La rueda de la locura
La "o" de locura,
Es un circulo
Que gira gira gira
La rueda de la locura,
Gira a la persona
Que gira gira gira
El dolor de la locura,
Duele en la persona
Que gira gira gira
La fe de la locura,
Cree en la persona
Que gira gira gira
Girar con la locura
Es gritar
Que gira gira gira
María
Después de dar clases en un día cualquiera
María volvió a casa, como siempre,
Para dar almuerzo a los pequeños.
Pero aquel no era un día cualquiera.
Al entrar vio a uno de sus hijos muerto sobre el fuego de la
cocina.
No dijo nada. Cubierta por una manta vaga por las calles.
Todos ríen de ella.
Gritan
la ofenden.
Ella les devuelve reverencias de reina destronada.
En las tardes los niños en coro cantan su nombre.
Ella corre tras ellos, que corren
Hechizados e inocentes.
Lo estético lo concreto
A Oswald de Andrade
Hay una mujer
sobre
el Viaducto del té
que se contorsiona
sin pensar
ira ella a saltar sobre el Jardín suspendido
del Valle de Anhangá,
o saltara al cajón de autos que
rápidos van sobre los excrementos concretos
Riesgos
Entro debajo de los autos en movimiento
Salto de los viaductos
Salto de las ventanas de los edificios
Buceo en las cataratas del Iguazú
Nado en el mar de Hawai
Vuelo en alas delta
Navego en balsa en un mar bravío
Salto de paracaídas.
Son riesgos que quiero correr.
Ya no quiero estar aquí.
Enigma
Hay un niño
Que llora por una cosa
Que ni nombre tiene
La gente mira al niño
La cosa.
Reímos, pues sabemos
que encima de las nubes
hay estrellas
en caos danzantes
El poeta nunca duerme
Nunca despierta
El velador
Ningún sonido
Ni bocinas
De agitación
De locura
El silencio sería sepulcral
Si no fuera por ese despierto,
Que vela el sueño del mundo.
Mi poesía no tiene dobles,
Compostura, no anda atrás de nadie.
Solo es, solo se mantiene mientras
El tiempo la hace viento
Sobre las hojas de papel