El autor de La Ley Natural conversó con Vivian Lavín
y Mario Valdovinos sobre la ausencia absoluta de un debate de calidad
en el país, donde lo que predomina es el blandir de espadas
de críticos jóvenes con arrestos literarios que arremeten
contra la generación anterior, no precisamente con
las armas adecuadas.
Dice que con La Ley Natural plantea la posibilidad del ser
humano de reconstruirse y reinventarse a sí mismo, en forma
totalmente contraria al determinismo que algunos han visto en el planteamiento.
El tema de la filiación, muy presente en el libro y que él
considera un tema universal, le sirve para hacer una pregunta clave:
¿Quién no se resuelve en la medida en que no resuelve
los cuentos con su madre o con su padre?
Gonzalo Contreras echa de menos en Chile lo que ocurre en
Inglaterra con el debate literario, donde los últimos libros
publicados sirven de pie para un intenso intercambio de ideas.
"La crítica es importante cuando es vinculante, cuando
produce un diálogo entre los escritores y el público",
dice, agregando que es esto precisamente lo que no existe en Chile,
donde sólo se pueden visualizar dos compartimentos estancos:
El estudio académico de las obras, que se da en las universidades
-un mundo del que él se siente totalmente ajeno-, y la crítica
de prensa, donde campean ciertos críticos jóvenes con
ambiciones literarias que pretenden descalificar a la generación
anterior. "Y no precisamente desde la crítica", aclara,
"sino desde la propia obra".
Dice que "hay una crítica muy histérica en Chile,
no existe un corpus, no existe la discusión literaria entre
quiénes debería darse el debate", señala,
descartando de plano algunos elementos ajenos al tema literario que
han introducido algunos -como el escritor Roberto Ampuero en un artículo
reciente-, como son los números y las frías estadísticas.
"Es cierto que Isabel Allende es una de las cinco plumas que
más vende en el mundo; pero también es cierto que Paulo
Coelho es LA pluma que encabeza el ránking". Enfatiza
que las cifras nunca han sido importantes en el mundo del arte.
¿Quién tiene la patente de corso para ser crítico?,
¿qué es ser crítico?, se pregunta Contreras.
"El crítico debe ser un tipo que plantea una tesis respecto
de una obra y que la reafirma con cierta lógica", se contesta,
añadiendo que ese debate y análisis de ideas literarias
es el que no existe en Chile en este momento.
Pero no precisamente por esta ausencia, sino por su posición
como autor, Contreras dice que él no escribe precisamente para
los críticos y ni siquiera para un determinado tipo de público,
como han dado en hacer muchos escritores seducidos por el márketing
y el trabajo editorial.
Aunque reconoce que "uno escribe para los lectores, no para los
académicos ni para los críticos", señala
que finalmente en su escritura no hay un cálculo ni le interesa
"ir a la caza de los lectores". Dice que el mundo académico
cumple su rol, pero que en el fondo lo que el escritor quiere es que
el público goce con el libro, aunque, a final de cuentas, "el
libro sea un mensaje para nadie".
Dice que aquellos escritores que escriben para un segmento de público
lo que están fabricando son pequeños "protobestseller",
porque a la larga un best seller no es sino un libro producido especialmente
para el "consumo" de un cierto tipo de lector.
EL MAS SOLITARIO DE TODOS
Gonzalo Contreras dice que el escritor debe ser el artista más
solitario de todos. "La escritura ocurre en una instancia de
soledad casi absoluta, es una experiencia intransferible", señala
y agrega que nada que se haga concediéndole un valor en el
sentido más amplio del término, como lo es la escritura
para él, no comprometa ni implique "que se vaya la vida
en ello". Para él la literatura no es texto -como lo puede
ser para los académicos que la estudian en las universidades-,
sino ni más ni menos que Vida, con mayúscula.
Sobre su última novela, La ley natural , dice que rescata
el derecho a opción, el derecho de los seres humanos a reconstruirse,
a reinventarse, a cambiar el curso de la acción; es un rechazo
al determinismo y a la inevitabilidad de las cosas que algunos han
visto en la "ley natural", que intrínsecamente es
preceptiva y está dada para hacer frente a ella un ejercicio
de la voluntad y no para dejarse llevar irremediablemente.
Si la novela El gran mal -con sus diferentes lecturas paralelas-,
lo dejó exhausto; La ley natural "le sacó
un peso de encima", pues, aludiendo al tema de la filiación
-tema que considera universal y no propio de Chile, como lo ven algunos-
se pregunta "¿quién no se resuelve a sí
mismo en la medida en que no resuelve los cuentos con su padre o con
su madre?