Una prostituta que llegó
a ser la mujer más rica del mundo Hizo construir una catedral, una
especie de ciudad modelo Dotada de peluquerías, fuentes de soda, ferias
de distracción Dotada si no me equivoco de tumbas, dotada de
árboles En cuyas ramas se podían ver pájaros, se podían ver
nidos Llenos de huevos que la ramera recogía Para su
desayuno.
En el interior de esa
catedral se erigió su prostíbulo Que funciona viernes y sábado de once
a doce A base de fuegos artificiales, a base de eunucos. Cuya labor
consistía en atender a los clientes En ofrecerles sillas y ofrecerles
un poco de agua hervida.
La inteligente
prostituta no conforme con esto Hizo construir un tabernáculo en el
interior de ese prostíbulo Donde hizo depositar los huesos, los trajes
de los santos Los nombres de los héroes nacionales grabados en
bronce Hizo depositar allí toda clase de objetos. Las siguientes
máximas hizo grabar a la entrada de su dormitorio.
Cinco minutos es el
mínimo, quince minutos es el máximo. La humanidad puede esperar unos
momentos. Que primero pasen los zánganos, los hijos de sí mismos Que
después pasen los demás, si queda tiempo para ellos. La Eternidad puede
también sernos efímera Si miramos por un telescopio lleno de leche
condensada.
Para defender esta
fortaleza ella hizo construir un revólver En cuya cacha hizo grabar la
siguiente máxima: "The road of excess leads to the palace of
wisdom"
Yo le dije a esta
prostituta una serie de claridades Mientras ella se desnudaba frente a
un espejo. Le pregunté que para qué malgastaba su plata Me dijo que
su familia había muerto años atrás Y que ella era una monomaníaca del
sexo.
Muy bien, respondí yo
mientras comía un sandwich Dentro de poco se producirán hechos
notables. No estaba equivocado puesto que una especie de perro O tal
vez gato la memoria me está fallando Hizo su aparición por un pequeño
túnel Que iba de un tabernáculo a otro De un relicario pasaba
imperceptiblemente a una máquina de escribir Y apoyando los pies en un
bidet dijo:
Tal vez ustedes se
extrañen un poco de mi aspecto En realidad yo no dispongo de
dientes Mi cabellera es un simple pedazo de pan. Acto seguido ladró
durante unos minutos Y de su boca salió un trozo de
esmeralda Acompañado de una pequeña columna de humo. Después
desapareció dejando tras de sí un papel escrito:
"Yo soy el sembrador de
estas tierras".
Años más tarde volví a
visitar aquel recinto, Mi amiga prostituta me recibió en el
subterráneo Allí leía la biblia, leía las luisíadas Empastados en
una tela amarilla Se desnudó e iniciamos nuestras
excavaciones
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