Los parientes
Cantar es lindo deleite
mucho mejor con guitarra,
quien le hace el quite a la farra
se va como por aceite.
Sin mañas y sin afeites
puede llegar la cantora,
cantarle a la buena aurora
como lo hace el chincolito
o cantarle al angelito
como la Virgen Señora.
A eso vengo mis señores,
a cantar cantos colmados
de versos tan delicados
como perfectos primores.
Aquí mostrarán dolores,
allá pedirán mudanzas
llenas de fe y esperanzas
de nuestros amargos males.
Fatal entre los fatales
yo seguiré estas andanzas.
Empezaré del comienzo
sin perder ningún detalle,
espero que no me falle
lo que contarles yo pienso.
A lo mejor no convenzo
con mi pobre inspiración.
Se larga la descripción
sin coilas y sin engaños
reculando algunos años
y mudando al caserón.
Ya están sonando instrumentos
y diré con gran estilo
señores demen permiso
aquí presento a mi abuelo:
José Calixto su nombre
fue bastante respetao
amistoso y bien letrao
su talento les asombre.
Mas le aumenté su renombre
al decidir muy en breve
no más entre marte'y jueves
procura mostrar su honor
defendiendo el tricolor
del año setenta y nueve.
En la ciudad de Chillán
vivía en un caserón
dueño de una población
de gran popularidad.
Pa'mayor autoridad
manda a su hijo a la escuela
y a petición de mi abuela
le va a enseñar a solfear
para una orquesta formar
de arpa, violín y vihuela.
Ya ven mi abuelo José
con la música en la mente
y quién hubo más prudente
como mi otro abuelo fue:
Mi abuelo por parte'e maire
era inquilino mayor
capataz y cuidaor
poco menos que del aire.
El rico con su donaire
lo tenía de obligao
caballerizo montao
de viñatero y rondín,
podador en el jardín
y hortalicero forzao.
Al verlo a primera vista
parece mi lindo abuelo
algún arcángel del cielo
gemelo de un Juan Bautista.
Azules sus pupilitas,
dorada su cabellera,
montao en su yegua overa
no hay niña que no lo mire
ni vieja que no suspire
por detracito'e mi abuela.
Me pongo a pensar un rato
y mis taitas aparecen
ojalá aquí deletree
con claridez sus retratos:
Mi taita fue muy letrario
pa'profesor estudió
y a las escuelas llegó
a enseñar su diccionario.
Mi mamá como canario
nació en un campo florio
como zorzal entumio
creció entre la candelilla
conoció lo que es la trilla
la molienda, el amasijo.
La infancia
Semana sobre semana
transcurre mi edad primera.
Mejor ni hablar de la escuela,
la odié con todas mis ganas,
del libro hasta la campana,
del lápiz al pizarrón,
del banco hasta el profesor.
Y empiezo a amar la guitarra
y donde siento una farra
allí aprendo una canción.
Cuando me pierdo en la viña
armando mis jugarretas
yo soy la feliz Violeta
el viento me desaliña.
Como nací pat'e perro
ni el diablo me echaba el guante
si con la escuela inconstante
constante para ir al cerro.
Lo paso como en destierro
feliz con los pajaritos
soñando con angelitos.
Así me pilla fin de año
sentada en unos escaños.
¡Quisiera ser arbolito!
Así poco a poco aprendo
lo que es mansera y arado
arrope, zanco y gloriado
bolillo que está moliendo
siembra, apuerca, poca y trilla,
emparva, corta y vendimia;
ya sé lo que es la cizaña
y cuantas clases de araña
carcomen la manzanilla.
Aprendo a bailar la cueca
toco vihuela, improviso,
descuero rana a cuchillo
ya le doy vuelta a la rueca.
Como una gallina clueca
saco mi linda parvá
y en la callana caldeá
dorado dejo el triguito
y amarillo el motecito,
nadie me gana a pelear.
...Y empiezo a amar la guitarra
y donde siento una farra
allí aprendo una canción.
El amor
Mas, van pasando los años
las cosas son muy distintas
lo que fue vino hoy es tinta
lo que fue piel hoy es paño
lo que fue cierto hoy engaño.
Todo es penuria y quebranto
de las leyes yo me espanto
lo paso muy confundida
y es grande torpeza mía
buscar alivio en mi canto.
Los tiempos se van volando
y van cambiando las cosas.
Crecí en el trigo melosa
la siembra fue castigando
fue la cosecha mermando
la esperanza quedó trunca.
La gente no sabe nunca
lo que mañana la espera...
lo que mañana la espera
la gente no sabe nunca.
Entré al clavel del amor.
Cegada por sus colores
me ataron los resplandores
de tan preferida flor.
Ufano de mi pasión
dejó sangrando una herida
que lloro muy conmovida
en el huerto del olvido.
Clavel no ha correspondido.
¡Qué lágrimas tan perdidas!
La vida me da recelo
me espanta la indiferencia
la mano de la inclemencia
me ha echado este nudo ciego.
La fuerza me ha consumido
y me ha atormentado el alma
pa'mí lo que llaman calma
es vocablo sin sentido.
El sol reseca el barbecho
lo deja como la espina
me clava con negra inquina
si piso este duro lecho.
Camino por un momento
las calles a la sin rumbo
veo que estoy en el mundo
sin más que el alma en el cuerpo.
Miserias y alevosías
anudan mis pensamientos
entre las aguas y el viento
me pierdo en la lejanía.
No lloro yo por llorar
sino por hallar sosiego.
Mi llorar es como un ruego
que nadie quiere escuchar.
El compromiso
Aquí tiene mi pañuelo
señora, seque su llanto
no hay en el mundo quebranto
que no tenga su consuelo.
Saque la vista del suelo
y míreme frente a frente
que sufre toda la gente
lo olvidaba por egoísmo
eso conduce al abismo
le digo primeramente.
Yo la condeno señora
a lo alto de una patagua
cinco días a pan y agua
durante todas sus horas
las lágrimas que me lloran
no tienen explicación.
Denuncie con su furor
la farsa politicante
no los suspiros galantes
ni las razones de amor.
Nadie se ha muerto de amor
ni por cariño fingido
ni por vivir sin marido
ni por supuesta traición.
El mundo es una estación
de trenes de sinsabores
con faltas muy superiores
su pleito no es una queja.
Gran pleito es quien despelleja
sin lástima a nuestros pobres.
Si escribo esta poesía
no es sólo por darme gusto
más bien por meterle susto
al mal con alevosía.
Quiero marcar la partida
por eso prendo centellas
que me ayuden las estrellas
con su inmensa claridad
pa' publicar la verdad
que anda la sombra en la tierra.
Mi corazón peregrino
se afirma en este servicio
será grande el beneficio
que le otorgue a mi destino
el pensamiento infinito
me traiciona a cada instante.
No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.
La denuncia
Ya está corrido el telón
la fiesta sigue su curso
mi largo y triste discurso
es parte de la función.
Les doy la continuación
porque eso es lo prometido
despéjense los sentidos
y tengan comprobación.
La prueba será el testigo
aquí la tengo en la mano
pa' condenar al villano
que tengo por enemigo.
Mis cantos desatan nudos
aquí va el primer disparo.
No han de pasar por el aro
mis versos por el saludo.
Hacia mediados de invierno
cuando las noches son crudas
vemos a tanta criatura
peleando ya en este infierno
más bien me venga la muerte
que seguir viendo este ejemplo.
El pobre vive en silencio
y sufre ya muy cruel castigo
de ver a sus diez chiquillos
en la miseria y el vicio.
Al borde del precipicio
se está agusanando el trigo.
No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.
Es una infamia muy dura
que no se salven del foso.
El dolor es oprobioso
y pregunto de partida
si la justicia en la vida
existe pa' los rotosos.
Los llevan por el calvario
cargados con una cruz
les niegan hasta la luz
los ciegan con su sudario
los dejan sin los rosales
sin aire y sin manantiales.
De qué nos sirven los templos
de qué el sol y el aire puro
cuando su sol es oscuro
y va caminando a tientas.
Necesito un lazarillo
que me alumbre este tormento.
La esperanza
Yo no protesto por migo
porque soy muy poca cosa.
Reclamo porque a la fosa
van las penas del mendigo.
Potreros con más frijoles
es lo que aquí se reclama.
Pa'l pobre una buena cama
y un cielo con arreboles.
Me amarga la situación
cómo cambiarla pudiera.
Pero ordenaré el problema
al ritmo de una canción.
Me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.
Válgame Dios cómo están
todos los pobres cristianos
en este mundo inhumano
partidos mitá a mitá.
Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿Porqué el pudiente se olvida?
Si el sol pudieran guardarlo
lo hicieran de buena gana
de noche, tarde y mañana
quisieran acapararlo.
Por suerte que pa' alcanzarlo
se necesitan cojones.
De rabia esconden las flores
las meten en calabozos
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.
No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.
En este mundo moderno
qué sabe el pobre del queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno
por casa callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?
Eso sí que no lo sé
pero bien sé que el burgués
se pita al pobre verdejo.
No pierdo las esperanzas
de que esto tenga su arreglo.
Un día este pobre pueblo
tendrá una feliz mudanza.
El toro sólo se amansa
montándolo bien en pelo.
No tengo ningún recelo
de verlo vuelto tirilla
cuando se dé la tortilla
la vuelta que tanto anhelo.
La muerte
No es que no quiera pasarme
el lomo por la escobilla,
tampoco hacerle cosquillas
al que ha venido a escucharme.
Con prisiones y gendarmes
castiguen mi vanidad,
a la pata'e la verdad
yo estoy contando mi cuento,
Perdonen mi atrevimiento
y mi escasa habilidad.
Tenga calma la compaña
ya viene la despedida;
la poca sabiduría
mis pensamientos empaña.
Siempre la suerte me engaña
por mucha ilusión que tenga.
Que la fuerza me sostenga
si el sacrificio es en vano
y no me condene hermano,
no hay mal que por bien no venga.
Por años crucé las calles
gimiendo muy dolorosa
y a trabajar afanosa
me fui por montes y valles.
No quiero entrar en detalles
ni remover las cenizas,
lo malo me escandaliza
me quiebra nervios y huesos...
Ya el viento volvió el recelo
y el mar lavó las desdichas.
Me voy por un senderito
sembrado de blancos yuyos
y en árboles en capullo
ya cantan los chincolitos.
En el estero infinito
se están meciendo las aguas,
la sombra de la patagua
me recibe con cariño,
las lágrimas, del corpiño,
resbalan hasta mi enagua.
Detrás de las alamedas
se duermen los animales,
perfuman los cereales
las trémulas sementeras.
Las hojas por vez postrera
me brindan una sonrisa
y me refresca la brisa
con sus esponjas, la frente.
Respiro serenamente,
ya nada me martiriza.
Semana que mis rosales
estaban ya florecidos
yo con mi malo sentido
vi sólo sus espinales.
Las nubes primaverales
parecen una pintura,
los campos con su verdura
me han descorrido el telón.
Mis ojos bailan al son
del viento por la llanura.
Ya no me clava la estrella,
ya no me amarga la luna,
la vida es una fortuna
vistosa, próspera y bella.
Sus lluvias y sus centellas
nos engalanan los aires
nos brindan como una madre
su aliento renovadero.
Ya siento que el mundo entero
está de canto y baile.
Epílogo
Ya no tendrá sus dolencias
porque se fue de este mundo
sumergida en el profundo
misterio de las ausencias.
De las doradas gavillas
que en el rastrojo cayeran
limpiando la sementera
va recogiendo semilla.
Ayer sembró la simiente
que hoy florece y fructifica.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios;
martillos, turbinas, ladridos, chubascos.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.
Canción final
Me falta la compresión
para explicar el grandioso
momento tan venturoso
que dentra por mi razón.
Se embarga mi corazón
en este siglo moderno
veo que aflojan los cuernos,
los toros quedan sin astas
y el pueblo diciendo basta
pa’l pobre ya los infiernos.
América aquí presente
con sus hermanos de clase
que empiece la fiesta grande
de corazones ardientes.
Se abracen los continentes
por este momento cumbre
que surja una perdidumbre
de lágrimas de alegría.
Se baile y cante a porfía
se acaben las pesadumbres.
Entremos en la columna
humana de este desfile.
Miles y miles de miles
de voces fundida en una.
De todas partes los hurra,
aquí todos son hermanos
y así estarán: de la mano
como formando cadena
porque la sangre en las venas
fluirá de amor sobrehumano.
Todo estará en armonía
el pan con el instrumento
el beso y el pensamiento
la pena con la alegría
la música se desliza
como cariño de madre
que se embelezcan los aires
desparramando esperanzas.
El pueblo tendrá mudanza
lo digo con gran donaire.