Autor de culto alabado por Julio Cortázar y Jorge Edwards, el autor chileno que vivió casi toda su vida en España escribió una obra fascinante y esquiva, que circuló escasamente. Tras años de anuncios, editorial Tajamar lanzará sus Obras completas, lo que alertó a sus herederos, quienes alegan que se mantuvieron "secuestrados" los libros de Wacquez por 12 años. Además, en septiembre Alfaguara lanza sus Cuentos completos y Ediciones UDP anuncia más títulos para el 2025.
Decía que su "exilio" había empezado a los doce años, cuando salió de Cunaco, de la zona de Colchagua. Ser chileno era eso para el escritor Mauricio Wacquez (1939-2000). Luego vivió en Santiago, después en París y cuando llegó a España, en 1972, terminó fijando domicilio en ese pueblo de piedra que es Calaceite. Todos veían en él a un dandy, y en su escritura una desconcertante lucidez lingüística y filosófica que desmantelaba los mecanismos del poder. Siempre recibió elogios, pero sus libros no salieron de un ámbito minoritario. A él poco le importaba: "Me importa el respeto de unas pocas personas a las que yo también respeto. No tengo la sensación del fracaso. La obsesión por ganarse un premio no me asiste, y creo que va a ser la gente joven y curiosa la que tal vez haga un rescate, si quiere", dijo en Chile en 1988.
Finalista del premio Casa de América por los cuentos Excesos (1971), ganador de una beca Guggenheim con la que escribió la novela Paréntesis (1974), Wacquez avanzó por la ruta del escritor de culto y sus libros fueron prologados por Julio Cortázar y José Donoso. "Cuando escribo me entrego a la tembladera", decía el narrador, que tras formar parte en Chile de la planilla de los novísimos de los 60, junto a Antonio Skármeta o Juan Agustín Palazuelos, hizo una carrera publicando en España novelas que circularon más bien de forma restringida. En Chile, la estela de esos libros fue desvaneciéndose hasta que, cuando murió, apenas se encontraban. Editorial Sudamericana lo reeditó tras su muerte, pero volvió a desaparecer. Los herederos del autor creen que no fue casual, sino que su obra fue "secuestrada".
Hace diez días, Tajamar Editores dio una noticia esperada: anunció en redes sociales la publicación de las Obras Completas de Wacquez en dos tomos. Se trata de una preventa de ejemplares limitados que empieza en la web del sello el 22 de agosto y termina el 29.
Son 1.450 páginas que incluyen la totalidad de la narrativa del autor, incluidas sus novelas y cuentos, más una cronología razonada, una bibliografía, fotos de la casa de Wacquez en Calaceite y los informes de la censura española para los libros Excesos y Paréntesis.
Los libros tienen un precio de $94.630, aunque en la preventa hay un descuento de 25%. Hay algo más: la fecha de término de la venta tiene una razón y es que a Tajamar se le acaban los derechos para publicar a Wacquez ese 29 de agosto. Luego no pueden vender más copias; solo estarán a la venta las que las librerías ya hayan comprado.
La editorial adquirió los derechos de Wacquez hace 12 años. Fue la hermana del escritor, Graciela, quien firmó el contrato por un monto de $500 mil de la época. Tajamar luego hizo varios anuncios públicos informando el lanzamiento de las Obras completas, el primero en 2015.
Según cuenta el director del sello, Alejandro Kandora, el trabajo se volvió más arduo de lo que pudieron prever, pero los albaceas entienden la demora como un secuestro de la obra del autor, pues la dejó sin circular. El último libro de Wacquez que se lanzó fue Hallazgos y desarraigos (Ediciones UDP), una compilación de ensayos dispersos. Luego vino el silencio.
Según cuentan lo sobrinos del escritor (herederos de sus derechos tras la muerte de la hermana del autor), intentaron resarcir ese silencio pidiendo a Tajamar que dejara el contrato nulo; pasados seis años, presentaron una demanda con ese objetivo que se suspendió en medio de la pandemia.
"Antes del juicio, y después, le notificamos vía carta certificada que cancelábamos el contrato por incumplimiento de su deber como editor (en Chile la ley establece un plazo de un año para publicar si el contrato no indica un plazo distinto, como es el caso). Alejandro Kandora se ha negado a aceptar su incumplimiento, y nos respondió siempre señalando que estaba a punto de entrar a imprenta", dice uno de los tres sobrinos del escritor, Cristian Yrarrázabal. "Han pasado doce años en que la valiosa obra de Wacquez quedó secuestrada por una lamentable práctica editorial, la de contratar y no poner a circular los libros. Tajamar no solo incumple su deber como editor, también ha generado un enorme daño al legado cultural de la narrativa chilena impidiendo que los lectores puedan acercarse a la obra de Wacquez", añade.
Alejandro Kandora prefiere no entrar en una polémica con los herederos de Wacquez, seguro de haber seguido las normas del contrato. Cuenta que el proyecto creció tanto que para Tajamar se volvió inmanejable.
Inicialmente pretendían publicar también las ensayos y artículos dispersos, e incluso llegaron a ubicar dos novelas inéditas que el autor trabajaba al final de sus días: La costumbre de la luz y Del negro al negro.
Pudieron verlas, pero no adquirieron los manuscritos, en parte porque el contrato que mantenían de la herencia de Wacquez solo les permitía publicar las novelas antes publicadas. "Podemos decirlo después de una demora excesiva en esta publicación, el proyecto inicialmente se nos `fue en collera'. Ya no era editar y publicar una reunión de novelas sino que en definitiva se trataba de publicar un solo libro, un solo universo que debe llamarse obligatoriamente `La lengua de Wacquez'", anota Kandora en una nota introductoria a las obras.
Desistiendo de sumar un tercer tomo con los ensayos o incluso evaluar la posibilidad de sumar textos inéditos, se decantaron por lo que se publica ahora. "Cuando ya estaban listos estos dos tomos, el año 2019, para ser publicados, se nos quemó un servidor y hubo que rehacer todo el trabajo de edición y diagramación en base a los archivos en pdf que teníamos.
Asimismo, el año 2020 la sucesión de Wacquez, propietaria de los derechos, interpuso una demanda que finalmente fue archivada por abandono de procedimiento, pero ante la cual nuestro abogado nos recomendó no publicar la obra mientras ella estuviera vigente", anota Kandora.
Y añade: "Publicamos ahora estos tomos como un testimonio de una admiración que aumenta cada día por la obra de Wacquez, una de las aventuras más extremas, innovadoras, coherentes y desconocidas de la narrativa chilena del siglo XX".
Un hedonista
El legado cultural de Wacquez al que alude su sobrino Cristian hoy es difícil precisarlo. La ausencia de sus libros demoró su lectura y por ende su influencia está por rastrearse, pero en vida su lugar tenía coordenadas.
Jorge Edwards veía en su libros una mezcla imposible de la elegancia de Scott Fitzgerald, del vitalismo de Kerouac y de la pulsión sexual del Marqués de Sade. "La fuerza de su lenguaje, el ritmo y la pasión verbal son poco frecuentes en las novelas castellanas", decía el autor de Persona non grata, comentando Frente a un hombre armado (Bruguera, 1981), la novela más reconocida de Wacquez.
Ahí estuvo en su plenitud: con el vil Juan de Virni como huidizo protagonista, narraba una intrincada historia en que la campiña francesa del siglo XIX se convertía en Colchagua, retratando de fondo los abusos del poder incluso en forma sexual.
"Me interesa la cabeza de los poderosos, la cabeza de la ambición, porque, para mantenerse, la cosa viva tiene que meterse en una estructura de poder, y ese es un hecho biológico que pasa por la violencia, por matar al otro. Ahora, si a mí me apuntan con una pistola, yo suelto todo y digo lo que los soldados quieran que diga. En esas condiciones delataría con suma facilidad: nada con el heroísmo", le decía Wacquez a la periodista Claudia Donoso en 1988. Venía desde Calceite, donde se ganaba la vida básicamente como traductor: entre sus versiones se cuentan obras de Apollinaire, Jean Cocteau, Gustave Flaubert, Michel Leiris, Kénize Mourad, Stendhal o Marcel Schwob.
Hijo de un enólogo francés, Wacquez estudio Filosofía en la Universidad de Chile y a los 24 años publicó su primer libro de cuentos, Cinco y una ficciones (1963). Dos años después, lanzó la novela Toda luz del mediodía, en la que ya aparece con claridad la temática homosexual que estaría presente en toda su obra con un arrojo inesperado en el marco de la narrativa chilena.
En 1983, en una colección erótica del Tusquets, lanzó Ella o el sueño de nadie, una novela de triángulos sexuales, relaciones sórdidas y también colmadas de belleza, y en la que el protagonista es un bisexual que aspira a lo andrógino.
"Soy un hedonista innato y la libido es la emoción sexual que nos da impulso para poder vivir y traspasar la barrera de los estúpidos", decía Wacquez, que contaba que su primer amor fue un joven bello que murió a los 14 años en un accidente. "Yo no sé si eso pertenece a la homosexualidad o a la bisexualidad, y no me importa en absoluto. Mis amigos saben los puntos que calzo y saben lo suficiente de afectividad como para no mandarme a Siberia o a Isla Dawson. Después de eso mi historia siguió con hombres y mujeres: siempre me ha conmovido la belleza.
No sé nada de definiciones", agregaba y quizás esa misma ambigüedad se extienda a sus libros.
"En el amor todo monólogo se niega a sí mismo, como por razones paralelas, todo diálogo es de alguna manera un monólogo en otra dimensión del ser; en el amor, hablar es crear espejos, entrar en ese juego de facetas hialinas en que se devuelven las imágenes desde un torbellino de ceniza y falenas", había escrito Cortázar sobre los cuentos de Wacquez en Excesos, libro que Sudamericana reeditó en 2005 y que ahora volverá a circular no solo en las Obras Completas que lanza Tajamar, sino también en los Cuentos completos que lanzará Alfaguara en septiembre, con prólogo de Alejandro Zambra.
Nuevo regreso
"Es desconcertante e irritante que después de 12 años sin publicar ninguna sola página de su obra, Tajamar se atreva a poner a la venta ejemplares cuando a su contrato le queda un semana de vigencia. Pero ahora tenemos el feliz desafío como sucesión de Wacquez de hacer circular la obra de nuestro tío", dice Cristián Yrarrázabal, que cuenta que hay dos editoriales que están trabajando con ese objetivo. Además de publicar los cuentos, en los próximos meses publicarán la novela Frente a un hombre armado. Para el próximo año, Ediciones UDP tiene contemplados dos títulos de Wacquez, la novela Toda la luz del mediodía, y Sartre y su obra, un ensayo de 1977.
La editora de Alfaguara, Paz Balmaceda, estuvo a cargo de Hallazgos y desarraigos, y ahora cree que hay una nueva oportunidad para leerlo. "Wacquez es un escritor único en Chile, con una búsqueda estética deslumbrante.
Su escritura es también una suerte de aparato filosófico en torno a muchos temas: al espacio de la infancia en la memoria, a la naturaleza del poder y sus implicancias en el ámbito de los afectos, también en torno a la propia literatura y sus posibilidades", dice. "Escrituras como las de Wacquez implican durante un tiempo largo un caudal subterráneo de asuntos que van representándose y encontrándose en distintos textos, y por tanto son obras que necesitan circular para ponerse en diálogo y discusión. Hasta ahora eso no había podido ocurrir", añade.
A mediados del año 2000, Wacquez estaba planeando una nueva visita a Chile. Iba a lanzar la novela Epifanía de una sombra en la Feria Internacional de Libro de Santiago, pero falleció en septiembre. El libro igual fue publicado por Sudamericana.
Los lamentos por su partida fueron transversales, y en entre ellos, el crítico Antonio Avaria hizo una semblanza ilustrativa del narrador: "Silueta de dandy, de mago, era personaje de elevada estatura, esbelto, de elegancia algo rebuscada, que uno veía con sombrero, bastón, capa y ademanes de prestidigitador, rostro alargado de fuertes pómulos y boca recta, sin carnosidad, de una línea, con la dicción fácil, ingeniosa, apasionada, mordaz, del ducho polemista. Con su cara severa de hugonote, era sin embargo un seductor, un charmeur. Vaya qué énfasis gestual, qué desinhibición y qué desenvoltura, qué capacidad inesperada de insolencia y de ira", anotó.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com El largo y complicado retorno de Mauricio Wacquez
Por Roberto Careaga C.
Publicado en El Mercurio, 18 de agosto de 2024