Escritores
peruanos andinos y criollos en la Feria
del Libro de Guadalajara
Por
Paolo de Lima
El pasado jueves 08, el periodista César Hildebrandt entrevistó
en su sintonizado programa de televisión en Lima a Jaime Bayly,
quien dio una particular visión de la Feria del Libro de Guadalajara
en la que escritores andinos y criollos supuestamente se evitaban
hasta en los ascensores: "Yo la verdad esto lo veo con mucho
humor porque entre ellos mismos
se pelean mucho. Ahora lo vi en la Feria de Guadalajara. Era graciosísimo.
Yo no estaba en el hotel en que ellos estaban alojados, por suerte.
Ya esa era una razón por la que me odiaban, porque yo estaba
en un hotel que tenía una estrella más. Entonces había
el bando de los andinos y el bando de los costeños o de los
pitucos. Creo que ni los andinos son tan andinos ni los pitucos son
tan pitucos. Y se parecen entre ellos mucho más de lo que sospechan.
Entonces se evitan, uno sube a un ascensor, el otro sube al otro.
Se mandan mensajes cifrados, insultos, se jalan el mantel. Da un poco
de pena. Cuentan a ver quién llevó más gente.
Yo llevé 18, yo llevé 21 a mi acto. Es un esperpento
y es un reflejo un poco de lo que somos".
Sin embargo, para nuestra sorpresa Dante Castro, quien asistió
también a dicha Feria, cuando lo enteramos de esas declaraciones
de Bayly contradice abiertamente su testimonio: "Bayly jamás
vio una escena así en Guadalajara. Simplemente se la imaginó,
pues a la FIL no asistió ningún andino invitado (excepto
que alguien considere a Edgardo Rivera Martínez, Oswaldo Reynoso
o Miguel Gutiérrez como tales). Los "polémicos"
que asistimos, lo hicimos por nuestra cuenta. Al revés de su
versión, entre andinos y pitucos hubo cortesía, sabia
discreción y hasta intercambio de obras. Pregúntenle
a Alonso Cueto o a Jorge Eduardo Benavides acerca de esto y les dirá
lo mismo que digo. No hubo tirantez, ni negativas de saludos, ni cambio
de ascensores u otra estupidez. Hubo cortesía entre seres civilizados
sin transigir respecto a nuestras discrepancias. Los papelones se
los imaginó aquel que no tiene imaginación para hacer
buena literatura. Y si en algo nos parecemos, es en que somos escritores.
Jaime Bayly no lo es...".
Por su parte, Iván Thays, otro de los asistentes a Guadalajara
(dentro de la delegación oficial), nos expresó también
que en la FIL "la cortesía fue lo que primó en
todo, por ejemplo vi cuando Oswaldo Reynoso abrazó a Alonso
Cueto, lo felicitó por el premio y le dijo que las discusiones
eran literarias y no personales, como debe ser".
Si las declaraciones de Bayly dieron a pensar que en Guadalajara se
había dado algo similar al ya famoso Encuentro de Narradores
de Madrid (allí está la amplia y sostenida
polémica
que se dio a raíz del mismo), lo expresado por Castro y Thays
nos está diciendo más bien que no ha sido ni remotamente
algo parecido a ello.