El nuevo libro de Arturo Volantines ("Lo que la tierra
echa a volar en pájaros" ediciones de la Universidad
Católica del Norte, 2003) es un compendio y una síntesis
del oficio poético. Una forma de vida, un ángulo para
mirar como vuelan los pájaros de este mundo y del otro y, como
telón
de fondo, la historia de su norte, Copiapó, el Valle de Elqui,
su Desierto Florido, el espacio territorial lleno de claves y referencias
culturales, desde Domingo Faustino Sarmiento, Rosario Castellanos,
Alejo Carpentier, Marinetti, Jorge Manrique y entre los latinoamericanos
Ernesto Cardenal con sus himnos y epopeyas a la divinidad cotidiana.
Aquí, la vida funciona como un péndulo y el poeta canta
a un mundo que fue, extrañas fantasmagorías donde se
puede observar el tiempo meteorológico y las andanzas de pájaros
multicolores que transitan por leyendas y casas vacías donde
"extraños dragones salían a pastar a medianoche
en las cercanías de Copiapó. Tenían dos cabezas,
una de águila y otra de león; sus cuerpos estaban rodeados
de resplandecientes conchas, tan fuerte como el hierro".
El espacio real y la invención histórica adquieren
en este texto de Arturo Volantines una fuerza singular. Es posible
trasladarnos al siglo XVIII, a un lugar habitado por sacerdotes de
la Compañía de Jesús, con este texto anónimo
rescatado por Jorge Teillier y Armando Roa y después navegar
junto a Cristóforo Colombo por canales patagónicos donde
el alma del poeta vuelve a transfigurarse para producir imágenes
con helicópteros asesinos y jotes que regresan a los lugares
amados.
La tierra de Pedro León Gallo es el Gran Mundo; el autor se
instala para viajar a los confines literarios que ama y abarcar los
temas de su preocupación actual; el lenguaje, la historia más
reciente, el pasado que nos otorga la debida identidad; y revisitar
mitos, conversar con Gabriela Mistral en el Valle, beber callejones,
beber mujeres que se parecen a Marilyn Monroe, a su generación,
a través de códigos lingüísticos de textos
producidos en su etapa formativa en Antofagasta, La Serena y Santiago.
En este libro que recomendamos a los lectores aparecen personajes
reales y ficticios que dan cuenta de un imaginario ( el del poeta)
religioso a través del cual se asiste a la etapa fundacional
de un pueblo que puede ser Macondo pero es Copiapó, como eje
central de sus lluvias y derroteros históricos, poéticos
y geográficos; y en este viaje descubrir América, Chile,
los espacios precolombinos y contemporáneos de estas tierras
en el sur del mundo.
Hay un vértigo, un hilo tensional que es la reiterada presencia
de un Dios, de ángeles que caminan junto al Padre Negro, a
loicas, al polpogallo y a los laberintos sicológicos de Paul
Trauter que relata "como las mujeres se bañan en estado
natural en Copiapó por 1851", para dar lugar a un escenario
donde aparece la piel de Hiroshima, el exilio a la orilla de un cuadro
de los heroicos Constituyentes, y el "arte poética"
estremecedora de este autor del norte chileno en la plenitud de sus
facultades creativas: "como quieres, como quieres, como quieres
que en ti vuelva, si cuando desnudaste la cama sólo encontré
tu cadáver". El texto está acompañado del
arte pictórico de la artista serenense Graciela Ramos en una
cuidada edición de la Universidad Católica del Norte
(2003). Arturo Volantines nació el 14 de febrero en Copiapó
y vive en la Cuarta Región desde 1980.
Arturo Volantines nació el 14 de febrero de 1955 en
Copiapó. Obras: "Pachamama" (Poesía), Colección
Encuentro, Santiago, 1987; "Lo que la tierra echa a volar en
pájaros" (Poesía), Ediciones Universidad Católica
del Norte, La Serena, 2003. Ha obtenido premios nacionales e internacionales.
Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas. Actualmente es Presidente
de la Sociedad de Escritores de Chile, filial IV Región en
Coquimbo
Leer
más: "Arturo Volantines: Poetas del Valle del Elqui"
, por Omar Pérez Santiago, en El Utopista pragmático
Nº111, Octubre - Noviembre de 2003.