Ensayo General
Diamela Eltit

 


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E. G. 1


Muge/r/apa y su mano se nutre final-mente el verde des-ata y maya se erige y vac/a-nal su forma.

 


E. G. 2


Anal'iza la trama=dura de la piel: la mano prende y la fobia d es/garra.

 

E. G. 3


Muge/r' onda corp-oral Brahma su mano que la denuncia & brama.

Horizontal sentido acusa la primera línea o corte del brazo izquierdo.
Es solamente marca, signo o escritura que va a separar la mano que se libera mediante la línea que la antecede. Este es el corte con la mano.
En cambio -hacia arriba- se vuelve barro, barrosa, barroca la epidermis.

El segundo corte del brazo izquierdo es manifiestamente más débil. La hoja se ha undido en la piel de manera superficial. Este segundo corte está regido por el primero del brazo izquierdo. La distancia que separa los dos cortes es la superficie de la piel que aparece y emerge siguiendo rigurosamente la forma propia de la muñeca.

 

   



El tercer corte está fallado al interrumpir en una línea oblicua el sentido horizontal de las líneas anteriores.
Muestra un campo de piel más amplio a la vista y el corte mismo se enancha dejando en la oscuridad el nacimiento o fin de su trazado.
La tercera línea es discontínua de las que la preceden, pese a que se conserva la línea recta.
La tercera línea -mirada en el conjunto de las otras- acusa una errata o bien el intento por cambiar de recorrido.


El primer corte, si es aislado, es el ensayo general.

¿Es realmente un corte?
Sí, poruqe rompe con una superficie dada. Sobre esa misma superficie el corte parcela un fragmento que marca un límite distinto. El corte debiera verse como límite. El corte es el límite.

Entonces ¿cuál es la frontera? ¿el corte mismo?
No, es apenas la señal. El primer corte se establece como ensayo general por cuanto hay otros que sucesivamente se integran. En ese sentido es que se acude a aislarlo solamente para mostrar la primera marca que se establece. El primer corte es un arrebato -es un robo- a lo plano de la superficie de la piel a la que se divide rompiendo su continuidad. Se da una línea para que se actúe.

 

(En relación al corte de la fotografía)

¿Se representa en sí mismo el corte como en la propia fotografía?
Más bien se lo fija como tal. La representación se da en la medida que se actúe sobre él.
Por ejemplo, el trazado del corte es un zurco sobre el que se opera evidenciándolo de ese modo como una señal. Empero, al estar como un surco, se vuelve trinchera o parapeto bajo el cual se protege o se esconde una actuación.
Como surco, está hundido bajo una superficie que ha sido penetrada. Si se lo devuelve fotográficamente se lo aplana en el rigor de una nueva superficie, que solamente será rota por el ojo que corta allí su mirada.

¿Y el ojo entonces?
El ojo que lo lee, errático, sólo constreñido por su propio contorno, se encarcela en una lectura lineal.
El ojo que recorre la fotografía se detiene ante el corte (su corte) y reforma la mirada ante una molesta, impensada interrupción.

¿Así el corte?
Trompe l'oeil.

 

 

   

 

 

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