Miercoles 5 de Noviembre de 2003
El autor del
superventas ¿Quién mató a Cristian Kunstermann? dijo que la
novela es un intento de comunicación, y que se alegra que sus libros
lleguen al público masivo.
“Eso da la libertad y la independencia para no andar tocando puertas y
no depender de becas ni de premios”, señaló.
Anunció, también,
el sorprendente encuentro que habrá en su próxima novela entre
Oliverio Duncan, personaje de su último libro –“Los amantes de
Estocolmo”-y Cayetano Brulé, su detective estrella. Situación que
habría quedado dibujada en su última novela “Los amantes de
Estocolmo”.
Uno de sus
primeros libros de cuentos -escrito en alemán y con ilustraciones del
grabador Santos Chávez- ya es una pieza de colección, que se disputan
algunos fanáticos por Internet. Se vende en 100 dólares y el interés
por tenerlo sigue subiendo. “A mí sólo me quedan dos en mi casa”,
cuenta Roberto Ampuero, quien también se siente orgulloso de que su
novela “¿Quién mató a Cristián Kunstermann”, ganadora en 1993
del Premio de Novela Revista de Libros del Diario El Mercurio, siga
reeditándose año a año, incluso en Europa, a pesar de la década
transcurrida. Y lo mismo ocurre con “Boleros en La
Habana” y “Nuestros años verde olivo”. Esta última,
según anunció, tendrá pronto una cuarta edición de
bolsillo.
“Los amantes de
Estocolmo”, su última novela, lanzada en la Feria del Libro, sacó
su segunda edición a sólo cinco días de aparecer. “Eso
significa que mis novelas siguen viviendo, sin necesidad de premios”,
dice, explicando que los únicos que tiene a su haber son el de la
Revista de Libros de El Mercurio y el Premio Municipal que le otorgó
Valparaíso, su ciudad natal.
“Me interesa que
mis libros se lean y me alegra que se lean masivamente”, señala,
porque le da la libertad suficiente para seguir escribiendo, sin
depender de becas ni de premios.
En esa llegada al
gran público cree que la amenidad es clave. “Mis novelas se leen
fácilmente y eso está dado por la forma en que estoy viviendo la
situación, o escuché acerca de ella”, explica, agregando que cuida
mucho que no haya un exceso de edición, porque mientras más se
corrija, hay más posibilidades de “parecer artificioso ante el
lector”.
FICCIÓN EN ESCENARIOS REALES
Su oficio de
periodista durante años en Alemania, le permitió pulir el lenguaje de
barroquismos, a ser preciso, a decir mucho con pocas palabras.
Dice que cuando volvió a Chile en 1993 y comenzó
a escribir “¿Quién mató a Cristián Kunstermann?”, sintió que no
debía tener modelos y debía dejar fluir la historia.
La
fluidez, la amenidad, la cercanía con la historia, los escenarios
reales. Y, por supuesto, las propias experiencias. Como su vida en el
Caribe, donde se impregnó de la naturalidad del sexo, el cual es allí
una forma de comunicarse. “Eso me marcó como una forma de interpretar
las relaciones, como una forma de ver el mundo”.
“Lo erótico
–dice - es una realidad, al igual que los celos y la infidelidad, pero
generalmente tratamos de silenciarlos. Lo hablamos a escondidas, todo
se reconoce en forma muy tardía”.
Otra apuesta que es esencial
en el nivel de cercanía que ha logrado con el lector, según dice, es
el establecimiento de escenarios muy reales dentro de los cuales se
mueven sus personajes, lo que lleva a muchos a pensar que todo ha
sucedido, que es parte de su biografía. Y aunque algunas cosas lo son,
como reconoce, la credibilidad del resto se refuerza por esa mezcla
real-imaginaria.
Y ese ejercicio lo hace continuamente. “A
veces me descubro caminando por un lugar y preguntándome cómo se vería
un personaje en ese ambiente”.
Y la credibilidad también surge
de su “deformación” periodística. De allí su reporteo de las
situaciones, como sucedió en “Los amantes de Estocolmo” con las
mujeres infieles.
Pasó también con “Nuestros años verde
olivo”, donde la verosimilitud del entorno y acontecimientos hace
pensar a muchos en una autobiografía. Un libro que fue concebido para
dejar una especie de testimonio a sus hijos y nietos, sin pensar en
publicarlo, pero que tomó la fuerza del binomio “realidad-ficción” que
tienen todas sus novelas.
CAYETANO, EL REGRESO
El personaje de su
primera novela –que ya tiene diez años de publicada- se ha asentado
tan fuertemente entre los lectores que no sólo no lo ha podido
abandonar completamente y hasta en “Los amantes de Estocolmo”
hay referencias, sino que piensa incluso que no podrá ponerle nunca un
epitafio.
Siente esa “presión” del personaje que ya tiene un
lugar y que el público quiere ver regresar en cada nuevo libro.
“Cayetano está muy presente en mi vida. Siento su presencia, siento
que tiene más historias que contar, y aunque en “Los amantes de
Estocolmo” no estaba la situación ni el momento para que
apareciera, en la próxima novela se producirá un acercamiento entre
Oliverio Duncan (personaje de esta novela), con Cayetano Brulé”,
anuncia, agregando que “en ese encuentro habrá cosas muy
sorprendentes”.
“Cayetano me sobrevivirá y hará mi epitafio:
“Este escritor intentó buscar siempre una verdad que lo convenciera”.
* * * * *
En el Programa
“Vuelan las Plumas” de ayer miércoles 5 de noviembre también se
destacó, en la Sección Recomendados de Editorial Antártica, la
antología sobre Jorge Teillier “Lo soñé o fue realidad”, del
poeta y crítico Francisco Véjar. Mario Valdovinos señaló que el libro
tiene el mérito de incluir algunos poemas inéditos de este gran poeta
que fue Teillier. Algunos de las secciones, sin embargo, serán
disfrutadas más por los fanáticos del vate.
También se
entregaron recomendaciones para disfrutar los últimos días de la feria
del Libro de Santiago y se escuchó al escritor español Juan Manuel de
Prada, quien contó la increíble historia en la que se inspiró para su
novela última novela “La vida invisible”, en la que una
fanática seguidora de su obra, llegó al deterioro y a la pobreza
total, con tal de conocerlo.
Durante el
Programa también se invitó a los lectores a seguir votando en el
“Concurso Vuelan las Plumas 2003”. Se puede hacer en el teléfono
2641712 –durante el transcurso del Programa, todos los miércoles-, o
en la página web de la Radio Universidad de Chile, http://www.radio.uchile.cl/
También
se dio a conocer el mail del programa, al cual los auditores puede
comunicarse para satisfacer inquietudes o compartir su gusto por la
literatura.: vlp@uchile.cl
Por último se
regalaron libro de Editorial Randhom House Mondadori y se entregó a
Roberto Ampuero un vino 35 Sur de Viña San Pedro, auspiciadora del
Programa.