CASUS
BELLI: TODO EL PODER PARA NOSOTROS
por Jaime Collyer
Ya
estamos aquí, ha ocurrido al fin el anhelado despliegue. La llamada
"nueva narrativa chilena" acaba de irrumpir en escena, para no
abandonarla. Se acabaron las contemplaciones: no más tacitas de té en
compañía de los viejos maestros, no más talleres literarios a su gusto
y medida -ahora los maestros somos nosotros-, no más sonrisas y
halagos a los patriarcas del
50 o la generación "novísima". Nosotros somos, ahora, la novedad del
año, lo demás es pura y simple redundancia en las páginas sociales.
Nuestra obra se sostiene por sí misma, sin necesidad de interesados
padrinazgos, porque escribimos como los dioses, con nuestras
cicatrices a cuestas y también con humor.
.....Estamos ya posicionados en todos los
frentes, que hemos copado paso a paso, subrepticiamente. Nos hemos
infiltrado en los puestos decisivos de las principales editoriales, en
la Sociedad de Escritores, la Cámara del Libro y los medios de
comunicación, en las productoras audiovisuales y las agencias de
publicidad, en las publicaciones especializadas. Nada podrá ya
desalojarnos de las trincheras. Donde caiga o renuncie uno, habrá
otros diez para ocupar su lugar. Cualquiera de nosotros que resulte
inmolado por la crítica resurgirá de sus propias cenizas, con el apoyo
de los demás. Somos -salvo alguna excepción a pie de página
-solidarios entre nosotros, por eso nos mencionamos con nombres y
apellidos en las entrevistas que cada uno concede.
... Nos
criamos a patadas, algunos de nosotros a culatazos, bajo la
indiferencia generalizada, pero somos generosos. No habrá más
revanchas que la estrictamente literaria. No habrá más desquite que el
de nuestra obra en ciernes, que el público lector empieza a adquirir,
a leer y comentar, incluso en otras latitudes. Cierto es que alguno de
nosotros, o dos, o tres, guardan en su cajón una medallita innoble,
recuerdo de tiempos más lúgubres, pero no importa: vamos a hacer la
vista gorda respecto a ese y otros deslices. Toda generación literaria
surgida bajo el fuego cruzado ha de contar entre sus filas con algún
émulo del apocalíptico Drieu la Rochelle o el más notable Celine.
...
Dicho sea de paso, nos tiene sin cuidado el aparato crítico
opusdeísta. No nos desembarazamos hace tiempo del carné del Partido
para venir ahora a rendirles culto y pleitesía a los atemorizados
partidarios de la tradición. La crítica literaria, cuando es
monopólica y dogmática,conduce a la tiranización del gusto y el
pensamiento, y estamos hartos de tiranías.
... Somos cosmopolítas y universales, internacionalistas, hasta la
médula: nuestros camaradas de Buenos Aires, Berlín, Oregón o Barcelona
promueven nuestros textos y nosotros los suyos. Vamos a reproducir a
nuestro modo, en nuestro agitado fin de siglo, el auge de las décadas
pasadas. El boom de la literatura hispanoamericana ha muerto,
¡qué viva el boom!
...
Díaz Eterovic, Franz, Contreras, Fuguet, De la Parra, Jaque, Rivera,
Azócar, Reinaldo Marchant, Barros, Fontaine, González, Rivas, Calvo,
Sepúlveda, Elphick, Cohen, Rodríguez Villouta, Mihovilich, Oses, Muñoz
Valenzuela, Gumucio, Iturra, Basualto, Ostornol, Tamayo, Del Río,
Andrea Maturana. Estos y otros nombres configuran nuestras divisiones.
Peleamos a cara descubierta y vamos a la toma de poder, como aconsejaba
papá Sartre. No seguiremos esperando a que "nuestros maestros de las
generaciones precedentes" nos dejen su espacio o determinen a sus
herederos: vamos a desalojarlos de la escena literaia a parrafadas y/o
patadas, según sea el caso. Luego puede que les rindamos algún
homenaje, como a los buenos boxeadores. Los que saben retirarse a
tiempo.
en APSI, Nº415, del 24 de febrero
al 8 de marzo de 1992
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