quijotesco siquiatra-editor, quien
también echa de menos la ausencia en el país de lugares
de formación para editores y libreros.
"Ser librero es un oficio muy delicado y complicado", dice,
añadiendo que es un personaje que con su trabajo está
formando el intelecto de sus "clientes". Marisol añade
que en el mercado hay espacio para todo tipo de productos, pero si
hablamos de aporte al pensamiento "estamos hablando, naturalmente,
de libros". Y por eso aplauden la proliferación de editores
en distintos temas que hoy se está viendo en nuestro medio
(poesía, narrativa, historia, etc.), con la advertencia que
hace Huneeus, de que los libros no son sólo literatura, ya
que concretan la curiosidad intelectual de los individuos, por eso
son también astronomía, historia, antropología,
entre muchos otros temas. Y para que sean exitosos, está también
el marketing. Lo demuestra el fenómeno de ventas de Melissa
Panarello y sus "Cien cepilladas antes de dormir" (Planeta),
con su millón de copias y su infinita falta de contenido. "Si
marketeas bien, puedes vender cualquier cosa", dice Marisol.
En Chile, por ahora, las tareas pendientes son las políticas
integrales y sistemáticas de apoyo al libro, que los invitados
catalogan de aporte al pensamiento y que implican reforzar la cadena
del libro, con las librerías y un precio único como
ejes centrales de esta política.
Por la profundidad y vastedad del tema, esta fue una primera aproximación
del programa Vuelan las Plumas.
En el programa de ayer también se entregó el premio
al ganador del mes de abril del Concurso Cuentos de Copas, Felipe
Bennett, por su cuento Bocón, y se entregaron libros infantiles
de regalo a los auditores.
En nuestro próximo programa tendremos a la dupla Marco Enríquez-Ominami
y Carlos Ominami, con su libro Animales políticos, diálogos
filiales (Planeta).
Santiago, 3 de junio de 2004.