Edival es actualmente uno de los nombres significativos de la poesía
paranaense (nacida en el Estado de Paraná). Habiendo
convivido con Paulo Leminski, Helena Kolody, Alice Ruiz y Hélio
Leites,
forma parte de una generación de poetas que ayudo a proyectar
Curitiba como una de las capitales brasileras de la poesía.
En esta entrevista él habla de su proceso creativo, de su
convivencia con el grupo Encontrovérsia y también
de sus impresiones de lectura, además de mantenernos conectados
con su producción y reflexión artística y crítica.
LA ESTRADA – “Perrini” tiene sonoridad italiana. ¿Sus antepasados
hicieron parte de aquel grupo de pioneros que explorarán Paraná
a inicios del siglo pasado?
EDIVAL PERRINI - El nombre es siempre un condensado histórico
y afectivo. Soy Edival Antonio Lessnau Perrini. En “Edival” cargo
a mi mamá y mi papá: Edy + Valdyr; en “Antonio”, los
buenos fluidos portugueses del santo casamentero; en “Lessnau”, la
inmigración alemana; en “Perrini”, como tú apuntaste,
los aires de la gente italiana. Así, hace mucho sentido en
mi el verso de Mário de Andrade: "yo soy trescientos,
soy trescientos y cincuenta..."
Mi abuelo italiano era cantero, por tanto un labrador de piedras.
Él ayudo a construir por lo menos dos de las más famosas
escalas de Curitiba: la de la sede principal de la Universidad Federal
de Paraná, edificio-símbolo de Curitiba, y las escalas
de la Sociedad Garibaldi, casa mayor de los inmigrantes italianos.
Mis abuelos alemanes eran negociantes, o sea, tenían
un “almacén de secos y mojados”.
Labrar las palabras y guardarlas en libros llamados “Ojos de Verdulería”,
“Pomar de Aguas” y “Almacén de ecos y hallazgos” no es, por
tanto, mera coincidencia.
– ¿La tan hablada vena poética nos habría
sido heredada? ¿Heredamos estos “bienes inmateriales”?
- La “vena poética” es un regalo, un don. No fui yo quien quiso
ser poeta. La poesía me encontró, y ahora tengo un compromiso
con ella. La síntesis de este hecho está en el bellísimo
verso do Hermínio Bello de Carvalho, y que Paulinho
da Viola registró: “No soy yo quien me navega, quien me
navega es el mar”.
– Medicina, psiquiatría, crítica literaria, poesía.
¿La literatura sería, entonces, un ejercicio de libertad?
¿De placer? ¿De cura?
- El mayor desafío de la vida es ser original. Buscar la originalidad
es el gran ejercicio de la libertad. Y ser “original” es estar en
sintonía con nuestro origen, con nuestra “Infancia”:
ILUMINACIÓN
La emoción nació lentamente
y se anuncio
sol.
Como la aurora,
respiró las cosas de luz:
era posible ya ver
lo poco.
Como el sollozo,
imposible de no ser cuando es,
lo dicho al azar
a las tres de la tarde
se inventó verso:
tan poco para tanto.
Almacen de ecos y hallazgos, Edival
Perrini, 2001.
Traducción: Leo Lobos
‘Un desván// dos dedos de cielo/ un pozo de misterios” Mi
pozo de misterios pasa por labrar las palabras y atender a las personas.
Por tanto, trabajo con la poesía y hago medicina no centrada
en la eliminación de dolencias. Atiendo personas interesadas
en aproximarse (de verdad) a su naturaleza, la naturaleza humana.
No estoy preocupado en entablar batallas con los síntomas,
ni en arrancarlos con medicamentos. Ayudar a las personas a conversar
con sus fantasmas es mi oficio. Esto es, para mí, ser psiquiatra
y psicoanalista.
Cuando consigo estar en sintonía conmigo, bebo abundantemente
en mi pozo de misterios. Ahí me siento “curado” en el sentido
original de la palabra: cuidado, orientación, protección,
vigilancia, objeto o causa de cuidados o de amor.
– El grupo “Encontrovérsia” ya hizo 24 años de existencia.
¿Qué fue posible aprender en este camino?
– El grupo Encontrovérsia es (y sigue siendo) una bendición
en mi vida. Poder contar con personas sensibles con quien discutir,
compartir, examinar microscópicamente lo que se lee y lo que
se escribe, quincenalmente, desde hace 24 años, es un privilegio.
Convivir con personas diferentes, controvertidas, pero que aportan
es una suerte. Leer con ellas decenas de clásicos de la literatura,
y, después, discutirlos exhaustivamente es un placer indescriptible
Otro punto fundamental es que esta historia se ha construido de una
manera absolutamente natural. No es un compromiso (en el sentido de
“tener que hacer”). Es un hacer porque se tiene que hacer.
Los cuatro libros que hicimos juntos -“Luara”; “Limo a Leme Nenhum”;
“Diverso”; y “Traços do Ofício” - fueron naciendo espontáneamente,
en la medida en que teníamos poemas y los considerábamos
publicables.
– Usted vio de cerca, participó y participa de la historia
de la poesía de Paraná, tierra de Leminski, “Bardo Cardoso”,
Hélio Leites, Carlos Careqa, Wilson Bueno, Kátia Horn,
Efigênia Rolim, sus compañeros de “Encontrovérsia”
Jandyra Mengarelli, Leopoldo Scherner, Luis Kuchenbecker, entre otros
tantos talentosos nombres que no están citados aquí.
¿Cuál es el impacto de eso en la vida cultural de la
ciudad de Curitiba y también en su vida?
- Curitiba es una ciudad en busca de identidad. Capital de un estado-camino
de caravanas, también fue ciudad-dormitorio hace muy poco tiempo
atrás. Tal vez por eso, y por el frío que hace aquí,
pocas personas que se han destacado han permanecido en Curitiba. Helena
Kolody, Paulo Leminski y Dalton Trevisan son ejemplos de que es posible
sobrevivir en Curitiba.
Helena Kolody es nuestra poeta mayor. Su humildad y su carisma aproximan
la poesía de las personas. A ella le debo la edición
de mi primer libro - “Entre sin llamar”- publicado en 1972, por la
Feria Estudiantil del Libro. Una carta suya “aprobando” mi poesía
fue mi bautismo literario. Cargo esta bendición conmigo, con
el mayor cariño y la mayor responsabilidad.
Paulo Leminski, por su carácter controvertido y por su creatividad
explícita, es otro marco vivo en las influencias recientes
que tenemos aquí.
Poca gente sabe, mas “Desencontrários”, poema publicado en
su libro “Distraídos Venceremos”, de 1987, fue escrito en 1985,
a pedido de Encontrovérsia, y publicado en “Limo a Leme
Nenhum”, de 1986, “mirándolo desde la perspectiva de hoy”.
Fue su gesto de prefacio para nuestro libro:
“Mande a la palabra rimar,
ella no me obedeció.
Hablo en mar, en cielo, en rosa,
en griego, en silencio, en prosa.
Parecía fuera de si,
la sílaba silenciosa.
Mande a la frase soñar,
y ella se fue a un laberinto.
Hacer poesía es, siento, apenas eso.
Dar órdenes a un ejército,
para conquistar un imperio extinto.”
Yo, particularmente, tengo un cariño especial por Curitiba,
donde nací, crecí, vivo, amo y trabajo. Dos ejemplos
para decir de mi amor por Curitiba:
En tu mañana
Curitiba
respiro la cerrazón
de las nubes que dormirán contigo
o:
Tu frío
Curitiba
me vicia en abrazos
– El 2002, en el Congreso Brasilero de Poesía de Bento
Gonçalves, usted fue reverenciado por el poeta Artur Gomes.
También estaba presente como participante del Congreso. Conversamos
un poco en un ambiente agradable. Me gustaría que nos contarás
sobre tu actuación en el escenario de la poesía nacional.
¿Usted acostumbra frecuentar eventos literarios?
- Fue un bellísimo Congreso aquel del 2002, en la hospitalaria
Bento Gonçalves. Tuve el placer de conocerte, de reencontrar
a Artur Gomes, a Ademir Bacca y tantos otros compañeros
de poesía.
Estoy participando de eventos literarios diversos. Participe de la
“Antología de la Nueva Poesía Brasilera” que
Olga Savary organizo, en 1992, de las antologías en castellano
y en portugués del Proyecto Cultural Sur - Brasil, en
2000 y 2002, y de las antologías de Encontrovérsia.
Hoy, a través de Internet, mantengo un diálogo vivo
con innumerables personas que me escriben después de visitar
mi página electrónica que es actualizada cada 60 días.
– Leyendo sus poemas, percibí una opción por el
poema corto, por la concisión. ¿Esta es una práctica
típica que prospero en el escenario poético de Paraná?
¿Usted escribe haikus? ¿Cuáles son los temas
que lo estimulan a escribir?
- En relación al arte, en general, y a poesía,
en especial, pienso como Antonio Cícero: “lo importante no
es hacer lo nuevo, mas hacer lo que no envejece.” Este es el hecho,
y el desafío.
De esta forma, no mido el poema por su tamaño, pero si por
la poesía que el pueda contener, o sea, por su densidad de
humanidad; su condición de provocar evocaciones en las personas;
la magia de emerger, en el lector, la sensación de que “esto
también tiene que ver conmigo”.
Nunca hice un haiku intencionalmente. Hago poemas. Me coloco a disposición
de las palabras, cuando la inspiración viene, y las acojo.
Después trabajo, tiro los excesos, encarno el trabajo de mi
abuelo italiano tirando escalas de las piedras, hasta sentir que el
poema está listo. Ahí es solo alegría.
Tengo una relación visceral con el mar. Estoy, inclusive,
organizando una antología con mis poemas sobre el mar. La magia
de la naturaleza y la capacidad del hombre de amar y soñar
están también presentes mi poesía. En “Almacén
de ecos y hallazgos”, por ejemplo, hago un viaje por los cuatro elementos:
agua, tierra, fuego y aire, y acreciento un quinto: el sueño.
Algunos ejemplos:
VERTICE
un hombre en pié sobre la canoa
pesca en la mañana de cada día,
noventa grados de poesía.
TERRA
En la vía-láctea,
un pozo.
¿Existe algo más plural?
AMOR
A pesar de su dureza,
el fierro,
resistente e inflexible,
acepta la humedad
el gozo escarlata del oxido.
ALGA
Verte del verdor
de alga
algo
más allá del color.
Tal vez al verse vista,
ella alga pulse
el corazón de cenizas
y la verdura del verbo
alga musgo en el mirar.
Tal vez al ver me
viéndola, la alga
vease tocada:
verde verde, verde.
PROA
El sueño es mi pastor, nada me
faltará.
Que vengan las tormentas, que venga lo venga,
tengo al sueño conmigo, el sueño es mi pastor.
El mundo de la apariencia no me comerá.
Conozco bien sus mañas, mi oficio es interior:
girasol que es girasol tiene la proa para el amanecer.
El sueño es mi pastor, nada me
faltará.
Con el tejó el mundo, reinvento la vía-láctea.
Misterios son bienvenidos, el sueño es mi pastor.
En el busco la verdad o ella no me encontrará.
Mi verdad, el sueño, es pomar y es escudo.
Su universo, los versos, hilo de si y de no.
El sueño es mi pastor, nada me
faltará.
Encuentro en el la luz, mi alimento y color.
Que escurra el reloj de arena, el sueño es mi pastor.
– ¿Qué es, en su percepción, un buen poema?
- Repito lo que dije en la pregunta anterior: Un buen poema no es
lo nuevo, pero si es lo que no envejece. Es lo que se mantiene, independiente
del tiempo, con la condición de tocarnos. Y el toque se logra
por la densidad de humanidad que el contiene, por la condición
de reverberar en nosotros y hacer emerger nuestras propias experiencias
racionales, sensoriales y, principalmente, emocionales.
- ¿Qué te gusta leer?
- Leer es una de mis playas (un lugar donde me siento bien). Y, confieso,
gustaría de frecuentarla aún más de lo que he
podido.
Dos autores de mi juventud: Antoine de Saint-Exupéry y Hermann
Hesse.
Dos autores de todas las horas: João Guimarães Rosa
y Clarice Lispector.
Cinco clásicos: Cervantes, Shakespeare, Goethe, Rilke y Eliot.
Tres novelistas: Machado de Assis, José Saramago y Gabriel
García Márquez.
Un gran equipo de poetas: Manoel de Barros, Drummond, Manuel Bandeira
y Helena Kolody; Pablo Neruda, Jorge de Lima y João Cabral;
Adélia Prado, Hilda Hilst, Mário de Andrade y Fernando
Pessoa.
- ¿Quién es Edival Perrini por Edival Perrini?
– Aquí esta mi NORTE:
Repudio la lluvia fina:
mezquina, indecisa, sinrazón.
La tempestad me reafirma
o me rasgo, se garúa.
- Perrini, el nombre del sitio “La Estrada” (el camino, la carretera)
fue recreado a partir de un filme de Fellini, que tiene el mismo nombre.
Somos leídos por intelectuales y estudiantes de diversas clases
sociales, por eso nos denominamos “demóticos” y nuestros propósitos
son totalmente inclusivos. Nos gustaría que dejarás
un mensaje final para sus lectores.
- Una forma de decir hasta pronto a los demóticos de todas
las estradas:
Lavar el rostro de las mañanas
y esperar el sol
de un día sin máscaras.
Abrirse en tanto,
respirar lo que sobro de la noche,
y dibujar un camino.
Entrevistador - Jiddu
Saldanha
jidduks@uol.com.br
Traducción de poemas y entrevista: Leo Lobos. leonardolobos@yahoo.com
Jardim das Artes, Brasil,
noviembre 2004.