La rebelión
de la flores.
Los humanos insistimos en poner flores dentro de jarrones, en el
ojal o en la mano de nuestras amadas. La biología enseña
que las flores no son sino el órgano sexual de la planta. Mi
temor es que en el futuro la situación se invierta y que las
flores, ya hartas, nos corten los testículos para usarlos en
sus funerales. Imagino a un clavel armado de un cuchillo, atacando
a una muchacha para robarle el clítoris. Luego tiernamente
lo pone en el comedor o lo lleva a su enamorada. Una dedicatoria posible
será "Estos labios menores para ti, la rosa mas hermosa".
No regale flores, corre el riesgo de que a sus nietos los cultiven.
El viejo pascuero
El viejo pascuero es igual que Dios porque está en todas
partes. Para la pascua uno lo ve materializarse en cada esquina y
en eso le gana a Dios, porque este no se materializa nunca. Tiene
mucha capacidad para evadirse en situaciones de presión como,
por ejemplo, niños
diciendo que se comieron toda la comida, se acostaron temprano durante
un año y que a cambio quieren una bicicleta. El viejo pascuero
es terriblemente friolento. Usa un pesado traje rojo aunque sea verano.
Dicen que viene del polo norte, un lugar muy agreste para un anciano.
Yo creo que eso le ha enfriado los huesos al extremo de conservar
nieves eternas. Ni siquiera el sol tan fuerte de Santiago durante
diciembre logra eliminarla.
El viejo pascuero vive rodeado tanto de moscas como de niños.
Hay algunas materializaciones que huelen a pipeño, a otras
le faltan dientes y, los que aun mantiene, son amarillos y con restos
entre ellos; aunque, bueno es decirlo, las materializaciones de los
barrios mas acomodados son de aspecto nórdico, limpias y de
voces aterciopeladas. Las de los barrios populares son agresivas en
ciertas circunstancias, escupen entre niño y niño, pegan
rodillazos cuando pierden la paciencia. El viejo pascuero hace todo
en una noche, pero es fácil, por eso de multiplicarse uno en
cada cuadra. Cuando, en la nochebuena, oigo ruidos en la chimenea
se que hay millones en el mundo que sienten ruidos en la chimenea.
El viejo pascuero se ríe mucho para que crean que está
contento, cuando en realidad sufre terribles depresiones durante el
año debido al aislamiento y al terrible destino de vivir en
territorio esquimal, rodeado de hielos. Su mujer no lo comprende.
Para ella los pastelillos y los renos son todo su mundo. No necesita
mas que eso. El viejo, en cambio, necesita cambiar de aire periódicamente.
Las salidas de nochebuena no le bastan. No son mas que viajes por
razones de trabajo. Mientras la tierra está feliz él
se deprime trabajando. Pero ríe por conservar las apariencias.
Los niños pueden usar al viejo pascuero como coartada. Si roban
un juguete pueden decir a la mamá. "mami, la pelota me
la trajo el viejo pascuero". Es una respuesta convincente aunque
la mujer crea haber visto una igual en la casa del vecino. El viejo
pascuero lo sabe todo y sabe de estos engaños. Esos niños
son automáticamente borrados de la lista mental de los viejos
pascueros. Al año siguiente habrá una materialización
menos en el mundo.
chamorro@esfera.cl
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