<
........
>
Mario Benedetti
Puntero Izquierdo
(cuento)
............Vos sabés
las quese arman en cualquier cancha más allá de Propios.
Y si no acordate del campito del Astral, donde mataron a la vieja Ulpiana.
Los años que estuvo hinchándola desde el alambrado y,
la fatalidad, justo esa tarde no pudo disparar por la uña encarnada.
Y si no acordate de aquella canchita de mala muerte, creo que la del
Torricelli, donde le movieron el esqueleto al pobre Cabeza, un negro
de mano armada, puro pamento, que ese día le dio la loca de escupir
cuando ellos pasaban con la bandera. Y si no acordate de los menores
de Cuchilla Grande, que mandaron al nosocomio al back derecho del Catamarca,
y todo porque le habían echo al capitán de ellos la mejor
jugada recia de la tarde. No es que me arrepienta ¿sabes? De estar aquí
en el hospital, se lo podés decir con todas las letras a la barra
del Wilson. Pero para poder jugar más allá de Propios
hay que tenerlas bien puestas. ¿O qué te parece haber ganado
aquella final contra el Corrales, jugando nada menos que nueve contra
once? Hace ya dos años y me parece ver al Pampa, que todavía
no había cometido el afane pero lo estaba germinando, correrse
por la punta y escupir el centro, justo a los cuarenta y cuatro de la
segunda etapa, y yo que lo veo venir y la coloco tan al ángulo
que el golerito no la pudo ni pellizcar y ahí quedo despatarrado,
mandándose la parte porque los de Progreso le habían echado
el ojo. ¿O qué te parece haber aguantado hasta el final en la
cancha del Deportivo Yí, donde ellos tenían el juez, los
línema, y una hinchada piojosa que te escupía hasta en
los minutos adicionados por suspensiones de juego, y eso cuando no entraban
al fiel y te gritaban : "¡Yí! ¡Yí! ¡Yí!"
como si estuvieran llorando, pero refregándote de paso el puño
por la trompa? Y uno haciéndose el etcétera porque si
no te tapaban. Lo que yo digo es que así no podemos seguir. O
somos amater o somos profesional. Y si somos profesional que vengan
los fasules. Aquí no es el Estadio, con protección policial
y con esos mamitas que se revuelcan en el área sin que nadie
los toque. Aquí si te hacen un penal no te despertás hasta
el Jueves a más tardar. Lo que está bien. Pero no podés
pretender que te maten y después ni se acuerden de vos. Yo sé
que para todos estuve horrible y no preciso que me pongas esa cara de
Rosigna y Moretti. Pero ni vos ni don Amílcar entienden ni entenderán
nunca lo que pasa. Claro, para ustedes es fácil ver la cosa desde
el alambrado. Pero hay que estar sobre el pastito, allí te olvidás
de todo, de las instrucciones del entrenador y de lo que te paga algún
maffioso. Te viene una cosa de adentro y tenés que llevar la
redonda. Lo ves venir al jalva con su carita de rompehueso y sin embargo
no podés dejársela. Tenés que pasarlo, tenés
que pasarlo siempre, como si te estuvieran dirigiendo por control remoto.
Si te digo que yo sabía que esto no iba a resultar, pero don
Amílcar que empieza a inflar y todos los días a buscarme
a la fábrica. Que yo era un puntero izquierdo de condiciones,
que era una lástima que ganara tan poco, y que cuando perdiéramos
la final él me iba a arreglar el pase para el Everton.
continúa >