A once mil kilómetros
de distancia
Han comenzado las lluvias y los vientos
soplados desde el Africa despeinan las
hojas de los árboles a orillas de la Sena.
Frida, el gato negro de CAMAC, ronronea
a mis pies y pienso que en otro tiempo
y lugar esto podría ser una señal de
mala suerte, pero aquí es el espíritu
de una artista y mi mano sobre su lomo
no es más que un estimulo a su re-creación.
Son cerca de las diez de la mañana y
tengo un sueño: son las cuatro de la
madrugada en Chile y despierto en un
lugar que no conozco y que intento
descubrir, duermo y despierto al sueño
a once mil kilómetros de distancia del
corazón y afuera la lluvia cae y las
campanas de la iglesia de Marnay nos
dan las diez.
So you to me
Leyendo a Gael Turnbull y
mirando pinturas de Lucian Freud.
A Monsieur Charles Baudelaire.
Es mejor dejar pasar
las balas y rendirse
ante tu destino
sabes
bien y mal son
nombres que pueden
significar la misma
flor
Caminante
Le poète est le voyant
G. Heinrich Schubert
Largos paseos
bosques
caminos
plantaciones solitarias que el
verano viste y desviste este frío
ante ojos pardos que respiran
descubriendo
senderos
líquidos paisajes presentes
bajo nubes artificiales que la
central nuclear escupe
por chimeneas grises
bandadas de imágenes dominan
la planicie rumores de pájaros le
sorprenden
en tanto
aviones de aluminio
rayan
el cielo de metal
en múltiples direcciones
mi familia no es mi
país
extraño el trato que
me das
el acontecer
tu prisma
mi país lejano
no
eres
tú
a ustedes a mis amigos claro.
Ardiendo bajo las aguas
As barcas afundadas. Cintilantes
Sob o rio. E é assim o poema. Cintilante
e obscura barca ardendo sob as águas.
Hilda Hilst
En los inicios de una
constante, de un continuo
secreto, aquí, allá, más allá
de todo de todos los
enigmas arden bajo
las aguas estos momentos
de verdadero egoísmo
de guerras totales
miserias humanas
despojos
dinero sucio
necedad
estupidez
¿ la memoria será acaso la
presencia de lo
ausente?
Buscando luces en la ciudad luz
A Paz Carvajal y a la tan necesaria Paz para este mundo
y el otro.
Busca que acsub
la luz de la palabra cruzando
ríos y lagos
mares y montañas internándose en
ciudades laberintos actuales bosques
sumergidos desde Santiago a Boston desde
Nueva York a París, París, París y en este
bosque blanco que, otra cosa, la misma cosa
la veo parada ahí
en la calle
pensando quizás en el eco
de las aguas entre la multitud y los autos veloces
buscando la luz, las luces de una piel
que nadie podrá herir
mientras perdidos transeúntes
le preguntan
por dónde
por qué camino
por qué lugar se entra
se sale del espejo
donde a ratos logran escuchar a un triste Lewis
llorar por una niña llamada
Alicia
atrapada por
él
en
una
historia
paradojal
Un sueño de
futuras primaveras
uno que fue fundido en piel y carne
en 1966 al sur del sur mira de pie
una cruz en ardiente hierro forjada
en 1782 al otro lado del mundo como
si no lo hiciera, como si no
estuviera aquí
no llora
porque
ya lo hizo
hoy
sopla para él un viento tibio de
futuras primaveras
Al escultor y poeta español Jorge Oteiza, un
animal no marcado, ajeno a la disciplina del
rebaño.
Porque todo lo que tocamos se convierte en mundo,
el animal que seremos agoniza en esta jaula.
Leo Lobos, Santiago de Chile, 1993.
Ciclistas
Veloces
giran por las
calles de Provins veloces
unos, otros
en sus ejes multicolores
circulan
rápidos en una rueda infinita
andan
van
como
persiguiéndose
a
sí
mismos
a Jean Ives Coffre.
Tres mujeres, un piano,
un gato
y una tormenta.
a Alexandra Keim
Es difícil ser un pájaro
y volar contra la tormenta sobre
la cicatriz de la Tierra
mejor es como un gato estar
siempre atento a las brasas
cerca de la chimenea
y escuchar
siempre atento escuchar
a tres lenguas diferentes hablar
un idioma a la vez fascinante
a la vez misterioso y conocido
oír e ir en su música
en sus luces y propias
y universales sombras
fotografiar
por tan solo un segundo
fotografiar con la mirada sus perfiles
de ser posible
flotar
dentro
de la sala
como
un pájaro
en
la
tormenta
Puesta en abismo
En la ventana como en un espejo
desde el fondo de una larga mesa
observo esta imagen
así es el tiempo que habitamos
sin remedio feroz su retorno es
impensable
como una escalera infinita
como una caída en el abismo
de las cosas:
un poco de helado de limón
un poco de alcohol
para seguir rodando palabras
sobre esta tabla de aire
un nunca más
un nunca más
de la vidairrepetible y por lo mismo
inolvidable
silencioso dentro de la noche
Ser como o rio que deflui
silencioso dentro da noite
Manuel Bandeira (1886-1968)
Fluir, leve andar
descalzo inflar lentamente los pulmones
pesar cada paso sentir
cada instante entrar
silencioso dentro
de la noche
como sí ella
fueras
tú