Ganadora del Premio
Alfaguara 2004 por su novela Delirio-, la escritora conversó
con la conductora de Vuelan las Plumas -Vivian Lavín- sobre
la realidad de la locura que asuela a nuestro continente. La muerte
es un tema, dice, pero también la vida lo es, como contrapartida
a la oscuridad de la violencia, el narcotráfico, las dictaduras,
el atropello a los derechos humanos. Y destaca, entre tanta desgracia,
la forma en que los chilenos salimos de las tinieblas para sentir
el sabor de convertirnos nuevamente en seres humanos.
Delirio, la aclamada novela de la colombiana Laura Restrepo,
es una metáfora de Latinoamérica. "Me interesaba
el tema de la tenue línea que separa la cordura de la locura,
de ese abismo
de soledad, esa lengua extranjera que no acabamos de descifrar, pero
me inquietaba también esa tenue línea que separa la
locura exterior de la tuya propia , esa cosa tan loca que estamos
viviendo nosotros mismos en Latinoamérica", dice Laura
Restrepo.
Agrega que "le parecía interesante captar un momento particularmente
caótico de Bogotá", refiriéndose a esa,
según ella, indefinible e indescifrable capital colombiana.
Y dice que los años '80 fueron precisamente eso, fue un momento
de caos total, de apogeo del tráfico de la cocaína,
en Medellín y Cali, con sus respectivos carteles. "Pero
la que saltaba con los bombazos era Bogotá", dice.
Por eso Pablo Escobar es también el eje de este relato, un
telón de fondo tan delirante como el propio delirio de del
personaje central, Agustina. Un tipo de extracción popular,
discriminado y despreciado por las clases altas, lo que lo hace extremar
la violencia e inundar a Colombia con el lavado de dólares.
Con ello, dice Laura Restrepo, logró comprarse a los mismos
que lo despreciaban y de paso manejar no sólo a la economía
colombiana, sino a gran parte de la economía mundial. Una actividad
no reconocida, "de cuelloy corbata", donde el fenómeno
permeó hasta algunas de las más distinguidas familias
colombianos.
Escobar se compadeció de la "pobreza de los ricos de su
país", a los que no sólo compró, sino que
manipuló exitosamente con su poder de vida y muerte.
La escritora dice que le costó dar forma a Agustina, "la
loca", quien pierde la razón de un día para otro,
aparentemente sin razones.
La locura de Agustina, el personaje principal de la novela Delirio,
tiene sus raíces en el pasado, en los acontecimientos familiares.
"Somos una sociedad azotada por grandes mentiras", dice
Laura Restrepo. "Son esas mentiras -sobre el sexo, sobre el poder,
sobre las personas- esos mitos que hay en todas las familias, como
si la sociedad no fuera los suficientemente dura", reflexiona.
Ella no es capaz de decodificar esas mentiras, dice.
Le interesaba mucho el tema de una sociedad donde importa más
el parecer que el ser. Algo que se refleja claramente, dice, en el
éxito que tiene el género de la telenovela en el continente.
Y como también le interesaba enfrentar a la locura desde la
cotidianeidad, investigó y reporteó mucho el tema, con
familiares de las personas que sufren problemas mentales. Cómo
se vive y como se muere desde ese otro lado, cuando se nubla la conciencia
y ya no hay comunicación posible. La persona perturbada desaparece
y se borra, lo que también ocurre con quienes están
en su entorno, señala. Y tal vez por eso, aclara, el marido
de Agustina se llama sólo Aguilar, lo que también refleja
la dolorosa jerarquización que existe en la sociedad colombiana
y latinoamericana, que "no ve" a las clases sociales más
disminuidas.
Y resulta que todos estamos inmersos en la locura, explica. Como colombiana
le duele el destino cruel de su país. "Tantas décadas
de guerra aparentemente sin solución nos han llevado a un contubernio
con la muerte y tú te preguntas,. cómo puede florecer
una cultura cuando ni siquiera existe esa raya tan elemental que se
traza al inicio de toda civilización. Por eso, la gente prefiere
mejor estar viva que estar muerta".
Dice que no es propiedad de Colombia esta política de arrase
con los pueblos y las culturas. "La muerte es un tema, pero la
vida también es un tema; cómo la gente se afianza en
el día a día y acepta el reto de volver a reconstruir
la vida que se te despedaza por las noches. Las tinieblas se enfrentan
con luminosidad, con creatividad, con un despertar de la cultura por
todas partes." Señala que la Colombia de hoy le recuerda
al Chile que ha sido capaz de renacer de sus cenizas, salir de una
de las tragedias mayores que ha sufrido este continente y reencontrarse
como pueblo.
EL BAUL DE LA FELICIDAD
Laura Restrepo dice que las emociones y los buenos recuerdos de una
infancia feliz le han servido de escudo contra los episodios difíciles
de su vida. Viajó mucho junto a su, gracias al dinero de la
madre, miembro de una familia acomodada, y a las ansias de libertad
y conocimientos que tenía su padre. "A pesar que he pasado
en mi vida circunstancias muy difíciles, siempre puedo echar
mano de ese baúl de felicidad., de esa infancia tan dichosa
y tan buena". El mundo pasaba por las ventanas del "volkswagen"
de la familia como una verdadera película.
Ella absorbió esta libertad "a su manera", comprometiéndose
en política -muy en contra de sus padres- siempre en condiciones
muy difíciles, siempre en la oposición. Fue también
nombrada como mediadora en las negociaciones de paz con el movimiento
guerrillero M-19.
"Siempre he creído en los caminos de la paz y la democracia,
porque la guerra no lleva a ninguna parte. El proceso de entrega de
armas fue muy interesante, pero cuando vi que estos guerrilleros eran
asesinados, terminé militando en el M-19, aunque sin armas,
buscando esta paz y más adelante el proceso concluyó
con la legalización de este grupo". Dice que sigue creyendo
que la paz es posible, "pero el actual presidente Uribe convenció
que la guerra y la represión eran el camino, algo que sólo
puede dejar muerte y dolor".
Por eso, explica, cuando salió elegido su amigo Luis Garzón
-un hombre de izquierda- como alcalde de Bogotá, ella se involucró
nuevamente en política. No pudo negarse cuando él la
nombró como Directora Distrital de Cultura y Turismo. "El
plantea el diálogo y las negociaciones como el camino correcto
y por ello, aunque no soy cercana al poder, creo que ésta es
la posibilidad de construir une espacio amable, de convivencia y paz;
la posibilidad de construir otro escenario, para llegar a acuerdos
a través de las palabras y no de los tiros", concluye.
Mientras, sigue con sus tareas de recorrer el mundo para hablar sobre
Delirio y su premio Alfaguara 2004. Una combinación de literatura
y política que asume como un nuevo desafío en su vida.
Laura Restrepo nació en Santa Fe de Bogotá,
en 1950. Se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad
de los Andes y posteriormente hizo un posgrado en Ciencias Políticas.
Fue profesora de Literatura en la Universidad Nacional y Universidad
del Rosario.Trabajó en la Revista Cromos y fue editora, entre
otras publicaciones, de la revista Semana, actividad que alternó
con la escritura.
En 1983 el presidente de Colombia, Belisario Betancourt, la designó
integrante de la comisión que negoció la paz con el
movimiento rebelde M-19.
En 1986 publicó su primer libro, Historia de un entusiasmo,
que le valió amenazas de muerte, por lo que partió al
exilio. Vivió entre Madrid y México, donde colaboró
con el diario La Jornada y con la revista Proceso. A esa primera incursión
en la literatura le siguieron La isla de la pasión (1989),
Leopardo al sol (1993), Dulce compañía (1995), La novia
oscura (1999), La multitud errante (2001) y Olor a Rosas Invisibles
(2002). Es coautora, también, de Once ensayos sobre la violencia,
Operación Príncipe, En qué momento se jodió
Medellín y Del amor y del fuego, así como del libro
para niños Las vacas comen espaguetis.
Con la novela Dulce compañía resultó ganadora
del Premio Sor Juana Inés de la Cruz - 1997 de novela escrita
por mujeres, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Ha sido merecedora además del Prix France Culture, premio de
la crítica francesa a la mejor novela extranjera publicada
en Francia en 1998, y del Premio Arzobispo Juan de San Clemente -
2003, otorgado por los alumnos del Liceo de Santiago de Compostela
a la mejor novela en lengua
Los libros de Laura Restrepo han sido traducidos a más de doce
idiomas
Al finalizar el programa Vuelan las Plumas se entregaron libros de
Ril Editores, además de entradas para la obra de teatro A pedir
de boca, del dramaturgo Jorge Díaz, que se está presentando
en el Café Literario de Providencia. También se regalaron
CD con la música de la película Prat, espada de honor,
en una primicia, gracias a la gentileza de la productora DeRamón,
que prepara el estreno del filme para el 2005.
En nuestro próximo programa -miércoles 26 de mayo-
tendremos el especial A TODO BORGES, ya que nuestros invitados son
el escritor argentino y ex secretario personal de Jorge Luis Borges,
Roberto Alifano, y el especialista Alejandro Vaccaro, principal biógrafo
de Borges y presidente de la Asociación Borgesiana de Buenos
Aires.
Santiago, 20 de mayo de 2004