NICANOR
PARRA
revisitado
Un homenaje a Nicanor Parra. ¿A pito de qué? Pretextos
sobran y el primero es el de hacer un simple ejercicio de
reconocimiento a su figura tutelar. Stopwriting.
Ha llegado la
hora de leer. Ultima Feria Nacional del Libro. Después de esta
Feria no hay otra. A soñar a soñar que el mundo se va a
acabar. Con este artefacto nuestro poeta tomó una vez más el
megáfono para irrumpir con su mercadería en la plaza pública.
Parra empezar habría que empezar a leer a
Parra
Por
CLAUDIA DONOSO ... Fotografía: PIN
CAMPAÑA
|
Parra no da entrevistas pero también da entrevistas y se sabe en
los medios que se pone chúcaro, que cobra y que le dan lata, pero todo
depende, y él es un maestro de la paradoja. Nos dio la pasada para ir
a verlo a Las Cruces.
..... "Es la casa
de la palmera, un poco más allá de la Posta", nos dice por teléfono
para dar sus señas. Para allá partimos, periodista y fotógrafa y
cuando llegamos a la calle Lincoln no era una sola la casa con
palmeras, eran por lo menos dos, con el agravante de que íbamos
atrasadas y en un auto sin marcha atrás.
..... En resumen: Parra nos recibe con dos besos por nuca, uno en
cada mejilla, total: 4. Comentamos frente al ventanal con vista al mar
lo bueno que sería irse de Santiago. Los lugares comunes son
inevitables. Parra los descubrió hace tiempo y los aprovecha como
nadie. Es conocido su gusto por las casas -Isla Negra, Conchalí, La
Reina- y nos cuenta que está volviendo de frentón aquí donde lo vemos
desde diciembre del año pasado.
..... En
una mesa de la terraza hay un atado de cuadernos tipo universitario de
hoja blanca, llenos de apuntes con su inconfundible y bonita letra
grande. Bajamos por una escalera hacia las ruinas de la casa del lado,
bautizada como "el castillo negro", también propiedad del poeta y que,
como la carpa donde se presentó en tiempos de dictadura su obra de
teatro Hojas de Parra, se inflamó una noche equis, producto de
un misterioso incendio. Quedaron paradas eso sí, unas escenográficas
columnas de piedra aglomeradas con cemento y nos sentamos por ahí, en
unas sillas de lona desteñidas y de tijera, al sol.
.....
No era la primera vez que intentábamos hincarle el diente a Parra y
sabíamos lo fregado que se pone cuando le sacan grabadora. Lo de
piratearle la voz nos resultó una vez, en 1991, cuando acababa de
recibir el premio Juan Rulfo -por su "poderosa reafirmación de la
capacidad innovadora de la moderna poesía latinoamericana"- y se
encontraba traduciendo El Rey Lear al lenguaje chilensis para
el montaje de la Universidad Católica. Nos dio la dirección que,
además de un número, incluía una letra: "¿D de dedo?", le preguntamos.
"No, D de Dios", nos contestó. En esa oportunidad uno de los temas fue
la lengua materna, de qué es madre la madre como transmisora de la
palabra y de cómo el habla de la suya, Clara Sandoval, se había
vaciado en sus Sermones y prédicas del Cristo de Elqui.
..... Dos años después nos recibió de nuevo. La
conversación se fue como por un tubo; Parra transmitió ese día con
Nietzche, de la oposición entre el logos y la naturaleza y del terno
que se compró por primera vez cuando, en 1963, lo invitaron a la Unión
Soviética. El reloj corrió veloz hasta las once de la noche, salimos
encantadas y sin entrevista porque él no quiso grabadora, adminículo
del que hasta entonces éramos síquicamente dependientes.
..... Ahora se repite la escena. Ahí está Parra,
que es un gran contador de historias, desplegando su chispa oral,
contagioso y envuelto en una parka blanca. Llega Corita, la asesora
del hogar que le organiza la vida doméstica al antipoeta, con una
bandeja con aceitunas, vino y queso de cabra. Es muy joven y llegó
allí desde el sur, hace cosa de un año, a través de una agencia de
empleos. Al principio no hablaba ni tampoco respondía cuando Parra se
dirigía a ella, entonces él un buen día le pidió explicaciones: "No
contesto preguntas tontas", dice que le dijo y que siguió pasando el
chancho. Pero parece que está contenta, calcula su empleador quien
confiesa que cuando ella se fue a visitar a su familia para las
fiestas patrias, tembló porque pensó que no iba a volver. Recuperó la
compostura cuando la vio entrar, maleta en mano, por la puerta porque
de ella depende que no se le desarme la casa y la vida. Mal que mal y
él lo ha dicho: "El verdadero problema de la filosofía / es quién lava
los platos / nada del otro mundo / Dios / la verdad / el transcurso
del tiempo / pero primero quién lava los platos". Con Corita ahora van
juntos a la feria.
..... Dice que no
quiere entrevista, que después cuando se lee se encuentra idiota, que
si sacamos grabadora empezaría la tarea y que no quiere entrar en ese
rigor mortis. Soltamos entonces ese hueso y nos plegamos a lo que vaya
saliendo.
..... Primero que nada, Las
Cruces es muy lindo y las dos casas de Parra están instaladas en una
loma que desciende, en terrazas, sobre el mar. A un costado de donde
estamos se encuentra el Hotel Trouville, hasta ahora ajeno, como el
resto del balneario, a las retroexcavadoras y a la ansiedad por "lo
nuevo" que ha ido borrando del paisaje común los hitos reconocibles.
Para un ecopoeta como Parra el tema se pasó de castaño oscuro y lo
saca a colación cada vez que puede en sus alocuciones públicas. No
hubo invierno este año y la sequía arrecia. El planeta no da para más;
por eso, como él dice, muchos los problemas y una sola la solución:
economía mapuche de subsistencia.
.....
Una serie de enigmáticos tablones de madera dispuestos como puentes
levadizos nos llaman la atención. Son las construcciones de Tololo, el
nieto de Parra, hijo de Colombina. "¿Porqué los gatos dicen miau? Si
yo fuera gato diría guau", dice Parra que le ha dicho su nieto. De tal
palo tal astilla. Y que en el jardín infantil donde lo llevan, cierto
día no respondió presente cuando pasaron lista. "¿Por qué no
contestas?", le preguntaron: "Es que yo no me llamo así", contestó.
"¿Cómo te llamas?", inquirió la parvularia. "Hamlet", contestó el
Tololo que en realidad se llama Cristóbal Ugarte.
.....
Hemos entrado en un tema crucial porque como repite siempre Parra
cuando le preguntan por los diez libros más importantes del mundo:
primero Shakespeare; segundo Dios, exista o no exista y tercero:
conversable. Sabíamos que ahora las había emprendido con una
traducción a su pinta de la tragedia del príncipe de
Dinamarca.
..... "Traduciendo, no.
Reescribiendo", corrige cuando le preguntamos en qué va. Nos dice que
el problema en Hamlet es, más que el regicidio, son los cuernos que le
pone su madre Gertrudis, al padre. Que de ser cornudo nadie se escapa
empezando por él mismo y que el que esté libre de pecado lance el
primer pájaro, perdón, la primera piedra. Aparece Nietzche una vez más
en el horizonte de sus maravillamientos a propósito de su trabajo
actual: lo que él ha llamado "el discurso huaso". "Porque afírmense en
sus sillas", nos advierte; "Esto no lo dijo el Papa sino Nietzche
sobre las condiciónes que debe cumplir el texto para que funcione:
debe ser sano, tolerante y ¡con-ci-lia-dooor!". Parra se muerde el
labio y se agarra la cabeza a dos manos en uno de sus ademanes
típicos. La conversación ha entrado en calor. Asegura que el requisito
planteado por el autor de Así hablaba Zaratustra se cumple a
cabalidad en Shakespeare y que esos tres principios -sano, tolerante y
conciliador- son los que él postula como propios del "discurso huaso".
Cuenta entonces que cuando él era un joven, los huasos, allá en la
zona de Chillán, acudían a una especie de justa verbal donde lucían su
ingenio y su capacidad de mantener en vilo a la audiencia. Como en el
circo romano, los asistentes se manifestaban con pifias o apuntando
con el pulgar hacia el suelo cuando el orador empezaba a aburrirlos.
Eso formaba parte de la entretención y no había nadie que rsistiera la
prueba por más de cinco minutos, salvo uno de ellos que lograba
mantener la atención general durante una media hora en que hasta las
moscas suspendían su vuelo. Se llamaba Filorónomo Vásquez. ¿Qué había
sucedido? Se había instalado la gracia inconmensurable y misteriosa
del discurso sano. En eso anda Parra.
.....
Si en años anteriores el Tao Te kin ingresó a sus
lecturas de cabecera, ahora le llegó el turno al Código de
Manú, tratado de sabiduría proveniente de la India antigua donde,
nos informa, se definen cuatro edades en la evolución de todo hombre
-la última es la del asceta- la ual, de no cursarse, obligaría al
infeliz, una vez muerto, a volver a reencarnarse. El asceta, dice el
poeta, "ya ni siquiera necesita moverse, es sólo una imago, una
mariposa resplandeciente". ¿Será el caso de Parra? El hombre tiene 84
años. Sabe lo que sabe porque nació con antena, además de saber por
viejo y por diablo; tiene una memoria escalofriante y se ha
perfeccionado en el arte de permanecer vivo coqueteando siempre con la
muerte; se la ha llevado a la cama en sus poemas después de tratarla
de "vieja lacha" y, a propósito de la reenarnación, dejemos que
conteste El Anti-Lázaro: "Muerto no te levantes de la tumba / qué
ganarías con resucitar / una hazaña / y después / la rutina de siempre
/ no te conviene viejo no te conviene".
..... Eso no quita que por mientras pregunte:
"Quién eres repentina / Doncella que te desplomas / Como la araña que
pende / Del pétalo de una rosa", o que también confiese: "Lo que yo
necesito urgentemente / es una María Kodama / que se haga cargo de la
biblioteca / alguien que quiera fotografiarse conmigo / para pasar a
la posteridad", o que escarnezca la suerte de los viejos verdes a
cuyas casas, nos larga, "llegan las lolas preguntando por los tragos y
después salen arrancando con las billeteras". ¿Qué onda Parra?
Variadas, variadas y aquí aprovechamos la ocasión para sacarle en cara
su vena más lírica, la que por ejemplo está en Cartas a una
desconocida: "Cuando pasen los años, cuando pasen / Los años y el
aire haya cavado un foso / Entre tu alma y la mía; cuando pasen los
años / Y yo sólo sea un hombre que amó, / Un ser que se detuvo un
instante frente a tus labios, / Un pobre hombre cansado de andar por
los jardines, / ¿Dónde estarás tú? ¡Dónde / Estarás, oh hija de mis
besos!"
Parra sabe dormir.
Es una actividad que le atrae y lo hace muchas horas,
con las
persianas cerradas, en el suelo
.....Grita Corita desde la casa
de al lado: "Está listo el almuerzo". Trutos cortos con arroz
graneado, ensalada de tomate con cebolla, tutti frutti de postre, con
manzanas, naranjas y plátanos picados en trozos diminutos: delicadezas
de la Corita, dice el calavera de Parra, "porque ella cree que tengo
plancha de dientes". Así es como juega al corre el anillo este
príncipe y bufón de la comarca: una de cal y otra de arena, que eso es
también -y en el fondo-, el discurso huaso.
..... Suena el teléfono. De Colombina para su
padre. Hablamos de los fuertes que pueden ser los edipos: "Todos
estamos enamorados de la Colombina", sentncia. Son las 4 de la tarde.
La cortesía mínima aconseja levantar el vuelo. Agradecemos la
hospitalidad y retornamos, ese día miércoles, a Santiago a propósito
del cual, como lugar para vivir caben todo tipo de dudas, como lo
expresa el antipoeta: Esto tiene que ser un cementerio / de lo
contrario no se explicarían / esas casas sin puertas ni ventanas /
esas interminables hileras de automóviles / y a juzgar por estas
sombras fosforescentes / es probable que estemos en el infierno /
debajo de esa cruz / estoy seguro que debe haber una
iglesia.