Carla Cordua:
"NO TENGO IDEA COMO ES DIOS,
NI NECESITO SABERLO"
Mi fe
es peor que la del carbonero, porque no tengo certeza ninguna, afirmó
la filósofa y escritora en la emisión de ayer del programa Vuelan
las Plumas de Radio Universidad de Chile.
En
la sección Marcalibros, el programa llevó la opinión de Mabel
Condemarín, Premio Nacional de Educación 2003, quien consignó a
José y sus hermanos, de Thomas Mann, como el libro que más
huellas le ha dejado. Cordua señaló su admiración por Kafka, cuyos
libros ha leído en alemán, idioma en el que Kafka alcanzaría cumbres
tan altas como lo hizo el filósofo Wittengstein.
24 de septiembre 2003
Interesantes
disquisiciones sobre la fe y la religión, de las que no le gusta
hablar –según dijo-, realizó la filósofa y escritora Carla
Cordua en el programa Vuelan las Plumas de la Radio Universidad de
Chile.
“Vivir es difícil y terrible, por ello no le temo a la
muerte” dijo la catedrática de 78 años en
una amena conversación, junto a los conductores Vivian Lavín y Mario
Valdovinos haciendo gala de la lucidez y asertividad que la
caracterizan. Sin embargo, agregó, la muerte constituye un tema
interesante, por cuanto sabemos que vamos a morir, pero ignoramos el
“cuándo”, lo que nos permite tomar distancia e imaginarnos a la muerte
como algo que le ocurre a los demás y así poder vivir nuestra vida
como si no supiéramos lo que nos va a ocurrir.
“Cuento con Dios – dijo-
pero me parece hasta violento creer en El, puesto que no tengo ningún
fundamento ni certeza, ni idea de cómo es, ni necesito saberlo. Mi fe
es peor que la del carbonero”.
Añadió que no cree que la
religión sea un tema del que deba hablar, “ya que es un tema sobre el
que no tengo nada que decir. Cuento con un Dios que no tiene nada que
ver con la enseñanza oficial de ninguna Iglesia”.
Carla Cordua también habló
sobre su matrimonio con el filósofo de las ciencias Roberto Torretti.
“El matrimonio también es una cosa difícil”, acotó, añadiendo, frente
a las inquietudes de los conductores respecto a cómo es la convivencia
entre dos profesionales del mismo campo. “Nos dedicamos a aspectos muy
diferentes en la Filosofía, yo, más a las dimensiones metafísica,
moral, teoría política, y él, a la filosofía de la Ciencia, a
la Física Cuántica, a los números, de lo que yo no sé absolutamente
nada”. Dijo que estaban en desacuerdo en muchísimas cosas,”pero
también de acuerdo en algunas...”
Fue su marido quien la
convenció de publicar su libro “Cabos sueltos”, cuando
descubrió uno de los cuadernos de reflexiones que guarda celosamente,
los cuales no piensa seguir publicando, “ya que no me gusta imitarme a
mí misma”.
Thomas Mann
y Franz Kafka
En la
sección Marcalibros, el programa llevó la opinión de Mabel Condemarín,
Premio Nacional de Educación 2003, quien consignó a José y sus
hermanos, de Thomas Mann, como el libro que más huellas le ha
dejado. “Un libro visionario en cuanto a los valores universales de
tolerancia y respeto a la diversidad”, dijo.
Respecto a sus propios “
libros marcadores”, Carla Cordua señaló su admiración por Kafka, cuyos
libros ha leído en alemán, idioma en el que Kafka alcanzaría cumbres
tan altas como lo hizo el filósofo Wittengstein.
Destacó de Kafka
la mezcla de lo terrible y trágico con lo cómico, combinación que se
da en la tragedia griega. “Las situaciones sin salida, el fracaso
permanente de los planes humanos, se convierte en material cómico”. Se
refirió en este sentido a La Metamorfosis, señalando la luz que
entregan las circunstancias biográficas del escritor, quien se sentía
en su propia vida como un insecto y sentía también el desprecio que el
mismo Gregorio Samsa, el protagonista del libro, sintió como individuo
y como el insecto en el que se transformó.
Carla Cordua conversó
también sobre su infancia, recorriendo diferentes lugares de Chile,
por el trabajo del padre y de cómo no tuvo una instrucción escolar
formal sino hasta los 12 años. Sin embargo, según contó, aprendió a
leer sola, a los cuatro años, momento desde el que se devoró los
periódicos y libros que caían en sus manos.
La afición por las
noticias y la actualidad se ha mantenido desde entonces. “Me interesa
lo de todos los días, lo que está pasando, lo que dice y hace la
gente; me interesa la historia, cómo ocurren las cosas, cómo las
planeamos de una manera y resultan de otra, siempre
diferente”.
Cree que esta actitud no se contrapone con la
Filosofía, la que es “más interesante si se logra entroncar con los
problemas cotidianos”. Agrega que es un error pensar que esta
disciplina sólo debe preocuparse de los problemas eternos, descuidando
el día a día de su centro de atención: el ser humano.
También
se refirió a cómo aprendió idiomas (lee latín, italiano y lee y habla
inglés, alemán y francés), simplemente leyendo y leyendo, con algunas
clases y más que nada diccionario en mano, hasta dominarlos.
Su
cercanía con la literatura está presente desde su juventud, durante la
cual fue una poeta compulsiva. “Empecé por creerme poeta, desde los 14
a los 22 años, luego de lo cual esta afición se detuvo bruscamente”.
Su abundante producción, tecleada en una “antediluviana” máquina de
escribir, aún permanece archivada, mientras su autora ya no escribe
versos, pero sigue leyendo, releyendo y disfrutando todos los poemas
del mundo.
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El Programa Vuelan las
Plumas tendrá en el estudio el próximo miércoles 1 de octubre al
escritor Armando Uribe, una personalidad tan interesante como
la filósofa Carla Cordua.